La perversión de una madre. La destrucción de una civilización.

18 Noviembre 1998
12.218
21
blogs.periodistadigital.com
La perversión de una madre. La destrucción de una civilización.
28.08.07 @ 11:20:32. Archivado en Apologética católica, Pro-vida, Actualidad

Se había quedado embarazada de gemelos. Todo iba bien hasta que los médicos detectaron que uno de ellos venía con alteraciones cromosómicas. No sabemos cómo habrían afectado al desarrollo de la criatura pero el caso es que, imbuida de esa mentalidad nazi que elimina todo lo que no sea genéticamente perfecto, su madre decidió matarle. Y, por supuesto, allí estaba el criminal legal de bata blanca de turno dispuesto a cumplir los deseos de la madre asesina. Pero, ¡oh hados del destino!, en el momento de la ejecución las criaturas cambiaron de posición y el arma de destrucción masiva que se usa en estos casos quitó la vida al gemelo sano. El pobre, como muchas víctimas del terrorismo, estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado. Pero claro, ¿en qué otro sitio podría estar? ¿acaso es normal que el seno materno sea una cámara de ejecución? ¿acaso es lógico que en Occidente la mayor causa de mortalidad sea simplemente el haber sido concebido? ¿acaso no es una perversión satánica el que se permita que la fuente de la vida, el útero de la mujer, sea un campo de exterminio?

Por supuesto, el predestinado a morir por el deseo de su madre no se libró de su mala suerte. Una vez eliminado al hermano sano, no se iba a dejar vivo al enfermo. Por tanto, también él fue ejecutado. Dos por el precio de uno. En la segunda ejecución ya no había posibilidad de error. Sólo había una vida que eliminar y por mucho que la criatura corriera a esconderse en algún recoveco de la placenta, su cuerpo había de ser despedazado, como de hecho lo fue. "Niño enfermo aniquilado, trabajo bien hecho. Puede usted regresar a su casa en paz, señora" diría el galeno asesino.

Sin duda habrá justificadores profesionales y amateurs de este tipo de salvajadas. Incluso habrá quienes pretendiendo escribir desde la fe cristiana, nos cuenten que lo más importante es ir a las causas del aborto, que hay que tener en cuenta no sé qué factores y que patatín y patatán. La realidad es que vivimos en una sociedad donde la vida estorba, donde los niños se ven como una carga molesta y prescindible, donde el instinto materno es desfigurado o borrado de la conciencia de millones de mujeres.

Pues bien, quede claro que una sociedad así va camino de la desaparición. No ya por la intervención divina, que de todas formas no descarto que se produzca, sino por su propio impulso suicida. Y aunque yo soy parte de esta sociedad podrida, no seré quien llore por su destrucción. Ni la predicación de cien "Jonases" conseguirá que esta gran Nínive en que se ha convertido Occidente se arrepienta. Si acaso, meditaré en si no cabe hacer lo que los ángeles le pidieron a Lot que hiciera antes de destruir Sodoma y Gomorra. Pero claro, ¿a dónde huir de la destrucción venidera?

Kyrie eleison

Luis Fernando Pérez


Fuente: Cor ad cor
 
Re: La perversión de una madre. La destrucción de una civilización.

El aborto afecta psicológicamente a la pareja durante mucho tiempo. Juddy Mamaou, en Estados Unidos, quién se realizó un aborto por succión dijo: "El sonido de la máquina de vacío me persigue todavía. No puedo usar una aspiradora sin pensar en mi aborto".
Actualmente se están realizando en todos los países del mundo, aproximadamente 50 millones de abortos al año, 50 millones de crímenes. Jamás la humanidad había llegado a tan bajo grado de degeneración y de barbarie.
 
Re: La perversión de una madre. La destrucción de una civilización.

Las sociedades occidentales están viviendo un drama, nunca bien ponderado y siempre olvidado por los medios de comunicación, con el tema del aborto.

Millones de niños son asesinados cada año en estas sociedades bajo el amparo de la ley y la indiferencia de la mayoría de la gente.

