¿LA LEY DE DIOS DÓNDE ESTÁ? ¿En las leyes del viejo testamento, en el Evangelio, en las cartas atribuidas a Pablo o en las biblias impuestas por las religiones?
Dios entregó su Ley a Moisés, y luego a su pueblo elegido, en Diez Palabras escritas en dos tablas de piedra. Después de los años ya se hablaría de los Diez Mandamientos... No es lo mismo Diez Palabras que Diez mandamientos. Antes de morir Moisés, después de muchos años de haber recibido la Ley escrita en dos tablas de piedra, el pueblo elegido ya tenía un libro de leyes: "el libro de la ley"... No es lo mismo Diez Palabras que Diez Mandamientos; igualmente, no es lo mismo Diez Mandamientos que un libro de leyes.
Los profetas nos recuerdan en sus escritos "el libro de la ley". Ninguno de ellos nos habla de los cinco libros de leyes del viejo testamento (el pentateuco). El nombre de "Pentateuco" o cinco libros de leyes judías se empieza a conocer en los escritos cristianos después de Jesucristo y los apóstoles. No es lo mismo "el libro de la ley" recordado por los profetas que "el Pentateuco" (los cinco libros de leyes del pueblo judío).
Según avanzan los siglos, vemos cómo la Ley de Dios, que se podía escribir con Diez Palabras y en dos tablas de piedra, luego fue aumentada por los escribas y escrita en un libro. Más tarde, los escribas judíos la escribirían en cinco libros, libros que contienen unos 613 preceptos o mandamientos... No es lo mismo "Diez Palabras" que 613 mandamientos.
Aquellos cientos de preceptos escritos en el viejo testamento llegaron a ser un sistema de terror legalista y una carga que nadie podía soportar, nadie podía cumplir con todas aquellas leyes. El apóstol Pedro, cuando discute con los judíos que querían imponer a los cristianos aquella carga insoportable de las leyes judías, así les dijo:
"Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?. Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos". (Hechos 15:10-11)...
Si nadie había podido sobrellevar aquel yugo tan insoportable como son todas las leyes escritas en el viejo testamento, ¿qué es lo que había pasado a través de los siglos?, ¿es que Dios, misericordioso, impone cargas insoportables a sus hijos?... ¿qué es lo que ocurrió entonces?...
LOS PROFETAS NOS AVISAN
El profeta Isaías, hablándonos de las leyes que enseñaban los judíos, así nos dice:
"¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!" (Isaías 5:20)
"La tierra está profanada bajo sus moradores, que traspasaron la Ley, falsearon el derecho, rompieron la alianza eterna. Por eso la maldición devora la tierra, y son culpables sus moradores. Por eso arderán los moradores de la tierra y quedarán pocos hombres". (Isaías 24,5-6)
"Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado" (Isaías 29,13).
Esto es lo que nos dice Isaías en cuanto a los mandamientos que enseñaban los judíos. Y el profeta Jeremías también nos dice:
"Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el juicio de Yavé. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Yavé está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas" (Jeremías 8:7-8).
Dios mandó desde el principio "No Matarás", que nadie derramara la sangre de sus semejantes..., pero luego los judíos en sus leyes escribieron todo lo contrario, pues sus leyes nos dicen que Dios les mandó matar a sus semejantes y hermanos cuando estos faltaran a las leyes... En las leyes del viejo testamento están escritas diversas formas de matar a las personas por diversos motivos.
También nos dicen esas leyes que los judíos invadieron muchos pueblos para quedarse con sus tierras y que en muchas ocasiones Dios les mandó matar hombres, mujeres y niños de los pueblos vencidos.
¿Podemos imaginar a Jesucristo (Dios hecho Hombre) mandando a hombres crueles y pecadores que maten a los niños de los pueblos vencidos? ¿qué culpa tenían estos niños?... No es esa la imagen de Dios que recibimos en el Evangelio. Por eso, el viejo testamento nos da una imagen de Dios muy diferente a la que nos entrega Jesucristo en sus piadosos ejemplos y mandamientos.
El pueblo que en un principio huía de sus enemigos y Dios, con su mano poderosa los defendía, ahora tomaba la justicia por su mano, agarraba la espada y se ponía a destruir a todos aquellos pueblos y personas que no se doblegaban a sus leyes..., y no solo destruirlos para defenderse de ellos, sino también, en muchas ocasiones, para invadirlos y esclavizarlos.
La imagen del pueblo perseguido ayudado por Dios pasó a ser señal de invasión terrible y cruel para muchos pueblos.
