El verdadero cristiano

6 Diciembre 2006
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El verdadero cristiano

El verdadero cristiano está por encima de toda ideología y se halla donde el hombre se abre a Dios y al otro, siempre que se da verdadero amor y superación del egoísmo, siempre que el hombre busca la justicia, la solidaridad, la reconciliación y el perdón, existe cristianismo y emerge la estructura crística dentro de la historia humana. Por tanto, el cristianismo no se realiza tan sólo allá donde es profesado explícitamente y es vivido ortodoxamente, sino que se manifiesta siempre y allá donde el hombre dice si al bien, a la verdad y al amor.
Este planteamiento nos invita a tener una mente abierta al diálogo y a un pluralismo teológico-religioso, para no encerrarnos en un dogmatismo de carácter fundamentalista. El verdadero cristiano no es simplemente el que así se denomina y se afilia a la religión cristiana, sino el que vive y hace realidad su vida, aquello que Cristo vivió y por lo que fue apresado, condenado y ejecutado. El mismo Jesús dijo a sus discípulos y amigos. No es el que me dice Señor, Señor, el que entrará en el Reino de los cielos, sino aquel que cumpla la voluntad de mi padre. Ser cristiano de verdad es mucho más que confesar de labios a Cristo, más bien significa vivir la estructura y el comportamiento que vivió el mismo Cristo: amor, perdón, confianza total en Dios. Existe todavía gente que confunde el ser cristiano con el hecho de estar apuntado en un registro determinado, éstos son los cristianos de número. A ellos conviene recordarles que sin compromiso se autoengañan. El cristianismo es la vivencia concreta y consecuente, en la estructura crística, de lo que Jesús de Nazaret vivió como total apertura al otro, amor indiscriminado, fidelidad inquebrantable a la voz de la conciencia y superación de todo lo que ata al hombre a su propio egoísmo.
No es verdadero cristiano el miembro confesional de la religión, sino aquel que se ha hecho realmente humano en virtud de su vivencia cristiana. No el que observa servilmente un sistema de normas y leyes, con vistas a sí mismo, sino el que se ha hecho libre para la simple bondad humana.
 
Re: El verdadero cristiano

El mismo Jesús dijo a sus discípulos y amigos. No es el que me dice Señor, Señor, el que entrará en el Reino de los cielos, sino aquel que cumpla la voluntad de mi padre.

Estimada Marta,

Por supuesto que para entrar en el reino de los cielos tienen que haber un cambio en la forma de vivir la vida, unos frutos del Espíritu que Dios ayuda a que los podamos producir; no solo de nada sirve estar apuntado como creyente o miembro de una iglesia, tampoco sirve en si el hecho de ir una o varias veces a la semana a un local llamado iglesia...

En lo que te equibocas, segun mi criterio, es en llamar a todo el que trata de no hacer maldad "cristiano", Dios juzgará a todos y no es nuestro deber juzgar a los no creyentes, sino amarles y tratar de hablarles el mensaje del evangélio.

Para ser cristiano hay que haber creido en Dios y en Jesucristo, y guiado por el Espíritu Santo vivir una vida en la que se busque y trate de hacer la voluntad de Dios.

El Señor Jesus no dijo "No es el que me dice..." sino "No todo el que me dice: ¡Señor, Señor!, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi padre que está en los cielos" Mateo 7:21

El Señor te bendiga
 
Re: El verdadero cristiano

El verdadero cristiano

El verdadero cristiano está por encima de toda ideología y se halla donde el hombre se abre a Dios y al otro, siempre que se da verdadero amor y superación del egoísmo, siempre que el hombre busca la justicia, la solidaridad, la reconciliación y el perdón, existe cristianismo y emerge la estructura crística dentro de la historia humana. Por tanto, el cristianismo no se realiza tan sólo allá donde es profesado explícitamente y es vivido ortodoxamente, sino que se manifiesta siempre y allá donde el hombre dice si al bien, a la verdad y al amor.
Este planteamiento nos invita a tener una mente abierta al diálogo y a un pluralismo teológico-religioso, para no encerrarnos en un dogmatismo de carácter fundamentalista. El verdadero cristiano no es simplemente el que así se denomina y se afilia a la religión cristiana, sino el que vive y hace realidad su vida, aquello que Cristo vivió y por lo que fue apresado, condenado y ejecutado. El mismo Jesús dijo a sus discípulos y amigos. No es el que me dice Señor, Señor, el que entrará en el Reino de los cielos, sino aquel que cumpla la voluntad de mi padre. Ser cristiano de verdad es mucho más que confesar de labios a Cristo, más bien significa vivir la estructura y el comportamiento que vivió el mismo Cristo: amor, perdón, confianza total en Dios. Existe todavía gente que confunde el ser cristiano con el hecho de estar apuntado en un registro determinado, éstos son los cristianos de número. A ellos conviene recordarles que sin compromiso se autoengañan. El cristianismo es la vivencia concreta y consecuente, en la estructura crística, de lo que Jesús de Nazaret vivió como total apertura al otro, amor indiscriminado, fidelidad inquebrantable a la voz de la conciencia y superación de todo lo que ata al hombre a su propio egoísmo.
No es verdadero cristiano el miembro confesional de la religión, sino aquel que se ha hecho realmente humano en virtud de su vivencia cristiana. No el que observa servilmente un sistema de normas y leyes, con vistas a sí mismo, sino el que se ha hecho libre para la simple bondad humana.

