Hola a todos.
Estimados hermanos, a propósito de lo que dijo Gabriel 47 en otro epígrafe, sobre el santuario israelita, acerca de que este era una copia del santuario celestial (coincidiendo así, con la falsa profetisa del adventismo, Ellen White), veamos el siguiente análisis que publiqué, hace algún tiempo:
El Santuario terrenal-¿Copia o modelo del Celestial?:
Leamos, Éxodo 25:8-9: “Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos. Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos los utensilios, así lo haréis”.
También, en Éxodo 25, en los versículos del 10-39, tenemos las instrucciones de Dios a Moisés sobre el “arca del testimonio”, la “mesa para el pan de la proposición”, y el “candelero de oro”.
Luego, Éxodo 25:40 concluye con la orden: “Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte”.
En Hebreos 8:5, leemos: “Los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte”.
Entonces, ¿qué significa la frase de Hebreos: “Haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte”?.
Algunos analistas consideran, que esto significa que a Moisés se le mostró el Santuario celestial, y por lo tanto siguiendo ese modelo los israelitas debían erigir un santuario idéntico a este. Naturalmente, eso significaría por lo tanto, una correspondencia literal punto por punto entre ambos santuarios. Quiere decir, que en el santuario celestial, debería existir un gran altar para el incienso y una gran mesa para los panes de la proposición, en correspondencia con esos mismos elementos más pequeños, que había en el santuario terrenal. Lo mismo ocurriría con todo lo demás: el arca, los candelabros, los panes, el incienso, los velos, cortinas….Y así sucesivamente.
Observemos ahora, que la palabra hebrea traducida como “modelo” en éxodo 25:9,40; es “Tabnith”.
Luego, vemos la misma idea en éxodo 26:30: “Y alzarás el tabernáculo conforme al modelo que te fue mostrado en el monte”; sin embargo, aquí la palabra hebrea empleada y traducida como “modelo” es “Míshpat”.
Leamos ahora, éxodo 27:1-8, donde se dan las instrucciones sobre el “altar de bronce”, para el holocausto:
“Harás también un altar de madera…Y le harás cuernos en sus cuatro esquinas…Harás también sus calderos para recoger la ceniza, y sus paletas, sus tazones, sus garfios y sus braseros….Y le harás un enrejado de bronce….cuatro anillos de bronce….Harás también varas para el altar…de la manera que te fue mostrado en el monte, así lo harás”.
Aquí en este pasaje, no se utilizan las palabras que se tradujeron como “modelo”, pero es evidente que la idea central de este, es la misma de los textos anteriores: “hacerlo según lo mostrado en el monte”.
No obstante, este pasaje de éxodo 27 presenta mayor problema para sostener la idea de una identidad plena entre el santuario terrenal y el celestial. ¿Habría en el cielo, “calderos para recoger la ceniza”, “braseros”, “varas”, “paletas”, entre otras cosas que menciona el texto sagrado?.
Otro punto a considerar, es el hecho conocido de las diferencias que existían entre diferentes santuarios israelitas. Veamos:
Diferencias entre el tabernáculo de Moisés, en el desierto, y el templo de Salomón, en Jerusalén:
-El de Moisés tenía un solo atrio, el de Salomón tenía por lo menos dos.
-El de Moisés tenía una sola entrada, el de Salomón tenía seis.
-El tabernáculo del desierto contenía un candelabro en el lado sur y una mesa de los panes de la proposición en el lado norte; mientras que el templo de Jerusalén contenía diez candelabros y diez mesas de los panes de la proposición, colocados en ambos lados, norte y sur.
-Uno de los atrios del templo de Jerusalén, contenía un gran mar de bronce o tanque, que estaba colocado sobre 12 bueyes de bronce que miraban hacia cada uno de los cuatro puntos cardinales. Por el contrario, este detalle no se encontraba en el tabernáculo del desierto.
-En el de Moisés, había una sola fuente para lavarse; mientras que en el de Salomón había 10 fuentes.
