Hola a todos,
Antes de decir nada quiero aclarar que tengo 13 años.
Hasta hace unos años mi fé era nula y era realmente rebelde.
Hasta hace unos años. Recuerdo que fue cuando mi abuelo sufrió un ataque al corazón (infarto). En ese momento cuando mi abuelo estaba acostado en una cama esperando que viniese la ambulancia que demoró 40 minutos le apreté la mano y empecé a rezar todas las oraciones que sabía prometiéndole a Dios que jamás volvería a hacer mal a nadie, que no me comportaría mal y que a partir de ese día iría a Misa tal como fuese, lloviese o no, iría.
Una semana después, casi milagrosamente mi abuelo se recuperó y comprendí al menos que Dios me había escuchado.
Hace unos años también me iba mal en la escuela, y con una materia casi para llevársela a los examenes de verano, la recuperé.
Hace unos años rezaba más de 25 oraciones por día, y me ocupaba que no haga ninguna menos. Es más, si tenía dudas que me faltase una, hacía tres más.
Iba siempre a Misa (o casi siempre) y le agradecía siempre por todo lo que me había dado.
Hasta hace unos meses. Ahora ya no voy a Misa (falto casi siempre) y no rezo a diario ni le agradezco por nada. Más bien lo culpo por lo malo.
Recuerdo que antes cada cosa buena que me daba lo agradecía. Todo, aunque sea lo más pequeño, todo.
Hasta hace poco. No es que haya cambiado por algo o alguien. Es que ahora pienso en aquellos tiempos y digo: "Vaya, no podía tolerar que no me faltase una oración sola, o que no hiciera esto tal como se debiese hacer por que sino mi conciencia me torturaría todo el día."
Y ahora, cada vez que pasa algo, siempre pido perdón. Pensé que estar con Dios era la paz, era sentir la tranquilidad y el gozo de estar con él. Lo cierto es que a día de hoy me siento mejor haciendo las cosas que quiero antes de que estar pidiendo perdón cada dos segundos.
Estoy siempre pensando que si hago algo mal, algo les va a pasar a mis familiares. Cosas tontas, pensaréis. Y es así. Por ejemplo, veo que hay basuras de hojas en los pisos, y enseguida me torturo en mi conciencia: "Si no lo limpio, alguien se caerá, quedará en mi esa culpa y no podré estar tranquilo." Y voy, y lo hago. Y siempre así.
O más bien, digo una oración y me equivoco en algo. Y tengo que repetirla.
Lo peor es que estoy SIEMPRE pidiendo perdón. Dije algo mal, pensé algo mal. Cada dos segundos pareciese que estoy hablando solo...
Espero que me entendáis y podáis darme un consejo útil.
Saludos a todos,
Antes de decir nada quiero aclarar que tengo 13 años.
Hasta hace unos años mi fé era nula y era realmente rebelde.
Hasta hace unos años. Recuerdo que fue cuando mi abuelo sufrió un ataque al corazón (infarto). En ese momento cuando mi abuelo estaba acostado en una cama esperando que viniese la ambulancia que demoró 40 minutos le apreté la mano y empecé a rezar todas las oraciones que sabía prometiéndole a Dios que jamás volvería a hacer mal a nadie, que no me comportaría mal y que a partir de ese día iría a Misa tal como fuese, lloviese o no, iría.
Una semana después, casi milagrosamente mi abuelo se recuperó y comprendí al menos que Dios me había escuchado.
Hace unos años también me iba mal en la escuela, y con una materia casi para llevársela a los examenes de verano, la recuperé.
Hace unos años rezaba más de 25 oraciones por día, y me ocupaba que no haga ninguna menos. Es más, si tenía dudas que me faltase una, hacía tres más.
Iba siempre a Misa (o casi siempre) y le agradecía siempre por todo lo que me había dado.
Hasta hace unos meses. Ahora ya no voy a Misa (falto casi siempre) y no rezo a diario ni le agradezco por nada. Más bien lo culpo por lo malo.
Recuerdo que antes cada cosa buena que me daba lo agradecía. Todo, aunque sea lo más pequeño, todo.
Hasta hace poco. No es que haya cambiado por algo o alguien. Es que ahora pienso en aquellos tiempos y digo: "Vaya, no podía tolerar que no me faltase una oración sola, o que no hiciera esto tal como se debiese hacer por que sino mi conciencia me torturaría todo el día."
Y ahora, cada vez que pasa algo, siempre pido perdón. Pensé que estar con Dios era la paz, era sentir la tranquilidad y el gozo de estar con él. Lo cierto es que a día de hoy me siento mejor haciendo las cosas que quiero antes de que estar pidiendo perdón cada dos segundos.
Estoy siempre pensando que si hago algo mal, algo les va a pasar a mis familiares. Cosas tontas, pensaréis. Y es así. Por ejemplo, veo que hay basuras de hojas en los pisos, y enseguida me torturo en mi conciencia: "Si no lo limpio, alguien se caerá, quedará en mi esa culpa y no podré estar tranquilo." Y voy, y lo hago. Y siempre así.
O más bien, digo una oración y me equivoco en algo. Y tengo que repetirla.
Lo peor es que estoy SIEMPRE pidiendo perdón. Dije algo mal, pensé algo mal. Cada dos segundos pareciese que estoy hablando solo...
Espero que me entendáis y podáis darme un consejo útil.
Saludos a todos,