Mis dos fallidos bautismos en los testigos de Jehová
En el 2000 estaba divorciado hacía 3 años, me había quedado al cuidado de mis hijos; vivíamos en una zona rural donde no existía congregación de testigos de Jehová, yo dependía de una congregación en la ciudad, esto hacía irregular e informal mis "actividades espirituales" en este movimiento religioso, mucha de mi conexión con los dirigenetes de mi congregación era vía telefónica.
En ese tiempo no pensaba ni por un instante en el bautismo, hasta que el presidente de aquella congregación me dijo que yo estaba en condiciones de bautizarme, pues yo tenía mucho conocimiento (yo había estudiado mucho la Biblia, además de diferentes movimientos religiosos entre ellos a los testigos de Jehová durante cerca de 25 años, sin embargo, esto no pasaba de ser sabiduría intelectual). Pensé que si él como presidente de la congregación lo veía así, era adecuado, le manifesté que procediéramos prontamente a mi bautismo.
Durante el período entre las preguntas para el bautismo y el día del bautismo cometí un pecado, no pude consultar a los ancianos oportunamente antes de bautizarme, pensé que al ser un acto único y aislado durante este corto limbo de tiempo, bajo cierto efecto de licor, bastaba con hacer un acto de contrición personal y cuidarme de allí en adelante; sinceramente, desde mi conciencia, no lo consideré grave.
Una vez bautizado, en la primera oportunidad que tuve le conté al mismo anciano presidente lo que me había sucedido, lo hice ingenuamente, solamente quería tener una conciencia lo más limpia posible, pero resulté envuelto sutilmente en un comité judicial, es decir, engañado completamente, pues se me hizo creer que era una reunión para un consejo personal e informal.
Ignoraba las implicaciones de este procedimiento, ni siquiera sabía la existencia de este tipo de juicios, con el tiempo me he dado cuenta que esos "comités" realmente se asemejan a "la Santa Inquisición" y "el Santo Oficio" de la Iglesia Católica: ninguna tortura era lo suficientemente grande con tal de "salvar el alma", así "ayudaba" la Iglesia a los considerados herejes, brujos, etc. La tortura entre los testigos de Jehová tiende más a la sicológica.
Este comité declaró anulado mi bautismo. Al año siguiente, 2001, yo, ahora sí con fuertes cargos de conciencia, busqué enmendar mi "grave pecado" con otro bautismo.
Antes de proseguir con lo sucedido con este nuevo bautismo, quiero hablar un poco de mi situación familiar y en la congregación. Había tenido un matrimonio de 18 años el cual terminó en divorcio, según cuentas con base bíblica (los testigos de Jehová se han especializado en buscar causales supuestamente bíblicas para deshacer matrimonios).
Como conté ya, llevaba 3 años solo con mis hijos luchando la vida, mi sueño era encontrar una esposa testigo de Jehová, pero no entendía por qué me sentía desplazado por las mujeres de la congregación.
Tampoco comprendía por qué mostraban parcialidad contra mi en una problemática que yo tenía con una persona testigo de Jehová, aunque ella mintiera descaradamente le creian más por el sólo hecho de ser bautizada, yo aun no lo estaba, todavía después de mis "bautismos" esta persona conservó un odio mortal contra mí. Reconozco humildemente que soy un gran pecador, pero me esfuerzo tanto de palabra como con hechos de enmendar diligentemente mis ofensas contra Dios y los hombres; por ello es incomprensible para mí que una religión que presume de ser la mejor y tener la verdad de Cristo, enseñe y alcahueteé tanto odio y venganza.
Aunque no estuviera bautizado me esforzaba por cumplir los principios bíblicos al máximo, algunos de la congregación me llamaban "hermano", me creía miembro testigo de Jehová. Más tarde cuando me bauticé por segunda vez, ¡vaya sorpresa me llevé! cuando un anciano me mostró en su propio "libro de ancianos" que yo no era considerado creyente o testigo de Jehová si no estaba bautizado. Y eso que nos decían en las reuniones que el bautismo no tiene ningún misterio o ningún significado especial como se lo ponían otras iglesias, que simplemente es un símbolo de la dedicación, es decir, la predicación.
Volviendo a lo del segundo bautismo, durante el año en espera de este, tuve una novia publicadora no bautizada, como teníamos planes cercanos de casarnos un poco después de bautizarme, no nos parecía inadecuado tener besos y caricias íntimas.
