Feliz Navida y Prospero Año Nuevo

Tobi

2
21 Noviembre 2000
16.179
10
Nubes de Navidad, hay una rara
Candidez en vosotras. No tenéis
Malicia alguna. Al cielo no hacéis mella.
Por el azul purismo os mecéis,
Al declinar el sol os encendéis,
Y en la noche mostráis más de una estrella.

Es cosa que nos da gran alegría.
Ver entre nubes fulgurar los astros.
¡Sombras de Navidad, no lo fuisteis jamás!
En vosotras veo más
Que en la claridad del día.

¡Ay, noche, como pasas silenciosa!
¡Astro que fulges, nube que te vas!
¡En parte alguna estás, luz misteriosa!
¡Ay portal de Belén, por todo estas!

Cuando quieras regocijarme
Venid a hablarme
De navidad y sus cielos nublados,
Me encontrareis en pleno ensueño,
Como a los niños encantados,
Que ríen, de lo que ven
Con los párpados cerrados
 
Re: Feliz Navida y Prospero Año Nuevo

Todos sabemos que Jesús no nació el 25 de diciembre. Pero que tiene de malo que una vez al año hagamos un alto, un feriado, y digamos bendito el día que Jesucristo se hizo hombre para pagar todas nuestras facturas, y nos entrego el mejor regalo: la salvación eterna. Y en ese día nos reunamos con la familia, con los hermanos, y nos deseemos felicidad, amor, paz, perdón, reconciliación.

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.(Filip. 4:8)”

Felices fiestas para todos, y que el 2007, sea un año de bendición.


:ladys-man :pangel1:
 
Re: Feliz Navida y Prospero Año Nuevo

Todos sabemos que Jesús no nació el 25 de diciembre. Pero que tiene de malo que una vez al año hagamos un alto, un feriado, y digamos bendito el día que Jesucristo se hizo hombre para pagar todas nuestras facturas, y nos entrego el mejor regalo: la salvación eterna. Y en ese día nos reunamos con la familia, con los hermanos, y nos deseemos felicidad, amor, paz, perdón, reconciliación.

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.(Filip. 4:8)”

Felices fiestas para todos, y que el 2007, sea un año de bendición.


:ladys-man :pangel1:


heyyy, que en estas fiestas debo regalar: Una bici,Patines,Perrito Labrador
suma y sigue con los familiares,el cordero al Palo del Año nuevo,aguanta billetera...jeje.

pero en el fondo igual comparto con mis vecinos,haaa la pobla donde vivo parece dico-peques en esta fecha..toda alumbrada por las noches,llena de pinos verdes de plástico...bendiciones a todos...:musico6:

Angeles cantando estan tan dulcisima canción...
glooooooooriaaaaa la lalal lalal la la.




saludos
 
Re: Feliz Navida y Prospero Año Nuevo

Todos sabemos que Jesús no nació el 25 de diciembre. Pero que tiene de malo que una vez al año hagamos un alto, un feriado, y digamos bendito el día que Jesucristo se hizo hombre para pagar todas nuestras facturas, y nos entrego el mejor regalo: la salvación eterna. Y en ese día nos reunamos con la familia, con los hermanos, y nos deseemos felicidad, amor, paz, perdón, reconciliación.

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.(Filip. 4:8)”

Felices fiestas para todos, y que el 2007, sea un año de bendición.


:ladys-man :pangel1:

Como creyentes no debemos olvidar que, despues del nacimiento del Señor y sobre todo de su resurrección, somos un pueblo que vive en alegria a causa de una cierta esperanza de gloria.
No importa el saber el dia y hora de un evento que venga de nuestro Padre Dios.
El 25 de diciembre, desde tiempos inmemoriables se celebraba el solsticio de invierno y es cierto que era en una fiesta pagana. ¿Pero que tiene de malo en convertir una fiesta pagana en cristiana? ¿Acaso no es abandonar el paganismo por algo muy superior en cuanto que elimina todo tipo de supersticion? Nuestra Navidad no es entrar en el largo invierno, sino a una eterna primavera.
Que el Señor te bendiga en esta celebración donde conmemoramos un hecho que cambió la historia de la humanidad.
Un abrazo en Cristo.
 
