María en el ministerio de Cristo

6 Diciembre 2006
138
0
María en el ministerio de Cristo
María solamente puede ser comprendida en su relación con Cristo y sólo desde esta relación puede hablarse rectamente de su grandeza excepcional y única. Tan personalmente unida está a Cristo, que comparte por Él y por Él el misterio de la salvación.
Jesús en su vida pública, realza a María en su comunión salvadora con Él, y lo hace en una proclamación irónica y paradójica, realmente sorprendente, pero en un momento especialmente oportuno y significativo. La admiración popular causada por Jesús se traduce, mediante la voz anónima de una mujer, en el elogio bienaventurado de su madre: “Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron”. Y Jesús responde, haciéndose eco de este elogio y confirmándolo en su verdad plena: “Dichosos más bien los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen” (Lc 11,27-28). Lo que a primera vista parece y ha sido interpretado como despectiva respuesta de fría ironía. En su contexto evangélico es la rúbrica solemne con que Cristo confirma la elogiosa intuición de la grandeza maternal de María. Ella es bienaventurada madre de Jesús porque escuchó la palabra de Dios y correspondió a ella con su obediente entrega generosa de fe. La bienaventuranza que Jesús hace refiriéndose, con indirecta claridad, a su madre, está a tono con la bienaventuranza con que la saluda Isabel en su visitación: “Dichosa tú que has creído lo que te ha dicho el Señor” (Lc1,45); La misma bienaventuranza que, exultante de gozo, sintiéndose agraciada, proclamará con profunda humildad María en su canto del Magníficat: “dichosa me llamarán todas las generaciones (Lc 1,48).
Es necesario tener presente la escena de la Anunciación para comprender adecuadamente y en su verdadero y pleno sentido mariano-maternal la bienaventuranza proclamada por Jesús. A través del menaje angélico, María ha escuchado meditando la palabra de Dios y la ha aceptado comprometiéndose en alma y cuerpo con ella. María ha creído en la palabra de Dios, y la palabra de Dios se ha cumplido encarnándose en ella. La fe ha suscitado en María una total disponibilidad humilde y generosa a la voluntad salvadora de Dios: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra (Lc 1,38). Porque ha creído, la Palabra de Dios se encarnó en ella, y la salvación se ha realizado: “sacrificio y oblación no quisiste; pero me has dado un cuerpo He aquí que vengo para hacer tu voluntad” (Heb 10,5-9)
Zacarías, anciano y sacerdote, reaccionó con dudas ante el anuncio del ángel Gabriel. María la virgen,, la sencilla joven de Nazaret, cree en el ángel.
María se abandona a la gracia de Dios: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38). Aquí María se siente la representante del pueblo de Israel.
En esta palabra, Lucas nos muestra cuánto aprecia a María en cuanto a mujer. Ella se entrega a la Palabra de Dios de un modo muy distinto a como lo hace Zacarías y confía plenamente en ella. Una mujer se hace la representante del pueblo de Israel. Al entregarse a la Palabra de Dios, le toca en suerte la salvación del pueblo. La actuación es por iniciativa de Dios, pero depende también de la decisión de los hombres, como si Dios tuviera que concederse permiso para actuar. María otorga un lugar a la actuación de Dios en su vida personal y eso tiene consecuencias para toda la humanidad.
 
María y los padres de la iglesia

María y los padres de la iglesia

Según ·Ambrosio-san, se puede decir también de cada uno que da a luz a Cristo y es, por tanto, su madre. Dice así: "El alma fiel se hace "María", concibe a Cristo por la fe, le da a luz espiritualmente, al modo como un día la Magdalena antes de convertirse al Señor, fue llamada por El "mujer", y después de convertida "María". San Ambrosio dice de la aparición del Resucitado a Magdalena: "Entonces le dijo el Señor: María, mírame. En el tiempo en que no cree, es mujer; cuando empieza a convertirse, es llamada María, esto es, recibe el nombre de la que dio a luz a Cristo, pues es alma que espiritualmente da a luz a Cristo". De aquí se deduce para el pastor de almas, Ambrosio, el aviso de tender a la santidad: "No todos dan a luz, no todos son perfectos, no todos pueden decir: dimos a luz el espíritu de salud en la tierra (Is. 26, 18); no todos son Marías que conciben a Cristo del Espíritu Santo y paren al Verbo... Hay muchos padres por el Evangelio y muchas madres que dan a luz a Cristo. ¿Quién me mostrará los padres de Cristo? El mismo los mostró diciendo: "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos...? Quienquiera que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos ése es mi hermano y mi hermana y mi madre." Haz la voluntad del Padre para que seas madre de Cristo. Muchos concibieron a Cristo y no le dieron a luz. Quien da a luz la justicia, da a luz a Cristo; quien da a luz a la sabiduría, da a luz a Cristo, quien da a luz la palabra, da a luz a Cristo". En su comentario al Evangelio de San Lucas dice: "Tú, alma, que creíste en Dios, sé mujer fuerte como aquélla, sea el alma de la Iglesia sea la Iglesia misma, de la que dice Salomón: "La mujer fuerte, ¿quién la hallará?" (Prov. 31, 10).

