Benedicto XVI presenta a san Cirilo de Jerusalén

Raul68

2
16 Julio 2006
45.219
18
Queridos hermanos y demás foristas, hoy he leído la siguiente noticia:

Benedicto XVI presenta a san Cirilo de Jerusalén

La intervención de Benedicto XVI en la audiencia general número cien de su pontificado, dedicada a presentar la figura de san Cirilo de Jerusalén.
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 27 junio 2007 (ZENIT).-


Queridos hermanos y hermanas:

Nuestra atención se concentra hoy en san Cirilo de Jerusalén. Su vida representa el cruce de dos dimensiones: por una parte, la atención pastoral, y por otra, la participación, a pesar suyo, e las encendidas controversias que turbaron entonces a la Iglesia de Oriente...
(leer toda aquí)

Y ellas, las palabras de Benedicto XVI, me ha dado razón para iniciar este debate. No pretendo nada, nomás quiero ir dar a conocer las Veinticuatro catequesis de San Cirilo de Jerusalén para que todos vaya viendo aquello que han de ver, y sobran mis palabras, pues el mismo San Cirilo será quien les irá mostrando, principalmente a los católicos, cual es el camino que hay que seguir para en verdad ser discípulo de Cristo. Pero atentos, muchos de los que no lo son, también les invito a conocer a este Doctor de la Iglesia.

Empezamos:

CATEQUESIS I: INVITACIÓN AL BAUTISMO (I)

Pronunciada en Jerusalén, contiene una introducción a los que se aproximan al bautismo. El punto de partida es Is 1.16: "Lavaos, purificaos, quitad de delante de mis ojos las fechorías de vuestras almas"(1).

Dios os aguarda

Sois ya discípulos de la nueva Alianza y partícipes de los misterios de Cristo, ahora por vocación, pero dentro de poco también como un don: haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo(2) para que se alegren los moradores del cielo. Pues si, como dice el evangelio, «habrá alegría por un solo pecador que se convierte»(3), ¿cuánto más no moverá a la alegría a los habitantes del cielo la salvación de tantas almas? Habiendo entrado por un camino ancho y hermoso, recorred cautelosamente la senda de la piedad. Pues el unigénito Hijo de Dios está plenamente dispuesto para vuestra redención y señala: «Venid todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré»(4). Los que lleváis el pernicioso vestido de vuestras ofensas(5) y estáis oprimidos por las cadenas de vuestros pecados, escuchad la voz del profeta que dice: «Lavaos, purificaos, quitad de delante de mis ojos las maldades de vuestra alma»(6), de modo que os aclame el coro de los ángeles: «Dichoso el que es perdonado de su culpa, y le queda cubierto su pecado»(7). Los que habéis encendido hace poco por primera vez las lámparas de la fe(8), sostenedlas en las manos sin que se apaguen, para que aquel que en otro tiempo abrió por la fe el paraíso al ladrón en este santísimo monte del Gólgota(9) os conceda también a vosotros cantar el cántico nupcial.

VER FUENTE AQUÍ


Es todo por hoy, cada cual tome como bien considere. Un saludo y les bendigo.
 
Re: Benedicto XVI presenta a san Cirilo de Jerusalén

CATEQUESIS I: INVITACIÓN AL BAUTISMO (II)

Nuevo nacimiento desde el pecado al hombre nuevo

2. Si alguno es ahora esclavo del pecado, prepárese mediante la fe para la regeneración liberadora de la adopción filial. Y abandonada la funesta servidumbre de los pecados, una vez dedicado al dulce servicio del Señor será juzgado digno de disfrutar la herencia del reino celestial. Desvestíos por medio de la confesión del hombre viejo, que se corrompe por las concupiscencias del error, para revestiros del hombre nuevo, que se renueva por el conocimiento de aquel que le creó(10). Recibid por la fe las arras del Espíritu(11) para que podáis ser recibidos en las moradas eternas(12). Acercaos (a recibir) el sello espiritual para que podáis ser reconocidos favorablemente por vuestro dueño(13). Seréis contados en la santa y fiel grey de Cristo a fin de que, como en otro tiempo fuisteis separados a su derecha, ahora consigáis la vida eterna que se os ha preparado. Quienes sufren todavía la aspereza de su pecados (como la de una piel con vello), se quedarán en pie a la izquierda, puesto que todavía no han tenido acceso a la gracia de Dios, que se da por medio de Cristo en el lavatorio de la regeneración. Pero no me refiero a la regeneración de los cuerpos, sino al nuevo nacimiento del alma por el Espíritu. Pues los cuerpos son engendrados por padres visibles, pero las almas vuelven a nacer de nuevo por la fe; ya que «el Espíritu sopla donde quiere» (Jn 3,8)(14). Si se te considera digno, te será licito oír: «Bien, siervo bueno y fiel» (Mt 25, 21), lo que sucederá cuando tu conciencia no te pueda acusar en absoluto de simulación.

Ver fuente aquí
 
Re: Benedicto XVI presenta a san Cirilo de Jerusalén

Bueno, he considerado añadir unas cuantas más hoy para que puedan hacerse una idea generalizada. Salteando un poco entre las Veinticuatro catequesis, ahora les dejo esta.

CATEQUESIS X: UN SOLO SEÑOR JESUCRISTO

Sobre aquello de «Y en un solo Señor Jesucristo». Se parte del pasaje de 1 Co 8,5-6: «Pues aun cuando se les dé el nombre de dioses, bien en el cielo bien en la tierra, de forma que hay multitud de dioses y de señores, para nosotros no hay más que un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y para el cual somos; y un solo Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas y por el cual somos nosotros»(1).

El Hijo, puerta para llegar al Padre

1. Aquellos a quienes se ha enseñado a creer en «un solo Dios, Padre todopoderoso», deben creer también en el Hijo unigénito. Pues «todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre» (I Jn 2, 33). «Yo soy la puerta» (Jn 10, 9), dice Jesús. «Nadie va al Padre sino por mí» (Jn 14, 6). Si niegas la puerta, te permanecerá cerrado el conocimiento que lleva al Padre. «Nadie conoce bien al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar» (Mt I 1, 27b). Pues si niegas a aquel que revela, permanecerás en la ignorancia. Dice una sentencia en los Evangelios: «El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que rehúsa creer en el Hijo, no verá la vida, sino que la cólera de Dios permanece sobre él» (Jn 3, 36). El Padre se indigna cuando el Hijo unigénito es privado de su honor. Un rey considera grave que alguien insulte a un simple soldado. Por tanto, si se trata indecorosamente a alguien de las personas más honorables, compañeros o amigos, más se enciende la propia cólera. Y si alguien injuria al Hijo único del Rey, ¿quién aplacará y suavizará al Padre del Hijo unigénito de tal modo conmovido?

