Descripción del Infierno. Jesús revela el Infierno a una vidente católica y a una vidente Evangélica.
Jesús le dice a Maria Valtorta:
Una vez te hice ver el monstruo del abismo. Ahora te hablare de su reino. No te puedo tener en el paraíso siempre, recuerda que tienes la misión de volver a llamar a la verdad a tus hermanos, quienes la han olvidado demasiado, olvido que en realidad es desprecio por las verdades eternas, por lo cual vienen tantos males a la humanidad. En estos tiempos, mucha gente ya no cree en la existencia del infierno, están aferrados a un más allá hecho a su gusto, de tal manera que siendo merecedores de grandes castigos, al negar la existencia del infierno, estén menos atemorizados en su conciencia, son discípulos más o menos fieles del espíritu del mal, saben que su conciencia retrocedería a ciertos delitos si realmente creyesen en el infierno, tal como la fe lo enseña que es, saben que su conciencia al cometer el delito, tendría que volver en sí misma y con el temor y el remordimiento, vendría el arrepentimiento y con el arrepentimiento el camino para venir a Mi. Pero su malicia según su apego y a las sugestiones del Maligno, adiestrada por Satanás, no quiere estos retrocesos, ni estos retornos, por esto anula a la fe en el infierno tal como es realmente y se inventa otra, sí tambien se lo inventa. Yo Dios Uno y Trino, dije que los que están condenados al infierno, duraran en el por toda la eternidad, porque de esa muerte no se sale a una nueva resurrección. Dije que ese fuego es eterno y que en el estarán reunidos todos los operarios del escándalo y de la maldad. No creáis que esto sea hasta el momento del fin del mundo, No!. Más bien, después del tremendo juicio final, más despiadada se hará esa morada de llanto y tormentos, porque lo que todavía se concede tener a sus habitantes para su infernal entretenimiento, poder dañar a los vivientes y ver a los nuevos condenados precipitarse a su abismo, ya no se les concederá, pues después la puerta del infierno maldito de Satanás, será clavada y remachada por mis santos ángeles para siempre, para siempre, para siempre. Un para siempre cuyo número de años no tiene número, a tal grado que si los años se convirtieran en granos de arena, de todos los océanos de la tierra, seria menos que un día de esta eternidad sin medida, hecha por una parte de luz y gloria en la otra para los benditos, para la otra hecha de tinieblas y horror para los malditos en lo profundo. El purgatorio es fuego de amor, en cambio el infierno es fuego de rigor. Es muy diferente. En el purgatorio, es donde vosotros pensando en Dios, expiáis la falta de amor a vuestro Señor Dios, cuya esencia se os ilumina en el día del juicio particular y os llena del deseo de poseerla. Por medio del amor, conquistan el amor y por grados de caridad cada vez más encendida, limpiáis vuestra vestimenta hasta hacerla blanca y brillante para entrar en el reino de la luz, cuyos fulgores te mostré hace días.
El infierno, es el lugar en el cual el pensamiento de Dios, el recuerdo de Dios, vislumbrado en el juicio particular, no es como para los purgantes santo deseo, nostalgia afligida, pero llena de esperanza y esperanza llena de tranquila espera, de segura paz que alcanzará la perfección, cuando vuelva a la conquista de Dios, pero ya da al espíritu purgante una alegre actividad purgativa, porque cada pena, cada momento de pena los acerca más a Dios. Por el contrario, el infierno es remordimiento, cólera, es condenación, odio, odio contra Satanás, odio contra los hombres, odio contra sí mismos, odio contra Dios, odio contra los demás. Después de haber adorado a Satanás durante su vida, en lugar de adorar al Altísimo Señor, cuando están en el infierno, ven su verdadero aspecto, porque ya no esta oculto bajo el hechizo atractivo de la carne, ni bajo el reluciente brillo del oro, ni bajo el seductor signo del poder, entonces odian porque es la causa de su tormento. Después de haber olvidado su dignidad de hijos de Dios, adorado a los hombres hasta hacerse asesinos, ladrones, estafadores, mercaderes de inmundicias para ellos, ahora que vuelven a encontrar a sus patrones por los cuales han matado, robado, estafado, vendido el propio honor y el honor de tantas criaturas infelices, débiles e indefensas, haciéndose instrumentos del vicio que ni siquiera los animales conocen, la lujuria tributo del ser humano envenenado por Satanás, ahora odian a esos patrones porque son las causas de su