Quiero ser muy sincero en reconocer aquí que otro de los motivos poderosos para este nuevo bautismo era una especie de arreglo personal con Jehová, Él me daba mi esposa y yo simbolizaba mi dedicación en bautismo, repito: desde mi conciencia o mi buen entender, hasta ese momento, si Jehová me cumplía yo le cumplía, esto tenía completa validez para mi. Me bauticé, esperaba ancioso el día que Jehová permitiera mi matrimonio con esta muchacha.
Pocos días después del bautismo, en cuanto pude contactarme con el hermano presidente, con el sincero deseo de buscar la mejor orientación para nuestra futura vida conyugal le conté el tipo de caricias que teníamos mi novia y yo, pero esto sirvió para que intervinieran nuevos ancianos, los de la congregación de mi novia y la congregación a la cual yo pertenecía para separarnos y constituir otro comité judicial que anuló este nuevo bautismo.
Los testigos de Jehová denigran de la Iglesia Católica el llamado sacramento de la confesión, pero en su adoctrinamiento le exigen tácitamente (con la persuasión de que recibirán "ayuda amorosa" de los ancianos de la congregación, además de adquirir una "conciencia limpia ante Dios") a las personas que descarguen su conciencia con sus lideres o pastores, ya que ellos representan a Jehová en la tierra, no contar los pecados es ocultárselo al mismo Jehová.
Yo me sentía demasiado confuso con todo estas cosas "teocráticas", poco antes de hacer mi viaje a Europa y por motivo de tener vivienda distante de la congregación, llamé a uno de los ancianos de ese comité, le pregunté que a la congregación donde yo llegara allá qué les decía de mi situación, él me dijo que según el Superintendente de Circuito y la Sociedad, después de preguntarle mi caso, habían respondido que yo estaba expulsado. ¡Qué locura!
Expuse todo el asunto ante los ancianos de la Congregación Viena de habla hispana en Austria donde llegué y en la Congregación Turó de la Peira en Barcelona, España, donde permanecí algunos meses cuando fui a la Asamblea Internacional de los testigos de Jehová Demos gloria a Dios celebrada en el 2003.
La "Sociedad" y por extensión los ancianos se han arrogado el derecho de decidir por los demás cosas tan íntimas como un trato individual entre un hombre y Dios (ni Jesucristo se atrevería a hacerlo)
Nunca me he sentido bautizado entre los testigos de Jehová a pesar de estos dos supuestos bautismos, lo manifesté clara y firmemente siempre, pero nunca he sido escuchado.
En mi esfuerzo de hacerles ver esta verdad interna mía y para probar la verdad, justicia, la honestidad, la honradez de la famosa "Sociedad" y de un nuevo comité que me juzgaba en el año 2006, no antes pidiendo en mi oración personal a Jehová su Justicia, les dije antes de su dictamen: "asumo la decisión de este comité como si fuera la decisión del mismo Jehová". Su fallo y el de la "Sociedad" fue que había validez desde mi primer bautismo, por tanto, se me consideraba testigo de Jehová.
A continuación presento dos premisas fundamentales relacionadas con el bautismo cristiano, ampliamente reconocidas y conocidas por la misma "Sociedad", ancianos y testigos de Jehová en general:
1. El bautismo es un trato entre un humano y Dios (los testigos dicen que ellos no se contradicen, pero la misma Sociedad ha enseñado unas veces que el bautismo es un trato y en otras ocasiones dizque no).
2. El bautismo es una decisión muy personal entre la persona que se bautiza y Dios. únicamente pueden declaralo anulado o válido quienes han participado en dicho pacto.
Con base en lo expuesto aquí y teniendo en cuenta los anteriores principios, cabría preguntarse en mi caso: ¿fue de Jehová la sentencia de este último comité ya que yo, la otra parte del pactante, no siento válido este bautismo? ¿Fue verídica, justa, honsta, honrada la decisión final de la "sociedad" y de estos hombres?
Sé que no faltarán detractores del presente escrito y que algunos maldicientes me calificarán de apóstata y, en el mejor de los casos, dirán que ni siquiera soy testigo de Jehová. En esta última apreciación tendrían toda la razón, en suma, tampoco sería apostata.
Reconozco que estas cosas me sucedieron porque soy una persona muy ingenua, que no siento en lo más mínimo envidia por el progreso y logros de los demás, soy una persona que amo entrañablemente la verdad, soy transparente como el agua pura, así me enseñó Jesucristo desde mi infancia a través de la Palabra de Dios cuando empecé a investigarla por mi cuenta cuando era solamente un niño.
