Estoy seguro que la mayoría de los distinguidos foristas estaran al tanto de la interesante controversia surgida a finales del siglo 19 en cuanto a si Jesús de Nazaret fue un pesonaje histórico, o es otro ser mítico creado por la tradición religiosa.
Los teólogos protestantes alemanes del siglo 19 fueron los primeros en atreverse a plantear la cuestión, sin atribuirse ser ateos. Planteaban que eran cristianos, pero que basados en serias investigaciones, no podían afirmar que el Jesús de Nazaret que mencionan los evangelios haya sido un ser que realmente existió.
Ese movimiento fue defendido en principio por J.F. Strauss. El, junto a otros comenzó el movimiento cristiano conocido como la "Aproximación Mitológica" a los evangelios.
El mismo plantea que no existe ninguna controversia en ser un creyente en las bases morales y éticas del cristianismo, y hasta ser cristiano, admitiendo a la vez que los relatos de los evangelios son míticos.
Originalmente esta escuela de pensamiento cristiana sostuvo que Jesús sí existió, pero que su figura fue mitificada por la fe popular, y finalmente plasmada en los evangelios como un hecho, cuando realmente se trata de leyendas.
En resumen: que Jesús fue un palestino, lider religioso muy carismático, que posiblemente no se llamaba ni siquiera "Jesús"; que fue seguido por un grupo de fervientes creyentes muy sencillos. Que esos creyentes divulgaron los mensajes de Jesús, y adornaron su figura con leyendas y milagros. No con mala intención, sino por consecuencias naturales que suceden cuando los relatos se llevan de boca en boca sin ser escritos por muchos años.
La figura de este judío fue elevada a la de un ser casi sobrenatural.
Strauss escribió una obra monumental en 1830 titualda "La vida de Jesús examinada de manera crítica". En la misma Strauss examina capítulo por capítulo de los evangelios canónicos, explicando como cada suceso es un mito.
Por ejemplo: Se dice que Jesús nació de una virgen en los evangelios de Mateo y Lucas. Strauss defiende que muchas religiones greco romanas vigentes en el primer siglo, y que tenían millares y millares de seguidores sostenían que sus héroes nacieron de vírgenes que fueron embarazadas por dioses. El caso de Hércules es uno bien notable (una vírgen que fue embarazada por Zeus, dio a luz a Hércules), igual el de Horus (Isis fue embarazada por Rá, cuando estaba casada con Osiris, y ella trae a la vida a Horus).
Así también el hecho de la resurrección. Hércules murió como un ser humano, y resucitó como un dios en el Monte Olimpo. Horus murió asesinado por Set, el dios del mal egipcio (de donde viene el nombre "Satán"), y resucitó como el dios sol junto a Ra, su padre como una misma esencia de aquel.
Esos solamente son dos ejemplos, pero el libro cubre cada detalle de los relatos evangélicos con mucho cuidado.
Otros estudiosos, ya en el siglo 20, han defendido la aproximación mitológica. Se ha descubierto que durante los años en que el cristianismo comenzó a hacerse conocido a través del Imperio Romano, existía una religión mucho más antigua que pudo haber inspirado muchos de los mitos cristianos.
El Mitraísmo era una religión original de Persia, que muchos grandes militares romanos, incluyendo empreadores, adoptaron.
La misma sostenía que Mitra fue un héroe que vino al mundo para liberar a la humanidad del sufrimiento y de sus malos caminos. Mitra tuvo que vencer al mal, encarnado en la figura de un toro. El toro pudo ser dominado por Mitra, pero él perdió la vida en el encuentro. Tres días despúes de su muerte resucitó como el Dios Sol. El mitraísmo cuenta que Mitra nació un 25 de diciembre, que predicó también el amor fraternal entre los humanos, y la resurrección de los muertos.
Los paralelismos son espantosos.
Así mismo, volviendo a Horus, que es una de las manifestaciones del dios Ra egipcio. Horus tenía doce discípulos, predicó el amor y la compasió. Tambien murió y resucitó.
En fin, resulta muy curioso que la figura de Jesús tuviese los mismos atributos apoteósicos de los héroes de otras religiones mucho más antiguas que el cristianismo, y que casualmente eran las de mayor popularidad en aquellos días en Roma (Mitraísmo, Culto a Horus, Culto a Hércules).
