Encuentro personal con Dios

6 Diciembre 2006
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Encuentro personal con Dios


Los cristianos debemos tener mucho cuidado de no caer en la vivencia de un cristianismo estrictamente racional, así como deberíamos evitar también el vivirlo desde planteamientos estrictamente sentimentales que más parezcan fenómenos psicológicos que se dan en personas propensas a sugestionarse. Quizás algunos dirían que debemos separarnos de la vivencia de un cristianismo que, desde puntos de vista filosóficos o teológicos, no ve la posibilidad de tener ese encuentro personal con Dios, como algo que podemos experimentar en el ámbito personal, quizás alegando que el Dios inabarcable nunca puede ser objeto de nuestra experiencia. Pero otros también alegarían que no es positiva la vivencia de un cristianismo que se concrete sólo en explosiones de sentimentalismo que haga sospechar y desconfiar a los más racionalmente críticos. Pero, independientemente de estos dos posicionamientos, ¿Es necesario un encuentro personal con Dios para ser cristiano?
Hoy en día se podrían encontrar en el mundo a muchas personas que se declararían creyentes del Dios verdadero, pero si se les preguntara si habían tenido algún encuentro personal con él o alguna experiencia de la divinidad, dirían que no. Incluso, los más suspicaces podrían responder que ni siquiera desean ese tipo de experiencias religiosas de la divinidad. Pero hay que tener cuidado, porque el riesgo que se corre es el reducir la fe a un mero acto intelectual que ve como posible la existencia de Dios, un mero conocimiento de datos, aunque estos sean extraídos de las Sagradas Escrituras, un bagaje intelectual que hemos acumulado a lo largo de esta vida en contacto con las lecturas y conocimientos, a los cuales damos nuestro asentimiento intelectual y los aceptamos, pero que no pasan a ser vida en nosotros.
Yo creo que se necesita esa experiencia personal que completa los conocimientos. Se necesita, además de los conocimientos, la experiencia de lo religioso, la apertura al misterio, a lo numinoso, la experiencia profunda e íntima de Dios en nuestras vidas... el encuentro personal con Dios. Encuentro al que aludimos tantas veces los evangélicos en nuestras conversaciones cristianas. Hay muchos que, creyendo intelectualmente en Dios, nunca han tenido una experiencia de la divinidad en sus vidas. Nunca se han abierto al hecho de que, además de nuestro entendimiento, dejemos que sea el Espíritu mismo quien dé testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Este es un paso imprescindible para podernos llamar realmente cristianos, para la transformación de la vida, para que se pueda dar en nosotros esa renovación que se puede mostrar con la expresión bíblica de “nuevo nacimiento”, la transformación, el cambio, el ser una nueva criatura, el haber muerto al hombre viejo y nacido al nuevo hombre, tan y como le gustaba decir al apóstol San Pablo.
Por eso ser cristiano no es cuestión de afiliaciones, ni de haber nacido en uno u otro país, ni de asumir intelectualmente ciertos posicionamientos o verdades. No es cuestión de calentar los bancos de las iglesias y estar dispuesto a escuchar lo que la iglesia tiene que decirnos... no es cuestión de golpes de pecho o de cargar con los pasos de las procesiones.
Es, de alguna manera, el contacto con la divinidad que te cambia y te transforma en una nueva criatura, es poder ver a Dios en tu vida y en los avatares diarios de tu historia personal. No es haberlo conocido de oídas como le ocurría a Job antes de la dura intervención de Dios en su vida, sino el haberle visto con los ojos de la fe y el haber tenido una experiencia real de Él... y seguirle en el camino del “ya no vivo yo, sino que vive Cristo en mí”.
 
Re: Encuentro personal con Dios

Encuentro personal con Dios


Los cristianos debemos tener mucho cuidado de no caer en la vivencia de un cristianismo estrictamente racional, así como deberíamos evitar también el vivirlo desde planteamientos estrictamente sentimentales que más parezcan fenómenos psicológicos que se dan en personas propensas a sugestionarse. Quizás algunos dirían que debemos separarnos de la vivencia de un cristianismo que, desde puntos de vista filosóficos o teológicos, no ve la posibilidad de tener ese encuentro personal con Dios, como algo que podemos experimentar en el ámbito personal, quizás alegando que el Dios inabarcable nunca puede ser objeto de nuestra experiencia. Pero otros también alegarían que no es positiva la vivencia de un cristianismo que se concrete sólo en explosiones de sentimentalismo que haga sospechar y desconfiar a los más racionalmente críticos. Pero, independientemente de estos dos posicionamientos, ¿Es necesario un encuentro personal con Dios para ser cristiano?
Hoy en día se podrían encontrar en el mundo a muchas personas que se declararían creyentes del Dios verdadero, pero si se les preguntara si habían tenido algún encuentro personal con él o alguna experiencia de la divinidad, dirían que no. Incluso, los más suspicaces podrían responder que ni siquiera desean ese tipo de experiencias religiosas de la divinidad. Pero hay que tener cuidado, porque el riesgo que se corre es el reducir la fe a un mero acto intelectual que ve como posible la existencia de Dios, un mero conocimiento de datos, aunque estos sean extraídos de las Sagradas Escrituras, un bagaje intelectual que hemos acumulado a lo largo de esta vida en contacto con las lecturas y conocimientos, a los cuales damos nuestro asentimiento intelectual y los aceptamos, pero que no pasan a ser vida en nosotros.
Yo creo que se necesita esa experiencia personal que completa los conocimientos. Se necesita, además de los conocimientos, la experiencia de lo religioso, la apertura al misterio, a lo numinoso, la experiencia profunda e íntima de Dios en nuestras vidas... el encuentro personal con Dios. Encuentro al que aludimos tantas veces los evangélicos en nuestras conversaciones cristianas. Hay muchos que, creyendo intelectualmente en Dios, nunca han tenido una experiencia de la divinidad en sus vidas. Nunca se han abierto al hecho de que, además de nuestro entendimiento, dejemos que sea el Espíritu mismo quien dé testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Este es un paso imprescindible para podernos llamar realmente cristianos, para la transformación de la vida, para que se pueda dar en nosotros esa renovación que se puede mostrar con la expresión bíblica de “nuevo nacimiento”, la transformación, el cambio, el ser una nueva criatura, el haber muerto al hombre viejo y nacido al nuevo hombre, tan y como le gustaba decir al apóstol San Pablo.
Por eso ser cristiano no es cuestión de afiliaciones, ni de haber nacido en uno u otro país, ni de asumir intelectualmente ciertos posicionamientos o verdades. No es cuestión de calentar los bancos de las iglesias y estar dispuesto a escuchar lo que la iglesia tiene que decirnos... no es cuestión de golpes de pecho o de cargar con los pasos de las procesiones.
Es, de alguna manera, el contacto con la divinidad que te cambia y te transforma en una nueva criatura, es poder ver a Dios en tu vida y en los avatares diarios de tu historia personal. No es haberlo conocido de oídas como le ocurría a Job antes de la dura intervención de Dios en su vida, sino el haberle visto con los ojos de la fe y el haber tenido una experiencia real de Él... y seguirle en el camino del “ya no vivo yo, sino que vive Cristo en mí”.

