MI ESPÍRITU SANTO

Re: MI ESPÍRITU SANTO

Inés,
Gracia y paz sean derramadas abundantemente en su preciada vida.

Definitivamente hay muchas cosas que decir respecto al Espíritu Santo, tantas y tan maravillosas cosas, que un epígrafe no bastaría. Y todas ellas sin necesidad de recurrir a nada más que la bendita Palabra de Dios, a la Escritura, que es un perfecto tesoro de instrucción.

Y es justo en la Escritura donde encuntro lo siguiente, mismo que me ayuda grandemente a conocer a aquel que la inspiró:

"El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. Os he dicho estas cosas estando con vosotros. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho" (Juan 14:24-26)

Este texto es muy claro en si mismo, pero al leer el contexto en el que se encuentra aprendemos mucho más, y nos maravillamos con la sabiduría de nuestro Dios, revelada a nosotros en Su palabra, la cual es suficiente y basta.

Vemos a lo largo de este capítulo 14 del Evangelio de Juan que los hombres desempeñan un papel muy triste. Cuando hablan, ya sea Felipe, o Judas, o Tomás, cada uno despliega su propia ignorancia, o hacen preguntas torpes o piden cosas inapropiadas. Y mire usted Inés que estos no eran cualquiera, el mismo Señor Jesucristo los hizo heraldos de Su Evangelio, arquitectos de Su iglesia; y si ellos exhibieron tal ignorancia aun cuando el Señor Jesucristo mismo les había hablado personalmente, no debe sorprendernos que nosotros seamos propensos a errar, ni tampoco debemos desesperar si descubrimos que somos débiles y lentos. Si esos hombres necesitaban tanto ser enseñados por el Espíritu Santo, ¿cuánto más no lo necesitaremos nosotros? Si ellos no podían recibir nada que no les fuera dado por el Espíritu de Dios, ¿cómo podemos esperar nosotros ser sabios aparte de Sus instrucciones? Nuestra posición debe ser sentarnos así como María, la hermana de Martha, a los pies del Maestro, a la vez que encorvarnos hasta el polvo ante el Señor, bajo el humilde sentido de nuestra insensatez. Y es que en este capítulo Inés podemor ver cuán pobres criaturas somos, si se nos deja solos, y de lo necesitados que estamos de la instrucción divina.

Inés, a lo largo de todo este pasaje podemos la misericordia de nuestro Dios, al condescender con las debilidades de Su pueblo. Y justo en un versículo del texto que he citado en este aporte (v. 26), vemos a toda la Trinidad trabajando en el creyente:

"el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en Mi nombre [Jesús]"

Aquí tenemos al Espíritu Santo, al Padre y al Hijo, trabajando en conjunto para la iluminación de los elegidos. Cada divina Persona busca que las otras Personas sean plenamente conocidas: el Hijo hablando lo que oye del Padre, y el Espíritu tomando las cosas del Hijo y revelándolas a nosotros: toda la Trinidad produciendo en nosotros así el querer como el hacer, por Su buena voluntad. ¿Necesitamos acaso más?

Lo que somos todos nosotros Inés, es de escasa importancia en comparación con lo que Él es, quien obra todas nuestras obras en nosotros. Qué importa que no seamos otra cosa que barro; el grandioso Alfarero sabe cómo moldearnos para alabanza Suya. Lo que el barro es no tiene importancia, sino lo que alfarero puede hacer con ese barro. El enteder esto nos ayuda a no desanimarnos a causa de lo que somos por naturaleza, sino que debemos regocijarnos al recordar la sabiduría y el poder de Dios, que ha comenzado una buena obra en nosotros y no cesará en esa obra hasta haber perfeccionado Su diseño (Filipenses 1:6)

Por lo cual, debemos consolarnos unos a otros con estos pensamientos. Humíllandonos, y estando dispuestos a ser enseñados más y más por Dios; y teniendo la certeza de que así será, seremos pues enseñados por Él.

