Los crímenes del ateísmo

Re: Los crímenes del ateísmo

El fanatismo no tiene que ver con las creencias religiosas. Un fanatico es alguien con tanta pasión (orgullo, miedo, rencor, etc), que considera una amenaza al que se atreva a contrariarle, hasta tal punto que olvida tener un minimo de misericordia y perdon.
Totalmente de acuerdo. ¿Pero que tiene que ver eso con el ateísmo en sí? Hay fanáticos en todos lados. No discuto que ateos hayan cometido cosas horrendas. ¿Pero quizás el titulo debería ser "crímenes del fundamentalismo/fanatismo ateo (o secular)"? Sino lleva a uno a pensar que el ateo es intrínsecamente malo cuando eso, por experiencia propia, es falso.

Saludos
 
Re: Los crímenes del ateísmo

Algo interesante que notado en el libro de Hitler Mi Lucha, es como su cosmovision estaba influenciada por el Darwinismo.
Curiosamente la muerte que han causado los sistemas ateos que se han mencionado eran parte inherente de sus sistema de pensar, no se puede hacer una comparacion con la religion y especialmente con el cristianismo ya que este no ensena matar, pero si malas interpretaciones de el se han usado para tal cosa.
 
Re: Los crímenes del ateísmo

Pero lo que nosotros nos quejanos es que siempre se habla del fanatismo de grupos religosos, y nunca (o casi nunca) de las atrocidades cometidas por ideologias no religiosas. A esto se le llama manipulación, porque se empeñan en lavarnos el cerebro de que la gente que piensa por si misma le debe tener miedo a toda institución religiosa, y no a otros.
 
Re: Los crímenes del ateísmo

Pero lo que nosotros nos quejanos es que siempre se habla del fanatismo de grupos religosos, y nunca (o casi nunca) de las atrocidades cometidas por ideologias no religiosas. A esto se le llama manipulación, porque se empeñan en lavarnos el cerebro de que la gente que piensa por si misma le debe tener miedo a toda institución religiosa, y no a otros.
Nuevamente 100% de acuerdo. Mi punto es simplemente contra la generalización del título del epígrafe:"los crímenes del ateísmo" ¿O uds. creen que yo, por el sólo hecho ser ateo, soy criminal o tengo tendencias criminales? Pregunto en serio porque he visto por ahí creyentes que sí creen eso. :Noooo:

Saludos
 
Re: Los crímenes del ateísmo

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Ateísmo ciencista y moral

20 de Enero de 2007 - 15:23:17 - Pío Moa


Retomando el tema. Según los ateos, Dios “no existe” y la religión, especialmente su objetivo principal, la cristiana, consiste en supercherías. Por consiguiente, el ateísmo vendría a liberar al hombre de la oscuridad y la superstición, abriendo el camino a una sociedad fundada en la verdad científica, con las consiguientes maravillas. Perfectamente. Pero ninguna persona razonable se deja guiar por la autoalabanzas que prodiguen los defensores de cualquier idea, y procurará ver sus resultados prácticos.

El ateísmo ha existido siempre como opinión particular de algunas o muchas personas, pero solo en el siglo XX ha inspirado movimientos políticos y fundado regímenes. En las democracias occidentales ha avanzado mucho, pero de forma difusa, porque ninguna democracia se basa en la idea ateísta, aunque la admita, y por tanto resulta más difícil examinar sus frutos. Quizá mediante encuestas podrían medirse las actitudes sociales ligadas al ateísmo, pero debemos contentarnos por ahora con examinar las experiencias claramente ateas. Y estas, desde cierto punto de vista, no han sido muy alentadoras: matanzas en masa, abolición de la libertad política e incluso personal, explotación esclavista, etc.

Tales efectos nos parecen condenables, los llamamos crímenes, pero lo hacemos, repito, solo desde cierto punto de vista: el punto de vista de la tradición moral religiosa. Con ese criterio, la experiencia parece confirmar la previsión de que un régimen ateo “terminaría por despojar a los hombres de los principales atributos de humanidad”, de la libertad, sobre todo. Tocqueville, autor de la frase, no pensaba directamente en el ateísmo, y menos aun en la ciencia empleada como argumento moral e ideológico, tendencia entonces en sus comienzos. Pero un despotismo como el que él anuncia, donde los dueños del poder (al que podrían haber accedido incluso por elecciones) se erigen en jueces de la felicidad y el bienestar humanos, sometiendo a los hombres a una tutela que “los fija irrevocablemente en la infancia”, exige una visión ciencista y atea de la vida.