Es en el Hijo en quien se cumplen los designios de Dios

2. Si alguien, por consiguiente, quiere ser piadoso para con Dios, adore al Hijo; de otro modo, el Padre no admitirá su culto. El Padre exclamó desde el cielo diciendo: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco» (Mt 3, 17). En el Hijo se complugo el Padre. Si tú no encuentras también en él tu complacencia, no tendrás la vida. No te dejes arrastrar por los judíos, que mala y astutamente dicen, sí, que hay un solo Dios. Pero, junto a este reconocimiento de que sólo hay un Dios, reconoce a la vez que existe un Hijo único de Dios. No he sido yo el primero en decir esto, sino que acerca de la persona del Hijo dice el salmista: «Voy a anunciar el decreto de Yahvé: El me ha dicho: "Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy"» (Sal 2, 7)(2). No atiendas, pues, a lo que dicen los judíos, sino a lo que hablan los profetas. ¿Te asombras de que desprecien las voces de los profetas cuando ellos mismos los lapidaron y entregaron a la muerte?

Ver fuente aquí
 
Re: Benedicto XVI presenta a san Cirilo de Jerusalén

CATEQUESIS XVI: EL ESPÍRITU SANTO (I)

Pronunciada en Jerusalén sobre: «Y en el Espiritu Santo, Paráclito, que habló por los profetas». La lectura se toma de I Cor 12,1-4: «En cuanto a los dones espirituales no quiero, hermanos, que estéis en la ignorancia...». Y, más adelante: «Hay diversidad de carismas, pero el Espiritu es el mismo» (12,4), etc.(1).

1. Verdaderamente necesitamos de la gracia espiritual para hablar del Espíritu Santo, aunque nunca estaremos a la altura de la cuestión, pues es imposible. Intentaremos, sin embargo, exponer con naturalidad lo que sacamos de ello en la Sagrada Escritura. En los Evangelios se habla de un gran temor cuando Cristo dice abiertamente: «Al que diga una palabra contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro» (Mt 12,32)(2). Y hay que temer seriamente que alguien, al hablar por ignorancia o por una mala entendida piedad, se gane la condenación. Cristo, juez de vivos y muertos, anunció que un hombre tal no obtendrá el perdón. Y si alguien le ofende, ¿qué esperanza le queda?

Hablaremos de lo que sobre el Espíritu Santo se dice en la Escritura


2. Es necesario el don de la gracia de Jesucristo, tanto para que nosotros hablemos adecuadamente como para que vosotros oigáis con inteligencia. Pues la inteligencia penetrante no es necesaria sólo para los que hablan, sino también para los que oyen, de modo que no suceda que éstos oigan una cosa y torcidamente entiendan otra. Hablaremos, pues, nosotros del Espíritu Santo sólo lo que está escrito y, si algo no está escrito, que la curiosidad no nos ponga nerviosos. Es el mismo Espíritu Santo el que habló por las Escrituras: él dijo de sí mismo lo que quiso o lo que pudiéramos nosotros entender. Así pues, digamos las cosas que fueron dichas por él, pues con lo que él no dijo no nos atreveremos.

Presente ya desde antiguo, es igual en dignidad al Padre y al Hijo


3. Hay un solo Espíritu Santo Paráclito. Y del mismo modo que hay un solo Dios Padre, y no hay un segundo Padre, y sólo un Hijo unigénito, que no tiene ningún otro hermano, así existe un solo Espíritu Santo, y no existe otro Espíritu Santo que sea igual en honor a él(3). Es, por tanto, el Espíritu Santo, la máxima potestad, realidad divina e inefable. Pues vive y es racional, santificador de todas las cosas que Dios ha hecho por Cristo. El ilumina las almas de los justos. El está también en los profetas y también está, en la nueva Alianza, en los Apóstoles. Odieseles a quienes tienen el atrevimiento de aislar la acción del Espíritu Santo. Pues hay un solo Dios Padre, Señor de la antigua y de la nueva Alianza. Y un solo Señor, Jesucristo, que profetizó en la antigua y ha venido en la nueva. Y un sólo Espíritu Santo que anunció por los profetas a Cristo y que, después que Cristo llegó, lo mostró(4).

Ni se habla de tres dioses ni deben separarse Padre, Hijo y Espíritu Santo


4. Por tanto, nadie separe la antigua de la nueva Alianza: que nadie diga que uno es allí el Espíritu, mientras que aquí lo es otro diferente(5), pues ofende así al mismo Espíritu Santo, a quien se tributa honor juntamente con el Padre y el Hijo y que queda, en el bautismo, incluido dentro de la Santa Trinidad. Pues el mismo Hijo unigénito de Dios dijo claramente a los apóstoles: «Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28, 19)(6). Nuestra esperanza está puesta en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. No anunciamos tres dioses. Callen, pues, los marcionitas(7), porque, juntamente con el Espíritu Santo, por medio de un único Hijo, predicamos un único Dios. La fe es indivisa y la piedad es inseparable(8). Ni separamos la Santísima Trinidad, como hacen algunos, ni hacemos, como Sabelio, una confusión(9). Sino que reconocemos piadosamente a un Padre único, que nos envió un Salvador, el Hijo, Reconocemos a un Hijo, único, que prometió que enviaría desde el Padre al Paráclito (cf. Jn 15, 26). Reconocemos al Espíritu Santo, que habló por los profetas y en Pentecostés descendió sobre los apóstoles en una especie de lenguas de fuego (Hech 2, 3), en Jerusalén, en la iglesia de los apóstoles, la de arriba(10). Aquí tenemos toda clase de prerrogativas. Aquí Cristo y el Espíritu Santo descendieron de los cielos. Y era muy conveniente que, del mismo modo que las cosas que se refieren a Cristo y al lugar del Gólgota las decimos en el mismo Gólgota, así también hablásemos del Espíritu Santo en la iglesia de arriba. Pero puesto que el que allí descendió participa de la gloria del que aquí fue crucificado, por eso es en este lugar donde hablaremos del que allí bajó. El culto piadoso no admite separación.

Ver catequesis completa aquí
 
Re: Benedicto XVI presenta a san Cirilo de Jerusalén

Muy buen tema, para una muy buena enseñanza catequética.

Nos hacen falta más temas así.