Es nuestro deber como cristianos poner el grito en el cielo y denunciar este drama.

Aquí no debe haber confrontaciones entre católicos y evangélicos sino estar todos a una frente a estos crímenes que permanecen impunes.
 
Re: La perversión de una madre. La destrucción de una civilización.

Eran gemelas, no gemelos:

Asesinan a dos gemelas en Italia
28.08.07 @ 12:16:42. Archivado en Cultura de la vida

CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 27 agosto 2007 (ZENIT.org).- «L’Osservatore Romano», el diario de la Santa Sede, considera que el aborto por error de una niña, en lugar de su hermana gemela Down, muestra que «la eugenesia impone sus leyes».

El diario vaticano, en la edición italiana que este martes estará en los kioscos, comenta el caso y lo atribuye a «la cultura de la perfección que impone la exclusión de todo lo que no parece bello, resplandeciente, positivo, cautivador».

«Y lo que queda es el vacío, el desierto de una vida sin contenidos, aunque esté perfectamente confeccionada», reconoce.

Un hospital italiano confirmó este domingo que durante un aborto selectivo por una alteración cromosómica en uno de dos gemelos el equipo médico a cargo de la intervención eliminó equivocadamente al feto sano.

El hospital San Paolo, de Milán, explicó que se trató de «una terrible fatalidad», dado que los embriones, que estaban en el tercer mes de su gestación, cambiaron de posición en la placenta antes de la intervención.

Según informó el hospital, los médicos conocían sólo la posición del embrión enfermo, ya que las ecografías realizadas antes de la intervención mostraban que ambos bebes eran morfológicamente iguales, por lo que no presentaban diferencia alguna.

Pero antes de la intervención, cambiaron de posición y el feto sano se situó en el lugar que ocupaba el gemelo con la alteración cromosómica.

La Fiscalía de Milán ha iniciado una investigación para dilucidar las circunstancias del suceso, pero sin hacer referencia a indagados ni a hipótesis de delito, según dieron a conocer los medios locales este lunes.

Con el título «No hay derecho», «L’Osservatore Romano» constata que al final «han muerto dos niñas, asesinadas como consecuencia de un aborto selectivo».

«Una decisión radical ha llevado a repetir el aborto de la hermanita que había quedado con vida», la niña Down.

Pero nadie, según diario vaticano, «tiene derecho a eliminar otra vida. Ningún hombre tiene derecho a tomar el puesto de Dios. Por ningún motivo».

«Y, sin embargo, inocentes siguen muriendo. Sus palabras no pronunciadas, sus sonrisas nunca expresadas, sus miradas nunca acogidas, siguen suscitando desdén, o al menos las necesarias, profundas y serias reflexiones».

«Es una decisión ilegítima, aunque esté autorizada por la ley, como sucede en Italia», añade.

Comentando la noticia del aborto, el obispo Elio Sgreccia, presidente de la Comisión Pontificia para la Vida, ha hecho un llamamiento a acoger toda vida humana.

«Sólo con este acto fundamental de parte de todas las personas interesadas se alcanza la verdadera serenidad, la verdadera paz de la conciencia y el verdadero bien de la sociedad», aclaró este lunes en declaraciones a «Radio Vaticano».

«Tenemos que sentirnos interpelados todos por este y por otros muchos casos que se repiten diariamente para asumir un compromiso nuevo y diferente por el respeto de la vida humana desde el primer momento, pues estas criaturas tienen nuestra misma dignidad».

«Y en el caso de que padezcan alguna enfermedad, simplemente tienen un motivo más para ser ayudados», concluye.

Fuente
 
Re: La perversión de una madre. La destrucción de una civilización.

"El aborto es simplemente una palabra técnica que se utiliza para tapar lo que en realidad es un crimen. Nadie nos ha otorgado el don de quitar la vida a un ser humano, que si bien está dentro de nosotros, no nos pertenece"
 
Re: La perversión de una madre. La destrucción de una civilización.

