Estando en la comodidad de mi hogar...calientito y en “comfort” …mirando el internet...vicioso entretenimiento de los últimos dias, en especial para los sedientos de información empedernidos como yo, encontré un mensaje: “Le invitamos al gran culto de oracion, estaremos orando por nuestra ciudad.” O, magnifico dije. Me llené de entusiasmo y esperé con muchas ancias que llegara el día en el lugar señalado. Por fin llego el día y me monté en mi automovil para llegar al lugar.
Luego de estar medio perdido, por unos minutos me dí cuenta que había llegado a la pequeña iglésia donde ya estaban algunos hermanos, que aunque de diferentes denominaciónes unidos en una nesesidad común. Nuestra ciudad nesesita ser impactada por Dios. comensamos cantando 2 canciones de alabanza y adoración. Luego, varias personas comensaron a dirijír cada uno las respectivas oraciones, muy inspiradas por cierto, donde se nos impulsaba a humillarnos y confesar nuestro pecado y el de nuestra ciudad delante del Todo Poderoso. Desde mucho tiempo atrás aprendí que para que una oración sea correcta, esta debía cumplir con los requisitos y conceptos enseñados por Jesús cuando los apóstoles le dijeron, “Señor enséñanos a orar.” Comensé entonces a orar junto con mis hermanos, disponiendo mi corazón a participar en unanimidad reconociendo la importancia del evento al cual era partícipe, pero algo sucedió…una persona tomó el micrófono y comenzó a dirijirnos hacia un tipo de oración muy extraña para mí.
En esta oración al parecer no había un peticionario y un receptor, violentando y contradiciendo el aspecto mas importante cuando oramos que es, presentarnos delante del Padre y clamar a el Todo Poderoso Dios quien es el que en realidad tiene el poder y la sabiduria para conocer los procesos que hagan realidad una respuesta.
Por el contrario y lejos de ser el modelo bíblico de como se debe orar, me encuentro con una persona que lejos de clamar a Dios, está dando órdenes y estableciendo imágenes tipo “Clash of the Titans” (Guerra de los Titanes) donde éste se imagina que es un tipo de soldado con poderes espirituales inimaginables, que con una espada espiritual “corta cabezas de demonios” para luego echarlos a un abismo para que jamas salgan de allí. Yo pensé, ¿sera cierto que lanzó ese espíritu al abismo? Me imagino entonces que, el mes que viene, en la próxima reunión ni se mencionará al desdichado demonio que fue encerrado por todo una eternidad. Tendremos entonces que, en la próxima reunión, dedicarnos a encerrar a otro. Luego cerré mis ojos y comencé a alabar a Dios y no hacerle mucho caso al “Perzeus” cortador y destructor de demonios voladores. Al terminar el culto me despedí, aunque en bendición, un poco disgustado y algo confundido. Mi decepción en esta ciudad, a diferencia de lo que había experimentado en mi país de origen, se acresentaba. De ser un recurso importante en mi país para llevar el evangelio a las cárceles y a los hospitales, en esta ciudad mas bien he tenido obstáculos y ningún tipo de cooperación de parte de algunos a quienes me he acercado pidiéndole ayuda y orientación.
Son pocas las congregaciones que salen a pelear la verdadera batalla. El evangelismo hispano en las cárceles, si no es mínimo, es totalmente nulo en esta ciudad. Cuando le pido ayuda a algunas personas para realizar algún esfuerso evangelístico lo primero que preguntan es lo que los fariseos religiosos le preguntaron a Juan el bautista y a Jesús, “¿cual es tu covertura? ¿quien te comisionó? ¿con que autoridad predicas? O me dicen, “no puedo porque mi lider de célula me lo prohibe.” A todo esto le dije al Señor, ¿que pasa con esta gente? Entonces Dios habrió mi entendimiento y me llevó a poner mis lentes en las sagradas escrituras, fuente de la única verdad, reveladora de misterios y enigmas, repuesta a las preguntas del corazón, inescrutables riquezas del universo. Gracias que las tenemos con nosotros. Ellas son pan al hambriento, y miel al paladár, el que se acerca a ellas con las llaves del Espíritu recibirá de ellas la sabiduría. Quien se acerca a ellas con otras intenciones, estará destinado a la seguera , a la distorción y a la confución. Habrí las escrituras sagradas y encontré en el libro de Samuel:
1Sa 17:1 Los filisteos reunieron sus ejércitos para la guerra, y se concentraron en Soco, que pertenece a Judá; y acamparon entre Soco y Azeca, en Efes-damim.
1Sa 17:2 Y Saúl y los hombres de Israel se reunieron y acamparon en el valle de Ela, y se pusieron en orden de batalla para enfrentarse a los filisteos.
