¿por qué dan los evangélicos sus diezmos al pastor?
¿por qué dan los evangélicos sus diezmos al pastor?
¿POR QUÉ DAN LOS EVANGÉLICOS SUS DIEZMOS AL PASTOR?
“¿Cómo se explica que tantos evangélicos y adventistas den su dinero (diezmos y ofrendas) con ojos cerrados a sus líderes religiosos?” Para quienes desconocen esta forma de manipulación es de admirarse de lo fácil que es recabar ingentes sumas de dinero de los fieles que asisten a sus iglesias regularmente, aunque éstos se endeuden con la luz, el agua y el teléfono de sus hogares. Resulta que según las enseñanzas de estos pastores protestantes, una persona no perderá su salvación si no ofrenda o diezma regularmente, aunque si es “desobediente” a esta práctica bíblica, su vida se verá llena de problemas y maldiciones. Si no diezma todos los meses y no ofrenda con generosidad, el “hermano” o “hermana” sufrirá el castigo divino de muchas formas: le faltará el pan, sufrirá una dolencia, perderá su casa, su trabajo, tendrá un accidente, tendrá deudas, o cualquier otro infortunio. Así que es mejor diezmar y ofrendar para que “las ricas y abundantes bendiciones bajen del cielo para su vida”.
La evidente hipocresía de estos pastores llega al extremo de decir que Dios no abolió el diezmo, y que el alfolí no es otra cosa que las arcas de la iglesia que lideran. Pero cuando se trata de guardar el sábado allí sí la ley fue abolida. ¡Eso fue para los judíos, nos dicen! No es que esté fomentando la guarda del sábado, sino que quiero señalar lo inconsecuentes que son los evangélicos. Al menos los Adventistas del Séptimo Día son más consecuentes en este respecto cuando guardan ambas cosas. Pero además, los pastores evangélicos defienden el diezmo manipulando la Biblia y astutamente le dicen a su feligrés, “De que vale que yo pida por ti si no has dado tus diezmos y ofrendas al Señor (…¡ al señor pastor!), aunque yo ore, Dios no te va a escuchar y a bendecir, así que acércate a la tesorería primero y cumple con tus diezmos y ofrendas y verás que milagrosamente Dios te responderá con creces.”
Por cierto, si la bendición no llega a tiempo después de haberse “puesto al día” con el Señor, los pastores tienen otra salida bien pensada, y les dicen irónicamente: “Ay, mi hermanita querida, usted debe estar viviendo una vida de pecado y de mundanalidad. Usted necesita asistir más a la iglesia y trabajar más para la “causa del Señor”. Y como se la hace sentir culpable, la hermanita se someterá a los dictados del pastor, y se “pondrá las pilas” para seguir trabajando para la causa de su pastor, que es, traer más ovejas para obtener más lana.
Ahora bien, si nos basamos en la Biblia, veremos que las bendiciones del Señor vienen, no porque uno haya dado el diezmo, ya que según se cuenta en la Biblia, Salomón fue enriquecido o bendecido sólo cuando pidió SABIDURÍA Y CIENCIA, y no porque cumpliese con el diezmo (ver 2 Cró. 1:10-12).
SE DA LA LEY DEL DIEZMO A ISRAEL
La palabra "diezmo" significa 'una décima parte'. El primer caso de pago de diezmos que se consigna en la Escritura, está en Génesis 14:20, donde Abraham dio a Melquisedec, sacerdote del Dios Altísimo, "los diezmos de todo" el botín que había ganado en batalla contra el rey del norte, después de que Melquisedec, Rey de Salem, lo hubo bendecido.
El significado de este acto simbólico se da en Hebreos 7. Ahí el apóstol muestra a los cristianos judíos (que estaban pensando en regresar al judaísmo), que Melquisedec era una figura representativa de Cristo: "Hecho semejante al Hijo de Dios" (v. 3). Era 'más grande' que Abraham, como quedó evidente por el hecho que Abraham le pagó diezmos; y su sacerdocio, basado en el juramento de Dios, es "mejor" que el sacerdocio levítico, que estaba basado en la descendencia carnal de Abraham. El apóstol muestra que Jesucristo fue "hecho fiador [o, mediador] de un mejor pacto" (v. 22), dio "una mejor esperanza" (v. 19), porque esa esperanza estaba basada en "mejores promesas" (8:6).