tormento. Después de haberse adorado a sí mismos, dando a la carne, a la sangre, los siete apetitos de su carne, de su sangre todas las satisfacciones, habiendo pisoteado la ley de Dios, la ley de la moralidad, ahora se odian, porque se reconocen como la causa de su tormento. La palabra odio tapiza ese reino descomunal, ruge en esas llamas, aúlla en los chillidos de los demonios, solloza y gruñe en los lamentos de los condenados, suena y suena como una eterna campaña golpeada por un martillo. Resuena como una eterna bocina de muerte, llena de si los rincones de esa cárcel tétrica, es un tormento porque repite en cada sonido, el recuerdo del amor para siempre perdido, el remordimiento de haberlo querido perder, la rabia de no volverlo a ver jamás. el alma muerta entre esas llamas, es como un cuerpo arrojado en un horno crematorio, se contorsiona, ruge como animada por un nuevo movimiento vital y se despierta al comprender su error. Muere y renace a cada momento con sufrimientos atroces, porque el remordimiento la mata en una blasfemia. Esa muerte la vuelve a revivir para un nuevo tormento. Todo el pecado de haber traicionado a Dios en el tiempo, esta presente en la eternidad. En ella para su tormento y por toda la eternidad, por el error de haber rechazado a Dios en el tiempo, está para atormentar eternamente. En el fuego, las llamas forman sombras de lo que esa alma adoró en la vida, las pasiones se dibujan incandescentes pinceladas, con más excitantes aspectos y rechinan y rechinan a cada recuerdo. Prefirió el fuego de las pasiones, ahora tiene el fuego quemante de Dios, ese santo fuego del cual se burló. El fuego responde al fuego. En el paraíso es fuego de amor perfecto. En el purgatorio es fuego de amor purificador, en el infierno es fuego de amor ofendido. Puesto que los elegidos amaron con perfección y porque los purgantes amaron tibiamente, el amor se hace y llama para llevarlos a la perfección. Debido a que los malditos ardieron en todos los fuegos, menos en el fuego de Dios, en el fuego la ira de Dios los invade, los quema eternamente y en ese fuego también están congelados. En la quemadura insoportable se mezcla el fuego sideral, los condenados se quemaron en todos los fuegos humanos, teniendo únicamente hielo espiritual para el Señor su Dios. El hielo los espera para congelarlos, luego de que el fuego los haya tostado como pescados puestos a asar sobre una llama. Tormento en el tormento al pasar de la quemadura que hincha al fuego que aprieta. Oh! no es un lenguaje metafórico, porque Dios puede hacer que las almas cargadas de culpas cometidas, tengan sensibilidad igual a la de la carne, inclusive antes de que se revistan en el juicio final de esa carne. Vosotros no sabéis y no creéis, pero en verdad os digo que os convendría más sufrir todos los tormentos de mis mártires, antes que sufrir un momento las torturas infernales. La oscuridad será el tercer tormento. La oscuridad tanto material como espiritual. Estarán para siempre en las tinieblas, de luego de haber visto la luz del paraíso. Estarán rodeados por las tinieblas, después de haber visto la luz de Dios. Se revolcaran en ese horror tenebroso, el cual solamente se ilumina al temblar cada espíritu ardiente con el nombre del pecado por el cual estarán hundidos en ese horror. No encontrarán excusa. Esa masa de espíritus que se odian y dañan mutuamente, no encontrarán otra cosa que la desesperación que los enloquece y los hace cada vez más malditos. Se alimentarán con la desesperación, se apoyaran en ella, se matarán con ella. Dije que la muerte alimentaría la muerte. La desesperación es muerte y alimentará esos muertos por toda la eternidad. Yo os lo aseguro, Yo que también he creado ese lugar, cuando bajé para sacar del limbo a los que esperaban mi venida, he tenido horror, Yo Dios de ese lugar. Si no fuera algo hecho por Dios y por lo tanto inmutable y perfecto, habría querido hacerlo menos atroz, porque soy el Amor y ese lugar horroroso me causó aflicción y vosotros queréis ir allí. Meditad hijos esta verdad. Es conveniente darle a los enfermos medicina, aunque sea amarga. A los afectados de gangrena conviene cauterizarlos y cortar el mal. Para vosotros leprosos y cancerosos espirituales, esta medicina y cauterización de cirujano, no la rechacéis. Usadla para curaros. La vida no dura estos pocos días de la tierra. La vida comienza cuando parece que termina y ya no tiene fin. La vida comienza cuando vosotros la llamáis muerte.