En el 2000 estaba divorciado hacía 3 años, me había quedado al cuidado de mis hijos; vivíamos en una zona rural donde no existía congregación de testigos de Jehová, yo dependía de una congregación en la ciudad, esto hacía irregular e informal mis "actividades espirituales" en este movimiento religioso, mucha de mi conexión con los dirigenetes de mi congregación era vía telefónica.
En ese tiempo no pensaba ni por un instante en el bautismo, hasta que el presidente de aquella congregación me dijo que yo estaba en condiciones de bautizarme, pues yo tenía mucho conocimiento (yo había estudiado mucho la Biblia, además de diferentes movimientos religiosos entre ellos a los testigos de Jehová durante cerca de 25 años, sin embargo, esto no pasaba de ser sabiduría intelectual). Pensé que si él como presidente de la congregación lo veía así, era adecuado, le manifesté que procediéramos prontamente a mi bautismo.
Durante el período entre las preguntas para el bautismo y el día del bautismo cometí un pecado, no pude consultar a los ancianos oportunamente antes de bautizarme, pensé que al ser un acto único y aislado durante este corto limbo de tiempo, bajo cierto efecto de licor, bastaba con hacer un acto de contrición personal y cuidarme de allí en adelante; sinceramente, desde mi conciencia, no lo consideré grave.
Una vez bautizado, en la primera oportunidad que tuve le conté al mismo anciano presidente lo que me había sucedido, lo hice ingenuamente, solamente quería tener una conciencia lo más limpia posible, pero resulté envuelto sutilmente en un comité judicial, es decir, engañado completamente, pues se me hizo creer que era una reunión para un consejo personal e informal.
Ignoraba las implicaciones de este procedimiento, ni siquiera sabía la existencia de este tipo de juicios, con el tiempo me he dado cuenta que esos "comités" realmente se asemejan a "la Santa Inquisición" y "el Santo Oficio" de la Iglesia Católica: ninguna tortura era lo suficientemente grande con tal de "salvar el alma", así "ayudaba" la Iglesia a los considerados herejes, brujos, etc. La tortura entre los testigos de Jehová tiende más a la sicológica.
Este comité declaró anulado mi bautismo. Al año siguiente, 2001, yo, ahora sí con fuertes cargos de conciencia, busqué enmendar mi "grave pecado" con otro bautismo.
Antes de proseguir con lo sucedido con este nuevo bautismo, quiero hablar un poco de mi situación familiar y en la congregación. Había tenido un matrimonio de 18 años el cual terminó en divorcio, según cuentas con base bíblica (los testigos de Jehová se han especializado en buscar causales supuestamente bíblicas para deshacer matrimonios).
Como conté ya, llevaba 3 años solo con mis hijos luchando la vida, mi sueño era encontrar una esposa testigo de Jehová, pero no entendía por qué me sentía desplazado por las mujeres de la congregación.
Tampoco comprendía por qué mostraban parcialidad contra mi en una problemática que yo tenía con una persona testigo de Jehová, aunque ella mintiera descaradamente le creian más por el sólo hecho de ser bautizada, yo aun no lo estaba, todavía después de mis "bautismos" esta persona conservó un odio mortal contra mí. Reconozco humildemente que soy un gran pecador, pero me esfuerzo tanto de palabra como con hechos de enmendar diligentemente mis ofensas contra Dios y los hombres; por ello es incomprensible para mí que una religión que presume de ser la mejor y tener la verdad de Cristo, enseñe y alcahueteé tanto odio y venganza.
Aunque no estuviera bautizado me esforzaba por cumplir los principios bíblicos al máximo, algunos de la congregación me llamaban "hermano", me creía miembro testigo de Jehová. Más tarde cuando me bauticé por segunda vez, ¡vaya sorpresa me llevé! cuando un anciano me mostró en su propio "libro de ancianos" que yo no era considerado creyente o testigo de Jehová si no estaba bautizado. Y eso que nos decían en las reuniones que el bautismo no tiene ningún misterio o ningún significado especial como se lo ponían otras iglesias, que simplemente es un símbolo de la dedicación, es decir, la predicación.
Volviendo a lo del segundo bautismo, durante el año en espera de este, tuve una novia publicadora no bautizada, como teníamos planes cercanos de casarnos un poco después de bautizarme, no nos parecía inadecuado tener besos y caricias íntimas.
