Desearía conocer vuestra opinión sobre un tema que tanto afecta a la moral católica y cristiana en general, y que es la causa de que muchos creyentes lo pasen verdaderamente mal y que otros muchos se aparten de la practica religiosa a la espera de mejores momentos en su vida.
Ya podréis adivinar que me refiero al Sexto Mandamiento. Tengo muy claro que hay faltas que claramente son pecado mortal, pero hay otras que no sabe uno a que atenerse y cuando dejan de ser falta para pasar a pecado venial y de este a pecado mortal. Los confesores se limitan a exhortarnos a la oración y a recibir los sacramentos con frecuencia, pero la experiencia me dice que esto, aunque necesario, no llega a ser suficiente, por lo menos en muchas personas.
Cada uno es un caso particular que a mi se me ocurre clasificarlos así:
1) Solteros de cualquier edad, que por la circunstancias que sean no tiene opción a salir de su estado.
2) Viudos de cualquier edad, e idénticas circunstancias a los anteriores.
3) Casados, pero con problemas para las relaciones sexuales con su esposo/a ya sea debido a la edad, a una enfermedad o simplemente a la perdida de deseo sexual del otro/a. Siendo uno/a activo sexual el otro/a no lo es.
¿En estos casos, enumerados arriba, cual puede ser la solución?
a) Renunciar de por vida a la vida sexual. En mi opinión es muy duro y para muchos casi imposible.
b) Buscar compañía fuera de los cauces legales. Pienso que el pecado siempre es grave, con el agravante de que se lleva a pecar a otra persona.
c) Auto satisfacer la libido. Aquí tengo una gran duda ¿es siempre pecado? El Catecismo dice que en casos especiales no, pero no lo veo claro. También pienso que es menos grave que los de a) y b)
¿Qué hacer entonces? La naturaleza humana tiene sus exigencias. Y la debilidad humana es demasiado grande.
Me gustaría conocer la opinión de los foristas, desde su experiencia personal. ¿Cómo resolvéis cada uno este problema? (el que lo tenga, claro).
Saludos
Anorgi
Ya podréis adivinar que me refiero al Sexto Mandamiento. Tengo muy claro que hay faltas que claramente son pecado mortal, pero hay otras que no sabe uno a que atenerse y cuando dejan de ser falta para pasar a pecado venial y de este a pecado mortal. Los confesores se limitan a exhortarnos a la oración y a recibir los sacramentos con frecuencia, pero la experiencia me dice que esto, aunque necesario, no llega a ser suficiente, por lo menos en muchas personas.
Cada uno es un caso particular que a mi se me ocurre clasificarlos así:
1) Solteros de cualquier edad, que por la circunstancias que sean no tiene opción a salir de su estado.
2) Viudos de cualquier edad, e idénticas circunstancias a los anteriores.
3) Casados, pero con problemas para las relaciones sexuales con su esposo/a ya sea debido a la edad, a una enfermedad o simplemente a la perdida de deseo sexual del otro/a. Siendo uno/a activo sexual el otro/a no lo es.
¿En estos casos, enumerados arriba, cual puede ser la solución?
a) Renunciar de por vida a la vida sexual. En mi opinión es muy duro y para muchos casi imposible.
b) Buscar compañía fuera de los cauces legales. Pienso que el pecado siempre es grave, con el agravante de que se lleva a pecar a otra persona.
c) Auto satisfacer la libido. Aquí tengo una gran duda ¿es siempre pecado? El Catecismo dice que en casos especiales no, pero no lo veo claro. También pienso que es menos grave que los de a) y b)
¿Qué hacer entonces? La naturaleza humana tiene sus exigencias. Y la debilidad humana es demasiado grande.
Me gustaría conocer la opinión de los foristas, desde su experiencia personal. ¿Cómo resolvéis cada uno este problema? (el que lo tenga, claro).
Saludos
Anorgi