Hola
El cristianismo tiene unos principios de comportamiento que se supone que son por nuestro propio bien. El caso es que muchos de esos principios uno acaba aprendiendo por la experiencia cotidiana que son un error cumplirlos. Por ejemplo la experiencia me ha enseñado que cuando hablo con la gente tengo que hablarles de los temas que ellos quieren oir y del modo en que ellos quieren oirlos. Lo que significa que tengo que morderme la lengua y callar la verdad. Por ejemplo conozco a uno que acompañó a su novia a abortar. Alguien comentó que ya no tendría hijo y se pusieron todos a bromear entre risas al respecto. Si yo les hubiese dicho lo que estaba pensando lo único que habría conseguido es que se negaran a atender a razones (y es tonteria decirles nada cuando sabes que se van a negar a escuchar) y que además se cabrearan conmigo.
Otro ejemplo es el de las mujeres. El cristianismo dice que tenemos que quererlas. Pero uno acaba dándose cuenta de que los máximos ligones son los cabronazos (perdonad el lenguaje) y uno acaba volviéndose frio y manipulador porque ellas te obligan a convertirte en esa clase de persona.
Podría seguir poniendo ejemplos, pero el caso es que el cristianismo tiene unos principios de comportamiento que se supone que son por nuestro propio bien. Y el caso es que uno acaba por darse cuenta mediante la experiencia cotidiana que seguir muchos de esos principios no te aporta nada salvo problemas. Y esto es una contradición que no entiendo.
El cristianismo tiene unos principios de comportamiento que se supone que son por nuestro propio bien. El caso es que muchos de esos principios uno acaba aprendiendo por la experiencia cotidiana que son un error cumplirlos. Por ejemplo la experiencia me ha enseñado que cuando hablo con la gente tengo que hablarles de los temas que ellos quieren oir y del modo en que ellos quieren oirlos. Lo que significa que tengo que morderme la lengua y callar la verdad. Por ejemplo conozco a uno que acompañó a su novia a abortar. Alguien comentó que ya no tendría hijo y se pusieron todos a bromear entre risas al respecto. Si yo les hubiese dicho lo que estaba pensando lo único que habría conseguido es que se negaran a atender a razones (y es tonteria decirles nada cuando sabes que se van a negar a escuchar) y que además se cabrearan conmigo.
Otro ejemplo es el de las mujeres. El cristianismo dice que tenemos que quererlas. Pero uno acaba dándose cuenta de que los máximos ligones son los cabronazos (perdonad el lenguaje) y uno acaba volviéndose frio y manipulador porque ellas te obligan a convertirte en esa clase de persona.
Podría seguir poniendo ejemplos, pero el caso es que el cristianismo tiene unos principios de comportamiento que se supone que son por nuestro propio bien. Y el caso es que uno acaba por darse cuenta mediante la experiencia cotidiana que seguir muchos de esos principios no te aporta nada salvo problemas. Y esto es una contradición que no entiendo.