Quiero ser muy sincero en reconocer aquí que otro de los motivos poderosos para este nuevo bautismo era una especie de arreglo personal con Jehová, Él me daba mi esposa y yo simbolizaba mi dedicación en bautismo, repito: desde mi conciencia o mi buen entender, hasta ese momento, si Jehová me cumplía yo le cumplía, esto tenía completa validez para mi. Me bauticé, esperaba ancioso el día que Jehová permitiera mi matrimonio con esta muchacha.
Pocos días después del bautismo, en cuanto pude contactarme con el hermano presidente, con el sincero deseo de buscar la mejor orientación para nuestra futura vida conyugal le conté el tipo de caricias que teníamos mi novia y yo, pero esto sirvió para que intervinieran nuevos ancianos, los de la congregación de mi novia y la congregación a la cual yo pertenecía para separarnos y constituir otro comité judicial que anuló este nuevo bautismo.
Los testigos de Jehová denigran de la Iglesia Católica el llamado sacramento de la confesión, pero en su adoctrinamiento le exigen tácitamente (con la persuasión de que recibirán "ayuda amorosa" de los ancianos de la congregación, además de adquirir una "conciencia limpia ante Dios") a las personas que descarguen su conciencia con sus lideres o pastores, ya que ellos representan a Jehová en la tierra, no contar los pecados es ocultárselo al mismo Jehová.
Yo me sentía demasiado confuso con todo estas cosas "teocráticas", poco antes de hacer mi viaje a Europa y por motivo de tener vivienda distante de la congregación, llamé a uno de los ancianos de ese comité, le pregunté que a la congregación donde yo llegara allá qué les decía de mi situación, él me dijo que según el Superintendente de Circuito y la Sociedad, después de preguntarle mi caso, habían respondido que yo estaba expulsado. ¡Qué locura!
Expuse todo el asunto ante los ancianos de la Congregación Viena de habla hispana en Austria donde llegué y en la Congregación Turó de la Peira en Barcelona, España, donde permanecí algunos meses cuando fui a la Asamblea Internacional de los testigos de Jehová Demos gloria a Dios celebrada en el 2003.
La "Sociedad" y por extensión los ancianos se han arrogado el derecho de decidir por los demás cosas tan íntimas como un trato individual entre un hombre y Dios (ni Jesucristo se atrevería a hacerlo)
Nunca me he sentido bautizado entre los testigos de Jehová a pesar de estos dos supuestos bautismos, lo manifesté clara y firmemente siempre, pero nunca he sido escuchado.
En mi esfuerzo de hacerles ver esta verdad interna mía y para probar la verdad, justicia, la honestidad, la honradez de la famosa "Sociedad" y de un nuevo comité que me juzgaba en el año 2006, no antes pidiendo en mi oración personal a Jehová su Justicia, les dije antes de su dictamen: "asumo la decisión de este comité como si fuera la decisión del mismo Jehová". Su fallo y el de la "Sociedad" fue que había validez desde mi primer bautismo, por tanto, se me consideraba testigo de Jehová.
A continuación presento dos premisas fundamentales relacionadas con el bautismo cristiano, ampliamente reconocidas y conocidas por la misma "Sociedad", ancianos y testigos de Jehová en general:
1. El bautismo es un trato entre un humano y Dios (los testigos dicen que ellos no se contradicen, pero la misma Sociedad ha enseñado unas veces que el bautismo es un trato y en otras ocasiones dizque no).
2. El bautismo es una decisión muy personal entre la persona que se bautiza y Dios. únicamente pueden declaralo anulado o válido quienes han participado en dicho pacto.
Con base en lo expuesto aquí y teniendo en cuenta los anteriores principios, cabría preguntarse en mi caso: ¿fue de Jehová la sentencia de este último comité ya que yo, la otra parte del pactante, no siento válido este bautismo? ¿Fue verídica, justa, honsta, honrada la decisión final de la "sociedad" y de estos hombres?
Sé que no faltarán detractores del presente escrito y que algunos maldicientes me calificarán de apóstata y, en el mejor de los casos, dirán que ni siquiera soy testigo de Jehová. En esta última apreciación tendrían toda la razón, en suma, tampoco sería apostata.
Reconozco que estas cosas me sucedieron porque soy una persona muy ingenua, que no siento en lo más mínimo envidia por el progreso y logros de los demás, soy una persona que amo entrañablemente la verdad, soy transparente como el agua pura, así me enseñó Jesucristo desde mi infancia a través de la Palabra de Dios cuando empecé a investigarla por mi cuenta cuando era solamente un niño.