Saludos :pconfetti
 
Re: Benedicto XVI presenta a san Cirilo de Jerusalén

CATEQUESIS XVI: EL ESPÍRITU SANTO (14)

El Espíritu Santo sugiere, habla y enseña

14. ¿Quieres darte cuenta de cómo crea palabras y habla? Felipe, por revelación de un ángel, bajó por el camino que llevaba hasta Gaza, cuando llegaba el eunuco. Y dijo el Espíritu a Felipe: «Acércate y ponte junto a ese carro» (Hech 8, 29). ¿Ves cómo el Espíritu habla al que le oye? Y Ezequiel dice así: «El espíritu de Yahvé irrumpió en mí y me dijo: "Di: Así dice Yahvé"» (Ez 11, 5). Por otra parte, «dijo el Espíritu Santo» a los apóstoles, que estaban en Antioquía: «Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado» (Hech 13, 2). Ves al Espíritu que está vivo, que segrega y que llama, y que envía con poder. Y Pablo dice: «Solamente sé que en cada ciudad el Espíritu Santo me testifica que me aguardan prisiones y tribulaciones» (20, 23). El es el que santifica a la Iglesia, su auxiliador y su maestro, el Espíritu Santo maestro, del que dijo el Salvador: «Os lo enseñará todo», y no dijo sólo «os lo enseñará», sino también «os recordará todo lo que yo os he dicho» (Jn 14, 26). Pues no son unas las enseñanzas de Cristo y otras las del Espíritu Santo, sino claramente las mismas. De las cosas que habían de suceder dio Pablo testimonio con anterioridad, para que, mediante un conocimiento previo, el ánimo se sintiese más firme. Y estas cosas se os han dicho por aquella sentencia: «Las palabras que os he dicho son espíritu» (Jn 6, 63), de modo que no pienses que éste (el Espíritu) es sólo algo que nosotros decimos, sino doctrina sólida.

Ver catequesis completa aquí
 
Re: Benedicto XVI presenta a san Cirilo de Jerusalén

CATEQUESIS XVI: EL ESPÍRITU SANTO (16)

La fuerza y la iluminación otorgadas por el Espiritu Santo

16. No es tal el Espíritu Santo. ¡Lejos de vosotros este pensamiento! Pues, al contrario, aquí estamos en el terreno del bien y de la salvación. En primer lugar, su venida tiene lugar en la mansedumbre y con suavidad, y se le percibe con esa suavidad y con fragancia, pues su yugo es muy ligero. Avisan de su llegada los rayos brillantes de luz y de ciencia. Viene con los sentimientos de una auténtico protector. Viene a salvar, sanar, enseñar, advertir, fortalecer, consolar y a iluminar la mente: en primer lugar, la de aquel que le acoge y, después, sus obras y las de los demás. Y del mismo modo que quien estaba en tinieblas anteriormente, al mirar luego al sol, de repente recibe la luz en su ojo corporal y distingue lo que antes no veía con claridad, así es aquel que ha sido considerado digno del don del Espíritu Santo: se ilumina su ánimo y, colocándose más allá de lo humano, ve ahora lo que ignoraba. Postrado su cuerpo en tierra, su alma contempla los cielos como en un espejo. Como Isaías, ve «al Señor sentado en un trono excelso y elevado» (Is 6, 1). Contempla, como Ezequiel, al que «estaba sobre la cabeza de los querubines» (Ez 10, 1). Ve, como Daniel, a «miles de millares» y «miríadas de miríadas» (Dan 7, 10). Siendo como hombre poca cosa, ve el principio y el fin del mundo, y discierne el transcurso de los tiempos y la sucesión de los reyes. Y no es que esto lo haya aprendido, pero es un verdadero proveedor de luz. Un hombre puede ser encerrado entre paredes, pero la fuerza de su conocimiento se extiende ampliamente hasta contemplar incluso lo que otros hacen.

Ver catequesis completa aquí
 
Re: Benedicto XVI presenta a san Cirilo de Jerusalén

CATEQUESIS XXII (MISTAGÓGICA IV): EL CUERPO Y LA SANGRE DEL SEÑOR

Sobre el cuerpo y la sangre del Señor. La lectura es de la Primera carta de Pablo a los Corintios: « Yo recibí del Señor lo que os he transmitidos (I Cor11,23),etc.(1).


Institución de la Eucaristía

1. Incluso esta sola enseñanza de Pablo sería suficiente para daros una fe cierta en los divinos misterios. De ellos habéis sido considerados dignos y hechos partícipes del cuerpo y de la sangre del Señor. De él se dice que «la noche en que fue entregado» (I Cor 11, 23), nuestro Señor Jesucristo «tomó pan, y después de dar gracias, lo partió» (1 Cor 11, 23-24) «y, dándoselo a sus discípulos, dijo: "tomad, comed, éste es mi cuerpo". Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: "Bebed de ella todos, porque ésta es mi sangre"» (Mt 26, 26-28). Así pues, si es él el que ha exclamado y ha dicho acerca del pan: «Este es mi cuerpo», ¿quién se atreverá después a dudar? Y si él es el que ha afirmado y dicho: «Esta es mi sangre», ¿quién podrá dudar jamás diciendo que no se trata de su sangre?

Fe en el cuerpo y la sangre del Señor

2. En una ocasión, en Cana de Galilea, cambió el agua en vino (Jn 2, 1-10), que es afín a la sangre. ¿Y ahora creeremos que no es digno de fe al cambiar el vino en sangre? Invitado a unas bodas humanas, realizó aquel prodigio admirable. ¿No confesaremos mucho más que a los hijos del tálamo nupcial les dio para su disfrute su propio cuerpo y sangre?(2).

Apariencias de pan y vino, pero realidad del cuerpo y sangre de Cristo

3. Por ello, tomémoslo, con convicción plena, como el cuerpo y la sangre de Cristo. Pues en la figura de pan se te da el cuerpo, y en la figura de vino se te da la sangre, para que, al tomar el cuerpo y la sangre de Cristo, te hagas partícipe de su mismo cuerpo y de su misma sangre. Así nos convertimos en portadores de Cristo, distribuyendo en nuestros miembros su cuerpo y su sangre. Así, según el bienaventurado Pedro, nos hacemos «partícipes de la naturaleza divina» (2 Pe 1, 4).

El «escándalo» del Pan de vida

4. En cierta ocasión, discutiendo Jesús con los judíos, decía: «Si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros» (Jn 6, 53). Pero como aquellos no entendiesen en sentido espiritual lo que se estaba diciendo, se retiraron ofendidos (cf. 6, 60) creyendo que les invitaba a comer carnes(3).

La Eucaristía, pan de la nueva Alianza para salud del hombre

5. Existían también, en la antigua Alianza, los panes de la proposición; pero, puesto que se referían a una alianza caduca, tuvieron un final. Pero, en la nueva Alianza, el pan es celestial y la bebida saludable, y santifican el alma y el cuerpo. Pues, como el pan le va bien al cuerpo, así también el Verbo(4) le va bien al alma.

