Día a día, cientos de personas que pertenecían al catolicismo, han dejado esa falsa religión porque se han dado cuenta de la verdad.
Esta perdida de fieles católicos como no se había registrado antes, ha sido perversamente dañina con la institución romanista, pues no solo ha hecho que sufra una gran desangrada (con todo lo que eso implica: perdida de credibilidad y manipulación en las sociedades), sino que lo mejor, esa perdida de católicos parece imparable y en unos pocos años se calcula que el porcentaje de católicos que abandonen la religión será mayor.
Pero lo que mas me da alegría es saber que ese duro golpe propiciado a la religión católica ha sido en gran medida gracias a las Iglesias Cristianas Evangélicas, pues día a día más y más gente esta abandonando todas esas aberrantes idolatrias practicadas en la institución romanista para abrazar el Verdadero Evangelio de Cristo. Además se esta confirmando la promesa de multiplicación de la Iglesia de Cristo que Dios prometio: “en los postreros días, Dios derramaría su Espíritu sobre toda carne”. Con lo cual se confirma un avez más lo que Jesús prometio, que las puertas del infierno no prevalecen contra Su Iglesia.
Esta perdida de fieles católicos como no se había registrado antes, ha sido perversamente dañina con la institución romanista, pues no solo ha hecho que sufra una gran desangrada (con todo lo que eso implica: perdida de credibilidad y manipulación en las sociedades), sino que lo mejor, esa perdida de católicos parece imparable y en unos pocos años se calcula que el porcentaje de católicos que abandonen la religión será mayor.
Pero lo que mas me da alegría es saber que ese duro golpe propiciado a la religión católica ha sido en gran medida gracias a las Iglesias Cristianas Evangélicas, pues día a día más y más gente esta abandonando todas esas aberrantes idolatrias practicadas en la institución romanista para abrazar el Verdadero Evangelio de Cristo. Además se esta confirmando la promesa de multiplicación de la Iglesia de Cristo que Dios prometio: “en los postreros días, Dios derramaría su Espíritu sobre toda carne”. Con lo cual se confirma un avez más lo que Jesús prometio, que las puertas del infierno no prevalecen contra Su Iglesia.