¿Cómo es tu oración?

20 Noviembre 2004
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www.mensajedefuego.com.ar
Al comienzo de mi vida cristiana, mis oraciones eran balbuceos que alcanzaban a tocar el corazón de Dios de un modo especial, y Él me hacía sentir esa alegría de estar comunicado conmigo, debido a que anhelaba tenerme a Su lado luego de tantos años lejos de Él.

Tal como cuando un padre recibe a un hijo que consideraba perdido y se emociona al reencontrarse.

Los “balbuceos” de bebé, en que consistían mis primeras oraciones (sin tener experiencia en el tema del orar) eran considerados por Dios como una gran elocuencia.

Con el tiempo, y a medida que Dios me dio crecimiento, mis oraciones se volvieron más elaboradas y mi modo de comunicarme con Él es muy personal.

Muchas veces, olvidamos que Dios desea nuestro corazón puesto en el diálogo que mantenemos con Él.

En esos tristes momentos, Dios nos observa mover los labios, repitiendo (muchas veces) cosas que escuchamos decir a otros como: “Amen, Gloria, Aleluya, Hosana” y frases hechas como “perdona mis pecados”, “ven a mi vida”, “te adoro”, etc. que son repetidas por nuestros labios como un “mantra” de las religiones orientales.

Es en esos momentos, que comenzamos a notar que tenemos momentos en nuestras oraciones en donde somos como muñecos. Hemos aprendido “técnicas” y “frases” que solemos repetir como para “llenar los espacios” en nuestro diálogo con Dios.

¿Sabías que casi los mejores momentos de mi vida en oración, fueron aquellos en los que, cuando no tenía nada para decir, simplemente permanecía en silencio?

Muchos me han criticado por mis silencios en oración.

Otros me han acusado de quedarme dormido…

Mas el Dios de toda gracia me fortaleció vez tras vez y me demostró que las oraciones que consisten en tener palabras en nuestra boca todo el tiempo, son un monólogo, en vez de un diálogo.

Si solamente hablo yo, ¿en qué momento permito a Dios infundirme Su santa respuesta a mis inquietudes y ruegos?

Es necesario el silencio en los momentos de oración.

Fue el mismo Señor Jesucristo quien nos enseñó, diciendo:

“Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.” Mateo 6:7
¿Crees que sería necesario aclarar algo más a esta sencilla palabra del Señor?

Pues sí.

¿Cuántas veces en tu congregación permites que se te diga lo que debes decir?

¿Te dicen el momento en que debes levantar las manos? ¿Te incitan a moverte como a un títere de aquí para allá con algún cantito de moda?

Quisiera que seas sincero… ¿Crees que Dios estaba esperando que bailes y te muevas igual que el resto? ¿Hará esto que Dios te “bendiga más” por hacer esto, que si no lo haces?

Hay momentos en que el poder de Dios en una reunión nos lleva a toda la multitud a arrancar un aplauso espontáneo que no termina por minutos. ¡Eso sí es original y natural!

Pero cuando la presencia de Dios no se presenta como se espera, forzar todas estas expresiones no hace más que endurecer las relaciones entre Dios y sus muñecos. Pues en esos momentos, nos quitamos el atuendo de hijos para pasar a ser simples marionetas en manos del espectáculo de turno.

Que el Señor nos abra los ojos para ser sinceros y originales en todo lo que hacemos, decimos y vivimos.

Que el Señor te bendiga.

Raimundo
 
Re: ¿Cómo es tu oración?

¿Nadie quiere compartir en qué modo busca a Dios en oración?

:biggrinan

...
 
Re: ¿Cómo es tu oración?

En uno de los alrtículos del obispo Alexander Mileant, de bendita memoria, menciona la utilidad de las oraciones que suelen llamar como repeticiones, la utilidad de estas oraciones consiste en que ayudan a aprender a orar al que no sabe hacerlo, cada uno dependiendo de su evolución espiritual irá requiriendo otras oraciones hasta poder llegar a formular oraciones.