La certeza del don del cuerpo y la sangre de Cristo

6. Por lo cual no debes considerar el pan y el vino (de la Eucaristía) como elementos sin mayor significación. Pues, según la afirmación del Señor, son el cuerpo y la sangre de Cristo. Aunque ya te lo sugieren los sentidos, la fe te otorga certidumbre y firmeza. No calibres las cosas por el placer, sino estate seguro por la fe, más allá de toda duda, de que has sido agraciado con el don del cuerpo y de la sangre de Cristo.

La mesa que ha preparado el Señor

7. La fuerza de todo esto te la explica el profeta David cuando exclama: «Tú preparas una mesa ante mí, frente a mis enemigos» (Sal. 22, 23-5). Lo cual quiere decir: antes de tu venida, los demonios habían preparado a los hombres una mesa contaminada, sucísima, que rezuma el poder del diablo. Pero, una vez que llegaste, Señor, «has preparado una mesa ante mí». Y cuando el hombre dice a Dios: «has preparado ante mí una mesa», ¿qué otra cosa significa que la mística e inteligible mesa que Dios nos ha preparado «frente a los enemigos», los contrarios, es decir, frente a los demonios? Y así es, en efecto, pues aquella mesa mantenía la comunión con los demonios, pero ésta la mantiene con Dios. «Unges con óleo mi cabeza»(5). Con óleo ungió tu cabeza en la frente mediante el sello(6) que tienes de Dios, para que Dios te santifique y te hagas imagen de lo que el sello expresa(7). «Mi copa rebosa». Se trata del cáliz que Jesús tomó en las manos y, dando gracias, dijo: «Esa es mi sangre..., que es derramada por los muchos para perdón de los pecados» (Mt 26, 28).

Las nuevas vestiduras de la justicia

8. Por ello Salomón, en el Eclesiastés, queriendo señalar esta gracia dijo: «Ven, come con alegría tu pan» (Ecl 9, 7). Se refiere el pan espiritual; dice «ven», porque llama a la salvación y da la felicidad. «Y bebe de buen grado tu vino» (ibid.), que se refiere al vino espiritual. «Y no falte ungüento sobre tu cabeza» (Ecl 9, 8b): ¿Ves cómo también se designa así al crisma espiritual? «En toda sazón sean tus ropas blancas, ... que Dios está ya contento con tus obras» (ibid., 8a y 7b). Pues, antes de que tuvieses acceso a la gracia, tus obras eran «vanidad de vanidades» (Ecl 1, 2)(8). Pero, una vez que te despojaste de tus viejas vestiduras y te pusiste las que están espiritualmente limpias, debes estar siempre vestido con éstas. No te decimos que es necesario que siempre vayas vestido de blanco, sino que te revistas de lo que es blanco, puro y espiritual y que digas, de acuerdo con el bienaventurado Isaías: «Con gozo me gozaré en Yahvé, exulta mi alma en mi Dios, porque me ha revestido de ropas de salvación, en manto de justicia me ha envuelto...» (Is 61, 10).

Compendio sobre el cuerpo y la sangre de Cristo

9. Puedes quedarte con la idea y tener la fe certísima en que lo que se ve como pan no es pan, aunque tenga ese sabor, sino el cuerpo de Cristo, y que lo que se ve como vino no es vino, aunque a eso sepa, sino la sangre de Cristo. Y no olvides lo dicho antiguamente por David en los Salmos: «... para sacar de la tierra el pan, y el vino que recrea el corazón del hombre, para que lustre su rostro con aceite y el pan conforte el corazón del hombre» (Sal 104,14-15). Conforta tu corazón tomando aquel pan como espiritual y pon alegre el rostro de tu alma. Cubriéndolo con la pureza de tu conciencia y reflejando «como en un espejo la gloria del Señor», camines «cada vez con mayor gloria» (2 Cor 3, 18) en Cristo Jesús, Señor nuestro, a quien sean el honor, el poder y la gloria por los siglos de los siglos. Amén.


Notas:

NOTAS

[1] El tema es, pues, la Eucaristía, el tercero de los sacramentos que se reciben en la iniciación cristiana.

[2] La expresión «los hijos del tálamo nupcial»—la traducción podría ser, en rigor, también «los siervos»—seria una reminiscencia, por ejemplo, de Mt 9, 15: «¿Pueden acaso los invitados a la boda ponerse tristes mientras el novio está con ellos? Días vendrán en que les será arrebatado el novio, entonces ayunarán». Es precisamente en ausencia del novio o del «Esposo», como con tanta poesía ha expresado el Cantar de los Cantares, cuando sus amigos y sus invitados, al «ayunar» por la ausencia, se alimentan, sin embargo, del cuerpo y de la sangre de Cristo, anunciando «la muerte del Señor, hasta que venga» (I Cor 11, 26). Es decir, el cuerpo y la sangre de Jesús son el alimento del cristiano mientras está a la espera de la venida definitiva del Señor.

[3] Cf. Jn 6, 61-62.67. La confesión de Pedro ante el rechazo que de Jesús hacen «los judíos» (Jn 6, 67 ss.) ocupa en el evangelio de Juan un lugar semejante al de la confesión, también de Pedro y en nombre de los demás apóstoles, en Mt 16,16 par. Es decir, en la medida en que Jesús va desvelando el misterio de su persona y de su misión (destinado a la cruz en los Sinópticos, Mt 16,21 ss. par; entregado a los hombres como verdadero pan de vida según Jn 6,26-66), solamente lo aceptan aquellos que han venido siendo preparados por el mismo contacto con él. En cuanto a la Eucaristía puede, por tanto, decirse que sólo pueden aceptarla como presencia viva de la Pascua de Jesucristo salvador quienes han sido previamente instruidos y dispuestos por la Palabra de la predicación y el contacto con el Dios de Jesús. Por eso, tras la iniciación cristiana, es buen momento para una catequesis que «conduzca al misterio» (catequesis «mistagógica») de la Eucaristía. El tema de la Eucaristía, por la posibilidad del escándalo semejante al de los judíos en Jn 6, entraba dentro del llamado «secreto» o «disciplina del arcano» en la Iglesia antigua.

[4] «El Verbo» o «la Palabra», refiriéndose a la Palabra que es Cristo.

[5] Sal 23, 5 del que ya se ha citado la primera mitad, dice completo: «Tú preparas una mesa ante mi, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza, rebosante está mi copa».

[6] Cf. de nuevo lo dicho ya en varios momentos sobre el «sello», «carácter», etc. (vid. supra, Procatequesis, nota 36).