Lamentablemente, la ciencia no solo prescinde, por método, no por concepción, de la “hipótesis de Dios”, sino también de la valoración moral. Por tanto, de ningún modo permite considerar crímenes las deportaciones, matanzas o la esclavización de las masas. El mismo concepto de “crimen” le es ajeno. Y, para el ciencista, esos supuestos crímenes son solo medios para alcanzar la emancipación humana frente al oscurantismo y la mentira religiosa, y su valor debe medirse por su grado de éxito.

La exclusión científica de la hipótesis moral implica la exclusión, también por método, de la libertad, y de ahí que los regímenes ateos la hayan abolido en cuanto han podido. Quizá alguien objete que las ideologías ateas del siglo XX partían de la concepción determinista de la ciencia, propio del siglo XIX, mientras que la ciencia del siglo XX, con su indeterminación y su probabilismo, abriría mayor espacio a la idea de Dios, y también, de paso, a un ateísmo menos brutal. Creo que se trata de un equívoco. No hay nada de eso.

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Re: Los crímenes del ateísmo

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La ciencia ante la religión

28 de Enero de 2007 - 15:22:26 - Pío Moa


De la experiencia histórica del ateísmo podemos sacar en principio tres conclusiones:

a) El ateísmo práctico ha traído consigo, entre otras cosas, matanzas extraordinarias y la privación de la libertad para millones de personas.

b) Desde el punto de vista del propio ateísmo, estos resultados no son condenables. Al contrario, deben considerarse con el criterio de su utilidad: ¿ayudaron a erradicar la falsedad religiosa? Si fueron útiles a ese fin, deben estimarse como medios racionales, adecuados al objetivo, y prescindir de valoraciones supersticiosas y anticientíficas.

c) Ese punto de vista parece refrendado por la ciencia, para la cual las matanzas, el GULAG, las llamadas tiranías, no son sino comportamientos humanos observables empíricamente, igual exactamente que otras muchas conductas diferentes o en apariencia contrarias. La ciencia no predica que sea bueno o malo que el lobo mate a las ovejas, o que éstas pazcan tranquilamente en el prado. Simplemente constata esos hechos como manifestaciones de la vida, los cuantifica, los estudia en detalle. La misma imparcialidad aplica a la vida humana.

Sin embargo percibimos un pequeño fraude en el tercer punto. El ateísmo implica que la erradicación de la creencia religiosa, por uno u otro medio, es algo bueno, cosa que la ciencia no acredita en modo alguno, ni tiene siquiera medios ni propósitos de acreditar. La pretensión del ateísmo de basarse en la ciencia carece por ello de sentido. En general, la religión es más modesta: no aspira a fundarse en la ciencia, aunque tampoco se supone incompatible con ella.

La ciencia, por supuesto, debe ocuparse de la religión, pero su aproximación a ella no puede ser la del ateísmo (para la ciencia, el ateísmo sería solo otra forma del comportamiento humano). Creo que el ciencismo ateo parte de una crítica inadecuada al dogma religioso. Para tal aproximación, Las meninas no pasarían de ser una tela manchada con diversos productos químicos. He comparado esa crítica desorientada a la del intento de demostrar científicamente la "falsedad" de la literatura. Alguien ha replicado que nadie duda de que la literatura sea ficción, la leemos sabiéndolo, mientras que las creencias religiosas tienen la pretensión de reflejar la verdad. Cierto, pero creo que la analogía sigue siendo válida. Pese a ser declaradamente ficticios, los relatos literarios constituyen un mundo peculiar con fuerte influencia sobre nuestra conducta real. Es decir, contienen una realidad y nos sugieren una verdad, aunque no sea por una vía racional y lógica. De otro modo nadie perdería el tiempo leyéndolos. Con un espíritu "científico" dedicado a demostrar la inverosimilitud de esos relatos, no solo nos sería imposible disfrutar de ellos, simplemente nos privaríamos de entender algo del mundo literario o artístico, de tanta importancia real en la vida humana. Creo que el mismo error de enfoque se produce en la aproximación ciencista, atea, a la religión.

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Re: Los crímenes del ateísmo

a) El ateísmo práctico ha traído consigo, entre otras cosas, matanzas extraordinarias y la privación de la libertad para millones de personas.
Falso. La intolerancia trajo todo eso.

b) Desde el punto de vista del propio ateísmo, estos resultados no son condenables. Al contrario, deben considerarse con el criterio de su utilidad: ¿ayudaron a erradicar la falsedad religiosa? Si fueron útiles a ese fin, deben estimarse como medios racionales, adecuados al objetivo, y prescindir de valoraciones supersticiosas y anticientíficas.
Falso. La mayoría de los ateos condena estos hechos fruto de la intolerancia.

c) Ese punto de vista parece refrendado por la ciencia, para la cual las matanzas, el GULAG, las llamadas tiranías, no son sino comportamientos humanos observables empíricamente, igual exactamente que otras muchas conductas diferentes o en apariencia contrarias. La ciencia no predica que sea bueno o malo que el lobo mate a las ovejas, o que éstas pazcan tranquilamente en el prado. Simplemente constata esos hechos como manifestaciones de la vida, los cuantifica, los estudia en detalle. La misma imparcialidad aplica a la vida humana.
Esto es cierto, pero no le veo el sentido. ¿Pretende el autor que la ciencia nos diga qué es correcto y qué no? La ciencia sólo son conocimientos adquiridos mediante un método. Para lo que es bueno o malo existen la ética y el sentido común.