Según San Ambrosio, cada fiel cristiano debe ser marial, pues concibe al Verbo de Dios. Dice así a propósito de Lc. 1, 45: "Bienaventurados también vosotros, que oísteis y creísteis, pues el alma que cree, concibe y engendra al Verbo de Dios... Habite en cada uno de vosotros el alma de María, para que alabe al Señor, habite asimismo el espíritu de María, para que se alegre en Dios. Si no hay más que una madre de Cristo, según la carne, sin embargo Cristo es el fruto de todos, según la fe. Pues toda alma inmaculada y libre de pecado... engendra al Verbo de Dios. Por tanto, un alma así engrandece al Señor al modo como lo hizo el alma de María y al modo también como se alegró su espíritu en Dios su Salvador". Exhorta otra vez a sus oyentes: "Imitad a aquella a quien tan hermosamente se aplica lo que se dijo de la Iglesia: "Qué bellos son tus pies con las sandalias" (/Ct/07/02), pues es bello el caminar de la Iglesia en la predicación del Evangelio. Es bello, asimismo, el caminar del alma que se sirve de su cuerpo como de calzado para que, sin que nada le estorbe, pueda ir donde le plazca. Con este calzado caminó hermosamente María, la cual, virgen, engendró al autor de la salud sin mezcla alguna de carnal comercio... En consecuencia, son hermosos tanto los pies de María como los de la Iglesia, porque son hermosos los pies de los que evangelizan. ¡Qué hermoso es también lo que en figura de la Iglesia se profetizó de María, siempre que no se consideren tanto los miembros del cuerpo; cuanto los misterios de su alumbramiento! (Cant. 7, 1_3)".

En san Agustín resalta con más fuerza que en San Ambrosio la relación de la tipología mariana con la Iglesia toda. La concepción y nacimiento virginales de Cristo son para él un signo del nacimiento espiritual de los cristianos del seno de la Iglesia. "Alegraos, vírgenes de Cristo; la Madre de Cristo es vuestra compañera. No pudisteis engendrar a Cristo, pero os abstuvisteis de engendrar por amor a Cristo. El que no nació de vosotras, ha nacido para vosotras. Sin embargo, si como debierais hacerlo recordáis sus palabras, sois también vosotras sus madres, porque hacéis la voluntad de su Padre. El mismo dijo: "Quienquiera que hiciere la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre" (/Mt/12/50). Alegraos, viudas de Cristo, ofrecisteis la santidad de la continencia al que hizo fecunda la virginidad. Alégrate también tú, castidad conyugal; alegraos vosotros, los que guardáis fidelidad a vuestros cónyuges, conservad en el corazón lo que perdisteis en el cuerpo. Donde ya no puede haber una carne libre de concúbito, haya una conciencia virgen en la fe, por la cual toda la Iglesia es virgen. En María una virginidad santa dio a luz a Cristo. En Ana, una viudez avanzada reconoció a Cristo niño. En Isabel, tanto la castidad conyugal como la senil fecundidad se consagraron a Cristo. Los distintos géneros de vida de los miembros creyentes aportaron a la cabeza cuanto por gracia de ésta les era dado aportar. Por consiguiente, puesto que Cristo es verdad, paz y justicia, concebidle en la fe y engendradle en las obras. para que vuestro corazón realice en la ley de Cristo lo mismo que María realizó en sus entrañas. ¿Cómo no vais a pertenecer al parto de la Virgen, siendo así que sois miembros de Cristo? María dio a luz a vuestra cabeza; vosotros, a la Iglesia. Porque también la Iglesia es virgen y madre: madre, por sus entrañas de caridad, y virgen. por la integridad de su fe y de su piedad. Engendra pueblos que son, sin embargo, miembros de Aquel que la tiene por cuerpo y por esposa, imitando también en esto a la Virgen, porque en muchos es madre de la unidad. Se dirige una vez así este Santo Padre a su oyentes: "Lo que admiráis en la carne de María realizadlo en las intimidades de vuestra alma. El que con el corazón creyere en la justicia, engendra a Cristo; el que con la boca le confiese, para la salvación le da a luz (Rom. 10, 10). Así, sobreabunde la fecundidad y establézcase la virginidad en vuestras almas".

En otro sermón expone San Agustín: "La Iglesia es virgen. Quizá alguien me diga: si es virgen, ¿cómo engendra hijos?; y si no engendra hijos, ¿cómo dimos nuestros nombres para nacer de sus entrañas? Respondo: Es virgen y a la vez engendra; imita a María que engendró al Señor. ¿No era virgen María y, sin embargo, engendró permaneciendo virgen? Lo mismo la Iglesia: engendra y es virgen. Y si reflexionas más detenidamente, también engendra a Cristo porque los bautizados son miembros de Cristo. "Pues vosotros sois el cuerpo de Cristo y sus miembros" (1 Cor. 12, 27). Luego, si engendra a los miembros de Cristo, es del todo semejante a María".