Hasta aqui la referencia al OBispo Mileant.

La primera vez que estuve en la catedral de Santa Sofía en la ciudad de México alguien me regaló un komboskini yo en ese entonces apenas era un recien converso al cristianismo ortodoxo y desconocía lo grande de ese regalo, yo no era una persona de oración, y miré el pequeño obsequio con algo de desprecio o como un artículo exótico de la Iglesia Ortodoxa, finalmente aprendí la oración que se reza con el komboskini es una oración muy sencilla, ¿y cual es la necesidad de buscar cosas complejas cuando uno apenas empieza? lo que ocurrió fue increible, empecé a orar, esto de suyo ya me tenía sorprendido hasta que un día descubrí un pequeño librito llamado "Relatos de un peregrino ruso" este libro explicaba de forma muy sencilla la oración del corazón de Jesús (el nombre se debe a que se supone que se debe orar con el corazón una pequeña frase que nos enseña Jesús en una de sus parábolas que dice "Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mi pecador").

Al llegar a este punto empiezas a comprender que la oración a pesar de ser repeticiones es una forma de silenciar tu Yo ruidoso y lleno de preocupaciones mundanas y resulta también una respuesta muy sencilla que hace el peregrino "Hay que orar sin cesar (1 Ts 5:17), Orar en el espíritu en toda ocasión (Ef 6:18), Elevar en todo lugar las manos suplicantes en toda ocasión(1 Tm 2:8), Inútil reflexionar y yo no sabía que partido tomar. ¿que hacer?" en su búsqueda de una respuesta el peregrino se encuentra con diferentes situaciones hasta que se empieza a describir de un modo maravilloso como no solo encuentra su respuesta sino que la va poniendo en práctica.

Yo no he llegado a alcanzar los niveles de oración del peregrino mencionado pero si he alcanzado a percibir algo asombroso.

Por otro lado yo no llamaría repeticiones inútiles a las oraciones que tienen un verdadero contenido cristiano, sino ¿en que lugar quedarían los salmos que son hartamente recomendados para hacer oración y que el mismo Jesús oraba repitiendolos?

Creo que la inutilidad de la oración depende del fin que se busca con ella, como no falta aquel que en sus oraciones desea cosas contrarias a la voluntad de Dios como la muerte de sus enemigos, o la oración de los paganos a falsos dioses que no oyen.

Saludos
 
Re: ¿Cómo es tu oración?

En uno de los artículos del obispo Alexander Mileant, de bendita memoria, menciona la utilidad de las oraciones que suelen llamar como repeticiones, la utilidad de estas oraciones consiste en que ayudan a aprender a orar al que no sabe hacerlo, cada uno dependiendo de su evolución espiritual irá requiriendo otras oraciones hasta poder llegar a formular oraciones.

Hasta aqui la referencia al OBispo Mileant.

La primera vez que estuve en la catedral de Santa Sofía en la ciudad de México alguien me regaló un komboskini yo en ese entonces apenas era un recien converso al cristianismo ortodoxo y desconocía lo grande de ese regalo, yo no era una persona de oración, y miré el pequeño obsequio con algo de desprecio o como un artículo exótico de la Iglesia Ortodoxa, finalmente aprendí la oración que se reza con el komboskini es una oración muy sencilla, ¿y cual es la necesidad de buscar cosas complejas cuando uno apenas empieza? lo que ocurrió fue increible, empecé a orar, esto de suyo ya me tenía sorprendido hasta que un día descubrí un pequeño librito llamado "Relatos de un peregrino ruso" este libro explicaba de forma muy sencilla la oración del corazón de Jesús (el nombre se debe a que se supone que se debe orar con el corazón una pequeña frase que nos enseña Jesús en una de sus parábolas que dice "Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mi pecador").

