Mi primer mensaje

Jumela

2
27 Abril 2007
27
0
57
Me presento en este foro con este relato, espero que os guste.:eltrato:

Había una vez un anciano que pasaba los días sentado junto a un pozo a la entrada del pueblo. Un día, un joven se le acercó y le preguntó:
- Yo nunca he venido por estos lugares, ¿cómo son los habitantes de esta ciudad?
El anciano le respondió con otra pregunta:
- ¿Cómo eran los habitantes de la ciudad de la que vienes?
- Egoístas y malvados, por eso me he sentido contento de haber salido de allí.
- "Así son los habitantes de esta ciudad", le respondió el anciano.
Un poco después, otro joven se acercó al anciano y le hizo la misma pregunta:
- Voy llegando a este lugar, ¿cómo son los habitantes de esta ciudad?
El anciano, de nuevo, le contestó con la misma pregunta:
- ¿Cómo eran los habitantes de la ciudad de donde vienes?
- Eran buenos, generosos, hospitalarios, honestos, trabajadores. Tenía tantos amigos que me ha costado mucho separarme de ellos...
- "También los habitantes de esta ciudad son así", respondió el anciano.

Un hombre que había llevado a sus animales a tomar agua al pozo y que había escuchado la conversación, en cuanto el joven se alejó le dijo al anciano:
- ¿Cómo puedes dar dos respuestas completamente diferentes a la misma pregunta puesta por dos personas?
- "Mira -le respondió- Cada uno lleva el universo en su corazón.
Quien no ha encontrado nada bueno en su pasado, tampoco lo encontrará aquí".
"En cambio, aquel que tenía amigos en su ciudad, encontrará también aquí amigos leales y fieles. Porque las personas son lo que encuentran en si mismas, encuentran siempre lo que esperan encontrar".
 
Re: Mi primer mensaje

Me presento en este foro con este relato, espero que os guste.:eltrato:

Había una vez un anciano que pasaba los días sentado junto a un pozo a la entrada del pueblo. Un día, un joven se le acercó y le preguntó:
- Yo nunca he venido por estos lugares, ¿cómo son los habitantes de esta ciudad?
El anciano le respondió con otra pregunta:
- ¿Cómo eran los habitantes de la ciudad de la que vienes?
- Egoístas y malvados, por eso me he sentido contento de haber salido de allí.
- "Así son los habitantes de esta ciudad", le respondió el anciano.
Un poco después, otro joven se acercó al anciano y le hizo la misma pregunta:
- Voy llegando a este lugar, ¿cómo son los habitantes de esta ciudad?
El anciano, de nuevo, le contestó con la misma pregunta:
- ¿Cómo eran los habitantes de la ciudad de donde vienes?
- Eran buenos, generosos, hospitalarios, honestos, trabajadores. Tenía tantos amigos que me ha costado mucho separarme de ellos...
- "También los habitantes de esta ciudad son así", respondió el anciano.

Un hombre que había llevado a sus animales a tomar agua al pozo y que había escuchado la conversación, en cuanto el joven se alejó le dijo al anciano:
- ¿Cómo puedes dar dos respuestas completamente diferentes a la misma pregunta puesta por dos personas?
- "Mira -le respondió- Cada uno lleva el universo en su corazón.
Quien no ha encontrado nada bueno en su pasado, tampoco lo encontrará aquí".
"En cambio, aquel que tenía amigos en su ciudad, encontrará también aquí amigos leales y fieles. Porque las personas son lo que encuentran en si mismas, encuentran siempre lo que esperan encontrar".

¡¡BELLÍSIMO!!
 

Adjuntos

  • dillgracias.gif
    dillgracias.gif
    39,3 KB · Visitas: 0
Otro mensaje

Otro mensaje

He recibido este fichero que me ha parecido bastante interesante para compartir.
 