Otra vidente evangélica, Mary K. Baxter, también tuvo el encuentro con Jesús quien le mostró el infierno. Ella escribió un libro acerca de esto, titulado: Una Revelación Divina del Infierno. No hay diferencia, tuvo la misma visión general del infierno, pero vio explícitamente con el tormento para cada pecado. Su libro en pdf, esta por la red. http://www.spiritlessons.com/una_revelacion_divina_del_infierno_mary_k_baxter_spanish.htm
Jesús le dice a Maria Valtorta:
Una vez te hice ver el monstruo del abismo. Ahora te hablare de su reino. No te puedo tener en el paraíso siempre, recuerda que tienes la misión de volver a llamar a la verdad a tus hermanos, quienes la han olvidado demasiado, olvido que en realidad es desprecio por las verdades eternas, por lo cual vienen tantos males a la humanidad. En estos tiempos, mucha gente ya no cree en la existencia del infierno, están aferrados a un más allá hecho a su gusto, de tal manera que siendo merecedores de grandes castigos, al negar la existencia del infierno, estén menos atemorizados en su conciencia, son discípulos más o menos fieles del espíritu del mal, saben que su conciencia retrocedería a ciertos delitos si realmente creyesen en el infierno, tal como la fe lo enseña que es, saben que su conciencia al cometer el delito, tendría que volver en sí misma y con el temor y el remordimiento, vendría el arrepentimiento y con el arrepentimiento el camino para venir a Mi. Pero su malicia según su apego y a las sugestiones del Maligno, adiestrada por Satanás, no quiere estos retrocesos, ni estos retornos, por esto anula a la fe en el infierno tal como es realmente y se inventa otra, sí tambien se lo inventa. Yo Dios Uno y Trino, dije que los que están condenados al infierno, duraran en el por toda la eternidad, porque de esa muerte no se sale a una nueva resurrección. Dije que ese fuego es eterno y que en el estarán reunidos todos los operarios del escándalo y de la maldad. No creáis que esto sea hasta el momento del fin del mundo, No!. Más bien, después del tremendo juicio final, más despiadada se hará esa morada de llanto y tormentos, porque lo que todavía se concede tener a sus habitantes para su infernal entretenimiento, poder dañar a los vivientes y ver a los nuevos condenados precipitarse a su abismo, ya no se les concederá, pues después la puerta del infierno maldito de Satanás, será clavada y remachada por mis santos ángeles para siempre, para siempre, para siempre. Un para siempre cuyo número de años no tiene número, a tal grado que si los años se convirtieran en granos de arena, de todos los océanos de la tierra, seria menos que un día de esta eternidad sin medida, hecha por una parte de luz y gloria en la otra para los benditos, para la otra hecha de tinieblas y horror para los malditos en lo profundo. El purgatorio es fuego de amor, en cambio el infierno es fuego de rigor. Es muy diferente. En el purgatorio, es donde vosotros pensando en Dios, expiáis la falta de amor a vuestro Señor Dios, cuya esencia se os ilumina en el día del juicio particular y os llena del deseo de poseerla. Por medio del amor, conquistan el amor y por grados de caridad cada vez más encendida, limpiáis vuestra vestimenta hasta hacerla blanca y brillante para entrar en el reino de la luz, cuyos fulgores te mostré hace días.
El infierno, es el lugar en el cual el pensamiento de Dios, el recuerdo de Dios, vislumbrado en el juicio particular, no es como para los purgantes santo deseo, nostalgia afligida, pero llena de esperanza y esperanza llena de tranquila espera, de segura paz que alcanzará la perfección, cuando vuelva a la conquista de Dios, pero ya da al espíritu purgante una alegre actividad purgativa, porque cada pena, cada momento de pena los acerca más a Dios. Por el contrario, el infierno es remordimiento, cólera, es condenación, odio, odio contra Satanás, odio contra los hombres, odio contra sí mismos, odio contra Dios, odio contra los demás. Después de haber adorado a Satanás durante su vida, en lugar de adorar al Altísimo Señor, cuando están en el infierno, ven su verdadero aspecto, porque ya no esta oculto bajo el hechizo atractivo de la carne, ni bajo el reluciente brillo del oro, ni bajo el seductor signo del poder, entonces odian porque es la causa de su tormento. Después de haber olvidado su dignidad de hijos de Dios, adorado a los hombres hasta hacerse asesinos, ladrones, estafadores, mercaderes de inmundicias para ellos, ahora que vuelven a encontrar a sus patrones por los cuales han matado, robado, estafado, vendido el propio honor y el honor de tantas criaturas infelices, débiles e indefensas, haciéndose instrumentos del vicio que ni siquiera los animales conocen, la lujuria tributo del ser humano envenenado por Satanás, ahora odian a esos patrones porque son las causas de su tormento. Después de haberse adorado a sí mismos, dando