Al llegar a este punto empiezas a comprender que la oración a pesar de ser repeticiones es una forma de silenciar tu Yo ruidoso y lleno de preocupaciones mundanas y resulta también una respuesta muy sencilla que hace el peregrino "Hay que orar sin cesar (1 Ts 5:17), Orar en el espíritu en toda ocasión (Ef 6:18), Elevar en todo lugar las manos suplicantes en toda ocasión(1 Tm 2:8), Inútil reflexionar y yo no sabía que partido tomar. ¿que hacer?" en su búsqueda de una respuesta el peregrino se encuentra con diferentes situaciones hasta que se empieza a describir de un modo maravilloso como no solo encuentra su respuesta sino que la va poniendo en práctica.

Yo no he llegado a alcanzar los niveles de oración del peregrino mencionado pero si he alcanzado a percibir algo asombroso.

Por otro lado yo no llamaría repeticiones inútiles a las oraciones que tienen un verdadero contenido cristiano, sino ¿en que lugar quedarían los salmos que son hartamente recomendados para hacer oración y que el mismo Jesús oraba repitiendolos?

Creo que la inutilidad de la oración depende del fin que se busca con ella, como no falta aquel que en sus oraciones desea cosas contrarias a la voluntad de Dios como la muerte de sus enemigos, o la oración de los paganos a falsos dioses que no oyen.

Saludos

Las repeticiones vanas, fueron mencionadas por Jesús mismo.

El poseer un corazón de "loro" no beneficia en nada a nuestra relación espiritual con el Señor.

Sólo lo que nace espontáneamente de nuestro espíritu, nuestra alma y nuestro corazón es atendido por el Señor. El "blah, blah" no es respondido por Dios.
 
Re: ¿Cómo es tu oración?

Las repeticiones vanas, fueron mencionadas por Jesús mismo.

El poseer un corazón de "loro" no beneficia en nada a nuestra relación espiritual con el Señor.

Sólo lo que nace espontáneamente de nuestro espíritu, nuestra alma y nuestro corazón es atendido por el Señor. El "blah, blah" no es respondido por Dios.

veo que generaliza y que cree que toda repetición es vana.

Saludos
 
Re: ¿Cómo es tu oración?

veo que generaliza y que cree que toda repetición es vana.

Saludos

Las repeticiones son como los "mantras" de las filosofías orientales.

No tiene efecto repetir vez tras vez las mismas palabras (muchas veces casi sin tomar aliento). Este ejercicio impide que prestemos oído espiritual a lo que Dios quiere decirnos en nuestro "diálogo".

Es cuestión de práctica.

Olvida las oraciones escritas y busca qué decirle a Dios en forma sincera y espontánea.

Quizá te equivoques, pero Él valorará más tu esfuerzo por ser genuino que por ser un perfecto robot parlante.

Que el Señor te bendiga !!!
 
Re: ¿Cómo es tu oración?

Las repeticiones son como los "mantras" de las filosofías orientales.

No tiene efecto repetir vez tras vez las mismas palabras (muchas veces casi sin tomar aliento). Este ejercicio impide que prestemos oído espiritual a lo que Dios quiere decirnos en nuestro "diálogo".

Es cuestión de práctica.

Olvida las oraciones escritas y busca qué decirle a Dios en forma sincera y espontánea.
supongo que no puede orar con los salmos (repitiendo los salmos)
Quizá te equivoques, pero Él valorará más tu esfuerzo por ser genuino que por ser un perfecto robot parlante.
De hecho es aqui donde siento que hay un prejuicio en lo que llaman "vanas repeticiones", yo también estoy de acuerdo que actuar de robot parlante no funciona, pero tampoco funciona actuar con mucha creatividad diciendo oraciones nuevas muy bonitas pero sin sentirlas, sino que se trata de apropiarnos de las palabras que estamos diciendo y de meditarlas y sentirlas y hacerlas nuestras pues nos ponen en una especie de sintonía o armonía con la voluntad de Dios
Que el Señor te bendiga !!!