Re: Feliz Navida y Prospero Año Nuevo

¿El solsticio de invierno? Será en el norte que en el sur hace un calor insoportable y nunca hubo fiesta pagana con tanto calor.

Por eso nada de pinos y nieves artificiales y panes repletos de nueces y avellanas (encima las exportan y están a precios acordes).

Un pesebre lo armo que quede bonito. Los regalos los he suprimido. Sólo juguetes sencillos y hechos a mano para los niños de parte de la Sagrada Familia.

Para todos los demás tarjetas con los Mensajes del Señor recordando que celebramos a Dios con Nosotros.

Y rogamos paciencia para sobrellevar a los que lo han olvidado.

¡¡¡¡Feliz Navidad¡¡¡¡

Navidad5.gif


Bendiciones. Inés
 
Re: Feliz Navida y Prospero Año Nuevo

Con vuestro permiso, yo les propongo algo para la cena del 24.
En los instantes previos al brindis, en medio de ese ambiente de algarabía, de ruidos de platos, de musiquitas electrónicas de "navidad", de árboles cargados con regalos, de chicos ansiosos por la llegada de... "Papá Noel o Santa Clauss", de la tía pocha orgullosa de su mantel blanco, de ruidos externos a petardos y otros artilugios pirotécnicos en señal de vaya uno a saber qué cosa... Yo les pido (y es digno de observar la cara de los comensales presentes, aún de aquellos que se dicen "religiosos" y llevan doradas o plateadas cruces engalanando su cristiano pecho), digo, les propongo que pidan un momento de silencio para rememorar el nacimiento de ESE a quien se le celebra "el cumpleaños", y qué mejor que leyendo el relato directamente desde la Biblia. En general me gusta leer Mateo 1 del 18 al 25, entre caras atentas y otras de fastidio... terminando, justo antes del brindis, con una ORACION de agradecimiento al Señor. Después seguirá la algarabía, el ansia por abrir los regalos del tan querido y esperado "Papá Noel" y las nueces, los turrones, las luces, los petardos, los bostezos de los mayores y la despedida de los jóvenes que se van a "festejar la navidad".. Pero tengan por seguro que el Señor, en Su infinita misericordia, por medio de nuestras palabras, habrá dejado la semilla del Evangelio en algún corazón presente.

¡Lo harán?

Un abrazo en Cristo
:radiante:
 
Alegraos, que es Navidad

Alegraos, que es Navidad

Fiesta de Navidad: La Iglesia da al hombre la fiesta, que es una cosa distinta del tiempo libre. El mero no trabajar no constituye una fiesta. Uno de los problemas de la sociedad actual es, en efecto, su profundo hastío del culto al trabajo, sin que por otra parte romper con lo habitual le haya dado libertad. Hasta el punto de que el tiempo libre se está convirtiendo poco a poco en algo más amenazador y funesto que el trabajo mismo. Las mismas depresiones se agudizan con el tiempo libre.