La llamada interrupción voluntaria del embarazo constituye, en todo caso, un homicidio cometido por quien tiene la custodia del nuevo ser -la madre- en colaboración con quien tiene la obligación de velar por su correcto desarrollo -el médico-. El eufemismo con que se denomina este crimen para enmascararlo, no hace sino aumentar el agravio: ¿cómo podría decirse que un ahorcamiento es simplemente la interrupción voluntaria de la respiración del ahorcado?

La aceptación social de este homicidio es una lacra semejante a la de la esclavitud o el genocidio y, numéricamente hablando, mucho peor que el terrorismo. La historia se encargará de juzgar duramente a las sociedades abortistas, cuando cuente con la suficiente perspectiva temporal. Esta aceptación social sólo puede explicarse por el hecho de que quienes deberían denunciar el homicidio (los parientes de la víctima y el médico que la atiende) son precisamente quienes lo cometen: esto es lo que convierte en extremadamente cruel la indefensión jurídica de una víctima totalmente inocente. ¡El único sitio en el que un ser humano no está protegido por la Ley es en el seno de su madre!; ¡las únicas personas que no pagan por el homicidio son la madre y el médico de la víctima! Que la sociedad occidental haya asumido semejante crimen es también una clara muestra de la depreciación que ha sufrido la Vida humana: ésta no tiene valor en sí misma, sino en función a su calidad y su utilidad social. De esta forma, caemos en el riesgo de establecer la mayor de las discriminaciones sociales: el derecho a determinar cuando la Vida de alguien no alcanza el mínimo de calidad o ya no resulta útil y puede ser exterminada.
 
Re: La perversión de una madre. La destrucción de una civilización.

Que horror y cuanta tristeza dan estas noticias​
.


El aborto mata la paz del mundo...Es el peor enemigo de la paz, porque si una madre es capaz de destruir a su propio hijo, ¿qué me impide matarte? ¿Qué te impide matarme? Ya no queda ningún impedimento. Beata Madre Teresa de Calcuta
 
Re: La perversión de una madre. La destrucción de una civilización.

Actualmente, se puede afirmar, y con gran tristeza, que la familia está en crisis. Quieren arrancar de la familia todo lo que tiene de divino, arrojar a Dios del hogar y hacer creer que el matrimonio es una institución meramente humana, dispuesta por los hombres y que ellos mismos pueden, a su gusto, modificar y deshacer. Este ha sido el gran enemigo aniquilador de la familia en los últimos siglos: La herejía universal.

¿Cuál ha de ser la actuación de los cristianos? ¿de los padres, madres, hijos o hermanos de familia? Si Cristo no reina en nuestras almas, tampoco reinará en nuestras familias, si no reina en nuestras familias tampoco reinará en nuestros pueblos y naciones. ¡Hagamos gala de ese gran tesoro que es la familia, de su poder, su grandeza! Defendamos los verdaderos derechos de Dios y de los hombres ¡Unamos nuestros esfuerzos para proteger la familia… y la sociedad cambiará!
 
Re: La perversión de una madre. La destrucción de una civilización.