Pero debemos también aprender a reconocer y confiesar nuestra propia ignorancia, en que podemos desviarnos y podemos engañarnos, pensando estar obedeciendo y oyendo a Dios sin que así sea realmente. Por eso mismo, debemos estar atentos, y no despreciar la reprensión

Escrito está: "Volveos á mi reprensión: He aquí yo os derramaré mi espíritu, Y os haré saber mis palabras" (Proverbios 1:23)

"Camino á la vida es guardar la corrección: Mas el que deja la reprensión, yerra" (Proverbios 10:17)

y probarnos a nosotros mismos, para ver si en verdad estamos en la fe

"Examinaos á vosotros mismos si estáis en fe; probaos á vosotros mismos. ¿No os conocéis á vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros? si ya no sois reprobados" (2 Corintios 13:5)

Dejando que otros también nos examinen y buscando la aporbación de Dios, por el uso recto que hacemos de Su Palabra hablada a nootros por mediod e Su Espíritu Santo

"Procura con diligencia presentarte á Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad" (2 Timoteo 2:15)

Y es que, Inés, si ya tenemos la Palabra profética más segura ¿Qué más necesitamos? Antes bien, si buscamos algo más podremos deviarnos de ella.

Escrito está: "Tenemos también la palabra profética más permanente, á la cual hacéis bien de estar atentos como á una antorcha que alumbra en lugar oscuro hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones" (2 Pedro 1:19-21)

Atendamos pues el consejo de la propia Escritura, y estemos atentos a ella, leyendola, meditandola, memorizandola, compartiendola y viviendola. Pero a ella, porque es la única segura.

Atte.
Joaco <><

Estimado Joaco:
El Eunuco que iba en el carro, leyendo las escrituras en uno de los capitulos de Isaias , las leia pero no las entendia, es por ello que el Señor Jesús le envio a Felipe para enseñarselas, y este eunuco ahora sí las entendio, porque fue instruido por un enviado del Señor. Los consejos que haz dado estan bien, pero no basta solo consejos, sino predicarle a Ines, el Evangelio de poder, que escrito esta, en las sagradas escrituras.
¿Quien es Vassula pregunto solo por curiosidad?
 
Re: MI ESPÍRITU SANTO

Estimado Ernesto, sólo discrepo en algo contigo, Joaco le ha predicado el Evangelio de poder y con poder, el resto lo debe hacer el Espíritu Santo, cuando Inés abandone su obsesión y siga a Cristo en vez de a Vassula.


Para saber sobre Vassula Ryden, sólo tienes que entra en Google y buscar.Lee por ejemplo lo que dicen de ella el catholic.net

http://es.catholic.net/temacontrovertido/601/1546/articulo.php?id=4968
 
Re: MI ESPÍRITU SANTO

Ernesto,
Gracia y paz.

Gracias por tomarse el tiempo de leer mi aporte y de darme sus comentarios sobre el, aquí correspondo a su amabilidad.

Estimado Joaco:
El Eunuco que iba en el carro, leyendo las escrituras en uno de los capitulos de Isaias , las leia pero no las entendia, es por ello que el Señor Jesús le envio a Felipe para enseñarselas, y este eunuco ahora sí las entendio, porque fue instruido por un enviado del Señor.
Ernesto, comprendo lo que me dice, sin embargo, el caso de Inés no es el mismo que el de eunuco etiope. Inés sabe quién es Jesús y lo que Él hizo, conoce el Evangelio de salvación, ella sabe que Jesús se anonadó asi mismo, tomando forma de siervo, haciendose hombre para morir y ocupar su lugar y pagar por su pecado en la cruz del calvario, sabe también que fue sepultado y que Jesús recusitó al tercer día como estaba escrito, mostrando de esa manera Su poder sobre le pecado y sobre la muerte, y Su capacidad de dar vida a quien Él quiera y se llegue a Él, reconociendole como Señor y Salvador. Eso lo sabe Inés, ahora, si eso se ha vuelto vida en ella, no lo sé. Dios y ella lo saben. Yo sólo espero que así sea.

Los consejos que haz dado estan bien, pero no basta solo consejos, sino predicarle a Ines, el Evangelio de poder, que escrito esta, en las sagradas escrituras.
Lo que he hecho Ernesto no es otra cosa que compartir con Inés lo que el Señor me ha permitido ver en Su Palabra, la cual es suficiente y basta para capacitar al hombre y la mujer de Dios, para hacerle sabio en Sus asunto y para mostrarle lo que Dios quiere que haga. Eso es lo que Dios ha puesto en mi corazón, eso es lo que he entendido que debo hacer en este caso, si usted considera que hay algo más que hacer, hagalo.

Atte.
Joaco <><