La historia del cristianismo comienza con la palabra “alégrate” que Lucas pone en el inicio del anuncio del nacimiento de Jesús que el ángel hace a María. Esta palabra que abre la historia de Jesús, y por tanto, la del cristianismo, implica una denominación programática de lo que el cristianismo es en virtud de su propia naturaleza. En la narración del nacimiento de Jesús repite con variaciones esta misma idea cuando presenta al ángel diciendo a los pastores: “Os anuncio una gran alegría”. Lo mismo expresa la palabra evangelio: buena nueva, un mensaje bueno y alegre.
La sociedad “moderna” se ha librado de las ataduras de la religión, ya no tolera que haya nada prohibido. Sin embargo, hasta los vanguardistas de libertinaje reconocen que eso no les ha proporcionado alegría ni felicidad. El asco y el aburrimiento los devoran. La esclavitud es aun mayor que antes. No hay más que leer las obras de Sartre, Camus, etc o salir un viernes o sábado noche por los bares y salas de fiestas para palpar la soledad y el aburrimiento. Son los que maldicen las fiestas religiosas, como la navidad, aunque en el fondo no pueden negar que en su interior se les humedecen los ojos cuando oyen las campanas de Nochebuena, la música de los villancicos, el brillar de las luces de los belenes y el regocijo de voces infantiles. Siempre es la conmoción de algo que en un tiempo fue comunidad, de la que han sido arrojados como Adan del paraíso.
De aquellas personas que dan una impresión particularmente penosa, que respiran tristeza, se dice a menudo que no se aguantan a sí mismos. Pero ¿a quién o a qué puede aguantar aquel que se encuentra desgarrado en sí mismo? La raíz de la alegría es que el hombre esté de acuerdo consigo mismo. Quien puede aceptarse a sí mismo, ha conseguido el sí decisivo. Vive en el sí, en la aceptación positiva. Y quien puede aceptarse a sí mismo, puede aceptar también el tú, puede aceptar el mundo. La razón de que un hombre no puede aceptar el tú, es que no puede aguantar a su yo. ¿Cómo consigue una persona dejar valer su yo, estar de acuerdo con él? Surge aquí tal vez lo inesperado: él solo no puede conseguirlo de ninguna forma. Su yo resulta aceptable sólo porque previamente ha sido aceptado por otro. Sólo puede amarse a sí mismo cuando antes ha sido amado por otro. La madre no da la vida al niño sólo físicamente; también se la da, y en plenitud, cuando acoge su llanto y lo transforma en risas. La vida sólo es aceptable cuando es aceptada y se la encuentra dada como tal. El hombre es ese extraño ser que no sólo necesita un nacimiento físico sino que tiene que ser bien aceptado y recibido para poder afirmarse y existir.
Aquí se encuentran las raíces de las convulsiones de nuestra generación. Desde mucho tiempo atrás, la magia de la revolución ha dejado de ser mera sublevación contra las injusticias reparables para convertirse en protesta contra el ser mismo, que no ha experimentado su aceptación, no se sabe aceptado y, por ende, tampoco aceptable.
Para que el hombre pueda aceptarse, hay que decirle: es bueno que tú existas, decírselo no con palabras, sino con aquel acto total de la existencia que llamamos amor. Pero ¿se expresa una verdad, cuando alguien me dice: es bueno que estés aquí? ¿Es realmente bueno? Si el amor que me alienta a ser no se apoya en la verdad, entonces al final habría que maldecir también el amor, que me engaña, que sostiene y mantiene algo que mejor sería destruir. El acto de quererse a sí mismo plantea el problema de la verdad: ¿es bueno que yo sea? ¿Es bueno incluso que algo exista? ¿Es bueno el universo? El amor solo no lo hace todo. Si la verdad está contra el amor, éste es inútil. Sólo si amor y verdad concuerdan puede el hombre estar alegre. Solo la verdad hace libres.
El contenido del evangelio cristiano dice: para Dios, el hombre es tan importante que ha llegado a padecer por él. La cruz, que según Nietzsche es la más aborrecible expresión del carácter negativo de la religión cristiana, es, en realidad, el centro del evangelio, la buena nueva. Es la sanción a nuestra existencia, no con palabras, sino en un acto que hace que para Dios merezca la pena morir en su hijo hecho hombre. Quien es amado hasta la muerte, este tal se sabe amado de verdad. Si Dios nos ama así, es que somos verdaderamente amados. Entonces el amor es verdad y la verdad amor. Entonces la vida merece la pena. Justamente eso es el evangelio. El anuncio de la cruz es una buena nueva para aquel que cree; la única buena nueva que arrebata a todas las demás alegrías su ambivalencia y las hace gozosas. El cristianismo es, desde su mismo centro, gozo, posibilitación para estar y ser alegres: aquél “alégrate” con el que inicia su andadura, resume toda su esencia. Donde la alegría está ausente es seguro que no está el espíritu de Jesús. Y a la inversa: La alegría es signo de la gracia. Quien desde el fondo de su corazón se siente contento, quien ha sufrido pero no ha perdido la alegría, no puede estar lejos del Dios del evangelio, cuya primera palabra, en el umbral del Nuevo testamento, dice: “Alégrate”
 
Re: Alegraos, que es Navidad

Re: Alegraos, que es Navidad

Fiesta de Navidad: La Iglesia da al hombre la fiesta, que es una cosa distinta del tiempo libre. El mero no trabajar no constituye una fiesta. Uno de los problemas de la sociedad actual es, en efecto, su profundo hastío del culto al trabajo, sin que por otra parte romper con lo habitual le haya dado libertad. Hasta el punto de que el tiempo libre se está convirtiendo poco a poco en algo más amenazador y funesto que el trabajo mismo. Las mismas depresiones se agudizan con el tiempo libre.