El ateísmo implica que la erradicación de la creencia religiosa, por uno u otro medio, es algo bueno (...)
Falso. La mayoría de los ateos son tolerantes hacia la religión.

La pretensión del ateísmo de basarse en la ciencia carece por ello de sentido. En general, la religión es más modesta: no aspira a fundarse en la ciencia, aunque tampoco se supone incompatible con ella.
¿La religión más modesta? ¡Já! Cuando es ella la que pretende conocerlo TODO. La ciencia, más humilde, jamás presenta verdades absolutas (en el mismo sentido que tienen en la religión).

Saludos de un ateo que no ha matado gente, no busca la erradicación de la religión y no comparte las ideas intolerantes de los regímenes totalitarios que profesaron ser ateos (a los que deberían ser apuntadas estas críticas en vez de caer en esa generalización falaz, ignorante y que incita a la intolerancia).
 
Re: Los crímenes del ateísmo

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Eduardo Mackenzie, periodista, última obra publicada: Les FARC où l’échec d’un communisme de combat. Colombie 1925-2005 recuerda que Federico Engels pedía, en 1849, la exterminación de los húngaros, quienes estaban en plena rebelión contra Austria. En un artículo que envía a la Nueva Gaceta Renana, de su amigo Karl Marx, él aconseja eso y arrasar también a los serbios y a otros pueblos eslavos, así como a los bretones, los vascos y los escoceses. En un artículo de 1852 para esa misma revista, Marx, quien tratará más tarde de “negro judío” a su eminente rival Ferdinand Lassalle, se pregunta, por su parte, cómo hacer para liquidar “esos pueblos moribundos, los bohemios, los corintios, los dálmatas, etc.” ¿Puede alguien extrañarse de que Lenin, discípulo de esos dos célebres agitadores, fuera partidario de “barrer de la tierra esos insectos dañinos”, el enemigo burgués? ¿De que tras el golpe de Estado bolchevique, en 1917, Lenin apodara la comisaría de Justicia “comisaría de la exterminación social”? Lenin sabía que la realización integral del bolchevismo no se podía alcanzar sin apelar al totalitarismo.

Los fundadores del socialismo “científico” creían en la pretendida superioridad racial de los blancos. En las notas previas a la redacción de su Anti During, Engels, escribe: “Si, por ejemplo, en nuestros países, los axiomas matemáticos son perfectamente evidentes para un niño de ocho años, sin tener necesidad de recurrir a la experimentación, eso es a causa de la ‘herencia acumulada’. Por el contrario, eso sería muy difícil de enseñar a un bosquimano o a un negro de Australia.”

El concepto de raza obsesionaba a los autores del Manifiesto Comunista. Engels escribe en 1894 a un tal Borgious: “Para nosotros, las condiciones económicas determinan todos los fenómenos históricos, pero la raza es, en sí, un dato económico…” Engels despreciaba a los eslavos y estimaba que ellos no podrían acceder a la civilización. En un texto para la Nueva Gaceta Renana, del 15-16 de febrero de 1849, dice: “Fuera de los poloneses, los rusos y quizás los eslavos de Turquía, ninguna otra nación eslava tiene futuro, pues todos los otros eslavos carecen de las bases históricas, geográficas, políticas e industriales que son necesarias para la independencia y para la capacidad de existir. Naciones que no han tenido jamás su propia historia, que apenas alcanzan el grado más bajo de civilización… no son capaces de vida y no pueden jamás alcanzar la menor independencia.” Federico Engels consideraba que esa “inferioridad” eslava tenía causas “históricas”, y empeoraba su planteamiento al concluir que la mejora de eso era imposible por el factor de la raza.

Los comunistas no exterminan a los “enemigos del socialismo” invocando como pretexto la raza, como hicieron los nazis. Las exterminaciones comunistas fueron y son hechas bajo un pretexto de clase. De ambos lados los muertos fueron y son, en todo caso, millones de personas. Sin embargo, el principio clave de esas dos corrientes criminales es idéntico: es legítimo destruir todos los grupos raciales o sociales que erigen obstáculos a la realización del ideal socialista o nacional socialista. Los 85 millones de muertos dejados por el comunismo únicamente en Rusia y China son el resultado de esa mentalidad. ¿En ese contexto cómo puede decirse que el comunismo es más de “izquierda” que el nazismo?