I/VIRGEN FE/VIRGINIDAD VIRGINIDAD: La virginidad de la Iglesia consiste, según el Doctor africano, en que guarda íntegra la fe de Cristo. Ante todo, fue San Agustín quien interpretó esta idea de la virginidad de la Iglesia como su misterio mariano. Dice en un sermón de Navidad: "La Iglesia virgen celebra hoy el parto de la Virgen, ya que a ella se dirige el Apóstol cuando dice: "Os he desposado a un solo marido para presentaros a Cristo como casta virgen" (11 Cor. I1, 2)... ¿Por qué como virgen casta, sino en la integridad de la fe, de la esperanza y del amor? Por consiguiente, María guardó antes en el cuerpo la virginidad que luego llevaría Cristo al corazón de la Iglesia... No hubiera podido la Iglesia ser virgen, si no fuera su Esposo hijo de virgen".

En el sermón 213 dice: "Hizo virgen a la Iglesia que lo es en la fe. La Iglesia tiene pocas vírgenes, según la carne, consagradas a Dios. No obstante, debe tener a todos, tanto hombres como mujeres vírgenes según la fe".

En otro sermón exclama: "Ea. amadísimos, considerad cómo la Iglesia -esto es sabido- es esposa de Cristo, cómo es madre de Cristo -esto es más difícil de comprender, pero es cierto-. María la Virgen, le precede como imagen suya. ¿Por qué, os pregunto yo es María Madre de Cristo, sino porque da a luz a los miembros de Cristo? Vosotros a los que hablo, vosotros sois los miembros de Cristo. ¿Quién os ha dado a luz? Escuchad la voz de vuestro corazón. La Madre Iglesia. Esta madre santa, venerada, igual a María, da a luz y es, sin embargo, virgen; da a luz a Cristo, pues vosotros sois los miembros de Cristo".

En un sermón de Pascua, que se atribuye a Eusebio de las Galias o a Cesáreo de Arlés, se dice: "Alégrese la Iglesia de Cristo, que a semejanza de la bienaventurada María, enriquecida por la operación del Espíritu Santo, se hace madre de una prole divina... Mirad cuántos hermanos nos ha dado desde su integridad en una sola noche, la Iglesia, madre y esposa fecunda... Comparemos, si os place, estas dos madres; su maternidad fortalecerá nuestra fe en ellas. La sombra del Espíritu Santo colmó secretamente a María, y la infusión del Espíritu Santo en la fuente bendita obró lo mismo en la Iglesia. María engendró sin pecado a su Hijo y la Iglesia destruyó el pecado en aquellos que engendró. De María nació lo que era desde el principio; de la Iglesia renació lo que se perdió al principio. Aquélla engendró en favor de los pueblos; ésta, a los mismos pueblos. Aquélla, como sabemos, permaneciendo virgen, sólo engendró un Hijo; ésta incesantemente está dando a luz por obra de su Esposo virgen".

San Beda dice: "Todavía hoy, y así hasta la consumación de los siglos, está siendo concebido el Señor en Nazaret y está naciendo en Belén, siempre que cualquier oyente, después de haber recibido la flor de la palabra, se transforma en casa del Pan eterno. Cada día, en las entrañas virginales, esto es, en el espíritu de los fieles, es concebido por la fe y alumbrado por el bautismo. Cada día la Iglesia, madre de Dios, siguiendo a su maestro sube de Galilea, que significa "la rueda giratoria" de la vida mundana, a la ciudad de Judá, es decir, a la ciudad del reconocimiento y de la alabanza. y presenta al rey eterno la ofrenda de su devoción. Además, la Iglesia, siendo a semejanza de la bienaventurada Virgen María, esposa a la vez que inmaculada, nos concibe virgen del Espíritu Santo y virgen nos da a luz, sin sufrir los dolores del parto".

Isaac de Stella dice: "La cabeza y cuerpo de Cristo forman uno solo. No obstante, este Uno es Hijo de Dios en el cielo e Hijo de una madre en la tierra. Son muchos hijos y un solo Hijo. Así como la cabeza y el cuerpo son a la vez un hijo y muchos hijos, así María y la Iglesia son una madre y muchas madres, una virgen y muchas vírgenes. Ambas son madres y ambas vírgenes por obra del mismo Espíritu, sin la menor contaminaci6n carnal. Las dos, inmaculadas, dan hijos a Dios Padre. Aquélla, absolutamente libre de todo pecado, engendró la Cabeza en favor del cuerpo; ésta, por su parte, ofreció el cuerpo a la Cabeza, para remisión de todos los pecados. Las dos son madres de Cristo, pero ninguna de ellas sin la cooperación de la otra engendra al Cristo total. Por eso, lo que en las Escrituras, que están inspiradas por Dios, se dice universalmente de la Iglesia, madre virginal. se entiende con toda exactitud como dicho particularmente de la Virgen María; y lo que se afirma de la Virgen María especialmente, se afirma en un plano más general de la virgen madre Iglesia... Del mismo modo, de cualquier alma creyente se puede decir con toda verdad que es esposa del Verbo de Dios, madre de Cristo, hija y hermana, virgen y fecunda. La misma Sabiduría de Dios, que es el Verbo del Padre, nos habla universalmente respecto de la Iglesia, especialmente respecto de María e individualmente respecto del alma creyente". San Alberto Magno declara en su comentario al Apocalipsis: "Día a día la Iglesia da a luz al mismo Cristo por la fe en el corazón de los que escuchan".
 