La exhortación que da el apóstol en Hebreos 10:19-39 es que nos acerquemos a Dios, y que no retrocedamos al judaísmo para perdición ("al yugo de la esclavitud" -- Gálatas 5:1). Él alienta a sus lectores a TENER "FE para preservación del alma [o de la vida]" (Hebreos 10:39).
Así que el hecho de que Abraham haya pagado un diezmo NO se muestra como algo que deban copiar sus hijos espirituales; al menos no hasta que el Señor Jesús regrese a la tierra, asuma su misión en Jerusalén en el reino de Dios como "Sumo Sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec". El rey de Dios reinará para siempre sobre todas las naciones, en justicia y paz.
La ley del diezmo fue una parte de la Ley Mosaica que se dio 'únicamente' a los hijos de Israel. Se puso en vigor cuando ellos ganaron la tierra de Canaán, que Dios había prometido a Abraham y a su simiente. Allí se guiaron por el sacerdocio levítico (Levítico 27:30-34). Su vigencia cesó cuando la Ley Mosaica fue reemplazada por el sistema de Cristo.
EL PROPÓSITO DE LA LEY DEL DIEZMO
Mientras que a cada familia de los hijos de Israel se le dio una heredad de tierra por la cual pudieran proveer para sí mismos y adorar a Dios por medio del código de sacrificios, al sacerdocio levítico se le negó ese beneficio. Ellos tenían una heredad mayor: "Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel", dijo Dios a Aarón (Números 18:20). Dios dio a los levitas "todos los diezmos en Israel por heredad" (v. 21). "Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión". "Estatuto perpetuo [Heb. olahm... 'el período de tiempo oculto' en el cual sirvieron los levitas] para vuestros descendientes" (v. 23). Este tiempo terminó cuando terminó el pacto mosaico al morir Jesucristo, cuya muerte ratificó "el nuevo pacto" de fe. El diezmo proveía las necesidades humanas de los levitas y así podían dedicarse sin distracciones al servicio de Dios y de Israel. Los levitas eran 'los servidores públicos' de las naciones; sus maestros, jueces y consejeros. El diezmo de una nación era como un impuesto para pagar a la administración de la nación. Era sólo el 10% "de todos sus frutos" cada año, mientras que el diezmo del tercer año era tanto para los levitas como para otros israelitas que estuvieren en necesidad (Deuteronomio 14:27-29). Los israelitas pagaban un diezmo de todas sus ganancias anuales, presumiblemente de sus ingresos netos. Nosotros, los gentiles, pagamos por el Servicio Público un Impuesto al Valor Agregado (IVA) que supera en gran medida el 10%; en algunos países es más, en otros es menos. ¡Dios fue un rey mucho más consciente para Israel de lo que los gobiernos humanos son para nosotros!
LOS CRISTIANOS NO ESTÁN BAJO LA LEY MOSAICA
La Ley Mosaica ha sido reemplazada por un "pacto mejor"; el nuevo pacto de fe en Cristo y el evangelio (Hebreos 8:7-13). El diezmo era una parte necesaria e integral del Pacto Mosaico, cuya observancia NO se requiere de los cristianos. Promover el diezmo s realmente judaizar y apartarse del "camino nuevo y vivo" de fe en Dios (Hebreos 10:19-20). El apóstol Pablo describió a la Ley Mosaica como "el ministerio de muerte", porque condenaba a muerte a aquellos que desobedecían incluso sólo una de sus muchas leyes. La ley, (o servicio obligatorio), siempre pone a la gente bajo el riesgo de una condena, mientras que la fe (servicio voluntario), siempre pone a la gente de Dios bajo sus bendiciones de misericordia, gracia y paz (2 Pedro 1:2).
LOS MANDAMIENTOS DE CRISTO Y DE SUS APÓSTOLES:
Estos son:
• "Dad limosna según podáis" (Lucas 11:41).
• "Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos" (Mateo 6:4).
