No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús, 6porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciera la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
2 Corintios 4:5-6
Quienes predican a su "iglesia", y no a Cristo como Señor, yerran en su camino.
Contesten a Dios, pues Él ve sus corazones.
2 Corintios 4:5-6
Quienes predican a su "iglesia", y no a Cristo como Señor, yerran en su camino.
Contesten a Dios, pues Él ve sus corazones.