Adjuntos

  • Chequeo.zip
    428 KB · Visitas: 0
Re: Mi primer mensaje

Me presento en este foro con este relato, espero que os guste.:eltrato:

Había una vez un anciano que pasaba los días sentado junto a un pozo a la entrada del pueblo. Un día, un joven se le acercó y le preguntó:
- Yo nunca he venido por estos lugares, ¿cómo son los habitantes de esta ciudad?
El anciano le respondió con otra pregunta:
- ¿Cómo eran los habitantes de la ciudad de la que vienes?
- Egoístas y malvados, por eso me he sentido contento de haber salido de allí.
- "Así son los habitantes de esta ciudad", le respondió el anciano.
Un poco después, otro joven se acercó al anciano y le hizo la misma pregunta:
- Voy llegando a este lugar, ¿cómo son los habitantes de esta ciudad?
El anciano, de nuevo, le contestó con la misma pregunta:
- ¿Cómo eran los habitantes de la ciudad de donde vienes?
- Eran buenos, generosos, hospitalarios, honestos, trabajadores. Tenía tantos amigos que me ha costado mucho separarme de ellos...
- "También los habitantes de esta ciudad son así", respondió el anciano.

Un hombre que había llevado a sus animales a tomar agua al pozo y que había escuchado la conversación, en cuanto el joven se alejó le dijo al anciano:
- ¿Cómo puedes dar dos respuestas completamente diferentes a la misma pregunta puesta por dos personas?
- "Mira -le respondió- Cada uno lleva el universo en su corazón.
Quien no ha encontrado nada bueno en su pasado, tampoco lo encontrará aquí".
"En cambio, aquel que tenía amigos en su ciudad, encontrará también aquí amigos leales y fieles. Porque las personas son lo que encuentran en si mismas, encuentran siempre lo que esperan encontrar".

WENISSIMO
 
Re: Mi primer mensaje

Un relato que me han enviado, espero que os guste:

En la antigua Roma, en la época del emperador Tiberio, vivía un hombre muy bueno que tenía dos hijos: uno era militar, y cuando entró al ejército fue enviado a las regiones más distantes del Imperio. El otro hijo, versado en letras, llegó a ser un poeta famoso, que encantaba a toda Roma con sus hermosos versos.

“Cierta noche, el hombre tuvo un sueño. Un ángel se le apareció para decirle que las palabras de uno de sus hijos serían conocidas y repetidas en el mundo entero por todas las generaciones venideras. Aquella noche se despertó agradecido y llorando, porque la vida era generosa, y le había revelado una cosa que cualquier padre estaría orgulloso de saber.

“Poco tiempo después, murió al intentar salvar una criatura que iba a ser atropellada por las ruedas de un carruaje. Como había actuado de manera correcta y justa toda su vida, fue directo al cielo, donde se encontró con el ángel que se le había aparecido en sueños.

“- Fuiste un hombre bueno – le dijo el ángel. – Has vivido tu existencia con amor, y has muerto con dignidad. Puedo realizar ahora tus deseos.

“- La vida también fue buena para mí – respondió el hombre. – Cuando te me apareciste en sueños, sentí que todos mis esfuerzos estaban justificados. Porque los versos de mi hijo pasarán de generación en generación. Nada tengo que pedir para mí; sin embargo, cualquier padre se enorgullecería de comprobar la fama inmortal de alguien a quien cuidó cuando era niño y educó cuando era joven.

“El ángel tocó su hombro, y los dos fueron proyectados hacia un futuro distante. A su alrededor apareció un lugar inmenso, con miles de personas que hablaban una lengua extraña.

“El hombre lloró de alegría.

“-Yo sabía que los versos de mi hijo eran buenos e inmortales – dijo al ángel, entre lágrimas. Toda Roma se encantaba con ellos, y sé algunas de sus poesías de memoria: me gustaría que me dijeras cuáles de estas personas las están repitiendo.