• "Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe" (Gálatas 6:10).
¿POR QUE DIEZMAN ALGUNAS IGLESIAS?
Si ni el Señor Jesús ni sus apóstoles ordenan el pago del diezmo (que era parte de la ya reemplazada Ley Mosaica), ¿por qué diezman algunas iglesias? La sencilla respuesta se halla en la riqueza de estas iglesias y en la (con frecuencia) pobreza de la gente que se entrega a una ley de diezmos. Esas iglesias NO se comparan favorablemente con el Señor Jesús que vino a servir (no a ser servido), quien no tenía donde reposar su cabeza (no tenía riquezas, iglesias y catedrales ornamentadas), que depuso todo para que NOSOTROS tuviésemos vida "en abundancia" (Juan 10:10).
Nuestro Señor Jesús volcó las mesas de los mercaderes religiosos que estaban en el templo, diciendo: "Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado" (Juan 2:16). En vez de ayudar a las iglesias ricas a que sean más ricas aún, acumulando su tesoro en la tierra, acumulemos nuestro propio tesoro en el cielo, por medio de una fe que complazca a Dios.
Adoremos a Dios "en espíritu y en verdad" (Juan 4:23-24). Hagamos todo el bien que podamos. En el espíritu del servicio fiel podemos, según nuestras posibilidades, preferir apoyar financieramente a cosas que son verdaderamente de Dios. ¡Quizás las iglesias que diezman NO LO SON!
Si eres católico dale gracias a Dios y decídete a serlo al 100% siendo un discípulo auténtico de Jesucristo teniendo una relación personal con El y testimoniando su Palabra unido a su Iglesia: La Católica. Si eres evangélico, ten calma, se honesto contigo mismo, investiga y conoce el verdadero cristianismo y ora mucho. Estudia los fundamentos de la fe católica: Biblia, Tradición y la historia de la Iglesia. Allí encontrarás por que los católicos creemos, lo que creemos. Jesucristo es nuestro Señor y Salvador y esta la Iglesia que él fundó.
¿por qué dan los evangélicos sus diezmos al pastor?
Si tampoco sabes cuan grande es la bendición de diezmar a Dios, entonces no veo mucho interes departe tulla de ver sinceramente la Palabra de Cristo.
Paz
¿POR QUÉ DAN LOS EVANGÉLICOS SUS DIEZMOS AL PASTOR?
“¿Cómo se explica que tantos evangélicos y adventistas den su dinero (diezmos y ofrendas) con ojos cerrados a sus líderes religiosos?” Para quienes desconocen esta forma de manipulación es de admirarse de lo fácil que es recabar ingentes sumas de dinero de los fieles que asisten a sus iglesias regularmente, aunque éstos se endeuden con la luz, el agua y el teléfono de sus hogares. Resulta que según las enseñanzas de estos pastores protestantes, una persona no perderá su salvación si no ofrenda o diezma regularmente, aunque si es “desobediente” a esta práctica bíblica, su vida se verá llena de problemas y maldiciones. Si no diezma todos los meses y no ofrenda con generosidad, el “hermano” o “hermana” sufrirá el castigo divino de muchas formas: le faltará el pan, sufrirá una dolencia, perderá su casa, su trabajo, tendrá un accidente, tendrá deudas, o cualquier otro infortunio. Así que es mejor diezmar y ofrendar para que “las ricas y abundantes bendiciones bajen del cielo para su vida”.
La evidente hipocresía de estos pastores llega al extremo de decir que Dios no abolió el diezmo, y que el alfolí no es otra cosa que las arcas de la iglesia que lideran. Pero cuando se trata de guardar el sábado allí sí la ley fue abolida. ¡Eso fue para los judíos, nos dicen! No es que esté fomentando la guarda del sábado, sino que quiero señalar lo inconsecuentes que son los evangélicos. Al menos los Adventistas del Séptimo Día son más consecuentes en este respecto cuando guardan ambas cosas. Pero además, los pastores evangélicos defienden el diezmo manipulando la Biblia y astutamente le dicen a su feligrés, “De que vale que yo pida por ti si no has dado tus diezmos y ofrendas al Señor (…¡ al señor pastor!), aunque yo ore, Dios no te va a escuchar y a bendecir, así que acércate a la tesorería primero y cumple con tus diezmos y ofrendas y verás que milagrosamente Dios te responderá con creces.”