La historia del cristianismo comienza con la palabra “alégrate” que Lucas pone en el inicio del anuncio del nacimiento de Jesús que el ángel hace a María. Esta palabra que abre la historia de Jesús, y por tanto, la del cristianismo, implica una denominación programática de lo que el cristianismo es en virtud de su propia naturaleza. En la narración del nacimiento de Jesús repite con variaciones esta misma idea cuando presenta al ángel diciendo a los pastores: “Os anuncio una gran alegría”. Lo mismo expresa la palabra evangelio: buena nueva, un mensaje bueno y alegre.
La sociedad “moderna” se ha librado de las ataduras de la religión, ya no tolera que haya nada prohibido. Sin embargo, hasta los vanguardistas de libertinaje reconocen que eso no les ha proporcionado alegría ni felicidad. El asco y el aburrimiento los devoran. La esclavitud es aun mayor que antes. No hay más que leer las obras de Sartre, Camus, etc o salir un viernes o sábado noche por los bares y salas de fiestas para palpar la soledad y el aburrimiento. Son los que maldicen las fiestas religiosas, como la navidad, aunque en el fondo no pueden negar que en su interior se les humedecen los ojos cuando oyen las campanas de Nochebuena, la música de los villancicos, el brillar de las luces de los belenes y el regocijo de voces infantiles. Siempre es la conmoción de algo que en un tiempo fue comunidad, de la que han sido arrojados como Adan del paraíso.
De aquellas personas que dan una impresión particularmente penosa, que respiran tristeza, se dice a menudo que no se aguantan a sí mismos. Pero ¿a quién o a qué puede aguantar aquel que se encuentra desgarrado en sí mismo? La raíz de la alegría es que el hombre esté de acuerdo consigo mismo. Quien puede aceptarse a sí mismo, ha conseguido el sí decisivo. Vive en el sí, en la aceptación positiva. Y quien puede aceptarse a sí mismo, puede aceptar también el tú, puede aceptar el mundo. La razón de que un hombre no puede aceptar el tú, es que no puede aguantar a su yo. ¿Cómo consigue una persona dejar valer su yo, estar de acuerdo con él? Surge aquí tal vez lo inesperado: él solo no puede conseguirlo de ninguna forma. Su yo resulta aceptable sólo porque previamente ha sido aceptado por otro. Sólo puede amarse a sí mismo cuando antes ha sido amado por otro. La madre no da la vida al niño sólo físicamente; también se la da, y en plenitud, cuando acoge su llanto y lo transforma en risas. La vida sólo es aceptable cuando es aceptada y se la encuentra dada como tal. El hombre es ese extraño ser que no sólo necesita un nacimiento físico sino que tiene que ser bien aceptado y recibido para poder afirmarse y existir.
Aquí se encuentran las raíces de las convulsiones de nuestra generación. Desde mucho tiempo atrás, la magia de la revolución ha dejado de ser mera sublevación contra las injusticias reparables para convertirse en protesta contra el ser mismo, que no ha experimentado su aceptación, no se sabe aceptado y, por ende, tampoco aceptable.
Para que el hombre pueda aceptarse, hay que decirle: es bueno que tú existas, decírselo no con palabras, sino con aquel acto total de la existencia que llamamos amor. Pero ¿se expresa una verdad, cuando alguien me dice: es bueno que estés aquí? ¿Es realmente bueno? Si el amor que me alienta a ser no se apoya en la verdad, entonces al final habría que maldecir también el amor, que me engaña, que sostiene y mantiene algo que mejor sería destruir. El acto de quererse a sí mismo plantea el problema de la verdad: ¿es bueno que yo sea? ¿Es bueno incluso que algo exista? ¿Es bueno el universo? El amor solo no lo hace todo. Si la verdad está contra el amor, éste es inútil. Sólo si amor y verdad concuerdan puede el hombre estar alegre. Solo la verdad hace libres.
El contenido del evangelio cristiano dice: para Dios, el hombre es tan importante que ha llegado a padecer por él. La cruz, que según Nietzsche es la más aborrecible expresión del carácter negativo de la religión cristiana, es, en realidad, el centro del evangelio, la buena nueva. Es la sanción a nuestra existencia, no con palabras, sino en un acto que hace que para Dios merezca la pena morir en su hijo hecho hombre. Quien es amado hasta la muerte, este tal se sabe amado de verdad. Si Dios nos ama así, es que somos verdaderamente amados. Entonces el amor es verdad y la verdad amor. Entonces la vida merece la pena. Justamente eso es el evangelio. El anuncio de la cruz es una buena nueva para aquel que cree; la única buena nueva que arrebata a todas las demás alegrías su ambivalencia y las hace gozosas. El cristianismo es, desde su mismo centro, gozo, posibilitación para estar y ser alegres: aquél “alégrate” con el que inicia su andadura, resume toda su esencia. Donde la alegría está ausente es seguro que no está el espíritu de Jesús. Y a la inversa: La alegría es signo de la gracia. Quien desde el fondo de su corazón se siente contento, quien ha sufrido pero no ha perdido la alegría, no puede estar lejos del Dios del evangelio, cuya primera palabra, en el umbral del Nuevo testamento, dice: “Alégrate”