¿Es necesario un encuentro personal con Dios para ser cristiano?


:--DeepThi

Tambien a ti se te aparecio en una llama de fuego...?

Chanfle!

Y ahora, quien podra defenderme?
 
Re: Encuentro personal con Dios

Marta Sanchez: bien dices que la vida Cristiana es mucho más que calentar un banco en domingo, en verdad es una experiencia personal, un camino que seguir, una vida que entregar… no son vanas las Palabras de Jesús que nos dicen que hay que morir y nacer de nuevo… y este nacimiento es del Espíritu y para el Espíritu, es el camino de la cruz, el cual, nos lleva al Reino de Dios y su Justicia…

Claro debemos tener, que para ser salvos, solo necesitamos de creer en nuestro corazón y en verdad en que Cristo Jesús es el Señor resucito de entre los muertos, y como no, invocar su Nombre sin miedo alguno… pero a la vez, ello no nos abre las puertas del Reino de Dios y su Justicia, aquí en la tierra… no, para ello es necesario el nacer del Espíritu, es decir, el haber entregado a Dios Padre todo cuanto pueda ser impedimento para que Él obre plenamente mediante nosotros… y ello, no es por esfuerzo, sino por fe, por gracia… y se va llegando y sabiendo de todo ello, mediante la oración y la Palabra de Dios que mediante Jesucristo nos va siendo dada…

Bien lo has dicho, de nada sirve el ser un cristiano nominal de una determinada denominación cualquiera, sea la que sea, ello, de nada sirve, ello es religiosidad y cumplimiento de mandatos y demás…

Hay que morir, hay que nacer de nuevo, hay que lograr el ser llenos de Su Presencia, el ser guiados por el Espíritu Santo, ello, será el indicativo de que en verdad hemos muerto… y no, no depende del ser carnal, del ser anímico, sino del Espíritu de Dios que ha logrado hacernos vencer al mundo…

La vida en Cristo es un camino por el cual se debe andar, ver, entender y a la cruz entregar… todo cuanto es parte de nuestro anterior ser…

En fin, por no ser y en demasía extenso…

Bendiciones.
 
Re: Encuentro personal con Dios

Marta Sanchez: bien dices que la vida Cristiana es mucho más que calentar un banco en domingo, en verdad es una experiencia personal, un camino que seguir, una vida que entregar… no son vanas las Palabras de Jesús que nos dicen que hay que morir y nacer de nuevo… y este nacimiento es del Espíritu y para el Espíritu, es el camino de la cruz, el cual, nos lleva al Reino de Dios y su Justicia…

Claro debemos tener, que para ser salvos, solo necesitamos de creer en nuestro corazón y en verdad en que Cristo Jesús es el Señor resucito de entre los muertos, y como no, invocar su Nombre sin miedo alguno… pero a la vez, ello no nos abre las puertas del Reino de Dios y su Justicia, aquí en la tierra… no, para ello es necesario el nacer del Espíritu, es decir, el haber entregado a Dios Padre todo cuanto pueda ser impedimento para que Él obre plenamente mediante nosotros… y ello, no es por esfuerzo, sino por fe, por gracia… y se va llegando y sabiendo de todo ello, mediante la oración y la Palabra de Dios que mediante Jesucristo nos va siendo dada…

Bien lo has dicho, de nada sirve el ser un cristiano nominal de una determinada denominación cualquiera, sea la que sea, ello, de nada sirve, ello es religiosidad y cumplimiento de mandatos y demás…

Hay que morir, hay que nacer de nuevo, hay que lograr el ser llenos de Su Presencia, el ser guiados por el Espíritu Santo, ello, será el indicativo de que en verdad hemos muerto… y no, no depende del ser carnal, del ser anímico, sino del Espíritu de Dios que ha logrado hacernos vencer al mundo…

La vida en Cristo es un camino por el cual se debe andar, ver, entender y a la cruz entregar… todo cuanto es parte de nuestro anterior ser…

En fin, por no ser y en demasía extenso…

Bendiciones.
Gracias Raul por tu comprensión porque parece que los católicos la han tomado conmigo en este foro.
Que Dios te siga bendiciendo mucho
Marta Sanchez Monteagudo