Hola Ana!
Nunca he dicho que debemos ser perfeccionistas. Esa condición no existe en el ser humano! Y yo tampoco creo en ese "cristianismo fantasioso" ni santurrón ( conste que no he dicho de santidad).
Lo importante es saber lo que Dios dice de sus hijos, y no lo que nosotros decimos de nosotros mismos.
El hombre tiene la natural tendencia de juzgar a los demás, y también de juzgarse a sí mismo, y la calificación siempre será negativa.
Así que si el hombre nos juzga, siempre nos despedazará con su juicio, de la misma manera si uno se juzga a sí mismo, nos despedazamos. Así que nos conviene que sea Dios, el juez justo, quien nos juzgue.
De manera que cuando los hijos de Dios (los cristianos) hemos sido ya justificados por la sangre de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, Dios nos llama: JUSTOS.
Somos justos en un 100%
Nunca nos llama: "medio-justos", ni "ya casi-justos". Ni tampoco nos llama justos en base a lo que hagamos.
Nos llama JUSTOS, nos llama LIMPIOS, nos llama NUEVOS, nos llama PERFECTOS, nos llama REDIMIDOS, nos llama AMADOS, nos llama PUROS y sin mancha.
Y lo somos en un 100%, ¿te das cuenta?, sí Él lo dice, ¿en dónde cabe lo que nosotros decimos?
Y es que el lo dice en base a lo que su Hijo hizo por nosotros. De manera que el Padre nos ve a través de la sangre de su Hijo. Por eso nos ve perfectos. NO PUEDE MIRARNOS DE OTRA MANERA.
Y piensa en algo: Seguir viéndote de otra manera a lo que Él dice de ti, es llamarle mentiroso, y exponer a vituperio lo que su Hijo hizo por ti.
Medita en esto unos minutos, por favor..........
Nunca he dicho lo contrario, de hecho creo que la vida de un cristiano es mucho más difícil que un incrédulo. Pero hay una diferencia abismal entre la vida de ambos.
De hecho hay un propósito en todo esto, Pablo nos habla al respecto:
Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, 8que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; 9perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; 10llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. 11Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. 12De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida.
13Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos, 14sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros. 15Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios.
16Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. 17Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 18no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. (2 Co.4:7)
De manera que esa pruebas no son para meternos en incredulidad o en tibieza. Sino son para que nos calentemos más.
Recuerda que un hijo de Dios haya la perfeccion del poder de Dios, precisamente en sus debilidades.
"Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte."(2 Co. 12:10)
Pero no por eso los cristianos son incrédulos, débiles, tibios. ¿O es que acaso Dios nos lleva a fingir y a decir, "Soy fuerte"?
Dios nos dice: "ERES FUERTE", porque en realidad SOY FUERTE, aunque hay que decirlo..... LO SOY, EN EL PODER DE SU ESPIRITU.
"Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo," (1 Co. 15:10)
Ah caray!, te confieso que nunca había escuchado de ese "ministerio".
Ahora que, respecto a eso de "estar bajo prueba", te repito que la persecución, prueba, tribulación, van de la mano con todo hijo de Dios.
"Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución;" (2 Ti. 3:12)
Y esta es una promesa para todo hijo de Dios.
Claro que aquellos que pasan pruebas son parte de la iglesia. Vuelvo a lo mismo. Las pruebas van de la mano con los hijos de Dios. Y por supuesto que las pruebas son para crecer.
Dios te bendice!
hola2:
