Hola hermano, me alegro que aun sigas inquieto sobre el tema de la justificación por la fe en Jesucristo. Solo Jesús cumplió la ley por nosotros, y ni que guardáramos mil mandamientos seríamos salvos de nuestra condición. Todos, por el poder del pecado, estamos sujetos a condenación, estamos bajo la ley cuando no mora la fe y el amor y la justicia de Cristo en nosotros. Separados de mí, dice Jesús, nada podréis hacer. Según lo externo o según la carne, yo soy un adventista del séptimo día que tiene ya unos 15 años de guardar el sábado. El sábado es un día más sin Cristo, sale el sol, se pone, hay aire, gente, pájaros y lo que hago en la mañana en la escuela sabática el sábado, lo puedes hacer muy bien tú el domingo en la escuela dominical o cualquier otro día que elijas adorar. Pero lo que hace la diferencia no es lo que nosotros hacemos, sino lo que Dios hizo en el Principio de la Creación, en la revelación de su Pacto a su pueblo en el Sinaí y en la Salvación de la cruz en el Calvario. Es lo que Dios hace en nosotros por medio de Jesús lo que determina Su justicia, la cual si no es mayor que la religión externa de los escribas y fariseos, nos dejará sin Cristo y condenados para siempre como desobedientes. Por eso El Señor dice en Mateo 7:21-23, que no todo el que dice cosas sobre Dios o le llama Señor o piensa sanar y echar demonios o profetizar se salva, sino el que hace con Dios su voluntad. No es nuestra conciencia la que decide que es la voluntad de Dios y que cosa no lo es. Es su Palabra la que lo presenta. Bien pudo Dios haber dicho en el Sinaí simplemente: "No Pecarás", y dejar que cada uno de nosotros decidiera que era pecado y que no. Pero mi hermano, no es así como debemos de reflejar nuestro amor y lealtad a Dios. Se dan los diezmos aun en las iglesias, aunque este solo se menciona dos veces en el Nuevo Testamento. Si esta ley de aspecto moral se cumple por amor y por Fe en Jesús hasta hoy, estando escrita por Moisés en un rollo, ¿Cuánto más la ley escrita por Dios en las tablas de piedra por El mismo y pronunciadas solo por El? Ahora, los diezmos no son de Moisés, sino de los patriarcas, pero el Sábado es del origen, es el último día de la semana de la creación. Por eso Dios usa el número 7 en La Bibla. Porque aunque ya todo estaba creado y era bueno en gran manera, Dios aun tenía que hacer un día para El, el día del hombre fue el sexto. El día de Dios es el Séptimo. Esto lo hizo no por El, sino por nosotros, para no crear separada de El su creación, sino unirse a ella como el Creador. Hubo un día para las cosas, hay un día para el que las hizo. ¿Es justo Dios no es así? Así permanecería su amor, su presencia y su santidad y su reposo en nosotros. Como ya te dije, el sábado sin Cristo es un día más. El dice: Venid a mí, y yo os haré descansar. Separados de mí, nada podréis hacer. Bueno, esto es sencillo. Por eso dice en Daniel 7 que la bestia que se opone a Dios, pensaría cambiar los tiempos y la ley. (Daniel 7:25.) No dice que Dios cambiaría su ley, sino que la bestia pensaría en hacer cambiar los tiempos y la ley. Por eso Jesús comienza hablando de esta ley diciendo: "No penséis.....que he vendio a abolir la ley y los profetas....Luego dice que todo pasará pero no se frustrará ni un punto ni una tilde de ella. Luego la magnifica con los mandamientos del adulterio y el de no matar, ampliando su observancia, diciendo que el adulterio ya no es solo en la carne, sino en los malos deseos del corazón y que matar es odiar a su hermano. Así es con el sábado de Cristo, el que El nunca quebrantó porque si fuera así como dicen algunos, entonces estaríamos diciendo que Cristo no cumplió la ley y por lo tanto no murió justo, sino transgresor de la voluntad de Dios. Su obediencia total y perfecta de los 10 mandamientos y de de toda ley temporal, civil, o ceremonial y aun de las profecías, lo hizo todo por nosotros. Cristo cumplió la ley por nosotros, la justicia no nos es dada por la ley, sino por los méritos y la sangre de Cristo. El diablo sabe esto, y procura quebrantar en nosotros esa fe obediente a lo que Cristo cumplió por nosotros. En otras palabras sencillas, Jesús no adulteró para que ahora nosotros adulteremos. Jesús no robó para que ahora nosotros robemos, o Jesús guardó el sábado para que ahora nosotros no lo guardemos. Es la ley con la que Dios reveló su Justicia y su obra y su voluntad, la cual Cristo cumplió por el pecador, el cual ahora justificado, la guarda por amor y por fe en Jesús, no para ser justo en sí mismo, sino porque ya Cristo la cumplió la ley por él y lo ha justificado por la fe para que el pecador deje de pecar y la practique. Esto es verdad porque el mandamiento del sábado es un mandamiento que le dedica a Dios su tiempo que El hizo para unirse en reposo a nosotros. Por eso, cuando Dios dá las profecías del tiempo del fin, usa las expresiones: Hasta dos mil TARDES Y MAÑANAS" (Daniel 8:14.) Luego dá la profecía mesiánica con la expresión: "Semanas" (Daniel 9:24-27.) Lo hace para recordarnos que el Dios que dá la profecía y la hace levantar en cumplimiento, es el mismo Dios de la semana de la creación, donde se usó por primera véz la expresión: "Fue la tarde y la mañana el día..." (Génesis 1.) Por esto también declara en el Apocalipsis que hay dos adoradores, los que adoran a Aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las cosas que en ellos hay, (Apocalipsis 14:6-7; Exodo 20:11; Génesis 2:1-3) y los que adoran a la bestia. Nota como dice que la marca de la bestia es "número de hombre" recordándonos nuevamente el día de la creación del hombre en el sexto día, el cual se quiere anteponer sobre Dios. Apoc. 13:18. Por eso el cuerno pequeño tiene "ojos como de hombre" y Pablo le llama: "el hombre de pecado" el inicuo, (del Griego: Anómos= Sin ley.) Por eso es que hay 7 candelabros, siete estrellas, siete sellos, siete colores del arco iris, 7 trompetas, siete plagas, porque es el Dios verdadero, el Dios del Séptimo Día, el Dios de la semana de la Creación. No vengo a disertar contra ti porque ya no eres de mi religión o de alguna otra religión, ni porque no creas igual que yo. Sabemos que el hombre no es justificado por las obras de la ley y que por la ley es el conocimiento del pecado.