Quiero daros las gracias de todo corazón a los que habéis orado por mi madre que tiene 90 años y a consecuencia de la rotura de dos costillas, tenía unos dolores insoportables. Ahora está muchísimo mejor, no tiene dolores, sino molestias, y ya ha dejado de decir: "Me quiero morir, me quiero morir..." pues estaba al límite de su enorme capacidad de resistencia.
Que Dios os lo pague como sólo Él sabe hacerlo.
Que Dios os lo pague como sólo Él sabe hacerlo.