Re: María en el ministerio de Cristo

Ya no impresiona la forma en que tergiversan la palabra de Dios.
Ahora resulta que por la decisión de María el Salvador vino al mundo; me podría decir Marta en que momento le pregunta Dios a María ¿quieres ser la madre del Mesías? y cual meditar ni que nada, simplemete le dijo el ángel que Dios halló gracia en ella y que concebiría y ella creyó y punto, entonces ¿donde está la meditación a la respuesta que le iba a dar al ángel?
Y en Lucas 11:27-28 la cosa es como dice la palabra "Más bien, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la guardan". Cristo nunca exaltó a María por sobre ningún creyente, Cristo nos enseñó que la obediencia a la voluntad del Dios está por sobre los lazos familiares ;¿María fue bienaventurada por escuchar la palabra de Dios y guardarla y bendita entre las mujeres? sííííííí pero no fue más que otro creyente ante los ojos de Dios; sí Cristo hubiese querido que se le rindiera culto religioso a María este acontecimiento de Lucas 11:27.28 fue la oportunidad perfecta; pero no fue así; estudia la enseñanza de Cristo y te darás cuenta que él no vino a exaltar a ningún ser creado sino solo a Dios. Y después de haber ascendidó Cristo al cielo ningúno de los apóstoles tampoco la exaltó por sobre ningún creyentes; ¿entonces porque querer forzar la palabra del Espíritu Santo en algo que no dijo? ; María es miembro de la Iglesia de Cristo, pues Cristo la redimió.
Cristo es el que se lleva TODA LA GLORIA nadie más!!!.

Saludos
 
La justicia de los fariseos

La justicia de los fariseos

La justicia de los fariseos, no era solamente una actitud de fachada, de vanidad, de orgullo personal, de gesticulación religiosa, sino que detrás de todo esto estaba la convicción de estar en la posesión absoluta del bien y de la verdad.
Había lo que con palabras de hoy podríamos llamar un fanatismo religioso.
Así como la posesión de la riqueza empobrece a los pobres, la posesión del bien abre el foso entre los buenos y malos y hace que los malos sean más malos.
Se podría pensar que no se puede comparar el bien con la riqueza, es verdad que empobrezco a los otros, porque no hay más riqueza para que todos podamos tener tantos capitales acumulados pero, si yo me considero en la posesión total absoluta del bien y de la verdad ¿Qué hago con los otros? Al hincharnos de la posesión total y absoluta del bien y de la verdad, empezamos a ver al otro como desposeído de el, sucio y pecador. Así surgen, no los pecadores, sino los considerados pecadores por el ámbito de los considerados “puros” En este sentido es lo que la posesión del bien y de la verdad absoluta puede abrir el foso entre los buenos y los considerados malos.
Cuidado que no nos encontremos en tan alta posesión de la verdad que ya no sepamos ver nada bueno en el otro que no sea de nuestro grupo religioso, en el borracho de la esquina o en la prostituta de la calle y que nos apartemos de ellos como se apartaban los fariseos de los leprosos en tiempos de Jesús.
No nos corresponde a nosotros practicar la marginación o el exterminio de los que consideramos malos o impuros. Quizás Jesús los mire con otros ojos. No formemos en nuestras iglesias ni en nuestras religiones círculos discriminatorios. Seremos culpables como el fariseo era culpable ante el publicano por despreciarlo y juzgarlo.
 
Hijos de un mismo Dios

Hijos de un mismo Dios

Los evangélicos son nuestros hermanos, nos une la fe en Jesucristo al que reconocemos como Dios y Hombre, nuestro Señor que por nuestra salvación murió en la cruz y resucitó glorioso. Compartimos también el deseo de propagar su reino por toda la tierra. Somos miembros del mismo Cuerpo de Cristo, somos cristianos. Precisamente por todo esto nos duele mas el hecho de tener entre nosotros serias divergencias aun en los aspectos fundamentales de la fe. Conozco y admiro la honestidad y la fe de muchos y tengo la esperanza de encontrarme con ellos en el cielo. Mientras tanto debemos orar y trabajar por la unidad del Cuerpo de Cristo en la verdad y el amor.
 