-A la entrada del templo de Salomón, estaban dos gigantescas columnas de bronce, llamadas Jaquín y Boaz, las cuales estaban adornadas de lirios y tenían cadenas adornadas como collares; por el contrario, en el tabernáculo de Moisés no se observó nada similar.
-El interior del tabernáculo del desierto, estaba adornado con figuras de querubines; el interior del templo de Jerusalén, tenía además palmeras, flores, leones y bueyes.
Observando todas estas diferencias entre ambos santuarios, debemos tener en cuenta que al igual que a Moisés, también a David y a Salomón se les dieron instrucciones divinas, para construir el de Jerusalén, según 1 Crónicas 28:11-19: “Y David dio a Salomón su hijo el plano…Todas estas cosas, dijo David, me fueron trazadas por la mano de Jehová, que me hizo entender todas las obras del diseño”. (Aquí, “diseño” es “Tabnith”, en hebreo).
Quiere decir, que tanto a Moisés como a David y a Salomón, se les ordenó construir un santuario según el “Tabnith” (modelo) que Dios les mostró; no obstante, vimos que ambos diferían en muchos detalles; por lo tanto, ¿cuál de los dos seguía exactamente el modelo celestial?; ¿no deberían ser los dos idénticos, si ambos fueron construidos según el “Tabnith” mostrado, y este modelo era el santuario celestial?.
Además, se han realizado descubrimientos arqueológicos en el cercano oriente, que han mostrado restos de templos cananeos anteriores a los israelitas, los cuales son muy similares en estructura y forma básica, a estos últimos. La pregunta obligada sería, ¿también estos templos paganos fueron construidos según el “Tabnith” (modelo) celestial?.
En este punto, es lógico pensar, que si el santuario israelita era una “copia” o “modelo” del santuario celestial, debería haber sido único en su forma.
En conclusión, todas estas evidencias nos muestran claramente, que no existe base real y bíblica, para que algunos analistas continúen insistiendo en la idea, de que el santuario terrenal guardaba una relación de identidad con el santuario celestial; solamente basados en la conocida frase: “Hazlo todo según el modelo que se te mostró en el monte”.
Dios les bendiga. Saludos.
Billy Vicente
Estimados hermanos, a propósito de lo que dijo Gabriel 47 en otro epígrafe, sobre el santuario israelita, acerca de que este era una copia del santuario celestial (coincidiendo así, con la falsa profetisa del adventismo, Ellen White), veamos el siguiente análisis que publiqué, hace algún tiempo:
El Santuario terrenal-¿Copia o modelo del Celestial?:
Leamos, Éxodo 25:8-9: “Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos. Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos los utensilios, así lo haréis”.
También, en Éxodo 25, en los versículos del 10-39, tenemos las instrucciones de Dios a Moisés sobre el “arca del testimonio”, la “mesa para el pan de la proposición”, y el “candelero de oro”.
Luego, Éxodo 25:40 concluye con la orden: “Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte”.
En Hebreos 8:5, leemos: “Los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte”.
Entonces, ¿qué significa la frase de Hebreos: “Haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte”?.
Algunos analistas consideran, que esto significa que a Moisés se le mostró el Santuario celestial, y por lo tanto siguiendo ese modelo los israelitas debían erigir un santuario idéntico a este. Naturalmente, eso significaría por lo tanto, una correspondencia literal punto por punto entre ambos santuarios. Quiere decir, que en el santuario celestial, debería existir un gran altar para el incienso y una gran mesa para los panes de la proposición, en correspondencia con esos mismos elementos más pequeños, que había en el santuario terrenal. Lo mismo ocurriría con todo lo demás: el arca, los candelabros, los panes, el incienso, los velos, cortinas….Y así sucesivamente.
Observemos ahora, que la palabra hebrea traducida como “modelo” en éxodo 25:9,40; es “Tabnith”.
Luego, vemos la misma idea en éxodo 26:30: “Y alzarás el tabernáculo conforme al modelo que te fue mostrado en el monte”; sin embargo, aquí la palabra hebrea empleada y traducida como “modelo” es “Míshpat”.