LEYES DEL VIEJO TESTAMENTO SOBRE SACRIFICIOS
Los escribas judíos también escribieron en las leyes del viejo testamento muchos preceptos sobre sacrificios diciendo que Dios los mandó. En el libro de Levítico hay capítulos enteros dedicados a los sacrificios y holocaustos, pero el profeta Jeremías sale al paso de estas leyes y nos dice:
"Así ha dicho Yavé de los ejércitos, Dios de Israel: Añadid vuestros holocaustos sobre vuestros sacrificios, y comed la carne. Porque no hablé yo con vuestros padres, ni nada les mandé acerca de holocaustos y de sacrificios el día que los saqué de la tierra de Egipto". (Jeremías 7,21-22).
El profeta Oseas también nos habla sobre los sacrificios, y así nos dice:
"... porque yo quiero amor, no sacrificios; conocimiento de Dios, que no holocaustos" (Oseas 6:6).
Más tarde, cuando Jesucristo comenzó a predicar, confirmó estas palabras de Oseas cuando nos dijo que Dios no quiere sacrificios porque lo que Dios quiere es misericordia:
"... si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes" (Mateo 12:7)
Esto lo dijo Jesucristo sobre los sacrificios, y si Dios no quiere sacrificios ¿cómo es que nos dicen las leyes judías que Dios les mandó tantos sacrificios?... Ante estas contradicciones todo nos indica que las leyes judías de muertes y de sacrificios no son fiables, no son perfectas, son crueles y son una carga que nadie puede soportar. Por eso, Jesucristo nos enseñó la verdadera Ley de Dios, que es el Evangelio, para que saliéramos de las tinieblas en que vivían los judíos por causa de sus leyes y para que nunca más volviéramos a vivir aquellas leyes judías que faltaban a la misericordia, que es lo que Dios quiere.
La predicación y enseñanza de Jesucristo fue un duro debate con los judíos por causa de las leyes que los judíos imponían..., debate que muchas religiones quieren ignorar en su obsesión de querer hacernos ver que todas las leyes escritas en sus biblias (incluidas todas las del viejo testamento judío) son palabra de Dios. Pero un justo examen de las escrituras del Evangelio nos dice todo lo contrario.
Jesús, recordándonos al profeta Isaías, así les dijo a los escribas y fariseos:
"Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:
Este pueblo de labios me honra;
Mas su corazón está lejos de mí.
Pues en vano me honran,
Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres". (Mateo 15,7-9)
Jesús nos dice que los judíos enseñaban como doctrinas mandamientos de hombres, y aquí empieza el debate entre Jesús y los judíos celosos de las leyes del viejo testamento.
Jesucristo dejó abolidos o cambiados muchos preceptos del viejo testamento. Veamos algunos ejemplos:
Sigue en la respuesta Nº 2...
Dios entregó su Ley a Moisés, y luego a su pueblo elegido, en Diez Palabras escritas en dos tablas de piedra. Después de los años ya se hablaría de los Diez Mandamientos... No es lo mismo Diez Palabras que Diez mandamientos. Antes de morir Moisés, después de muchos años de haber recibido la Ley escrita en dos tablas de piedra, el pueblo elegido ya tenía un libro de leyes: "el libro de la ley"... No es lo mismo Diez Palabras que Diez Mandamientos; igualmente, no es lo mismo Diez Mandamientos que un libro de leyes.
Los profetas nos recuerdan en sus escritos "el libro de la ley". Ninguno de ellos nos habla de los cinco libros de leyes del viejo testamento (el pentateuco). El nombre de "Pentateuco" o cinco libros de leyes judías se empieza a conocer en los escritos cristianos después de Jesucristo y los apóstoles. No es lo mismo "el libro de la ley" recordado por los profetas que "el Pentateuco" (los cinco libros de leyes del pueblo judío).
Según avanzan los siglos, vemos cómo la Ley de Dios, que se podía escribir con Diez Palabras y en dos tablas de piedra, luego fue aumentada por los escribas y escrita en un libro. Más tarde, los escribas judíos la escribirían en cinco libros, libros que contienen unos 613 preceptos o mandamientos... No es lo mismo "Diez Palabras" que 613 mandamientos.
Aquellos cientos de preceptos escritos en el viejo testamento llegaron a ser un sistema de terror legalista y una carga que nadie podía soportar, nadie podía cumplir con todas aquellas leyes. El apóstol Pedro, cuando discute con los judíos que querían imponer a los cristianos aquella carga insoportable de las leyes judías, así les dijo:
"Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?. Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos". (Hechos 15:10-11)...
Si nadie había podido sobrellevar aquel yugo tan insoportable como son todas las leyes escritas en el viejo testamento, ¿qué es lo que había pasado a través de los siglos?, ¿es que Dios, misericordioso, impone cargas insoportables a sus hijos?... ¿qué es lo que ocurrió entonces?...