Re: Hijos de un mismo Dios

Re: Hijos de un mismo Dios

Los evangélicos son nuestros hermanos, nos une la fe en Jesucristo al que reconocemos como Dios y Hombre, nuestro Señor que por nuestra salvación murió en la cruz y resucitó glorioso. Compartimos también el deseo de propagar su reino por toda la tierra. Somos miembros del mismo Cuerpo de Cristo, somos cristianos. Precisamente por todo esto nos duele mas el hecho de tener entre nosotros serias divergencias aun en los aspectos fundamentales de la fe. Conozco y admiro la honestidad y la fe de muchos y tengo la esperanza de encontrarme con ellos en el cielo. Mientras tanto debemos orar y trabajar por la unidad del Cuerpo de Cristo en la verdad y el amor.

Estimada Marta entiendo que tu intención de compartir es noble; pero no podemos permitir que se venga a poner escritos que desvien el verdadero Camino y la Verdad y la Vida; Cristo no nos mandó a que predicaramos a María, a Ambrosio, a San Agustín sino a predicar su palabra, a predicar la buenas nuevas y el poner la mirada en otro que no sea Cristo nos perdemos y nunca llegamos a Él. De sobra sabemos que se predica otro camino para salvación eterna que no es en Cristo por eso no es ver nada mas en que estamos unidos, si lo que nos desune es irreconciliable por razones poderosas y es nada mas y nada menos pensar que la "Virgen María" nos da salvación eterna por medio del escapulario lo cual es antibiblico y mortal; porque son las almas las que se pierden ante este engaño avalado por la Icar, date cuenta son almas las que se pierden no un debate de doctrinas. Saludos
 
La doctrina evangelica y comentarios a la luaz de la fe catolica

La doctrina evangelica y comentarios a la luaz de la fe catolica

LA DOCTRINA EVANGELICA y comentarios a la luz de la fe católica.
1. Se suscriben al principio básico de la Reforma: “Sola Escritura, sola Fe, sola Gracia”. De aquí deducen que solo la Biblia es revelación divina y norma de fe y conducta; que la salvación es solo por la fe en Jesucristo.
(Comentario: Ciertamente, La Biblia es la Palabra de Dios y nos salvamos por la fe en Jesucristo. Estamos de acuerdo en eso. Vemos, sin embargo, que existen muchas interpretaciones, contrarias entre si, sobre lo que la Biblia enseña. ¿Como saber cual es la verdadera fe en Cristo si todos dicen tener el Espíritu Santo? La misma Biblia nos revela que Cristo fundó una Iglesia con apóstoles a los que dio autoridad para enseñar todo lo que recibieron de El. Esta Iglesia ya era la autoridad reconocida por los cristianos en el primer siglo para interpretar tanto la doctrina como la práctica de vida, aun antes de que se escribiera la Biblia. Fue esta iglesia la que escribió la Biblia y la promulgó con autoridad como Palabra de Dios. Esta misma Iglesia continúa teniendo la guía y autoridad del Espíritu Santo que Jesús prometió para enseñar toda la verdad. "Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir." Juan 16:12-13. Jesús no nos dejó un libro sino una Iglesia Viva capaz de escribir su Palabra y enseñarla con el Espíritu Santo en todos los tiempos hasta el fin. "No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí", Juan 17,20) San Pedro nos advirtió sobre el error de interpretar la Biblia separado de la Iglesia: "Aunque hay en ellas cosas difíciles de entender, que los ignorantes y los débiles interpretan torcidamente - como también las demás Escrituras - para su propia perdición".II Pedro 3,16