[7] Cf., hablando de la diadema del sacerdote, Ex 28, 36: «Harás además, una lámina de oro puro y en ella grabarás como se graban los sellos: "Consagrado a Yahvé"».

[8] De modo genérico, ante el comienzo del Eclesiastés (o Cohélet, «el de la asamblea», de qahal, asamblea; por tanto, también «predicador»; «ecclesia» en griego es asamblea y «eclesiastés» seria «el encargado de la asamblea» en cuanto «predicador») la Biblia deJerusalén señala acertadamente acerca de 1, 2: «a) el determinismo del cosmos, marco monótono de la vida humana, provoca hastío en el Eclesiastés, al contrario de la admiración y adoración que expresan Jb 38-40 o el Sal 104». Y más específicamente sobre la célebre expresión «vanidad de vanidades», citada aquí por Cirilo: «b) El término... significaba en primer lugar "vaho", "aliento", y forma parte del repertorio de imágenes (el agua, la sombra, el humo, etc.) que en la poesía hebrea describen la fragilidad humana. Pero la palabra ha perdido su sentido concreto y para Qo únicamente evoca lo ilusorio de las cosas y, en consecuencia, la decepción que éstas le reservan al hombre». Todo esto, de cara a la situación de los recién bautizados, hace comprender la «vanidad de vanidades» que en definitiva son las obras del hombre anterior al bautismo.
 
Re: Benedicto XVI presenta a san Cirilo de Jerusalén

Clemente, Paz en Dios:

Muy correcto su aporte, pero no vaya tan arriba, que de ahí uno y si se cae se hace daño. Atienda y primeramente que reclama y en si esta catequesis, pues antes de poder tomar la Sangre y Cuerpo de Cristo, uno, ha de estar y plenamente unido a Él mismo... vamos por partes, pues es todo un conjunto, donde no podemos tomar de donde nos place... y mas cuando bien sabemos que...

1Cor. 11:27 Así pues, cualquiera que come del pan o bebe de la copa del Señor de manera indigna, comete un pecado contra el cuerpo y la sangre del Señor.


Y de ello trata la catequesis que estamos tratando, de que ello no tenga lugar... así pues, le agradezco su ayuda, pero vamos por partes, pues la enseñanza es grande, profunda y llena de riquezas que nos llevará a tomar y en verdad la Cena del Señor de un forma digna y no para condenación...

Esta catequesis es para en verdad ser miembro del Cuerpo de Cristo, no para tomar conveniencia. No, toda ella hay que aprenderla, toda ella hay que hacerla propia, y toda ella ha de tener lugar en uno mismo, antes de tan siquiera poder participar en la Cena del Señor... ya que de no ser así se puede cometer pecado contra el Cuerpo del Señor.

Usted medite, dedíquele el tiempo necesario, y escudriñe y por si mismo su vida... y este tranquilo, pues no estamos para defender creencias, sino para lograr que cuantos más puedan lleguen a los pies de Cristo.

Un saludo, y sigamos andando. Que Dios le tenga misericordia.
 
Re: Benedicto XVI presenta a san Cirilo de Jerusalén

Clemente, Paz en Dios:

Muy correcto su aporte, pero no vaya tan arriba, que de ahí uno y si se cae se hace daño. Atienda y primeramente que reclama y en si esta catequesis, pues antes de poder tomar la Sangre y Cuerpo de Cristo, uno, ha de estar y plenamente unido a Él mismo... vamos por partes, pues es todo un conjunto, donde no podemos tomar de donde nos place... y mas cuando bien sabemos que...

1Cor. 11:27 Así pues, cualquiera que come del pan o bebe de la copa del Señor de manera indigna, comete un pecado contra el cuerpo y la sangre del Señor.


Y de ello trata la catequesis que estamos tratando, de que ello no tenga lugar... así pues, le agradezco su ayuda, pero vamos por partes, pues la enseñanza es grande, profunda y llena de riquezas que nos llevará a tomar y en verdad la Cena del Señor de un forma digna y no para condenación...

Esta catequesis es para en verdad ser miembro del Cuerpo de Cristo, no para tomar conveniencia. No, toda ella hay que aprenderla, toda ella hay que hacerla propia, y toda ella ha de tener lugar en uno mismo, antes de tan siquiera poder participar en la Cena del Señor... ya que de no ser así se puede cometer pecado contra el Cuerpo del Señor.

Usted medite, dedíquele el tiempo necesario, y escudriñe y por si mismo su vida... y este tranquilo, pues no estamos para defender creencias, sino para lograr que cuantos más puedan lleguen a los pies de Cristo.

Un saludo, y sigamos andando. Que Dios le tenga misericordia.

Ok, Raúl. Haré como dices, primero leeré lo que pones y lo iré meditando.

Saludos
 
Re: Benedicto XVI presenta a san Cirilo de Jerusalén

Ok, Raúl. Haré como dices, primero leeré lo que pones y lo iré meditando.

Saludos

Gracias Clemente. Estaba preparando un comentario, el cual y ante su noble actitud tomada, pues deja de tener sentido para con usted, pero aun así, y por no volver a redactar de nuevo, lo publico a tal cual ya lo tenía.

Quiero añadir un poco más, Clemente. Recordemos que es el Padre quien nos lleva al Hijo, y recordemos que es el Hijo quien nos da a conocer al Padre. La Palabra de Dios tiene poder y por si mismo, y jamás vuelve a Él vacía... leamos:

Is. 55:11 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.

Y siendo que san Cirilo es un Padre de la Iglesia, considero que es mejor no destacar nada, al menos de momento, sino dejar que cada cual lea y por si mismo, a tal cual logre entender, y a tal cual sea capaz de “absorber”. Con la plena tranquilidad que Dios obrará y por si mismo mediante la Palabra que a este siervo del Señor le fue dada.

Un saludo, y sigamos andando.
 
Re: Benedicto XVI presenta a san Cirilo de Jerusalén

Después de conversar con Clemente, considero debido aportar desde el principio, les comparto ahora y por ello, la Procatequesis de san Cirilo...

PROCATEQUESIS

Procatequesis, o palabra previa a las catequesis

1. Ya exhaláis, iluminandos(1), el olor de la felicidad. Son ya flores de mayor calidad las que buscáis para tejer las coronas celestes. Ya despedís la fragancia del Espíritu Santo. Estáis ya en el vestíbulo del palacio real: Ojalá seáis también introducidos por el mismo Rey! Brotaron ya las flores de los árboles: esperemos que se dé también el fruto maduro.