El economista austriaco Friedrich von Hayek en su obra La Route de la servitude (1944), escribe que los nazis “no se oponían a los componentes socialistas del marxismo, sino a los componentes liberales, al internacionalismo y a la democracia”. Jean François Revel, autor de La Tentation totalitaire, recuerda que Hitler se consideró siempre como un socialista, que él había explicado a Otto Wagener que sus desacuerdos con los comunistas eran “menos ideológicos que tácticos”. Revel agrega que ante los insípidos reformistas de la socialdemocracia en la época de la República de Weimar, Hitler prefería a los comunistas y que éstos le pagaron con creces esa actitud votando por él en 1933. La obra del filósofo alemán contemporáneo Ernst Nolte demuestra la importancia determinante y directa del marxismo en el nacimiento del nacional-socialismo].

¿Antípodas el nazismo y el comunismo? Fabricada por la propaganda leninista, esa visión no explica por que Stalin ayudó a Hitler a escamotear las prohibiciones del tratado de Versalles respecto del rearme alemán y por qué, más tarde, firmó el pacto germano-soviético de 1939, que desató la segunda guerra mundial y que fue aprobado por los partidos comunistas del mundo, incluido el colombiano. ¿No felicitó Stalin a Hitler, en junio de 1940, por su invasión de Francia?

¿Y Mussolini? ¿No era él un ferviente opositor de la guerra colonial en 1911, un fogoso orador antinacionalista, director del diario socialista Avanti y creador, con el apoyo de garibaldistas, socialistas, sindicalistas, anarquistas y socialistas revolucionarios, de Il Popolo, antes de hacerse expulsar del PS en 1914 y de convertirse en partidario de la guerra, de la aventura colonial y en jefe del partido fascista?

El debate sobre el paralelismo entre comunismo y nazismo ha conocido un notable progreso en los últimos años, gracias a la apertura de los archivos soviéticos y de los testimonios de los sobrevivientes del terror en Rusia y en la ex Europa del Este, cuyos primeros elementos aparecieron, es verdad, incluso antes del famoso discurso “secreto” de Khrushchev, de febrero de 1956, durante en XX congreso del PCUS.

El nazismo, el comunismo y el islamismo son doctrinas y regímenes criminales.
El genocidio nazi es negado y admirado simultáneamente por los islamistas.
Los nazis exterminaron a seis millones de judíos por el mero hecho de ser judíos, los islamistas quieren eliminar a los judíos, por el mero hecho de ser “infieles” y buscan la destrucción de Israel, por ser la patria y la cuna de los judíos. Las obsesiones de Jomeini, Ahmadineyad, se circunscriben a esta ideología naziislamista.

Los comunistas no asesinaban a los judíos por ser ellos miembros de una “raza inferior” en la terminología nazi, lo hacían luego de clasificarlos como miembros de una clase social “irrecuperable”, por lo tanto exterminable. En ambos casos la razón de esas condenas era haber nacido judío.

Tal hostilidad es una herencia de Karl Marx quien mostró su antipatía visceral por el judaísmo en La Cuestión judía, opúsculo escrito en 1843-1844, donde él llega a dos conclusiones terribles: “Cuando la sociedad logre suprimir la esencia empírica del judaísmo, y suprimir el tráfico de sus condiciones, el judío devendrá imposible” y “La emancipación social del judío, es la emancipación de la sociedad del judaísmo”. Alérgico a la alteridad, a la singularidad judía y de otros pueblos, Marx pretende que la revolución es el advenimiento a una humanidad purificada de las taras del judaísmo y de las otras alteridades, lo que explica por qué el progresismo de hoy aspira a una sociedad sin clases, uniforme, de seres “genéricos”, es decir exclusivamente “sociales”, exenta de intereses privados, singulares y plurales.

El escritor ruso Vassili Grossman y el historiador ruso Arkadi Vaksberg, llegan incluso a hablar de una “revancha póstuma” de las concepciones raciales del III Reich pues, a diferencia de lo que ocurrió en los años 1920 y 1930, el punto 5 de las hojas de vida y de los pasaportes devino después en la URSS, según ellos, más importante que el punto 6: el origen étnico prevalecía sobre el origen social. “A través de la actitud respecto de Israel y, más generalmente, de la población judía, el Kremlin renegó de la teoría de clases y del internacionalismo marxista (…) Destruido en los campos de batalla, el nazismo renacía triunfalmente en la esfera ideológica. (…) ‘Patriota’ devino sinónimo de ‘ruso’ –entiéndase étnicamente ruso— mientras que el occidentalismo era identificado al judaísmo.”
 
Re: Los crímenes del ateísmo

"El ateismo es la muerte de la esperanza, el suicidio del alma"