LA GUERRA CONTRA LA FAMILIA

El testimonio plurimilenario y culturalmente multiforme que la historia aporta, demuestra que la familia basada en el matrimonio es la constante expresión primaria de la socialidad humana. Las excepciones habidas confirman la regularidad de esta constante.
Por ser expresión originaria de la sociedad humana, la familia constituye la primera unidad básica de toda sociedad civil y de la consiguiente comunidad política en todas las formas, elementales o desarrolladas, que ésta ha ido adquiriendo. No es una simple entidad intermedia, ni mera O.N.G, ni creación de la autoridad, sino realidad social antecedente y condicionadota de la autoridad pública.
Constituye por ello la familia la primera, insustituible e inigualable escuela humana y ciudadana de los hijos. Los padres son iure nature los primeros educadores de los hijos.
Esta familia, sufragada por la voz sustancialmente concorde de los siglos, de las culturas y de las religiones, tiene su origen en el matrimonio. Esto es, la unión estable, perpetua, exclusiva de un varón y una mujer para la plena comunión de vida y la procreación de su descendencia.
Esta familia fundada en el matrimonio es objeto hoy día de un poderoso y organizado ataque, que debe calificarse de feroz, en la triple aceptación de este adjetivo.
Sobre la familia configurada por naturaleza se ha lanzado una de las grandes operaciones estratégicas orientadas a promover un cambio total de estilo de vida. Se pretende una ruptura plena con el pasado, un corte tajante. A la familia se dirige con calculada preferencia la gran maniobra del cambio, que algunos proclaman.”La familia se encuentra hoy en el punto céntrico entre el bien y el mal”, de “la terrible batalla entre las fuerzas del bien y del mal, que nos presenta el mundo contemporáneo”, en el punto focal de “la lucha entre “la cultura de la vida y la cultura de la muerte”.
Afirman los mentores de la nueva concepción paganizante de la vida que esa familia tradicional, consagrada por los siglos, ha pasado y debe pasar a la historia. Y tiene que ser sustituida.
¿cómo? Negando la singularidad de la misma e imponiendo la pluralidad de nuevas formas familiares. De la morfología unitaria y exclusiva hay que ir a una morfología plural permisivista. Todo tipo de uniones ha de albergarse bajo el manto protector de esa morfología nueva. También todas las uniones de Hecho, incluso las de los homosexuales.
En consecuencia los referidos mentores propugnan y están imponiendo un nuevo vocabulario, una terminología ajustada a sus pretensiones.
El matrimonio ha pasado a ser una mera unión, pareja o compañía. Ni en el Cairo ni en Pekín se mencionó aquel término sacro.
Ya no hay cónyuges o esposos, simplemente compañeros, cualificados con el adjetivo lábil de sentimentales.
El sustantivo igualmente sagrado de madre y su derivado maternidad ha desaparecido, desterrados, de los documentos de la O.N.U. sólo debe hablarse de mujer.
Nada de sexos. Debe prevalecer, y se ha impuesto ya en documentos políticos supranacionales, el término “orientación sexual”, abierto a todas las especies de unión que la nueva morfología familiar abarca.
El vocablo humano generación o gestación se va suplantando por la palabra reproducción, término común de los manuales de zoología.
Suprimamos, por su matiz peyorativo, el sustantivo negativo aborto y digamos simplemente interrupción voluntaria del embarazo, para centrar la atención en un pretendido derecho de la mujer y apartar la mirada del ser indefenso asesinado en el seno materno.
No hablemos de contracepción, del bloqueo de las fuentes de la vida. Hablemos, con nueva connotación zoológica, de salud reproductiva.
Esta neolingua, perfectamente neorweliana, pero de marchamo occidental, no soviético, obedece a una nueva antropología dictada por las ideologías del inmanetismo ateo e inhumano, que circulan, arropadas económicamente, por ciertos aerópagos del llamado mundo libre. Continúan los corifeos de la antifamilia con su letanía de despropósitos. Para ellos, la familia no es un bien, sino un mal, porque coarta la omnímoda libertad del hombre y somete a éste a obligaciones perpetuas. Más aún, es la causa fundamental de todos los males que afligen a la sociedad actual. Y las feministas radicales, las del llamado “género” no vacilan en concluir que el matrimonio y la familia, tal como los ha entendido y vivido siempre la humanidad, son puros inventos culturales, sin base alguna natural, montados para imponer el domino del varón sobre la mujer con el apoyo de las religiones, singularmente del cristianismo.
La familia y el matrimonio –añaden- y la nueva morfología familiar son asuntos meramente privados, sin trascendencia social ni pública. No interesan ni a la sociedad ni al Estado. Es el matrimonio una simple agrupación bipersonal libérrima, igual a cualquier contrato bilateral sometido por entero a la voluntad de las partes y por ello resoluble en cualquier momento. Hay incluso quienes proclaman sin rebozo la necesidad de precipitar la destrucción de la familia fundada en el matrimonio tradicional