2. Dios es Todopoderoso y la única fuente de gracia y vida; La Trinidad (Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo); la caída del hombre por el pecado, la redención por el sacrificio de la cruz de Cristo que nos libera del pecado y de la culpa, La obra del Espíritu Santo quien mora, ilumina y santifica al creyente; el juicio final. (Comentario: Felizmente compartimos todas estas verdades de la fe católica. La Iglesia las ha enseñado y profundizado por 2000 años, legándonos un magisterio extensísimo y lleno de sabiduría).
3. La justificación del pecador solamente por la gracia de Dios, mediante la fe en Cristo crucificado y resucitado de los muertos. (Comentario: Esta doctrina sería correcta si no fuera por el peso que los evangélicos le dan aquí a la palabra "solamente" para excluir la necesidad de practicar la fe con obras para salvarse. Compartimos el deseo de los evangélicos de combatir el error por el que se piensa que podemos "ganar" el cielo con nuestras obras. La verdad es que Jesús lo ganó por nosotros y nadie sino El puede justificarnos y abrir las puertas del cielo. Pero combatiendo el error caen en otro: No reconocen que la gracia es un regalo que debe ser recibido y correspondido. El hombre de fe necesariamente coopera con sus obras, de lo contrario su fe sería falsa. No hay dos caminos: "fe" u "obras" sino uno solo: La fe puesta en práctica con las obras. Vemos en la Biblia, Santiago 2,15-17 " Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del sustento diario, y alguno de vosotros les dice: «Idos en paz, calentaos y hartaos», pero no les dais lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe, si no tiene obras, está realmente muerta.)
4. El sacerdocio de todos los creyentes unidos por el Espíritu Santo en la la Iglesia Universal. (Comentario: También la fe católica enseña que todos los creyentes somos sacerdotes por el bautismo, somos miembros del Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia. Es mas, ese sacerdocio nos permite rezar unos por otros y ayudarnos aun desde el cielo, como lo hacen la Virgen María y los santos. Ver la doctrina de la Comunión de los Santos.
Pero los evangélicos no reconocen el sacerdocio ministerial, instituido por Jesucristo y ejercido siempre en la Iglesia. Ver: Sacerdocio. Solo tienen el bautismo y no reconocen los otros sacramentos instituidos por Jesucristo por los cuales El se hace presente entre nosotros. Lo mas grave es que no tienen ni el sacramento del perdón y ni la Eucaristía. Aunque creen en el matrimonio, no lo tienen por sacramento).
5. Dicen no ser dogmáticos ni pertenecer a una denominación dentro del protestantismo. (Comentario: Con su reclamo de no ser "denominación" quieren expresar su apertura a todos los que reconozcan a Jesús como Señor y Salvador, sin acepción a dogmas. La palabra "dogma" parece tener para muchos en la actualidad una connotación negativa. Hay que recordar que la palabra "dogma" significa verdad de fe revelada por Dios. Todo buen cristiano debe asentir con todo el corazón. Sin duda, los evangélicos aceptan algunos dogmas, como vimos arriba. Pero no reconocen las verdades que nos vienen de los Apostóles si no las encuentran es su propia interpretación de la Biblia. Les falta la Tradición Apostólica y el desarrollo de la doctrina de XX siglos de Iglesia, a través de los cuales el Espíritu Santo nos ha abierto las Sagradas Escrituras y profundizado en el conocimiento de sus verdades. Por eso han rechazado muchas doctrinas porque dicen no verlas en la Biblia. Sin embargo, la palabra "Trinidad", que representa un dogma reconocido por los evangélicos, no aparece en la Biblia. Es una verdad de fe formulada con ese nombre por la Iglesia Católica en los primeros siglos. Es parte del desarrollo de la fe. Es decir, verdades que están en la Biblia pero como semilla y fueron desarrolladas mas parte por la Iglesia y presentadas como dogmas de fe -Ver: desarrollo del dogma.
6. Enseñan el compromiso que tenemos de obedecer el mandamiento del Señor de servir al prójimo y de ir a proclamar el Evangelio a todo el mundo. (Comentario: Felizmente, estamos de acuerdo. El papa no se cansa de recordarnos este compromiso)
7. El retorno de nuestro Señor Jesucristo en poder y gloria; la resurrección de los muertos y la consumación del Reino de Dios. (Comentario: También, gracias a Dios, coincidimos en estas verdades y en la importancia que tienen, aunque con diferencias de interpretación en algunos puntos)
8. Algunos evangélicos reconocen el Credo Apostólico como resumen de las doctrinas de la fe cristiana.
(Comentario: Esto es un punto de unidad con los católicos. Nos alegra que reconozcan que la auténtica doctrina no "añade" nada a la Biblia sino que nos ayuda a entenderla a la luz que el Espíritu da a su Iglesia. Del credo se deducen doctrinas aceptadas por católicos y evangélicos que están en la Biblia pero no las veríamos tan claramente sin la ayuda de credo: Ej.: El dogma de La Santísima Trinidad.)
Forma de Vida
• Enseñan, como los católicos, la importancia de los valores familiares y la moral evangélica.
• Combaten fuertemente con sus prédicas la adicción y las inmoralidades. Tienen conciencia del poder que de Jesucristo para liberarnos de estos males.
Estos son grandes valores en torno a los cuales debemos unirnos para sanear nuestra sociedad.

Forma de gobierno
• El gobierno está a cargo de un pastor o de un consejo de pastores muchas veces nombrados por una Asamblea General. (Comentario: La Iglesia Católica es gobernada por una jerarquía que tiene una línea continua de sucesión desde los Apóstoles.)
• Los estatutos de sus comunidades son aprobados por votación en una Asamblea General, tras un proceso de ponencias. Existen en muchos países federaciones de entidades religiosas evangélicas que apoyan a las iglesias particulares asociadas. (Comentario: Vemos que en la práctica no es "solo la Biblia" sino la esta interpretada según lo que decida la mayoría y votada en Asamblea. Esta es la forma en que remplazan al magisterio que ha interpretado la Biblia consistentemente por XX siglos.)
• Los diáconos están a cargo de diferentes servicios bajo los Pastores.
• Todos los miembros están llamados al servicio dentro y fuera de la comunidad. (Comentario: Evangélicos y católicos tenemos mucho en común, fundamentado en el común amor a Jesucristo nuestro Señor y Salvador. Debemos partir de aquí para esforzarnos en el amor mutuo y la unidad. Esto no significa que ignoremos nuestras diferencias sino que las enfrentemos a la luz de lo que tenemos en común y permitamos al Espíritu Santo que nos una.)
 