1Sa 17:3 Los filisteos estaban a un lado del monte, e Israel estaba al otro lado del monte, y entre ellos, el valle.
1Sa 17:4 Entonces de los ejércitos de los filisteos salió un campeón llamado Goliat, de Gat, cuya altura era de seis codos y un palmo.
1Sa 17:5 Tenía un yelmo de bronce sobre la cabeza y llevaba una cota de malla, y el peso de la cota era de cinco mil siclos de bronce.
1Sa 17:6 Tenía también grebas de bronce en las piernas y una jabalina de bronce colgada entre los hombros.
1Sa 17:7 El asta de su lanza era como un rodillo de telar y la punta de su lanza pesaba seiscientos siclos de hierro; y su escudero iba delante de él.
1Sa 17:8 Y Goliat se paró y gritó a las filas de Israel, diciéndoles: ¿Para qué habéis salido a poneros en orden de batalla? ¿Acaso no soy yo filisteo y vosotros siervos de Saúl? Escogeos un hombre y que venga contra mí.
1Sa 17:9 Si es capaz de pelear conmigo y matarme, entonces seremos vuestros siervos; pero si yo lo venzo y lo mato, entonces seréis nuestros siervos y nos serviréis.
1Sa 17:10 De nuevo el filisteo dijo: Hoy desafío a las filas de Israel; dadme un hombre para que luchemos mano a mano.
1Sa 17:11 Cuando Saúl y todo Israel oyeron estas palabras del filisteo, se acobardaron y tuvieron gran temor.
Jesucristo dijo: revestíos del podér del Espíritu Santo y luego salíd y predicad el evangelio. En oración clamamos a Dios y nos revestimos de podér, La guerra espiritual la hacemos en las calles, echando fuera demonios, libertando a los cautivos, sanando a los enfermos, llevando la verdad a los pobres y marginados. ¿Que hizo el pueblo de Israel? Se acobardó y tuvo miedo. Cualquier persona con un poco de imaginación hace guerra espiritual con fantasmas y demonios, pero la guerra real no es en la imaginación, la guerra real está en los gigantes de vicios que cautivan a las personas a quien debemos predicar, gigantes de enfermedades que oprimen a las personas que estan en los hospitales, gigantes de pecado que han cautivado a los hombres y los han llevado a las cárceles, gigantes de desesperacion en comunidades marginadas y en las calles. ¿Que hizo David? De lejos cualquiera pelea pero, ¿que hiso el muchacho? Usó lo que tenía en sus manos y enfrentó al gigante.
1Sa 17:41 El filisteo vino, y se fue acercando a David, con su escudero delante de él.
1Sa 17:42 Cuando el filisteo miró y vio a David, lo tuvo en poco porque era un muchacho, rubio y bien parecido.
1Sa 17:43 Y el filisteo dijo a David: ¿Acaso soy un perro, que vienes contra mí con palos? Y el filisteo maldijo a David por sus dioses.
1Sa 17:44 También dijo el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo.
1Sa 17:45 Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del SEÑOR de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado.
1Sa 17:46 El SEÑOR te entregará hoy en mis manos, y yo te derribaré y te cortaré la cabeza. Y daré hoy los cadáveres del ejército de los filisteos a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, para que toda la tierra sepa que hay Dios en Israel,
1Sa 17:47 y para que sepa toda esta asamblea que el SEÑOR no libra ni con espada ni con lanza; porque la batalla es del SEÑOR y El os entregará en nuestras manos.
Las naciones no pueden cambiar si no salimos y predicamos. Si con nuestras halucinantes fantasías mitológicas de demónios echados en abismos y guerreros matadores de espíritus voladores perdemos nuestro valioso tiempo en una genuina relación con Dios, no podremos ser investidos del poder real que necesitamos para cumplír la gran comisión. Enfrentemos al gigante hermanos, y no evadamos más de nuestro compromiso de evangelisar a las naciones.
1Sa 17:48 Sucedió que cuando el filisteo se levantó y se fue acercando para enfrentarse a David, éste corrió rápidamente hacia el frente de batalla para enfrentarse al filisteo.
1Sa 17:49 David metió la mano en su saco, sacó de él una piedra, la lanzó con la honda, e hirió al filisteo en la frente. La piedra se hundió en su frente y Goliat cayó a tierra sobre su rostro.
1Sa 17:50 Así venció David al filisteo con una honda y una piedra, e hirió al filisteo y lo mató; mas no había espada en la mano de David.