Que palabrerio!!! Que ortodoxamente, que afiliacion, que estructura cristica, amor indiscriminado?Mienbro confecional!!!jajajaja, que palabrerio!!! Me da la impresion de que o estudias filosifia o teologistica.
Por sierto, que es un cristiano? Que es un berdadero cristiano?
 
Re: El verdadero cristiano

Que palabrerio!!! Que ortodoxamente, que afiliacion, que estructura cristica, amor indiscriminado?Mienbro confecional!!!jajajaja, que palabrerio!!! Me da la impresion de que o estudias filosifia o teologistica.
Por sierto, que es un cristiano? Que es un berdadero cristiano?
He estudiado algo de teología y también ortografía, algo que deberías aprender, porque he visto el resto de tus mensajes y dan pena.
 
el cristiano según Ratzinger.

el cristiano según Ratzinger.

Ya afirmé en la homilía que, en la difícil situación de nuestro tiempo, la fe debe tener verdaderamente la prioridad. Tal vez hace dos generaciones se podía dar por supuesta como algo natural: se crecía en la fe; de algún modo, estaba sencillamente presente como parte de la vida y no se debía buscar de modo especial. Era necesario plasmarla y profundizarla, pero estaba presente como algo obvio.

Hoy resulta natural lo contrario, es decir, que en el fondo no es posible creer, que de hecho Dios está ausente. En cualquier caso, la fe de la Iglesia parece algo del pasado lejano. Así, también los cristianos activos tienen la idea de que conviene elegir para sí, del conjunto de la fe de la Iglesia, los elementos que consideran aún sostenibles hoy en día. Y sobre todo se busca con empeño cumplir los deberes para con Dios mediante el compromiso por los hombres. Ahora bien, esto es el inicio de una especie de "justificación mediante las obras": el hombre se justifica a sí mismo y el mundo en el que realiza lo que parece claramente necesario, pero falta la luz interior y el alma de todo.

Por eso, creo que es importante tomar nuevamente conciencia de que la fe es el centro de todo: "Tu fe te ha salvado" ―"Fides tua te salvum fecit"―, decía con frecuencia el Señor a los que curaba. Esos enfermos no se curaron porque fueron tocados físicamente, por el gesto exterior, sino porque tuvieron fe. Y también nosotros sólo podemos servir al Señor de un modo vivo si nuestra fe es fuerte y si se hace presente en su abundancia.

En este contexto quisiera destacar dos puntos fundamentales. Primero: la fe es sobre todo fe en Dios. En el cristianismo no se trata de una enorme carga de diversas cosas; todo lo que dice el Credo y lo que el desarrollo de la fe ha producido, sólo existe para hacer más claro a nuestra vista el rostro de Dios. Dios existe y vive; en él creemos; ante él, con vistas a él, con él y de él vivimos. Y en Jesucristo Dios está presente con nosotros, por decirlo así, corporalmente.

Esta centralidad de Dios debe manifestarse de un modo completamente nuevo en todo nuestro pensar y obrar. Es lo que después anima también las actividades, las cuales, de lo contrario, fácilmente pueden degenerar en activismo y quedar vacías. Esto es lo primero que quisiera destacar: que la fe en realidad mira siempre hacia Dios, y así nos impulsa también a nosotros a mirar hacia Dios y a ponernos en movimiento hacia él.