a la carne, a la sangre, los siete apetitos de su carne, de su sangre todas las satisfacciones, habiendo pisoteado la ley de Dios, la ley de la moralidad, ahora se odian, porque se reconocen como la causa de su tormento. La palabra odio tapiza ese reino descomunal, ruge en esas llamas, aúlla en los chillidos de los demonios, solloza y gruñe en los lamentos de los condenados, suena y suena como una eterna campaña golpeada por un martillo. Resuena como una eterna bocina de muerte, llena de si los rincones de esa cárcel tétrica, es un tormento porque repite en cada sonido, el recuerdo del amor para siempre perdido, el remordimiento de haberlo querido perder, la rabia de no volverlo a ver jamás. el alma muerta entre esas llamas, es como un cuerpo arrojado en un horno crematorio, se contorsiona, ruge como animada por un nuevo movimiento vital y se despierta al comprender su error. Muere y renace a cada momento con sufrimientos atroces, porque el remordimiento la mata en una blasfemia. Esa muerte la vuelve a revivir para un nuevo tormento. Todo el pecado de haber traicionado a Dios en el tiempo, esta presente en la eternidad. En ella para su tormento y por toda la eternidad, por el error de haber rechazado a Dios en el tiempo, está para atormentar eternamente. En el fuego, las llamas forman sombras de lo que esa alma adoró en la vida, las pasiones se dibujan incandescentes pinceladas, con más excitantes aspectos y rechinan y rechinan a cada recuerdo. Prefirió el fuego de las pasiones, ahora tiene el fuego quemante de Dios, ese santo fuego del cual se burló. El fuego responde al fuego. En el paraíso es fuego de amor perfecto. En el purgatorio es fuego de amor purificador, en el infierno es fuego de amor ofendido. Puesto que los elegidos amaron con perfección y porque los purgantes amaron tibiamente, el amor se hace y llama para llevarlos a la perfección. Debido a que los malditos ardieron en todos los fuegos, menos en el fuego de Dios, en el fuego la ira de Dios los invade, los quema eternamente y en ese fuego también están congelados. En la quemadura insoportable se mezcla el fuego sideral, los condenados se quemaron en todos los fuegos humanos, teniendo únicamente hielo espiritual para el Señor su Dios. El hielo los espera para congelarlos, luego de que el fuego los haya tostado como pescados puestos a asar sobre una llama. Tormento en el tormento al pasar de la quemadura que hincha al fuego que aprieta. Oh! no es un lenguaje metafórico, porque Dios puede hacer que las almas cargadas de culpas cometidas, tengan sensibilidad igual a la de la carne, inclusive antes de que se revistan en el juicio final de esa carne. Vosotros no sabéis y no creéis, pero en verdad os digo que os convendría más sufrir todos los tormentos de mis mártires, antes que sufrir un momento las torturas infernales. La oscuridad será el tercer tormento. La oscuridad tanto material como espiritual. Estarán para siempre en las tinieblas, de luego de haber visto la luz del paraíso. Estarán rodeados por las tinieblas, después de haber visto la luz de Dios. Se revolcaran en ese horror tenebroso, el cual solamente se ilumina al temblar cada espíritu ardiente con el nombre del pecado por el cual estarán hundidos en ese horror. No encontrarán excusa. Esa masa de espíritus que se odian y dañan mutuamente, no encontrarán otra cosa que la desesperación que los enloquece y los hace cada vez más malditos. Se alimentarán con la desesperación, se apoyaran en ella, se matarán con ella. Dije que la muerte alimentaría la muerte. La desesperación es muerte y alimentará esos muertos por toda la eternidad. Yo os lo aseguro, Yo que también he creado ese lugar, cuando bajé para sacar del limbo a los que esperaban mi venida, he tenido horror, Yo Dios de ese lugar. Si no fuera algo hecho por Dios y por lo tanto inmutable y perfecto, habría querido hacerlo menos atroz, porque soy el Amor y ese lugar horroroso me causó aflicción y vosotros queréis ir allí. Meditad hijos esta verdad. Es conveniente darle a los enfermos medicina, aunque sea amarga. A los afectados de gangrena conviene cauterizarlos y cortar el mal. Para vosotros leprosos y cancerosos espirituales, esta medicina y cauterización de cirujano, no la rechacéis. Usadla para curaros. La vida no dura estos pocos días de la tierra. La vida comienza cuando parece que termina y ya no tiene fin. La vida comienza cuando vosotros la llamáis muerte.
Otra vidente evangélica, Mary K. Baxter, también tuvo el encuentro con Jesús quien le mostró el infierno. Ella escribió un libro acerca de esto, titulado: Una Revelación Divina del Infierno. No hay diferencia, tuvo la misma visión general del infierno, pero vio explícitamente con el tormento para cada pecado. Su libro en pdf, esta por la red. http://www.spiritlessons.com/una_revelacion_divina_del_infierno_mary_k_baxter_spanish.htm