Por cierto, si la bendición no llega a tiempo después de haberse “puesto al día” con el Señor, los pastores tienen otra salida bien pensada, y les dicen irónicamente: “Ay, mi hermanita querida, usted debe estar viviendo una vida de pecado y de mundanalidad. Usted necesita asistir más a la iglesia y trabajar más para la “causa del Señor”. Y como se la hace sentir culpable, la hermanita se someterá a los dictados del pastor, y se “pondrá las pilas” para seguir trabajando para la causa de su pastor, que es, traer más ovejas para obtener más lana.
Ahora bien, si nos basamos en la Biblia, veremos que las bendiciones del Señor vienen, no porque uno haya dado el diezmo, ya que según se cuenta en la Biblia, Salomón fue enriquecido o bendecido sólo cuando pidió SABIDURÍA Y CIENCIA, y no porque cumpliese con el diezmo (ver 2 Cró. 1:10-12).
SE DA LA LEY DEL DIEZMO A ISRAEL
La palabra "diezmo" significa 'una décima parte'. El primer caso de pago de diezmos que se consigna en la Escritura, está en Génesis 14:20, donde Abraham dio a Melquisedec, sacerdote del Dios Altísimo, "los diezmos de todo" el botín que había ganado en batalla contra el rey del norte, después de que Melquisedec, Rey de Salem, lo hubo bendecido.
El significado de este acto simbólico se da en Hebreos 7. Ahí el apóstol muestra a los cristianos judíos (que estaban pensando en regresar al judaísmo), que Melquisedec era una figura representativa de Cristo: "Hecho semejante al Hijo de Dios" (v. 3). Era 'más grande' que Abraham, como quedó evidente por el hecho que Abraham le pagó diezmos; y su sacerdocio, basado en el juramento de Dios, es "mejor" que el sacerdocio levítico, que estaba basado en la descendencia carnal de Abraham. El apóstol muestra que Jesucristo fue "hecho fiador [o, mediador] de un mejor pacto" (v. 22), dio "una mejor esperanza" (v. 19), porque esa esperanza estaba basada en "mejores promesas" (8:6).
La exhortación que da el apóstol en Hebreos 10:19-39 es que nos acerquemos a Dios, y que no retrocedamos al judaísmo para perdición ("al yugo de la esclavitud" -- Gálatas 5:1). Él alienta a sus lectores a TENER "FE para preservación del alma [o de la vida]" (Hebreos 10:39).
Así que el hecho de que Abraham haya pagado un diezmo NO se muestra como algo que deban copiar sus hijos espirituales; al menos no hasta que el Señor Jesús regrese a la tierra, asuma su misión en Jerusalén en el reino de Dios como "Sumo Sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec". El rey de Dios reinará para siempre sobre todas las naciones, en justicia y paz.
La ley del diezmo fue una parte de la Ley Mosaica que se dio 'únicamente' a los hijos de Israel. Se puso en vigor cuando ellos ganaron la tierra de Canaán, que Dios había prometido a Abraham y a su simiente. Allí se guiaron por el sacerdocio levítico (Levítico 27:30-34). Su vigencia cesó cuando la Ley Mosaica fue reemplazada por el sistema de Cristo.