Anteriormente habéis dado el nombre (2), ahora se os llama a la milicia. Tened en las manos las lámparas para salir a buscar a la esposa: tenéis el deseo de la ciudad celeste, el buen propósito y la lógica esperanza. Pues es veraz el que dijo: «A los que aman a Dios todo les contribuye al bien»(3). Pues Dios es generoso para hacer el bien y, por lo demás, espera la sincera voluntad de cada uno; por eso añade el Apóstol: «A aquellos que han sido llamados según su designio». Cuando existe un propósito sincero, hace que seas llamado; pero si sólo tienes dispuesto el cuerpo, pero estás ausente con la mente, perderás el tiempo.

No ir al bautismo sólo por curiosidad

2. Al bautismo se acercó también en cierta ocasión Simón Mago, pero no se sintió iluminado: y realmente bañó su cuerpo en el agua, pero no dejó que el Espíritu iluminase su corazón; el cuerpo bajó a la piscina; pero el alma no quedó sepultada con Cristo ni resucitó juntamente con él. Pongo este caso como ejemplo para que tú no caigas. Pues todo esto les sucedía a ellos en imagen(4) y ha sido escrito para enseñanza de los que viven hasta el día de hoy. Que nadie de vosotros se vuelva intrigante con las cosas de la gracia para que no le turbe ningún germen de amargura. Que nadie de vosotros entre diciendo: veamos qué hacen los fieles; una vez dentro, veré lo que hacen. ¿Es que crees que verás sin que tú seas visto? ¿O es que piensas que te enterarás de lo que allí se hace, pero que Dios no escrutará tu corazón?

Entrar al banquete con el vestido apropiado


3. Se cuenta en los evangelios que alguien fue a curiosear en unas bodas, pero entró con un vestido inapropiado, se acomodó y comió. El esposo lo había permitido. Pero al ver las vestiduras blancas de todos, lo oportuno hubiera sido vestirse del mismo modo. Y realmente tomaba los mismos alimentos que los demás, pero se diferenciaba en el vestido y en la intención. Entonces el esposo, aunque magnánimo, era hombre de criterio. Y al dar una vuelta contemplando a cada uno de los comensales, ponía su atención no en el hecho de que comían sino en el modo de comportarse. Al ver a un extraño vestido con traje que no era de fiesta, le dijo: «Amigo, ¿cómo has entrado hasta aquí?»(5) ¿Con qué vestido? ¿con qué conciencia? Pase que el portero no te lo haya prohibido por la liberalidad del dueño. Pásese también por alto que ignorabas con qué vestido era preciso entrar al banquete. Pero, una vez dentro, viste los vestidos resplandecientes de los comensales. ¿No debías haber aprendido de tus propias observaciones? ¿No debiste entrar del modo adecuado para poder salir también adecuadamente? Pero entraste de manera intempestiva y fuiste también intempestivamente expulsado. (El dueño) ordena a sus servidores: «Atadlo de pies», pues con ellos entró temerariamente; «atadlo de las manos», con las que no supo ponerse un vestido resplandeciente, y «arrojadlo a las tinieblas exteriores», pues es indigno del banquete nupcial. Ves lo que le sucedió a aquel hombre; mira, pues, con cautela por tus cosas.

Disponerse rectamente

4. De hecho nosotros somos ministros de Cristo y acogemos a cualquiera y, haciendo las veces de portero, franqueamos la entrada. Puede ser que entres con un alma de pecador manchada en fango. Entraste, fuiste admitido, tu nombre quedó inscrito ¿Te das cuenta del aspecto venerable de la Iglesia? ¿Ves el orden y la disciplina? ¿Ves la lectura de las Escrituras canónicas, el constante recuerdo de las personas señaladas en los catálogos eclesiásticos, el orden y la formalidad en la enseñanza. Deben instruirte tanto el respeto al lugar como la contemplación de lo que ves. Mejor si ahora sales oportunamente, para luego entrar en un momento mucho más oportuno. Si ahora entraste con el vestido interior de la avaricia, deberás volver a entrar con otro; despójate y no te cubras con el vestido que llevaste. Desvístete, te ruego, del libertinaje y la inmundicia y cúbrete con la estola resplandeciente del pudor. Yo te lo advierto antes de que entre el esposo de las almas, Jesús, y examine las vestiduras. Tienes tiempo a tu disposición: se te concede la penitencia de los cuarenta días; tienes una grandísima oportunidad de desvestirte y lavarte, y de vestirte de nuevo y entrar. Pero si te mantienes en el mal propósito de tu alma, la culpa no será de quien te está advirtiendo: no esperes recibir la gracia. Te recibirá el agua, pero no te acogerá el espíritu. Quien se haga consciente de su propia herida, recibirá un bálsamo; si alguno está caído, se levantará. Que nadie sea entre vosotros como el mencionado Simón, que no haya simulación alguna, ni interés en averiguaciones inoportunas.

La misma Iglesia purificará tu intención

5. Es posible que te guíe también otro pretexto. Alguna vez sucede que un hombre viene aquí para granjearse el amor de una mujer o algo semejante: y también puede decirse lo mismo a la inversa. Igualmente, tal vez es el siervo el que ha querido agradar a su amo, o un amigo a su amigo. Pero acepto la atracción de este cebo y te acojo, aunque vengas con una intención torcida, con la buena esperanza de que te salves. Acaso no sabías a dónde venías ni cuál era la red que te cogía. Caíste en las redes de la Iglesia: con vida serás cogido; no huyas; es Jesús quien te ha echado el anzuelo, y no para destinarte a la muerte, sino para, entregándote a ella, recobrarte vivo: pues es necesario que tú mueras y resucites, si es cierto lo dicho por el Apóstol: «Muertos al pecado, pero vivos para la justicia»(7) . Muere a los pecados y vive para la justicia; hazlo desde hoy. [...]

procatequesis completa aquí
 
Re: Benedicto XVI presenta a san Cirilo de Jerusalén

Que el Dios y Padre de Jesucristo nuestro Señor sea quien en verdad y mediante el Espíritu Santo nos de debida luz y entendimiento, para que en verdad podamos ir bien entendiendo esta catequesis de san Cirilo. Me he propuesto hoy el comentarla un poco, solo un breve punto, aquí se lo dejo. Que cada cual, y si así lo considera, de su parecer para bien de todo el Cuerpo.

Procatequesis, o palabra previa a las catequesis


1. Ya exhaláis, iluminandos(1), el olor de la felicidad. Son ya flores de mayor calidad las que buscáis para tejer las coronas celestes. Ya despedís la fragancia del Espíritu Santo. Estáis ya en el vestíbulo del palacio real: Ojalá seáis también introducidos por el mismo Rey! Brotaron ya las flores de los árboles: esperemos que se dé también el fruto maduro.[/quote]

Primeramente lo correcto es ver la cita (1) que nos es dada en la página web de la cual estamos tomando...