El que tenga oídos para oir, que oiga...
Los teólogos protestantes alemanes del siglo 19 fueron los primeros en atreverse a plantear la cuestión, sin atribuirse ser ateos. Planteaban que eran cristianos, pero que basados en serias investigaciones, no podían afirmar que el Jesús de Nazaret que mencionan los evangelios haya sido un ser que realmente existió.
Ese movimiento fue defendido en principio por J.F. Strauss. El, junto a otros comenzó el movimiento cristiano conocido como la "Aproximación Mitológica" a los evangelios.
El mismo plantea que no existe ninguna controversia en ser un creyente en las bases morales y éticas del cristianismo, y hasta ser cristiano, admitiendo a la vez que los relatos de los evangelios son míticos.
Originalmente esta escuela de pensamiento cristiana sostuvo que Jesús sí existió, pero que su figura fue mitificada por la fe popular, y finalmente plasmada en los evangelios como un hecho, cuando realmente se trata de leyendas.
En resumen: que Jesús fue un palestino, lider religioso muy carismático, que posiblemente no se llamaba ni siquiera "Jesús"; que fue seguido por un grupo de fervientes creyentes muy sencillos. Que esos creyentes divulgaron los mensajes de Jesús, y adornaron su figura con leyendas y milagros. No con mala intención, sino por consecuencias naturales que suceden cuando los relatos se llevan de boca en boca sin ser escritos por muchos años.
La figura de este judío fue elevada a la de un ser casi sobrenatural.
Strauss escribió una obra monumental en 1830 titualda "La vida de Jesús examinada de manera crítica". En la misma Strauss examina capítulo por capítulo de los evangelios canónicos, explicando como cada suceso es un mito.
Por ejemplo: Se dice que Jesús nació de una virgen en los evangelios de Mateo y Lucas. Strauss defiende que muchas religiones greco romanas vigentes en el primer siglo, y que tenían millares y millares de seguidores sostenían que sus héroes nacieron de vírgenes que fueron embarazadas por dioses. El caso de Hércules es uno bien notable (una vírgen que fue embarazada por Zeus, dio a luz a Hércules), igual el de Horus (Isis fue embarazada por Rá, cuando estaba casada con Osiris, y ella trae a la vida a Horus).
Así también el hecho de la resurrección. Hércules murió como un ser humano, y resucitó como un dios en el Monte Olimpo. Horus murió asesinado por Set, el dios del mal egipcio (de donde viene el nombre "Satán"), y resucitó como el dios sol junto a Ra, su padre como una misma esencia de aquel.
Esos solamente son dos ejemplos, pero el libro cubre cada detalle de los relatos evangélicos con mucho cuidado.
Otros estudiosos, ya en el siglo 20, han defendido la aproximación mitológica. Se ha descubierto que durante los años en que el cristianismo comenzó a hacerse conocido a través del Imperio Romano, existía una religión mucho más antigua que pudo haber inspirado muchos de los mitos cristianos.
El Mitraísmo era una religión original de Persia, que muchos grandes militares romanos, incluyendo empreadores, adoptaron.
La misma sostenía que Mitra fue un héroe que vino al mundo para liberar a la humanidad del sufrimiento y de sus malos caminos. Mitra tuvo que vencer al mal, encarnado en la figura de un toro. El toro pudo ser dominado por Mitra, pero él perdió la vida en el encuentro. Tres días despúes de su muerte resucitó como el Dios Sol. El mitraísmo cuenta que Mitra nació un 25 de diciembre, que predicó también el amor fraternal entre los humanos, y la resurrección de los muertos.
Los paralelismos son espantosos.
Así mismo, volviendo a Horus, que es una de las manifestaciones del dios Ra egipcio. Horus tenía doce discípulos, predicó el amor y la compasió. Tambien murió y resucitó.
En fin, resulta muy curioso que la figura de Jesús tuviese los mismos atributos apoteósicos de los héroes de otras religiones mucho más antiguas que el cristianismo, y que casualmente eran las de mayor popularidad en aquellos días en Roma (Mitraísmo, Culto a Horus, Culto a Hércules).
El que tenga oídos para oir, que oiga...