Amados hermanos en Cristo:
(Y cuando digo esto, me estoy dirigiendo exclusivamente a los que somos parte del cuerpo de Cristo).
Veo con mucha tristeza que muchos tomamos actitudes de "maestros", pasando por alto las palabras del Apóstol Pablo:
Maestros.....
Eph 4:12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
Eph 4:13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
Eph 4:14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,
Eph 4:15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
Eph 4:16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
Creo que si estamos unidos en un mismo Espíritu, cada vez que abordáramos un tema, estas palabras deberían ser una realidad en nosotros. Pero tristemente veo que no es así. Sino que cada uno, cual buenos maestros, defiende su postura y su doctrina, cuando deberíamos aprender de los demás sin caer en las ofensas y en los típicos "bibliazos".
Veo con que facilidad nos enganchamos fácilmente en las provocaciones de otros, que en el fondo es lo que buscan. Y comenzamos a perder el tiempo en sus vanas discusiones, que, si pensamos por un momento, en nada nos edifican.
E inmediatamente nos justificamos con el pretexto de "querer enseñarles la verdad".
Un verdadero maestro es aquel que en su corazón sabe que sabe que el único maestro es el Espíritu Santo. Que él solamente es un vaso de barro en las manos del alfarero. Que con mansedumbre enseña y con amor exhorta. Y que sabe que su vida es servir a los demás, y NO demostrar que es el maestro que posee la verdad.
Todo debate o tema de foro debería ser de edificación para el cuerpo. Así que les invito a no caer en vanas discusiones con aquellos que solo les interesa demostrar su "verdad" a los demás.
Si en verdad somos hermanos, debe unirnos el Espíritu de Dios, e independientemente a las "diferencias" que pudiéramos tener entre unos y otros, pues en parte conocemos y en parte profetizamos.......finalmente debe haber edificación.
Que ellos demuestren al mundo su basta sabiduría....NO a nosotros.
Si buscamos enseñar, hagámoslo en el conocimiento de Cristo.
«Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.
Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.» (Stg.3:1)
Jer 15:19 «Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.
Jer 15:20 Y te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce, y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dice Jehová.
Jer 15:21 Y te libraré de la mano de los malos, y te redimiré de la mano de los fuertes.»
Les invito a que mediten en lo que les digo.
(Y cuando digo esto, me estoy dirigiendo exclusivamente a los que somos parte del cuerpo de Cristo).
Veo con mucha tristeza que muchos tomamos actitudes de "maestros", pasando por alto las palabras del Apóstol Pablo:
Maestros.....
Eph 4:12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
Eph 4:13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
Eph 4:14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,
Eph 4:15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
Eph 4:16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
Creo que si estamos unidos en un mismo Espíritu, cada vez que abordáramos un tema, estas palabras deberían ser una realidad en nosotros. Pero tristemente veo que no es así. Sino que cada uno, cual buenos maestros, defiende su postura y su doctrina, cuando deberíamos aprender de los demás sin caer en las ofensas y en los típicos "bibliazos".
Veo con que facilidad nos enganchamos fácilmente en las provocaciones de otros, que en el fondo es lo que buscan. Y comenzamos a perder el tiempo en sus vanas discusiones, que, si pensamos por un momento, en nada nos edifican.
E inmediatamente nos justificamos con el pretexto de "querer enseñarles la verdad".
Un verdadero maestro es aquel que en su corazón sabe que sabe que el único maestro es el Espíritu Santo. Que él solamente es un vaso de barro en las manos del alfarero. Que con mansedumbre enseña y con amor exhorta. Y que sabe que su vida es servir a los demás, y NO demostrar que es el maestro que posee la verdad.
Todo debate o tema de foro debería ser de edificación para el cuerpo. Así que les invito a no caer en vanas discusiones con aquellos que solo les interesa demostrar su "verdad" a los demás.
Si en verdad somos hermanos, debe unirnos el Espíritu de Dios, e independientemente a las "diferencias" que pudiéramos tener entre unos y otros, pues en parte conocemos y en parte profetizamos.......finalmente debe haber edificación.
Que ellos demuestren al mundo su basta sabiduría....NO a nosotros.
Si buscamos enseñar, hagámoslo en el conocimiento de Cristo.
«Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.
Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.» (Stg.3:1)
Jer 15:19 «Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.
Jer 15:20 Y te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce, y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dice Jehová.
Jer 15:21 Y te libraré de la mano de los malos, y te redimiré de la mano de los fuertes.»
Les invito a que mediten en lo que les digo.