1Sa 17:51 Entonces David corrió y se puso sobre el filisteo, tomó su espada, la sacó de la vaina y lo mató, cortándole la cabeza con ella. Cuando los filisteos vieron que su campeón estaba muerto, huyeron.
Enfrentemos a los gigantes en persona y no en nuestra imaginación. “Sál y predica.”
Luego de estar medio perdido, por unos minutos me dí cuenta que había llegado a la pequeña iglésia donde ya estaban algunos hermanos, que aunque de diferentes denominaciónes unidos en una nesesidad común. Nuestra ciudad nesesita ser impactada por Dios. comensamos cantando 2 canciones de alabanza y adoración. Luego, varias personas comensaron a dirijír cada uno las respectivas oraciones, muy inspiradas por cierto, donde se nos impulsaba a humillarnos y confesar nuestro pecado y el de nuestra ciudad delante del Todo Poderoso. Desde mucho tiempo atrás aprendí que para que una oración sea correcta, esta debía cumplir con los requisitos y conceptos enseñados por Jesús cuando los apóstoles le dijeron, “Señor enséñanos a orar.” Comensé entonces a orar junto con mis hermanos, disponiendo mi corazón a participar en unanimidad reconociendo la importancia del evento al cual era partícipe, pero algo sucedió…una persona tomó el micrófono y comenzó a dirijirnos hacia un tipo de oración muy extraña para mí.
En esta oración al parecer no había un peticionario y un receptor, violentando y contradiciendo el aspecto mas importante cuando oramos que es, presentarnos delante del Padre y clamar a el Todo Poderoso Dios quien es el que en realidad tiene el poder y la sabiduria para conocer los procesos que hagan realidad una respuesta.
Por el contrario y lejos de ser el modelo bíblico de como se debe orar, me encuentro con una persona que lejos de clamar a Dios, está dando órdenes y estableciendo imágenes tipo “Clash of the Titans” (Guerra de los Titanes) donde éste se imagina que es un tipo de soldado con poderes espirituales inimaginables, que con una espada espiritual “corta cabezas de demonios” para luego echarlos a un abismo para que jamas salgan de allí. Yo pensé, ¿sera cierto que lanzó ese espíritu al abismo? Me imagino entonces que, el mes que viene, en la próxima reunión ni se mencionará al desdichado demonio que fue encerrado por todo una eternidad. Tendremos entonces que, en la próxima reunión, dedicarnos a encerrar a otro. Luego cerré mis ojos y comencé a alabar a Dios y no hacerle mucho caso al “Perzeus” cortador y destructor de demonios voladores. Al terminar el culto me despedí, aunque en bendición, un poco disgustado y algo confundido. Mi decepción en esta ciudad, a diferencia de lo que había experimentado en mi país de origen, se acresentaba. De ser un recurso importante en mi país para llevar el evangelio a las cárceles y a los hospitales, en esta ciudad mas bien he tenido obstáculos y ningún tipo de cooperación de parte de algunos a quienes me he acercado pidiéndole ayuda y orientación.
Son pocas las congregaciones que salen a pelear la verdadera batalla. El evangelismo hispano en las cárceles, si no es mínimo, es totalmente nulo en esta ciudad. Cuando le pido ayuda a algunas personas para realizar algún esfuerso evangelístico lo primero que preguntan es lo que los fariseos religiosos le preguntaron a Juan el bautista y a Jesús, “¿cual es tu covertura? ¿quien te comisionó? ¿con que autoridad predicas? O me dicen, “no puedo porque mi lider de célula me lo prohibe.” A todo esto le dije al Señor, ¿que pasa con esta gente? Entonces Dios habrió mi entendimiento y me llevó a poner mis lentes en las sagradas escrituras, fuente de la única verdad, reveladora de misterios y enigmas, repuesta a las preguntas del corazón, inescrutables riquezas del universo. Gracias que las tenemos con nosotros. Ellas son pan al hambriento, y miel al paladár, el que se acerca a ellas con las llaves del Espíritu recibirá de ellas la sabiduría. Quien se acerca a ellas con otras intenciones, estará destinado a la seguera , a la distorción y a la confución. Habrí las escrituras sagradas y encontré en el libro de Samuel:
1Sa 17:1 Los filisteos reunieron sus ejércitos para la guerra, y se concentraron en Soco, que pertenece a Judá; y acamparon entre Soco y Azeca, en Efes-damim.
1Sa 17:2 Y Saúl y los hombres de Israel se reunieron y acamparon en el valle de Ela, y se pusieron en orden de batalla para enfrentarse a los filisteos.
1Sa 17:3 Los filisteos estaban a un lado del monte, e Israel estaba al otro lado del monte, y entre ellos, el valle.
