Luego vi a dos rufianes... y se subieron a una cama, donde estaba una de mis esposas con sus hijos... Yo tomé mi cuchillo grande de caza que solía usar como un prendedor cuando estaba en Nauvoo, y le corté el cuello a uno de ellos, diciéndole: "Váyase a los infiernos." El otro me dijo: "No se atreva a hacerme lo mismo." Inmediatamente me abalancé sobre él, lo agarré por el cuello, y lo envié en pos de su camarada; luego les dije a los dos que, si ellos se portaban bien, aún vivirían, pero si no, les desarticularía los cuellos. En eso desperté.
Digo que, en vez de que los apóstoles florezcan aquí, yo desenvainaría mi cuchillo de cacería, y vencería o moriría. (Gran conmoción en la congregación, y simultánea irrupción de sentimiento, asentimiento a la declaración). Ahora vosotros, detestables apóstatas, aclarad vuestra situación, o el juicio se pondrá al día y la justicia a la plomada. (Voces, generalmente: "¡Vamos! ¡Vamos!") Si vosotros decís que está bien, levantad las manos. (Todas las manos se levantaron.) j Invoquemos al Señor para que nos ayude en esto, y en toda buena obra.
Brigham Young Diario de Discurso
Volumen 1, pág. 83
... Supongamos que nuestro prójimo es sorprendido en una falta grave, que ha cometido un pecado que él sabe que lo privará de la exaltación que desea, y que no puede lograrla sin el derramamiento de su sangre, y él también sabe que el derramar su sangre hará expiación por ese pecado, y será salvo y exaltado con los dioses. ¿Hay un hombre o una mujer en este Tabernáculo de Salt Lake City que quiera decir: "derramen mi sangre para que yo sea salvo y exaltado con los dioses?"
Todos los humanos se aman a sí mismos, pero que estos principios sean conocidos por el individuo, y éste se alegrará de que su sangre sea derramada. Eso significaría que viviría, aún para la exaltación eterna. ¿Amarías a tus hermanos y hermanas de ese modo, cuando hayan cometido un pecado que no pueda ser expiado sin el derramamiento de su propia sangre? ¿Amas tú a ese hombre o a esa mujer M suficiente como para derramar su sangre?...
Yo pudiera referimos abundantes casos de hombres que han sido justamente asesinados a fin de que hagan expiación por sus pecados. He visto a muchísimas personas para las cuales hubiera habido una oportunidad... si se les hubiera quitado la vida y su sangre se hubiera derramado sobre la tierra como un incienso humeante al Todopoderoso, pero que ahora son ángeles del diablo... He conocido a muchísimos hombres que han abandonado esta iglesia, para los cuales no hay ninguna oportunidad de exaltación, pero si su sangre se hubiera derramado, hubiera sido mejor para ellos. La perversidad y la ignorancia de las naciones prohibe que este principio se ponga en vigor, pero vendrá tiempo en que la ley de Dios estará en pleno vigor.
Esto es amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Si él necesita ayuda, ayudémoslo, y si quiere la salvación, y para ello es necesario derramar su sangre sobre la tima, a fin de que pueda ser salvo, derramémosla. Cualquiera de vosotros que entiende los principios de la eternidad, si ha cometido un pecado que requiera derramamiento de la sangre, a menos que sea el pecado de muerte, no estará satisfecho, ni descansará, hasta que su sangre sea derramada, para que pueda ganar la salvación que desea. Esa es la manera de amar a la humanidad.
Ahora, hermanos y hermanas, ¿querréis vosotros vivir vuestra religión? ¿Cuántos centenares de veces os he hecho esta pregunta? ¿Querrán vivir su religión los santos de los últimos días?... Me satisface pensar que el pueblo llamado santos de los últimos días, se está esforzando ahora por obtener el espíritu de su llamamiento y de su religión... Ahora, comencemos' como hijos, y andemos en el camino recto y estrecho, vivamos nuestra religión, y honremos a nuestro Dios.
