Hola amigos:
Creo de corazón que en estos tiempos postmodernos se hace más urgente que nunca dar a conocer Jesus a las personas, ya que la mayoría se encuentra sufriendo mucho, o en el "mejor" de los casos anestesiando este dolor con escapes como la droga, el alcohol, la promiscuidad, etc. y construyendo así un camino que sólo terminará en destrucción y muerte. Me siento profundamente conmovida por esto y a veces me causa cierta impotencia el saber que hoy en día nadie está muy interesado en las religiones cristianas. Las personas, debido a un prejuicio con el que las iglesias cristianas lamentablemente tienen mucho que ver, no quieren saber nada de dogmas ni doctrinas, pero no por esto necesitan menos de Dios.
Por eso propongo abordarlos desde una nueva perspectiva (en verdad no tan nueva, estoy convencida de que era el metodo que Cristo mismo usaba). No hagamos que nuestros hermanos "del mundo" tenga que venir a nosotros a adaptarse a nuestras maneras, sino que vamos nosotros a ellos, compartamos sus vidas, escuchemoslos más y hablemos menos, oremos en todo tiempo y entrguemosles preocupacion genuina, amor INCONDICIONAL, no les condicionemos nuestro amor y aceptación al hecho de que "se conviertan" o piensen como nosotros, pues creo que esto es un trabajo que sólo hace Dios, y no nuestros argumentos, por muy refinados que estos lleguen a ser.
Las personas de nuestros tiempos no quieren saber nada de dogmatismos, pero no por eso dejan de necesitar AMOR, el amor que Cristo nos enseñó a dar, el amor que había de ser SEÑAL de que somos sus discípulos.
Segun recuerdo, nuestro maestro Jesus, no nos pidió que nos salieramos del mundo, ni que arrastraramos a los demás a "nuestro mundo", sino que El nos envió al mundo como ovejas en medio de lobos. Y es allí, y sólo allí que podremos conquistar más y más corazones para Cristo. Seamos todos como "aroma de Cristo" y "sal de la tierra", para que nuestros hermanos puedan creer, no por lo que les decimos, sino por lo que ven en nuestras vidas y en nuestra fe en Jesus.
Creo de corazón que en estos tiempos postmodernos se hace más urgente que nunca dar a conocer Jesus a las personas, ya que la mayoría se encuentra sufriendo mucho, o en el "mejor" de los casos anestesiando este dolor con escapes como la droga, el alcohol, la promiscuidad, etc. y construyendo así un camino que sólo terminará en destrucción y muerte. Me siento profundamente conmovida por esto y a veces me causa cierta impotencia el saber que hoy en día nadie está muy interesado en las religiones cristianas. Las personas, debido a un prejuicio con el que las iglesias cristianas lamentablemente tienen mucho que ver, no quieren saber nada de dogmas ni doctrinas, pero no por esto necesitan menos de Dios.
Por eso propongo abordarlos desde una nueva perspectiva (en verdad no tan nueva, estoy convencida de que era el metodo que Cristo mismo usaba). No hagamos que nuestros hermanos "del mundo" tenga que venir a nosotros a adaptarse a nuestras maneras, sino que vamos nosotros a ellos, compartamos sus vidas, escuchemoslos más y hablemos menos, oremos en todo tiempo y entrguemosles preocupacion genuina, amor INCONDICIONAL, no les condicionemos nuestro amor y aceptación al hecho de que "se conviertan" o piensen como nosotros, pues creo que esto es un trabajo que sólo hace Dios, y no nuestros argumentos, por muy refinados que estos lleguen a ser.
Las personas de nuestros tiempos no quieren saber nada de dogmatismos, pero no por eso dejan de necesitar AMOR, el amor que Cristo nos enseñó a dar, el amor que había de ser SEÑAL de que somos sus discípulos.
Segun recuerdo, nuestro maestro Jesus, no nos pidió que nos salieramos del mundo, ni que arrastraramos a los demás a "nuestro mundo", sino que El nos envió al mundo como ovejas en medio de lobos. Y es allí, y sólo allí que podremos conquistar más y más corazones para Cristo. Seamos todos como "aroma de Cristo" y "sal de la tierra", para que nuestros hermanos puedan creer, no por lo que les decimos, sino por lo que ven en nuestras vidas y en nuestra fe en Jesus.