LOS PROFETAS NOS AVISAN
El profeta Isaías, hablándonos de las leyes que enseñaban los judíos, así nos dice:
"¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!" (Isaías 5:20)
"La tierra está profanada bajo sus moradores, que traspasaron la Ley, falsearon el derecho, rompieron la alianza eterna. Por eso la maldición devora la tierra, y son culpables sus moradores. Por eso arderán los moradores de la tierra y quedarán pocos hombres". (Isaías 24,5-6)
"Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado" (Isaías 29,13).
Esto es lo que nos dice Isaías en cuanto a los mandamientos que enseñaban los judíos. Y el profeta Jeremías también nos dice:
"Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el juicio de Yavé. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Yavé está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas" (Jeremías 8:7-8).
Dios mandó desde el principio "No Matarás", que nadie derramara la sangre de sus semejantes..., pero luego los judíos en sus leyes escribieron todo lo contrario, pues sus leyes nos dicen que Dios les mandó matar a sus semejantes y hermanos cuando estos faltaran a las leyes... En las leyes del viejo testamento están escritas diversas formas de matar a las personas por diversos motivos.
También nos dicen esas leyes que los judíos invadieron muchos pueblos para quedarse con sus tierras y que en muchas ocasiones Dios les mandó matar hombres, mujeres y niños de los pueblos vencidos.
¿Podemos imaginar a Jesucristo (Dios hecho Hombre) mandando a hombres crueles y pecadores que maten a los niños de los pueblos vencidos? ¿qué culpa tenían estos niños?... No es esa la imagen de Dios que recibimos en el Evangelio. Por eso, el viejo testamento nos da una imagen de Dios muy diferente a la que nos entrega Jesucristo en sus piadosos ejemplos y mandamientos.
El pueblo que en un principio huía de sus enemigos y Dios, con su mano poderosa los defendía, ahora tomaba la justicia por su mano, agarraba la espada y se ponía a destruir a todos aquellos pueblos y personas que no se doblegaban a sus leyes..., y no solo destruirlos para defenderse de ellos, sino también, en muchas ocasiones, para invadirlos y esclavizarlos.
La imagen del pueblo perseguido ayudado por Dios pasó a ser señal de invasión terrible y cruel para muchos pueblos.
LEYES DEL VIEJO TESTAMENTO SOBRE SACRIFICIOS
Los escribas judíos también escribieron en las leyes del viejo testamento muchos preceptos sobre sacrificios diciendo que Dios los mandó. En el libro de Levítico hay capítulos enteros dedicados a los sacrificios y holocaustos, pero el profeta Jeremías sale al paso de estas leyes y nos dice:
"Así ha dicho Yavé de los ejércitos, Dios de Israel: Añadid vuestros holocaustos sobre vuestros sacrificios, y comed la carne. Porque no hablé yo con vuestros padres, ni nada les mandé acerca de holocaustos y de sacrificios el día que los saqué de la tierra de Egipto". (Jeremías 7,21-22).
El profeta Oseas también nos habla sobre los sacrificios, y así nos dice:
"... porque yo quiero amor, no sacrificios; conocimiento de Dios, que no holocaustos" (Oseas 6:6).
Más tarde, cuando Jesucristo comenzó a predicar, confirmó estas palabras de Oseas cuando nos dijo que Dios no quiere sacrificios porque lo que Dios quiere es misericordia:
"... si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes" (Mateo 12:7)
Esto lo dijo Jesucristo sobre los sacrificios, y si Dios no quiere sacrificios ¿cómo es que nos dicen las leyes judías que Dios les mandó tantos sacrificios?... Ante estas contradicciones todo nos indica que las leyes judías de muertes y de sacrificios no son fiables, no son perfectas, son crueles y son una carga que nadie puede soportar. Por eso, Jesucristo nos enseñó la verdadera Ley de Dios, que es el Evangelio, para que saliéramos de las tinieblas en que vivían los judíos por causa de sus leyes y para que nunca más volviéramos a vivir aquellas leyes judías que faltaban a la misericordia, que es lo que Dios quiere.
La predicación y enseñanza de Jesucristo fue un duro debate con los judíos por causa de las leyes que los judíos imponían..., debate que muchas religiones quieren ignorar en su obsesión de querer hacernos ver que todas las leyes escritas en sus biblias (incluidas todas las del viejo testamento judío) son palabra de Dios. Pero un justo examen de las escrituras del Evangelio nos dice todo lo contrario.
Jesús, recordándonos al profeta Isaías, así les dijo a los escribas y fariseos:
"Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:
Este pueblo de labios me honra;
Mas su corazón está lejos de mí.
Pues en vano me honran,
Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres". (Mateo 15,7-9)
Jesús nos dice que los judíos enseñaban como doctrinas mandamientos de hombres, y aquí empieza el debate entre Jesús y los judíos celosos de las leyes del viejo testamento.
Jesucristo dejó abolidos o cambiados muchos preceptos del viejo testamento. Veamos algunos ejemplos:
Sigue en la respuesta Nº 2...