Leamos ahora, éxodo 27:1-8, donde se dan las instrucciones sobre el “altar de bronce”, para el holocausto:
“Harás también un altar de madera…Y le harás cuernos en sus cuatro esquinas…Harás también sus calderos para recoger la ceniza, y sus paletas, sus tazones, sus garfios y sus braseros….Y le harás un enrejado de bronce….cuatro anillos de bronce….Harás también varas para el altar…de la manera que te fue mostrado en el monte, así lo harás”.
Aquí en este pasaje, no se utilizan las palabras que se tradujeron como “modelo”, pero es evidente que la idea central de este, es la misma de los textos anteriores: “hacerlo según lo mostrado en el monte”.
No obstante, este pasaje de éxodo 27 presenta mayor problema para sostener la idea de una identidad plena entre el santuario terrenal y el celestial. ¿Habría en el cielo, “calderos para recoger la ceniza”, “braseros”, “varas”, “paletas”, entre otras cosas que menciona el texto sagrado?.
Otro punto a considerar, es el hecho conocido de las diferencias que existían entre diferentes santuarios israelitas. Veamos:
Diferencias entre el tabernáculo de Moisés, en el desierto, y el templo de Salomón, en Jerusalén:
-El de Moisés tenía un solo atrio, el de Salomón tenía por lo menos dos.
-El de Moisés tenía una sola entrada, el de Salomón tenía seis.
-El tabernáculo del desierto contenía un candelabro en el lado sur y una mesa de los panes de la proposición en el lado norte; mientras que el templo de Jerusalén contenía diez candelabros y diez mesas de los panes de la proposición, colocados en ambos lados, norte y sur.
-Uno de los atrios del templo de Jerusalén, contenía un gran mar de bronce o tanque, que estaba colocado sobre 12 bueyes de bronce que miraban hacia cada uno de los cuatro puntos cardinales. Por el contrario, este detalle no se encontraba en el tabernáculo del desierto.
-En el de Moisés, había una sola fuente para lavarse; mientras que en el de Salomón había 10 fuentes.
-A la entrada del templo de Salomón, estaban dos gigantescas columnas de bronce, llamadas Jaquín y Boaz, las cuales estaban adornadas de lirios y tenían cadenas adornadas como collares; por el contrario, en el tabernáculo de Moisés no se observó nada similar.
-El interior del tabernáculo del desierto, estaba adornado con figuras de querubines; el interior del templo de Jerusalén, tenía además palmeras, flores, leones y bueyes.
Observando todas estas diferencias entre ambos santuarios, debemos tener en cuenta que al igual que a Moisés, también a David y a Salomón se les dieron instrucciones divinas, para construir el de Jerusalén, según 1 Crónicas 28:11-19: “Y David dio a Salomón su hijo el plano…Todas estas cosas, dijo David, me fueron trazadas por la mano de Jehová, que me hizo entender todas las obras del diseño”. (Aquí, “diseño” es “Tabnith”, en hebreo).
Quiere decir, que tanto a Moisés como a David y a Salomón, se les ordenó construir un santuario según el “Tabnith” (modelo) que Dios les mostró; no obstante, vimos que ambos diferían en muchos detalles; por lo tanto, ¿cuál de los dos seguía exactamente el modelo celestial?; ¿no deberían ser los dos idénticos, si ambos fueron construidos según el “Tabnith” mostrado, y este modelo era el santuario celestial?.
Además, se han realizado descubrimientos arqueológicos en el cercano oriente, que han mostrado restos de templos cananeos anteriores a los israelitas, los cuales son muy similares en estructura y forma básica, a estos últimos. La pregunta obligada sería, ¿también estos templos paganos fueron construidos según el “Tabnith” (modelo) celestial?.
En este punto, es lógico pensar, que si el santuario israelita era una “copia” o “modelo” del santuario celestial, debería haber sido único en su forma.
En conclusión, todas estas evidencias nos muestran claramente, que no existe base real y bíblica, para que algunos analistas continúen insistiendo en la idea, de que el santuario terrenal guardaba una relación de identidad con el santuario celestial; solamente basados en la conocida frase: “Hazlo todo según el modelo que se te mostró en el monte”.
Dios les bendiga. Saludos.
Billy Vicente