“- Los versos de tu hijo poeta fueron muy populares en Roma - le dijo el ángel. Gustaban a todos, y se divertían con ellos. Pero, cuando el reinado de Tiberio acabó, sus versos también fueron olvidados. Estas palabras son las de tu hijo que entró en el ejército.

“El hombre miró sorprendido al ángel, que continuó:

“- Tu hijo fue a servir a un lugar muy lejano, y se hizo centurión. También era un hombre justo y bueno. Cierta tarde, uno de sus siervos enfermó, y estuvo a punto de morir. Tu hijo, entonces, oyó hablar de un Rabino que curaba a los enfermos, y caminó días y días en busca de aquella persona. Mientras caminaba, descubrió que el hombre a quien buscaba era el hijo de Dios. Encontró a otras personas que habían sido curadas por Él, aprendió sus enseñanzas y, a pesar de ser un centurión romano, se convirtió a su credo. Hasta que cierta mañana llegó frente al Rabino.

“Le contó que tenía un siervo enfermo, y el Rabino se ofreció a ir hasta su casa. Pero el centurión era un hombre de fe, y mirando al fondo de los ojos del Rabino dijo que no era necesario.

“El ángel volvió a mostrar a las personas y, de repente, todas se levantaron:

“Éstas son las palabras de tu hijo soldado – dijo el ángel al hombre– . Son las palabras que le dijo al Rabino en aquel momento y que nunca más fueron olvidadas:


“Señor, yo no soy digno de que entréis en mi casa, pero decid una sola palabra y mi siervo se salvará.”

De: El místico.

Discurso de Paulo Coelho
 
Un poco de pan.

Un poco de pan.

Entré apresurado y con mucho hambre en el restaurante.
Escogí una mesa bien lejos del movimiento, porque quería aprovechar los pocos minutos que disponía en aquel día para comer y corregir algunos errores de programación en un sistema que estaba desarrollando, además de planear mi viaje de vacaciones, cosa que hace mucho tiempo no tengo.

Pedí un filete de salmón con alcaparras en mantequilla, una ensalada y un zumo de naranja, a fin de cuentas, hambre es hambre, pero régimen es régimen, no es verdad?

Abrí mi PC portátil y me asustó aquella voz bajita detrás mío:

- ¿Señor, no tiene unas moneditas?
- No tengo, muchacho.
- Sólo una monedita para comprar pan.
- Está bien, yo compro un pan para ti.

Para variar, mi casilla de entrada está llena de e-mail.
Quedé distraído al ver poesías, lindas presentaciones,
riendo con los chistes malos...

- Señor, pida margarina y queso para ponerle al pan ... Percibo en esos momentos que el niño se había quedado. Ok. Voy a pedir, pero después me dejas trabajar, estoy muy ocupado, ¿si?

Llega mi almuerzo y con él mi malestar.
Hago el pedido, y el mozo me pregunta si quiero que
saque al niño.

Mi conciencia, me impide decir que sí.
Digo que está todo bien.
Que lo deje quedarse.
Que traiga pan y un almuerzo decente para él.




Entonces se sentó frente a mi y preguntó:

- Señor, ¿que está haciendo?
- Leo unos e-mail.
- ¿Que son e-mail?
- Son mensajes electrónicos mandados por personas a través de Internet (sabía que él no iba a entender nada, pero quería liberarme de sus preguntas).
- Es como si fuera una carta, sólo que por Internet.
- Señor, ¿Usted tiene Internet?
- Tengo, sí, es esencial en el mundo de hoy.
- Qué es Internet?
- Es un lugar en el ordenador, donde podemos ver y oír muchas cosas, noticias, música, conocer personas, leer, escribir, soñar, trabajar, aprender. Tiene de todo el mundo virtual

- ¿Qué es virtual?

Resolví dar una explicación simplificada, sabiendo con certeza que él poco iba a entender y me dejaría comer, sin culpas.