Brigham Young Diario de Discursos
Volumen 4, págs. 219,220
Algunos han recibido el sacerdocio y un conocimiento de las cosas de Dios (obvia referencia a la dotación del templo), y aún deshonran la causa de la verdad, cometen adulterio y toda otra abominación que haya debajo del cielo.
Estas mismas personas se embriagan y se revuelcan en el lodazal y en la inmundicia, y sin embargo, se llaman a sí mismos santos, y se glorían en su conducta.
... pido que la indignación de Dios repose sobre ellos, y que Él los maldiga desde la coronilla de sus cabezas hasta la planta de sus pies.
Digo que hay hombres y mujeres a los cuales yo aconsejaría que acudan ante el presidente (Brigham Young) inmediatamente, y le pidan que escoja un comité para que atienda su caso; y luego, que se seleccione un lugar, y que ese comité derrame la sangre de tales personas.
Entre nosotros tenemos a algunos que están llenos de toda clase de abominaciones, que necesitan que su sangre sea derramada, pues el agua (referencia al bautismo) no los limpiara, ya que sus pecados son de los más viles.
Vosotros pudierais pensar que no os estoy enseñando doctrina bíblica. ¿Pero qué dice el apóstol Pablo? Yo preguntaría cuántos quebrantadores de los convenios del templo hay en la ciudad y en este reino. Creo que hay muchísimos. Y si son quebrantadores de los convenios del templo, necesitamos que se designe un lugar donde podamos derramar su sangre.
Ya hace bastante tiempo que hemos estado tratando con estas personas, y estoy a favor de permitir que la espada del Todopoderoso se desenvaine, no sólo en palabra, sino en hecho.
Hermanos y hermanas, queremos que os arrepintáis y abandonéis vuestros pecados. Y los que hayan cometido pecados que no puedan ser perdonados por el bautismo, que su sangre sea derramada, y que el humo ascienda, y que el incienso de ella suba delante de Dios en expiación por sus pecados, y que los pecadores de Sion, tengan temor.
Jedediah Grant
Diario de Discurso
Volumen 4, págs. 49-51, 21 de septiembre, 1856
increible preo sieto.
espero nuestros amigos mormones nos pueden hablar sobre esta y otras de sus nuevas y sanas doctrinas.
Jesus Cristo regrese pronto
Digo que, en vez de que los apóstoles florezcan aquí, yo desenvainaría mi cuchillo de cacería, y vencería o moriría. (Gran conmoción en la congregación, y simultánea irrupción de sentimiento, asentimiento a la declaración). Ahora vosotros, detestables apóstatas, aclarad vuestra situación, o el juicio se pondrá al día y la justicia a la plomada. (Voces, generalmente: "¡Vamos! ¡Vamos!") Si vosotros decís que está bien, levantad las manos. (Todas las manos se levantaron.) j Invoquemos al Señor para que nos ayude en esto, y en toda buena obra.
Brigham Young Diario de Discurso
Volumen 1, pág. 83
... Supongamos que nuestro prójimo es sorprendido en una falta grave, que ha cometido un pecado que él sabe que lo privará de la exaltación que desea, y que no puede lograrla sin el derramamiento de su sangre, y él también sabe que el derramar su sangre hará expiación por ese pecado, y será salvo y exaltado con los dioses. ¿Hay un hombre o una mujer en este Tabernáculo de Salt Lake City que quiera decir: "derramen mi sangre para que yo sea salvo y exaltado con los dioses?"
Todos los humanos se aman a sí mismos, pero que estos principios sean conocidos por el individuo, y éste se alegrará de que su sangre sea derramada. Eso significaría que viviría, aún para la exaltación eterna. ¿Amarías a tus hermanos y hermanas de ese modo, cuando hayan cometido un pecado que no pueda ser expiado sin el derramamiento de su propia sangre? ¿Amas tú a ese hombre o a esa mujer M suficiente como para derramar su sangre?...
