¡Sí, como lo oye! ¿Por qué no? Catedral católica por Mezquita islámica por Templo judío.
Por bien intencionada que pudiese estar la propuesta enviada al Papa por la Junta Islámica de España, de ser aceptada y acordado que ese espacio físico cordobés sea destinado a la oración ecuménica de los fieles monoteístas, en la práctica apenas funcionaría con la presencia restringida de dignatarios islámicos, judíos, católicos, ortodoxos y protestantes. Pero la irrestricta comparecencia de los fieles de esas religiones, fácilmente permitiría la acción destemplada de cualquier exaltado de las distintas confesiones. Entonces, es inimaginable el mal que tal acción detonaría.
Por supuesto que el actual Papa acaba de sentar un precedente en su oración conjunta en la Mezquita Azul de Estambul, evento nunca antes realizado y difícilmente concebible.
También ha sido bueno que el Papa Juan Pablo II haya pedido perdón a las víctimas de las Cruzadas y la Inquisición.
Pero España ha sido precisamente el país donde el Santo Oficio ha hecho arder en las hogueras a judíos, islámicos y protestantes.
Parecería que si fue sincero el arrepentimiento histórico de la Iglesia Católica expresado por el Papa anterior, debería avanzarse mostrando frutos de ese arrepentimiento.
Recordamos como en el recordado film Las Sandalias del Pescador, en esa ficción el entonces Papa determinaba vender las obras de arte del Vaticano para con tal fortuna salvar de la hambruna a millones de chinos fronterizos a Rusia, y evitar así la hecatombe que sobrevendría con una tercera guerra mundial.
Pues bien, en vez de construir – como está proyectado – una gran mezquita en las cercanías de Córdoba (Medina Azahara), ¿por qué no devolver entonces la Mezquita de Córdoba a los españoles andaluces del culto islámico?
La tecnología moderna seguramente que permitiría el desmontaje y traslado del sector que corresponde a la Catedral católica a otro espacio físico cordobés, quizá haciendo con todo eso un Museo.
Para el turista extranjero, no bien visita la Mezquita y se siente subyugado por ese ámbito espiritual que invita a la oración, de repente recibe un fuerte choque al encontrarse con la catedral católica. Tal debe haber sido la sensación del Emperador Carlos V de España, cuando arrepentido de haber accedido al reclamo del cabildo para la realización de las obras (a lo que el Ayuntamiento se oponía), declaró al obispo don Fray Juan de Toledo: “Si yo tuviera noticia de lo que hacíades, no lo hiciérades; porque lo que queréis labrar hallaráse en muchas partes, pero lo que aquí teníades, no lo hay en el mundo”.
Este fruto del arrepentimiento del Papa anterior (y de toda la Iglesia), tendría que ser correspondido nada menos que con la cesión de la Mezquita de la Roca en Jerusalem a los judíos, para que estos a su vez puedan construir su tercer Templo.
Por supuesto que tanto puede repugnar a los católicos devolver la Mezquita de Córdoba al Islam, como que este entregue la Mezquita de Omar a los judíos. Argumentos para no hacerlo, en uno y otro caso, sobran. Los que más tienen que perder con esto son los católicos, y los que más tienen para ganar son los judíos. Pero el Islam tan solamente hace un trueque, que si lo mira bien, podría serle grandemente satisfactorio.
Si los religiosos verdaderamente creyentes quisieran darle al mundo incrédulo elementos de credibilidad, ciertamente que harían un gran progreso promoviendo esta propuesta hasta su plena realización. De hacerlo así, no sería soñar demasiado esperar que a la Iglesia Ortodoxa le sea devuelta la Basílica de Santa Sofía.
¿Deberían acaso todas las religiones devolver sus templos a sus poseedores originales?
Claro que esa sería una historia de nunca acabar, pero al menos para demostrar buena voluntad de parte del protestantismo hacia el catolicismo - que recién decíamos sería quien más perdería con estos cambios – bueno fuera que la Iglesia Anglicana devolviera la Catedral de San Pablo a los católicos romanos.
¿Locura? ¿Ingenuidad? ¿Necedad? ¿Bobería? Cuantos epítetos se nos ocurran podrían usarse para legitimar esta propuesta. También la de Colón de llegar a Oriente viajando hacia Occidente los recibía.
Mi intención es la de ingresar esta propuesta no solamente a este foro cristiano, sino también al de la webislam, y a cuantos pueda acceder, a fin de ir creando una conciencia universal que contribuya a un feliz resultado.
Como siempre, quedo abierto y bien dispuesto no sólo a recibir los tímidos gestos de aprobación que algo ya me animarían, sino toda la metralla y bombardeo que mucho más todavía me alentaría.
Un cristiano evangélico hispano americano de sangre andaluza y mora.
Ricardo.