Re: María en el ministerio de Cristo

Saludos Marta Sánchez

Entonces podrias explicar con tus propias palabras, porque con la sola Biblia Cristo ha transformado vidas sin la necesidad de la Tradición.
Dime como podrias explicar con tus propias palabras porque los Apóstoles no necesitaron de la Tradición Católica Romana para formar parte de la Iglesia de Cristo?
Podrías decirme si los Apóstoles son anatema al no practicar los dogmas marianos?
Tú crees que Dios es libre y soberano para tener misericordia?
Sabes que significa que Cristo nos haya dado entrada directa al Lugar Santísimo?
Quisiera que me explicaras cual es la gravedad de no tener el sacramento del perdón según tu aporte?

Para tu información creemos que por la fe en Cristo Jesús somos salvos; pero también creemos que las buenas obras son frutos de una fe verdadera. Por lo cual estas buenas obras seran recompensadas en el cielo pero no con el cielo; así que no suman para la salvación; entonces tenemos que el nacido de nuevo es imposible que no este movido a hacer buenas obras ya que el Espíritu Santo mora en él y produce obediencia a Dios dentro de la cual está el amor al prójimo.
Si una persona a punto de morir acepta con una fe genuina a Cristo como su Señor y Salvador y muere después de confesarlo, es salvo o no ;ya que no hizo buenas obras?

Dices enseñan como los católicos, la importancia de los valores familiares y la moral evangélica.
De la cual te digo que aquí si te falló y te saliste del cuadro de "solo biblia" con nosotros , y es precisamente de la solo biblia es de donde basamos los valores familiares y morales por ser ella nuestra máxima autoridad; así que no es como los católicos sino como Dios nos lo muestra.
 
¿salvación por fe o por obras?

¿salvación por fe o por obras?

La doctrina sobre la salvación, al igual que otras doctrinas cristianas, no se entienden leyendo solo un versículo de la Biblia. Hace falta meditarlas a la luz de numerosos pasajes que enseñan sobre la salvación. Además hay que interpretarlos correctamente. Cada versículo aporta una parte de la verdad y solo cuando los estudiamos todos podemos apreciar la verdad con todas sus facetas. Los versículos no se deben ver en contradicción sino complementándose.

Hay que aclarar que la Iglesia católica NO enseña que debemos ganar la salvación con nuestros esfuerzos. La Iglesia SI enseña que somos justificados solo por la fe en Jesucristo. El ganó nuestra salvación con los méritos de su pasión. No podemos meritar las gracias de salvación las cuales recibimos en el bautismo. Ningún trabajo nuestro nos podría salvar. El Concilio de Trento confirmó la doctrina católica: no podemos salvarnos nosotros mismos sino solo por la gracia de Dios. En esto creo que estamos de acuerdo y debo recordar que para un diálogo honesto es necesario no distorsionar la posición ajena

La diferencia entre nosotros está en el significado de la fe y la salvación. Solo por la fe nos salvamos. Pero la fe incluye una respuesta y debe ser perseverante ya que se puede perder. La Iglesia enseña, con el mismo San Pablo, que debemos trabajar en nuestra salvación.

Así pues, queridos míos, de la misma manera que habéis obedecido siempre, no sólo cuando estaba presente sino mucho más ahora que estoy ausente, trabajad con temor y temblor por vuestra salvación, pues Dios es quien obra en vosotros el querer y el obrar, como bien le parece.
-Filipenses 2,12-13

Observe que S. Pablo le escribe a personas que ya tienen fe, han aceptado a Cristo y han recibido el don de salvación. Pero les enseña que deben "trabajar con temor y temblor por vuestra salvación". Ciertamente han recibido la gracia para salvarse y Dios no falla, pero San Pablo está conciente que nosotros si podemos fallar y perder la salvación si no obramos en obediencia.

Jesús enseñó que obrar en obediencia al Padre es necesario para salvarse

No todo el que me diga: "Señor, Señor", entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. -Mateo 7,21

Numerosas enseñanzas de Jesús confirman que la fe necesaria para salvarse requiere una obediencia que produce obras: la parábola de las Diez Vírgenes, Parábola de los talentos, el juicio final (cf. Mt 25) y muchas mas.

Sin la fe no hay salvación pero tampoco la hay sin cambio de vida: "Yo les aseguro a ustedes que si no cambian y no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los cielos" Mt18,

Santiago: Fe sin obras no salva

¿De qué sirve, hermanos míos, que alguien diga: «Tengo fe», si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarle la fe? Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del sustento diario, y alguno de vosotros les dice: «Idos en paz, calentaos y hartaos», pero no les dais lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe, si no tiene obras, está realmente muerta. Y al contrario, alguno podrá decir: «¿Tú tienes fe?; pues yo
tengo obras. Pruébame tu fe sin obras y yo te probaré por las obras mi fe. ¿Tú crees que hay un solo Dios? Haces bien. También los demonios lo creen y tiemblan. ¿Quieres saber tú, insensato, que la fe sin obras es estéril? Abraham nuestro padre ¿no alcanzó la justificación por las obras cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿Ves cómo la fe cooperaba con sus obras y, por las obras, la fe alcanzó su perfección? Y alcanzó pleno cumplimiento la Escritura que dice: Creyó Abraham en Dios y le fue reputado como justicia y fue llamado amigo de Dios.» Ya veis cómo el hombre es justificado por las obras y no por la fe solamente.
-Santiago 2,14-24.