[1] Se prefiere la traducción «iluminandos», los que han de ser iluminados, por responder al sentido de la ex- presión griega, ser traducción literal de la versión latina y referirse de hecho a quienes con el bautismo en la próxima Pascua habrían de recibir la máxima iluminación de su vida. La expresión es frecuente entre los Padres para designar a quienes recibirían en pocas semanas (por ejemplo, en la siguiente Pascua) el bautismo.


Y seguidamente mi aporte (comentario)...

Difiero un poco de este comentario, porque si bien leemos nos dice y primeramente “exhaláis”, en presente, por ello, a mi entender, nos está hablando del anhelo que está teniendo ya lugar en los “iluminados”. Por ello, considero más bien entender que ya han sido y en verdad “iluminados”, y no, que han de serlo. A mi entender más bien está diciéndonos:

“vosotros, los que ya habéis sido iluminados, y por ello estáis anhelando ansiosamente recibir el [bautismo*], porque ya apreciáis el olor de la felicidad (entiéndase el don de ser aceptados por la Iglesia y Cuerpo de Cristo)".

Entendamos que san Cirilo habla en presente, y a la vez, bien nos dice que “son ya flores de mayor calidad las que buscáis”... es decir, superior conocimiento (luz) al que ya se tiene, y por él, es que somos atraídos a la unión con el Cuerpo de Cristo. Ya hay una base, ya hay un fundamento, ya hay un anhelo en nuestro ser que nos atrae hacia Cristo mismo. Y ello lo vemos y más claramente cuado vemos que bien nos dice y de nuevo en presente: “Ya despedís la fragancia del Espíritu Santo. Estáis ya en el vestíbulo del palacio real”... de nuevo vemos que está teniendo lugar, es un presente.


Lo dejo aquí, no quiero ir más allá sin antes saber sus opiniones. Considero, y para un mayor crecimiento mutuo, el que todos vayamos aportando a tal cual vamos, y por la gracia de Dios, entendiendo.

Esperando su aportes, bendiciones.

* Indico bautismo por la sencilla razón que esta catequesis es para preparación al mismo, pero siendo que hoy la mayoría de nosotros ya lo hemos recibido, considero que sería correcto el entenderlo como el bautismo en el Espíritu. Es lo que entiendo sería lo correcto de entender en este tiempo, y en apreciación particular.
 
Re: Benedicto XVI presenta a san Cirilo de Jerusalén

Añado un matiz al post anterior:

No es que ya se tiene un pleno conocimiento, sino la base por el cual hay un anhelo de ser miembro de la Iglesia y Cuerpo de Cristo. Tengamos en cuenta que aun están en el vestíbulo del palacio real, y bien nos dice: "Ojalá seáis también introducidos por el mismo Rey"... aquí se expresa un deseo, un anhelo por parte de san Cirilo mismo, pero ya es tema más profundo y en su momento debido lo veremos.

Sigamos andando.
 
Re: Benedicto XVI presenta a san Cirilo de Jerusalén

Que el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo nos de luz y entendimiento.


Procatequesis, o palabra previa a las catequesis


1. Ya exhaláis, iluminandos(1), el olor de la felicidad. Son ya flores de mayor calidad las que buscáis para tejer las coronas celestes. Ya despedís la fragancia del Espíritu Santo. Estáis ya en el vestíbulo del palacio real: Ojalá seáis también introducidos por el mismo Rey! Brotaron ya las flores de los árboles: esperemos que se dé también el fruto maduro.

Siguiendo con la lectura de este primer punto, hoy, centraremos nuestra atención en esta única frase:

"Estáis ya en el vestíbulo del palacio real: Ojalá seáis también introducidos por el mismo Rey!"

Necesita de una lectura sosegada, prestando atención debida a lo que bien nos dice, ya que contiene y en si misma una gran riqueza espiritual. Leamos:

Estáis ya en el vestíbulo del palacio real:

Claramente nos esta diciendo que aun no ha tenido lugar, que aun están fuera, ya ataviados con el vestido para la fiesta, eso sí, ya preparados para recibir el bautismo, pero aun está fuera, en el vestíbulo. Pudiendo y bien entender y a la vez, que aun no han sido presentados a la membresía como miembros de la Iglesia. No, aun no han entrado, aun no son miembros del Cuerpo de Cristo, y por lo tanto, aun no son Iglesia.

Es de entender que por hecho de estar ya en el vestíbulo, ya han dando un primer paso de fe, ya han aceptado el Evangelio de Cristo para vida eterna que les ha sido predicado, saben de las Buenas Nuevas, y es por ello que han sido llamados a la fiesta.

Pero atentos, pues ahora es cuando en verdad hay que prestar atención. Leamos:

Ojalá seáis también introducidos por el mismo Rey!

Este ojalá, denota un verdadero deseo por parte de Cirilo de que en verdad el paso que van a dar, el del bautismo, sea y en verdad llevado a cabo mediante una fe sincera, debida y a su vez, por haber bien entendido el Evangelio y aceptado y la verdad con todo el corazón el mensaje que les ha sido dado. “Pero atentos al detalle: introducidos por el mismo Rey”... nos lo está diciendo y bien claro, no es porque el hombre quiera, no es porque lo desee, no es porque pretenda lograr... no, sino que el Rey, Cristo, y claro está, sea quien en verdad les esté llevando a ser miembros de su Iglesia y Cuerpo.

Por lo tanto, recordemos:

Mat. 7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

Sino el que hace la voluntad de Dios. Ello ha de quedar claro. Por tanto el paso que van a dar, sí, pueden engañar a los hombres, pero no a Dios...

Es todo de momento. Que cada cual se mire así mismo, hoy, haya o no haya recibido el sacramento del bautismo. Los que sí, bien miren su condición, y los que no, bien miren y a su vez la gran responsabilidad que lleva y consigo esta por siempre decisión.

Sigamos andando. Les bendigo.
 
Re: Benedicto XVI presenta a san Cirilo de Jerusalén

Muy buen tema, para una muy buena enseñanza catequética.

Nos hacen falta más temas así.

Saludos :pconfetti

Catequética!! Que mucho te gusta hacer alarde de palabreria bombástica.
 
Re: Benedicto XVI presenta a san Cirilo de Jerusalén

Catequética!! Que mucho te gusta hacer alarde de palabreria bombástica.

Hola Salero21; Paz en Dios.

Agradecería que de forma sana aportases libremente, pues libre eres, y nadie soy para indicarte el como y cual es tu deber en el proceder. Pero con todo mi corazón te pido, y en el Nombre de Jesucristo el Señor: Paz en Dios. Hay muchos debates donde poder expresar nuestras redecillas, pero agradecería una pequeña consideración, pues ando con la mejor de las intenciones.