Yo pudiera referimos abundantes casos de hombres que han sido justamente asesinados a fin de que hagan expiación por sus pecados. He visto a muchísimas personas para las cuales hubiera habido una oportunidad... si se les hubiera quitado la vida y su sangre se hubiera derramado sobre la tierra como un incienso humeante al Todopoderoso, pero que ahora son ángeles del diablo... He conocido a muchísimos hombres que han abandonado esta iglesia, para los cuales no hay ninguna oportunidad de exaltación, pero si su sangre se hubiera derramado, hubiera sido mejor para ellos. La perversidad y la ignorancia de las naciones prohibe que este principio se ponga en vigor, pero vendrá tiempo en que la ley de Dios estará en pleno vigor.
Esto es amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Si él necesita ayuda, ayudémoslo, y si quiere la salvación, y para ello es necesario derramar su sangre sobre la tima, a fin de que pueda ser salvo, derramémosla. Cualquiera de vosotros que entiende los principios de la eternidad, si ha cometido un pecado que requiera derramamiento de la sangre, a menos que sea el pecado de muerte, no estará satisfecho, ni descansará, hasta que su sangre sea derramada, para que pueda ganar la salvación que desea. Esa es la manera de amar a la humanidad.
Ahora, hermanos y hermanas, ¿querréis vosotros vivir vuestra religión? ¿Cuántos centenares de veces os he hecho esta pregunta? ¿Querrán vivir su religión los santos de los últimos días?... Me satisface pensar que el pueblo llamado santos de los últimos días, se está esforzando ahora por obtener el espíritu de su llamamiento y de su religión... Ahora, comencemos' como hijos, y andemos en el camino recto y estrecho, vivamos nuestra religión, y honremos a nuestro Dios.
Brigham Young Diario de Discursos
Volumen 4, págs. 219,220
Algunos han recibido el sacerdocio y un conocimiento de las cosas de Dios (obvia referencia a la dotación del templo), y aún deshonran la causa de la verdad, cometen adulterio y toda otra abominación que haya debajo del cielo.
Estas mismas personas se embriagan y se revuelcan en el lodazal y en la inmundicia, y sin embargo, se llaman a sí mismos santos, y se glorían en su conducta.
... pido que la indignación de Dios repose sobre ellos, y que Él los maldiga desde la coronilla de sus cabezas hasta la planta de sus pies.
Digo que hay hombres y mujeres a los cuales yo aconsejaría que acudan ante el presidente (Brigham Young) inmediatamente, y le pidan que escoja un comité para que atienda su caso; y luego, que se seleccione un lugar, y que ese comité derrame la sangre de tales personas.
Entre nosotros tenemos a algunos que están llenos de toda clase de abominaciones, que necesitan que su sangre sea derramada, pues el agua (referencia al bautismo) no los limpiara, ya que sus pecados son de los más viles.
Vosotros pudierais pensar que no os estoy enseñando doctrina bíblica. ¿Pero qué dice el apóstol Pablo? Yo preguntaría cuántos quebrantadores de los convenios del templo hay en la ciudad y en este reino. Creo que hay muchísimos. Y si son quebrantadores de los convenios del templo, necesitamos que se designe un lugar donde podamos derramar su sangre.
Ya hace bastante tiempo que hemos estado tratando con estas personas, y estoy a favor de permitir que la espada del Todopoderoso se desenvaine, no sólo en palabra, sino en hecho.
Hermanos y hermanas, queremos que os arrepintáis y abandonéis vuestros pecados. Y los que hayan cometido pecados que no puedan ser perdonados por el bautismo, que su sangre sea derramada, y que el humo ascienda, y que el incienso de ella suba delante de Dios en expiación por sus pecados, y que los pecadores de Sion, tengan temor.
Jedediah Grant
Diario de Discurso
Volumen 4, págs. 49-51, 21 de septiembre, 1856
increible preo sieto.
espero nuestros amigos mormones nos pueden hablar sobre esta y otras de sus nuevas y sanas doctrinas.
Jesus Cristo regrese pronto