1Sa 17:4 Entonces de los ejércitos de los filisteos salió un campeón llamado Goliat, de Gat, cuya altura era de seis codos y un palmo.
1Sa 17:5 Tenía un yelmo de bronce sobre la cabeza y llevaba una cota de malla, y el peso de la cota era de cinco mil siclos de bronce.
1Sa 17:6 Tenía también grebas de bronce en las piernas y una jabalina de bronce colgada entre los hombros.
1Sa 17:7 El asta de su lanza era como un rodillo de telar y la punta de su lanza pesaba seiscientos siclos de hierro; y su escudero iba delante de él.
1Sa 17:8 Y Goliat se paró y gritó a las filas de Israel, diciéndoles: ¿Para qué habéis salido a poneros en orden de batalla? ¿Acaso no soy yo filisteo y vosotros siervos de Saúl? Escogeos un hombre y que venga contra mí.
1Sa 17:9 Si es capaz de pelear conmigo y matarme, entonces seremos vuestros siervos; pero si yo lo venzo y lo mato, entonces seréis nuestros siervos y nos serviréis.
1Sa 17:10 De nuevo el filisteo dijo: Hoy desafío a las filas de Israel; dadme un hombre para que luchemos mano a mano.
1Sa 17:11 Cuando Saúl y todo Israel oyeron estas palabras del filisteo, se acobardaron y tuvieron gran temor.
Jesucristo dijo: revestíos del podér del Espíritu Santo y luego salíd y predicad el evangelio. En oración clamamos a Dios y nos revestimos de podér, La guerra espiritual la hacemos en las calles, echando fuera demonios, libertando a los cautivos, sanando a los enfermos, llevando la verdad a los pobres y marginados. ¿Que hizo el pueblo de Israel? Se acobardó y tuvo miedo. Cualquier persona con un poco de imaginación hace guerra espiritual con fantasmas y demonios, pero la guerra real no es en la imaginación, la guerra real está en los gigantes de vicios que cautivan a las personas a quien debemos predicar, gigantes de enfermedades que oprimen a las personas que estan en los hospitales, gigantes de pecado que han cautivado a los hombres y los han llevado a las cárceles, gigantes de desesperacion en comunidades marginadas y en las calles. ¿Que hizo David? De lejos cualquiera pelea pero, ¿que hiso el muchacho? Usó lo que tenía en sus manos y enfrentó al gigante.
1Sa 17:41 El filisteo vino, y se fue acercando a David, con su escudero delante de él.
1Sa 17:42 Cuando el filisteo miró y vio a David, lo tuvo en poco porque era un muchacho, rubio y bien parecido.
1Sa 17:43 Y el filisteo dijo a David: ¿Acaso soy un perro, que vienes contra mí con palos? Y el filisteo maldijo a David por sus dioses.
1Sa 17:44 También dijo el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo.
1Sa 17:45 Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del SEÑOR de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado.
1Sa 17:46 El SEÑOR te entregará hoy en mis manos, y yo te derribaré y te cortaré la cabeza. Y daré hoy los cadáveres del ejército de los filisteos a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, para que toda la tierra sepa que hay Dios en Israel,
1Sa 17:47 y para que sepa toda esta asamblea que el SEÑOR no libra ni con espada ni con lanza; porque la batalla es del SEÑOR y El os entregará en nuestras manos.
Las naciones no pueden cambiar si no salimos y predicamos. Si con nuestras halucinantes fantasías mitológicas de demónios echados en abismos y guerreros matadores de espíritus voladores perdemos nuestro valioso tiempo en una genuina relación con Dios, no podremos ser investidos del poder real que necesitamos para cumplír la gran comisión. Enfrentemos al gigante hermanos, y no evadamos más de nuestro compromiso de evangelisar a las naciones.
1Sa 17:48 Sucedió que cuando el filisteo se levantó y se fue acercando para enfrentarse a David, éste corrió rápidamente hacia el frente de batalla para enfrentarse al filisteo.
1Sa 17:49 David metió la mano en su saco, sacó de él una piedra, la lanzó con la honda, e hirió al filisteo en la frente. La piedra se hundió en su frente y Goliat cayó a tierra sobre su rostro.
1Sa 17:50 Así venció David al filisteo con una honda y una piedra, e hirió al filisteo y lo mató; mas no había espada en la mano de David.
1Sa 17:51 Entonces David corrió y se puso sobre el filisteo, tomó su espada, la sacó de la vaina y lo mató, cortándole la cabeza con ella. Cuando los filisteos vieron que su campeón estaba muerto, huyeron.
Enfrentemos a los gigantes en persona y no en nuestra imaginación. “Sál y predica.”