Re: Mi pregunta sobre el Sábado. Hebreos 4:3
Me alegra, Miniyo que sientas esa paz que sólo Cristo puede dar. Es El, mediante su gracia, que graba sus mandamientos en tu corazón para que sientas la paz del cielo. Es Cristo, habitando en nuesytros corazones por la fe, que puede transformarnos y mirar aquello que nos condenaba, la ley, no ya como enemiga, sino como aliada. Mirando atentamente esa perfecta ley, ya no nos solazanos en el pecado.
Dagoberto, mi gran hermano:
Es tan lindo lo que escribes. Muy interesante tu testimonio. ¿Cuál es la diferencia entre el impío y el salvado respecto a la ley? Miremos este ejemplo: Llevas un cerdito bienlavado y perfumado cerca de un bache de agua sucia y el animalito se revuelve y goza sobremanera porque está en su ambiente. Si llevas un corderito y da un traspié y cae en el bache, se sale de inmediato y se sacude, porque ese no es su ambiente. Tú te sentías al principio como todos nosotros antes de llegar a Cristo; com el cerdito de la fábula al hallarse en el fango. Nos solazábamos en el vicio y la maldad. Pero un buen día nos encontramos con Cristo. Vemos la obra quie realizó en el Calvario por amor a nosotros y nos derretimos ante ese amor tan grande y nos rendimos a El. Notamos que aquellas cosas que hacíamos ya no nos agradan. Vemos que los mandamientos de Dios ahora son llevaderos. Como el corderito de la parábola no nos sentimos bien en el lodazal del mundo. Cristo nos ha hecho criaturas nuevas.
Hablas de la le y del amor, de la ley real,pero debes considerar que se trata de la misma ley. Esa ley no tiene nada de malo. Es la que el mismo Dios habló y escribió. Al decir que la ley se resume en Amar a Dios y al prójimo esto no anula el Decálogo, antes lo establece. Porque el salvado, el justificado, el perdonado, el reconciliado, ya no siente deseos de pecar, de violar los mandamoentos, porque ahora Cristo vive en él. Su vida es una conntante alabanza a Aquel que por amor, se entregó a sí mismo al cadalso de la cruz.
Lo que me entristece de algunos es que, por ensalzar la ley de amar a Dios y al prójimo se atreven a decir que el Decálogo está abolido. Dicen que ahoira siguen la ley de Cristo, como si esta fuera diferente a la de Yahweh. Ponen a pelear a Cristo y el Padre. No pueden ver que al observar los primeros cuatro mandamientos estamos amando a Dios y que los otros seis nos hacen amar al prójimo. Pablo dice que el resumen de lale y es el amor, y es que la ley de Dios es la ley del amor.
Trata de ver cada mandamiento en forma individual y piensa: este mandamiento, ¿estoy obligado a observarlo?. Verás que no hay ni siquiera uno de los mandamientos que no sea obligatorio hoy, así como en los tiempos del Sinaí. Cambia los mandamientos negativos en positivos. Excepto el cuarto y el quinto, todos comienzan con No harás tal cosa.
Si amas a Dios El será para ti el único Dios; llegarás a El sin intermediarios, sin ídolos; alabarás siempre su nombre y respetarás todo lo relativo a El; guardarás aquel día que El ha señalado como suyo, el que trae consigo la bendición y santificación de Dios; tendrás en estima a tus padres y los ayudarás en todo; respetarás la vida de todo ser humano; respetarás la esposa de tu vecino; respetarás los bienes de tu prójimo, dirás siempre la verdad, aunque te perjudique y te conformarás con lo que tienes. Como puedes ver, hermano Dago, tú si guardas esos mandamientos en tu vida. Los amas, pues el amor de Cristo inunda tu vida y no puedes hacer otra cosa que amarle y obedecerle en todo.
Que Dios te colme de su gracia.