AMEN
 
Como celebrar la verdadera Navidad

Como celebrar la verdadera Navidad

Como celebrar la verdadera Navidad

La celebración del nacimiento de Jesús no tiene que estar exenta de alegría y de Júbilo, pero si se quiere celebrar en la línea del ejemplo de vida del Maestro, las líneas de celebración deberían de ser diferentes: Habría que potenciar el compromiso con los pobres, débiles y proscritos del mundo, Habría que darse cuenta del sin sentido de ese consumo desmedido con el que se celebra la Navidad, habría que reflexionar sobre el mensaje que se transmite por alguien excluido de un lugar digno para nacer, habría que pensar, de forma especial en los excluidos de vivienda, los “sin techo”. En los que están lejos de sus casas, sin hogar, durmiendo encima de colchones en los pasillos de las casas realquiladas, con el dolor de tener a sus hijos lejos… Sin lugar para ellos en ningún mesón, como es el caso de los inmigrantes que se mueven dentro de nuestras fronteras que, en muchos casos están siendo explotados, oprimidos y presa de la xenofobia o del racismo. La Navidad debería ser un tiempo de reflexión para que cambiaran nuestras prioridades.
Nuestras casas, nuestros templos adornados, contrastan con la frialdad del pesebre. Nuestras mesas repletas son como la gran paradoja de la celebración del ejemplo que quiso dar Jesús con su nacimiento en pobreza. El consumo desmedido que hacemos en los grandes almacenes, no esta en línea con el estilo del nacimiento que celebramos. Se parece más a una sinrazón, una asimilación de fiesta del nacimiento de Jesús con las fiestas paganas de invierno, el derroche la orgía y la abundancia de alcohol.
Sería mejor celebración de la Navidad, del nacimiento de Jesús, el comer poco y compartir mucho, llorar con los sin techo y con los niños que nacen en pobreza… Pero un lloro que nos transforme en agentes de solidaridad y liberación. Sería mejor celebración de la Navidad la denuncia de Jesús contra los acumuladores. El reclamar un techo digno para todos. Que nadie se tenga que meter en los pesebres infectos de los focos de pobreza… Así, se ve que no basta un gesto puntual de solidaridad navideña en un momento dado.
En la Navidad la Iglesia de Dios no es la que está dentro de los templos. Es la que esta en los pesebres, en los lugares en conflicto, allí donde se albergue a alguien, se limpie una lágrima o se levanta una sonrisa. Allí donde la nieve se derrite por el calor de un corazón solidario. Allí donde el que tiene, quita un trozo de su boca, comparte y cambia, de forma definitiva, de estilo de vida. El consumo desmedido, la juerga y la comilona es la insolidaridad propia de las fiestas paganas de invierno en honor al dios Mamón, el dios de las minorías ricas y acumuladoras que se alejan del ejemplo de la humildad, misericordia e identificación con los más pobres.
 
