Re: Defensa de Elena G. de White
Estimado freddyjuarbe. Saludos cordiales.
Tú dices: “Ambos profetas alegan que tienen un mensaje especial, diferente, para este tiempo del fin. Ambos profetas alegan que ellos tienen el verdadero evangelio. Ambos profetas alegan son marca de la iglesia verdadera.”
Respondo: Seguramente conoces algo del profeta Joseph Smith, pero de Ellen White seguramente solo lo que has percibido a través de las páginas que copias. ¿O me dirás que has leído “los Testimonios” y sus escritos por cuenta propia?
Ahora podemos preguntarnos: ¿Siempre amonesta Dios a los hombres acerca de la crisis que ha de venir?
La Biblia nos dice: “Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas” Amos 3: 7
Debes saber que Dios tiene un mensaje muy especial designado para este tiempo, el último mensaje de amonestación. Y así como en el pasado amonestó a los antediluvianos por medio de Noé (Génesis 6), a Lot y a su familia por medio de ángeles para que salgan de Sodoma. Y a Egipto Dios le mandó a Moisés en lo referente a las plagas, que cayeron en dicho país. También Jonás fue enviado a amonestar a los habitantes de Nínive, antes de su destrucción. Y antes de la destrucción de Jerusalén en el año 70 de nuestra era, Jesús previno a los judíos.
En estos últimos días Dios tiene un mensaje especial. Es el mensaje que se halla en Apocalipsis 14: 6–12, que se ha de dar al mundo antes del regreso del Cristo.
Leamos: “Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo” Apoc. 14: 6
“El evangelio eterno” señala el mismo incambiable evangelio presentado a Adán, Abrahán, José, Daniel, Pedro y Pablo. Es la eterna buena noticia de que Cristo en nuestro Salvador. Es el mensaje centrado en Cristo, que destaca que él es el portador de nuestro pecado, nuestro Sumo Sacerdote, nuestro diario Pan de Vida, nuestro único Salvador.
Ahora veamos el anuncio específico que contiene este último mensaje de amonestación que corresponde darlo sólo en nuestro tiempo del fin:
“Diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado” Apoc. 14: 7
Este anuncio de que “la hora de juicio es venida” no podría haberse dado al mundo antes. Porqué, como se ha expuesto reiteradamente, la hora del juicio, empezó en 1844. Ese juicio investigador está en sesión ahora. Por lo cual es imperativo que ese mensaje que anuncia el juicio de Dios, sea proclamado ahora, anunciando que el tiempo que resta es breve.
Ahora si nos fijamos en este último mensaje veremos otra gran verdad que allí se nos presenta:
“ y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” Apoc. 14: 7, up.
El reconocimiento de que Dios es el Creador, es la base de la verdadera religión. El hecho de que Dios sea el Creador, es la base de la autoridad de Dios, así como de nuestra responsabilidad ante él. Esta última amonestación une el hecho de la creación con el juicio.
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.
Estimado freddyjuarbe. Saludos cordiales.
Tú dices: “Ambos profetas alegan que tienen un mensaje especial, diferente, para este tiempo del fin. Ambos profetas alegan que ellos tienen el verdadero evangelio. Ambos profetas alegan son marca de la iglesia verdadera.”
Respondo: Seguramente conoces algo del profeta Joseph Smith, pero de Ellen White seguramente solo lo que has percibido a través de las páginas que copias. ¿O me dirás que has leído “los Testimonios” y sus escritos por cuenta propia?
Ahora podemos preguntarnos: ¿Siempre amonesta Dios a los hombres acerca de la crisis que ha de venir?
La Biblia nos dice: “Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas” Amos 3: 7
Debes saber que Dios tiene un mensaje muy especial designado para este tiempo, el último mensaje de amonestación. Y así como en el pasado amonestó a los antediluvianos por medio de Noé (Génesis 6), a Lot y a su familia por medio de ángeles para que salgan de Sodoma. Y a Egipto Dios le mandó a Moisés en lo referente a las plagas, que cayeron en dicho país. También Jonás fue enviado a amonestar a los habitantes de Nínive, antes de su destrucción. Y antes de la destrucción de Jerusalén en el año 70 de nuestra era, Jesús previno a los judíos.
En estos últimos días Dios tiene un mensaje especial. Es el mensaje que se halla en Apocalipsis 14: 6–12, que se ha de dar al mundo antes del regreso del Cristo.
Leamos: “Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo” Apoc. 14: 6
“El evangelio eterno” señala el mismo incambiable evangelio presentado a Adán, Abrahán, José, Daniel, Pedro y Pablo. Es la eterna buena noticia de que Cristo en nuestro Salvador. Es el mensaje centrado en Cristo, que destaca que él es el portador de nuestro pecado, nuestro Sumo Sacerdote, nuestro diario Pan de Vida, nuestro único Salvador.
Ahora veamos el anuncio específico que contiene este último mensaje de amonestación que corresponde darlo sólo en nuestro tiempo del fin:
“Diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado” Apoc. 14: 7
Este anuncio de que “la hora de juicio es venida” no podría haberse dado al mundo antes. Porqué, como se ha expuesto reiteradamente, la hora del juicio, empezó en 1844. Ese juicio investigador está en sesión ahora. Por lo cual es imperativo que ese mensaje que anuncia el juicio de Dios, sea proclamado ahora, anunciando que el tiempo que resta es breve.
Ahora si nos fijamos en este último mensaje veremos otra gran verdad que allí se nos presenta:
“ y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” Apoc. 14: 7, up.
El reconocimiento de que Dios es el Creador, es la base de la verdadera religión. El hecho de que Dios sea el Creador, es la base de la autoridad de Dios, así como de nuestra responsabilidad ante él. Esta última amonestación une el hecho de la creación con el juicio.
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.