Que Jesucristo nuestro Señor te de debida luz y entendimiento.

Gracias. Te bendigo.
 
Re: Benedicto XVI presenta a san Cirilo de Jerusalén

Lo que Clemente no tiene en cuenta es la diferencia que hay entre lo que enseñaba el teologo Ratzinger en la Universidad de Tubinga y lo que el Ratzinger cardenal y papa enseña ahora.
Por lo visto el birrete cardenalico corrompe y el solio papal aumenta esta corrupción al más alto grado.
 
Re: Benedicto XVI presenta a san Cirilo de Jerusalén

Que el Dios y Padre de Jesucristo el Señor nos de debida luz y entendimiento. Hoy, seguimos en el punto uno, donde nos quedamos, y leemos:

PROCATEQUESIS

Procatequesis, o palabra previa a las catequesis

1. Ya exhaláis, iluminandos(1), el olor de la felicidad. Son ya flores de mayor calidad las que buscáis para tejer las coronas celestes. Ya despedís la fragancia del Espíritu Santo. Estáis ya en el vestíbulo del palacio real: Ojalá seáis también introducidos por el mismo Rey! Brotaron ya las flores de los árboles: esperemos que se dé también el fruto maduro.

Anteriormente habéis dado el nombre (2), ahora se os llama a la milicia. Tened en las manos las lámparas para salir a buscar a la esposa: tenéis el deseo de la ciudad celeste, el buen propósito y la lógica esperanza. Pues es veraz el que dijo: «A los que aman a Dios todo les contribuye al bien»(3). Pues Dios es generoso para hacer el bien y, por lo demás, espera la sincera voluntad de cada uno; por eso añade el Apóstol: «A aquellos que han sido llamados según su designio». Cuando existe un propósito sincero, hace que seas llamado; pero si sólo tienes dispuesto el cuerpo, pero estás ausente con la mente, perderás el tiempo.

Y de nuevo lo vemos, siguiendo con el punto uno, ahora vemos:

"Anteriormente habéis dado el nombre (2), ahora se os llama a la milicia"

Hoy voy a omitir el comentario, cualquiera de ustedes puede acudir y ver lo que nos dice. Voy a tener confianza en Dios, voy a expresar a tal cual y en su gracia voy entendiendo.

Como vimos en los 2 aportes* que hice anteriormente, donde hable que ya habían sido “iluminados”, que ya habían recibido conocimiento del Evangelio, que lo habían aceptado como Verdad de Dios, pero que un les faltaba dar el paso, ante lo cual eran advertidos que se puede engañar a los hombres, pero no a Dios, pues Él sí conoce lo más profundo de nuestros corazones... hoy, seguimos adelante y nomás nos centraremos en esta única frase de Cirilo:

Anteriormente habéis dado el nombre, ahora se os llama a la milicia


Bien lo dice: "anteriormente habéis dado el nombre", es decir, han declarado (declaran) sus intenciones abiertamente, han declarado (declaran) que reconocen a Jesucristo como Su único Señor, han recibido (dicen) debida enseñanza en cuanto al Buenas Nuevas, y como no, ha decidido y libremente unirse a la Iglesia y Cuerpo de Cristo el Señor. Han dado sus nombres, su palabra de hombre, han declarado públicamente (la que dicen es) la verdadera intención de su corazón conforme al Evangelio de Dios, conociéndolo, sabiendo de él, de sus pros y sus "contras", de que en verdad exige toda la atención de nuestro ser, cada día, por siempre. Que es camino de cruz el hay que tomar para seguirle, no mirar nunca atrás, y confiar y plenamente en su Palabra... Y ante todos ellos, la Iglesia del Señor, declararán su anhelo de bautizarse en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Ahora, no, ya no será su propio nombre el que defiendan, sino EL NOMBRE de quien les ha llamado a la fiesta, el Rey, el Señor, Cristo, el Hijo de Dios. Y lo vemos seguidamente:

ahora se os llama a la milicia


Ahora se os llama a la milicia, a servir en las filas, a la guerra, bajo las ordenes del Señor, del Rey, conforme a su voluntad, conforme a su Palabra (Rom. 8.12-14). Para servirle, para honrarle, para darle todo honor y gloria que como Rey y Señor de nuestras vidas, entregadas voluntáriamente, con pleno conocimiento de lo que ello supone, ahora: a la milicia, a la guerra, y en Su Nombre, somos llamados y por siempre.

Bien nos es dicho, y ello antes de tomar la decisión:

Luc. 9:62 Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.

Es todo por hoy, que cada cual medite, reflexione, y conforme el Espíritu Santo les muestre, obren conforme Su Nombre. Y recuerden: aun no han dado el paso, aun es tiempo de reflexión... y quienes lo dieron y hoy, no están siendo dignos de aquella su libre decisión, bien, una exhortación es deber darles: Vuélvanse a Dios, pues nomás los Vencedores recibirán la Promesa de Dios, los que no...

Sigamos andando. Les bendigo.

*Léase aportes: [13] y [15]
 
Re: Benedicto XVI presenta a san Cirilo de Jerusalén

Hoy y simplemente, meditemos debidamente el punto. Es deber de todos tratar de descubrir, y por la gracia de Dios, todas las riquezas en ello está ocultas. Simplemente, hoy, meditemos el punto primero.

PROCATEQUESIS

Procatequesis, o palabra previa a las catequesis

1. Ya exhaláis, iluminandos(1), el olor de la felicidad. Son ya flores de mayor calidad las que buscáis para tejer las coronas celestes. Ya despedís la fragancia del Espíritu Santo. Estáis ya en el vestíbulo del palacio real: Ojalá seáis también introducidos por el mismo Rey! Brotaron ya las flores de los árboles: esperemos que se dé también el fruto maduro.

Anteriormente habéis dado el nombre (2), ahora se os llama a la milicia. Tened en las manos las lámparas para salir a buscar a la esposa: tenéis el deseo de la ciudad celeste, el buen propósito y la lógica esperanza. Pues es veraz el que dijo: «A los que aman a Dios todo les contribuye al bien»(3). Pues Dios es generoso para hacer el bien y, por lo demás, espera la sincera voluntad de cada uno; por eso añade el Apóstol: «A aquellos que han sido llamados según su designio». Cuando existe un propósito sincero, hace que seas llamado; pero si sólo tienes dispuesto el cuerpo, pero estás ausente con la mente, perderás el tiempo [...]

Que el Dios y Padre de Jesucristo el Señor les de debida luz y entendimiento.