Re: Feliz Navida y Prospero Año Nuevo

Con vuestro permiso, yo les propongo algo para la cena del 24.
En los instantes previos al brindis, en medio de ese ambiente de algarabía, de ruidos de platos, de musiquitas electrónicas de "navidad", de árboles cargados con regalos, de chicos ansiosos por la llegada de... "Papá Noel o Santa Clauss", de la tía pocha orgullosa de su mantel blanco, de ruidos externos a petardos y otros artilugios pirotécnicos en señal de vaya uno a saber qué cosa... Yo les pido (y es digno de observar la cara de los comensales presentes, aún de aquellos que se dicen "religiosos" y llevan doradas o plateadas cruces engalanando su cristiano pecho), digo, les propongo que pidan un momento de silencio para rememorar el nacimiento de ESE a quien se le celebra "el cumpleaños", y qué mejor que leyendo el relato directamente desde la Biblia. En general me gusta leer Mateo 1 del 18 al 25, entre caras atentas y otras de fastidio... terminando, justo antes del brindis, con una ORACION de agradecimiento al Señor. Después seguirá la algarabía, el ansia por abrir los regalos del tan querido y esperado "Papá Noel" y las nueces, los turrones, las luces, los petardos, los bostezos de los mayores y la despedida de los jóvenes que se van a "festejar la navidad".. Pero tengan por seguro que el Señor, en Su infinita misericordia, por medio de nuestras palabras, habrá dejado la semilla del Evangelio en algún corazón presente.

¡Lo harán?

Un abrazo en Cristo
:radiante:

Así es Juan 832,lo haremos: "en río revuelto ganancia de Pescadores de Dios".

En estas fechas todo el mundo esta con su corazón abierto, y nosotros aprovecharemos para llenarlo de Jesús, en vez de pasarla amargado y sin resultados.
 
NAVIDAD

NAVIDAD

Navidad es el aniversario de un hombre concreto: Jesús de Nazaret. Un hecho plural, ciertamente, como es el aniversario de cualquier de nosotros.
Aún que resulte hipócrita esta fiesta porque lo que se celebra en este día se olvido el resto del año. La solución no está en suprimir la celebración de ese día, sino extender a todo el año el espíritu y el significado que creemos que caracteriza ese día.
Cuando los cuatro evangelistas escriben sobre Jesús, conservan imborrable el proceso de su vida pública, de su pasión y de su muerte. En todos ellos aparece inconfundible el proyecto de Jesús. Resulta que este Jesús revoluciona la sociedad en la que vive. Su estilo de vida se sale fuera de lo común.
Dentro de una sociedad opresora y oprimida, actúa con una libertad sorprendente, pues se enfrenta con unas instituciones y costumbres esclavizantes anuncia una sociedad que va más allá de las fronteras de Israel; no se deja dominar por el legalismo ni por el fariseísmo; no cumple ciertas prescripciones religiosas; se relaciona con gente de mala reputación, acepta a los paganos, denuncia los dirigentes como hipócritas e inmorales; reprueba el nacionalismo fanático, toda practica de marginación, la sumisión ciega a la ley, el culto alienante, y, lo más escandaloso; su proyecto liberador lo funda en una experiencia nueva de Dios, absolutamente chocante con la imagen de Dios que tenía la ideología religiosa política dominante.
Lógicamente este hombre entra en conflicto, y es mal visto, calumniado, perseguido y matado. Y, para colmo este hombre resucita. No es un hombre cualquiera.
Celebrar el comienzo de una vida así tiene sentido. Tanto que, después de 20 siglos millones y millones de hombres y de mujeres, en todas las partes de la tierra lo siguen celebrando.
La navidad entendida así, implica muchas más cosas que las que hoy celebramos porque Jesús de Nazaret es vida, libertad , amor, justicia, opción por los pobres, fraternidad universal, Dios próximo y amigo nuestro. Y en consecuencia, solidaridad, reuniones en familia y con los amigos, turrón, champán, música, alegría, pero como expresión de un nacimiento y compromiso universal.
La vida de Jesús tiene un momento inicial pero no se agota en ese momento ni se reduce a un solo día, es un proyecto, un estilo para lo celebramos su aniversario un desafío.