Lo segundo es que no podemos inventar nosotros mismos la fe, componiéndola con elementos "sostenibles"; debemos creer juntamente con la Iglesia
. No podemos comprender todo lo que enseña la Iglesia; no todo tiene que estar presente en toda vida. Sin embargo, es importante que, juntamente con los demás creyentes, formemos el gran "Yo" de la Iglesia, su "Nosotros" vivo, constituyendo así la gran comunidad de la fe, la gran asamblea en la que el Tú de Dios y el yo del hombre verdaderamente se toquen; en la que el pasado de las palabras de la Escritura se haga presente, los tiempos se compenetren recíprocamente, el pasado sea presente y, abriéndose hacia el futuro, deje entrar en el tiempo el resplandor de la eternidad, del Eterno.

Debemos tratar de poner verdaderamente en el centro de nuestras actividades esta forma completa de la fe, expresada en el Credo: fe en la Iglesia y con la Iglesia como sujeto vivo, en el que actúa el Señor. También hoy lo vemos de un modo muy claro: el progreso, donde se ha promovido de modo exclusivo, sin alimentar el alma, produce daños. Entonces las capacidades técnicas aumentan, ciertamente, pero sobre todo generan nuevas posibilidades de destrucción.

Si, juntamente con la ayuda en favor de los países en vías de desarrollo, juntamente con el desarrollo de todo lo que el hombre es capaz de hacer, de todo lo que su inteligencia ha inventado y que su voluntad hace posible, no se ilumina a la vez también su alma y no llega la fuerza de Dios, se aprende sobre todo a destruir. Por eso, creo que debemos reavivar más aún nuestra responsabilidad misionera: si estamos felices con nuestra fe, debemos sentirnos obligados a hablar de ella a los demás. Luego queda en manos de Dios en qué medida podrán acogerla los hombres.
 
Re: El verdadero cristiano

Originalmente enviado por Marta Sanchez

El verdadero cristiano

El verdadero cristiano está por encima de toda ideología y se halla donde el hombre se abre a Dios y al otro, siempre que se da verdadero amor y superación del egoísmo, siempre que el hombre busca la justicia, la solidaridad, la reconciliación y el perdón, existe cristianismo y emerge la estructura crística dentro de la historia humana. Por tanto, el cristianismo no se realiza tan sólo allá donde es profesado explícitamente y es vivido ortodoxamente, sino que se manifiesta siempre y allá donde el hombre dice si al bien, a la verdad y al amor.
Este planteamiento nos invita a tener una mente abierta al diálogo y a un pluralismo teológico-religioso, para no encerrarnos en un dogmatismo de carácter fundamentalista. El verdadero cristiano no es simplemente el que así se denomina y se afilia a la religión cristiana, sino el que vive y hace realidad su vida, aquello que Cristo vivió y por lo que fue apresado, condenado y ejecutado. El mismo Jesús dijo a sus discípulos y amigos. No es el que me dice Señor, Señor, el que entrará en el Reino de los cielos, sino aquel que cumpla la voluntad de mi padre. Ser cristiano de verdad es mucho más que confesar de labios a Cristo, más bien significa vivir la estructura y el comportamiento que vivió el mismo Cristo: amor, perdón, confianza total en Dios. Existe todavía gente que confunde el ser cristiano con el hecho de estar apuntado en un registro determinado, éstos son los cristianos de número. A ellos conviene recordarles que sin compromiso se autoengañan. El cristianismo es la vivencia concreta y consecuente, en la estructura crística, de lo que Jesús de Nazaret vivió como total apertura al otro, amor indiscriminado, fidelidad inquebrantable a la voz de la conciencia y superación de todo lo que ata al hombre a su propio egoísmo.
No es verdadero cristiano el miembro confesional de la religión, sino aquel que se ha hecho realmente humano en virtud de su vivencia cristiana. No el que observa servilmente un sistema de normas y leyes, con vistas a sí mismo, sino el que se ha hecho libre para la simple bondad humana.

Estoy de acuerdo hermana Marha con tu punto de vista, si es que se llamo Cristianos a los que vivieron con los apostoles, fue porque ellos hacian todo lo que Cristo hacia, eran sus seguidores, eran Cristianos porque Jesus nos dejo ejemplo para que sigamos sus pisadas.

"Cristianismo no es amor a una iglesia o a una denominación religiosa, sino por sobre todo amor a Cristo. Cristianismo, antes que estar afiliado a un cuerpo religioso, es estar ligado a Cristo, pero aquel que ama realmente a Jesus, andara como el anduvo, tratara de seguirlo, obedecerle, porque si realmente lo amo sera muy simple, hermoso y placentero unirme a una iglesia formada por personas que esten dispuestos a obedecer no a los hombres, sino a Dios.".

Que Dios los bendiga a cada uno con su presencia.