"Obras de la ley" (Pablo) vs "obras" (Santiago).
San Pablo enseña que nos salvamos por la fe aparte de las obras.
Santiago enseña que el hombre es justificado por las obras y no por la fe solamente.
¿Se contradicen Pablo y Santiago? No.
Entonces hay que entender que ellos se refieren a dos tipos de obras diferentes.

"Obras" en Pablo: Pablo especifica "obras de la ley". Se refiere a las "obras de la ley" del Antiguo Testamento, especialmente la circuncisión, que algunos judaizantes querían hacer requisito para los cristianos. Ellos pensaban que estas obras satisfacen a Dios por si mismas y por lo tanto quien las hace se "gana" la salvación. Pablo confronta este error y enseña que el bautismo (por el que recibimos gratis la fe que salva) remplaza la circuncisión cf. Col. 2,11–12 >>>. Volver a depender en estas obras de la ley sería negar la gratuidad de la salvación ganada Cristo salvador. Pablo enseña que la fe salva aparte de las obras (estas obras de la ley). Pero en otros pasajes Pablo enseña que la justificación no puede lograrse en quienes no aplican su fe a la práctica.

Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión tienen valor, sino solamente la fe que actúa por la caridad. -Gálatas 5,6

que no son justos delante de Dios los que oyen la ley, sino
los que la cumplen: ésos serán justificados. -Romanos 2,13

"Obras" en Santiago se refiere a las que se hacen en obediencia a Dios movidos por la fe en Jesucristo. El hombre nuevo del Espíritu se conoce por sus obras. Estas son necesarias como bien explica Santiago.

La Iglesia católica enseña lo mismo que Pablo y Santiago.

Lutero fue el gran promotor de la errónea doctrina conocida como "fe solamente". El tenía sus pasajes favoritos, pero rechazaba las partes de la Biblia que no apoyan sus creencias. Además, El añadió una palabra a Rom 3,28 cuando tradujo la Biblia al alemán. La versión original en griego es: "justificado por la fe" (pistei). La versión de Lutero: "Justificado por la fe solamente". El único versículo en la Biblia donde de verdad la Biblia dice "fe solamente" es el que acabo de citar: Santiago 2,24, el cual dice "no por la fe solamente". Por eso Lutero quiso eliminar de la Biblia la carta de Santiago.

Fe y otras cosas que no pueden apartarse de la fe
No hay duda de que San Pablo enseña la necesidad y primacía de la fe para la salvación. Lo que como católicos queremos recordar es S. Pablo también enseña otras cosas que son necesarias para salvarse: Hay que obrar bien (cf. I Corintios 6,9), cumplir el precepto del amor (cf. Gal. 5,14). La corona incorruptible no se gana sin trabajo: "¿No sabéis que en las carreras del estadio todos corren, mas uno solo recibe el premio? ¡Corred de manera que lo consigáis!" -I Corintios 9,24. El mismo Pablo, hombre lleno de fe que es, se esfuerza por su salvación: "golpeo mi cuerpo y lo esclavizo; no sea que, habiendo proclamado a los demás, resulte yo mismo descalificado" (I Corintios 9,27).

Veamos la relación entre salvación, fe, obediencia y obras según las Escrituras:

Cristo nos salva.
Recibimos la salvación por la fe en Cristo.
La fe requiere obediencia a Cristo.
No hay obediencia a Cristo sin obrar según Cristo mande.

Fíjate que las obras no salvan. Nos salvamos si tenemos fe en Cristo. Pero esa fe hay que ponerla en práctica obrando lo que Dios manda. Estas son las obras requeridas para la salvación: No cualquier obra sino las que responden por fe a Dios, cada uno según su vocación. Las obras solo son meritorias si se hacen movidos por la gracia de Dios y en unión con los méritos de Cristo.
 
Re: María en el ministerio de Cristo

“Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron”. Y Jesús responde, haciéndose eco de este elogio y confirmándolo en su verdad plena: “Dichosos más bien los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen” (Lc 11,27-28)

¿Confirmándolo? ¿Que es lo que confirma? Solo una cosa que es más importante la Palabra de Dios que su propia madre.
Su madre es una persona más que debe confiar en la Palabra de Dios.
En todo el Nuevo Testamente solo tenemos un consejo de Maria. Consejo que los adoradores de María no seguis. Esta en Jn 2:5 "...Haced todo lo que el os diga"
Tu, en cambio sigues lo que te dice la que llamas "santa iglesia" con Ambrosio (san) y vuestros papas. Yo prefiero seguir este único y revelador consejo de María.