- Virtual es algo que imaginamos, algo que no podemos tocar, apañar, pegar... ahí soñamos con un montón de cosas que nos gustaría hacer. Creamos nuestras fantasías, transformamos el mundo en casi como quisiéramos que fuera.
- ¡Que bueno eso!. ¡Me gusta!
- Niño, ¿entendiste el significado de la palabra virtual?
- Sí, Señor, también yo vivo en ese mundo virtual.
- ¡¿Tienes computadora?! - Exclamé yo.
- No, pero mi mundo también es vivido de esa manera...Virtual.

Mi madre está todo el día afuera, llega muy tarde, casi no la veo, mientras yo cuido a mi hermano más pequeño que vive llorando, con hambre y entonces le doy agua para que crea que es sopa.
Mi hermana más grande sale todo el día también, dice que va a vender el cuerpo, pero no entiendo, porque ella vuelve siempre con el cuerpo.
Mi padre está en la cárcel hace mucho, pero yo imagino siempre a nuestra familia toda junta en casa, mucha comida, muchos juguetes en Navidad, y yo estudiando en la escuela para ser médico algún día.

Eso es virtual ¿no señor???

Cerré mi pc ... pero no a tiempo como para impedir que mis lágrimas cayeran sobre el teclado...

Esperé a que el niño terminase literalmente de "devorar" su plato, pagué, y le di el dinero excedente ... me retribuyó con una de las más bellas y sinceras sonrisas que haya recibido en mi vida y con un:

-"Gracias señor, usted es muy simpático!".

Ahí ... en ese instante, tuve la mayor prueba del virtualismo insensato en que vivimos todos los días, mientras la realidad cruel nos rodea de verdad y hacemos de cuenta que no percibimos!
 
Re: Mi primer mensaje

Un chiste que es una verdad como un puño.
 

Adjuntos

  • victimasleypastor104.jpg
    victimasleypastor104.jpg
    27,4 KB · Visitas: 0
Re: Mi primer mensaje

El Roble y la Hiedra

Un hombre edificó su casa. Y la embelleció con un jardín interno. En el centro plantó un roble. Y el roble creció lentamente. Día a día echaba raíces y fortalecía su tallo, para convertirlo en tronco, capaz de resistir los vientos y las tormentas.

Junto a la pared de su casa plantó una hiedra y la hiedra comenzó a levantarse velozmente. Todos los días extendía sus tentáculos llenos de ventosas, y se iba alzando adherida a la pared.

Al cabo de un tiempo la hiedra caminaba sobre los tejados. El roble crecía silenciosa y lentamente.

— ¿Cómo estás, amigo roble?, preguntó una mañana la hiedra.
—Bien, mi amiga, contestó el roble.
—Eso dices porque nunca llegaste hasta esta altura —agregó la hiedra con mucha ironía—. Desde aquí se ve todo tan distinto. A veces me da pena verte siempre allá en el fondo del patio.
—No te burles, amiga —respondió muy humilde el roble—. Recuerda que lo importante no es crecer deprisa, sino con firmeza.
Entonces la hiedra lanzó una carcajada burlona.

Y el tiempo siguió su marcha. El roble creció con su ritmo firme y lento. Las paredes de la casa envejecieron.

Una fuerte tormenta sacudió con un ciclón la casa y su jardín. Fue una noche terrible. El roble se aferró con sus raíces para mantenerse erguido. La hiedra se aferró con sus ventosas al viejo muro para no ser derribada. La lucha fue dura y prolongada.

Al amanecer, el dueño de la casa recorrió su jardín, y vio que la hiedra había sido desprendida de la pared, y estaba enredada sobre sí misma, en el suelo, al pie del roble. Y el hombre arrancó la hiedra, y la quemó.



Mientras tanto el roble reflexionaba:

—Es mejor crecer sobre raíces propias y crear un tronco fuerte, que ganar altura con rapidez, colgados de la seguridad de otros.