EL PROPÓSITO DE LA LEY DEL DIEZMO
Mientras que a cada familia de los hijos de Israel se le dio una heredad de tierra por la cual pudieran proveer para sí mismos y adorar a Dios por medio del código de sacrificios, al sacerdocio levítico se le negó ese beneficio. Ellos tenían una heredad mayor: "Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel", dijo Dios a Aarón (Números 18:20). Dios dio a los levitas "todos los diezmos en Israel por heredad" (v. 21). "Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión". "Estatuto perpetuo [Heb. olahm... 'el período de tiempo oculto' en el cual sirvieron los levitas] para vuestros descendientes" (v. 23). Este tiempo terminó cuando terminó el pacto mosaico al morir Jesucristo, cuya muerte ratificó "el nuevo pacto" de fe. El diezmo proveía las necesidades humanas de los levitas y así podían dedicarse sin distracciones al servicio de Dios y de Israel. Los levitas eran 'los servidores públicos' de las naciones; sus maestros, jueces y consejeros. El diezmo de una nación era como un impuesto para pagar a la administración de la nación. Era sólo el 10% "de todos sus frutos" cada año, mientras que el diezmo del tercer año era tanto para los levitas como para otros israelitas que estuvieren en necesidad (Deuteronomio 14:27-29). Los israelitas pagaban un diezmo de todas sus ganancias anuales, presumiblemente de sus ingresos netos. Nosotros, los gentiles, pagamos por el Servicio Público un Impuesto al Valor Agregado (IVA) que supera en gran medida el 10%; en algunos países es más, en otros es menos. ¡Dios fue un rey mucho más consciente para Israel de lo que los gobiernos humanos son para nosotros!
LOS CRISTIANOS NO ESTÁN BAJO LA LEY MOSAICA
La Ley Mosaica ha sido reemplazada por un "pacto mejor"; el nuevo pacto de fe en Cristo y el evangelio (Hebreos 8:7-13). El diezmo era una parte necesaria e integral del Pacto Mosaico, cuya observancia NO se requiere de los cristianos. Promover el diezmo s realmente judaizar y apartarse del "camino nuevo y vivo" de fe en Dios (Hebreos 10:19-20). El apóstol Pablo describió a la Ley Mosaica como "el ministerio de muerte", porque condenaba a muerte a aquellos que desobedecían incluso sólo una de sus muchas leyes. La ley, (o servicio obligatorio), siempre pone a la gente bajo el riesgo de una condena, mientras que la fe (servicio voluntario), siempre pone a la gente de Dios bajo sus bendiciones de misericordia, gracia y paz (2 Pedro 1:2).
LOS MANDAMIENTOS DE CRISTO Y DE SUS APÓSTOLES:
Estos son:
• "Dad limosna según podáis" (Lucas 11:41).
• "Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos" (Mateo 6:4).
• "Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe" (Gálatas 6:10).
¿POR QUE DIEZMAN ALGUNAS IGLESIAS?
Si ni el Señor Jesús ni sus apóstoles ordenan el pago del diezmo (que era parte de la ya reemplazada Ley Mosaica), ¿por qué diezman algunas iglesias? La sencilla respuesta se halla en la riqueza de estas iglesias y en la (con frecuencia) pobreza de la gente que se entrega a una ley de diezmos. Esas iglesias NO se comparan favorablemente con el Señor Jesús que vino a servir (no a ser servido), quien no tenía donde reposar su cabeza (no tenía riquezas, iglesias y catedrales ornamentadas), que depuso todo para que NOSOTROS tuviésemos vida "en abundancia" (Juan 10:10).
Nuestro Señor Jesús volcó las mesas de los mercaderes religiosos que estaban en el templo, diciendo: "Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado" (Juan 2:16). En vez de ayudar a las iglesias ricas a que sean más ricas aún, acumulando su tesoro en la tierra, acumulemos nuestro propio tesoro en el cielo, por medio de una fe que complazca a Dios.
Adoremos a Dios "en espíritu y en verdad" (Juan 4:23-24). Hagamos todo el bien que podamos. En el espíritu del servicio fiel podemos, según nuestras posibilidades, preferir apoyar financieramente a cosas que son verdaderamente de Dios. ¡Quizás las iglesias que diezman NO LO SON!
Si eres católico dale gracias a Dios y decídete a serlo al 100% siendo un discípulo auténtico de Jesucristo teniendo una relación personal con El y testimoniando su Palabra unido a su Iglesia: La Católica. Si eres evangélico, ten calma, se honesto contigo mismo, investiga y conoce el verdadero cristianismo y ora mucho. Estudia los fundamentos de la fe católica: Biblia, Tradición y la historia de la Iglesia. Allí encontrarás por que los católicos creemos, lo que creemos. Jesucristo es nuestro Señor y Salvador y esta la Iglesia que él fundó.