A ver, vamos a recapitular lo dicho por Ignacio de Antioquía, que por ninguna parte se ve que se refiera al cielo.
Poned todo empeño en usar de una sola eucaristía, pues una es la carne de nuestro Señor Jesucristo, y uno solo el cáliz que nos une con su sangre, y uno el altar, como uno es el obispo juntamente con el colegio de ancianos y los diáconos, consiervos míos
(Ignacio de Antioquía, 106 D.C., Carta a los cristianos de Filadelfia, Nº4)
Eucaristía, carne, sangre, altar, obispo.
A todas luces habla de la celebración eucarística de los cristianos. Nada que haga pensar que está hablando del cielo.
Que nadie se engañe: si uno no está dentro del ámbito del altar, se priva del pan de Dios. Porque si la oración de uno o dos tiene tanta fuerza, mucha mayor será la del obispo con toda la Iglesia. El que no acude a la reunión común, ése es ya un soberbio y se condena a si mismo, pues está escrito: «Dios resiste a los soberbios.»
(Ignacio de Antioquía, 106 D.C., Carta a los cristianos de Efeso, Nº4)
Altar, pan, obispo, reunión común, oración, soberbios que no acuden a la reunión común.
¿Está hablando del Cielo o de la Tierra?
Oso, me encantaría que me explicaras cómo entender esta frase de Ignacio de Antioquía:
"si uno no está dentro del ámbito del altar, se priva del pan de Dios"
Si no se refiere a la celebración eucarística donde se reparte el "Pan de Dios", ¿a qué se refiere? Y si efectivamente se refiere a la reunión eucarística, ¿porque habla de alejarse del "ambito del altar" refiriendose a los que no asisten a la Eucaristía?
Ahora, vamos a san Pablo.
Leemos en Hebreos:
Tenemos un altar, del cual no tienen derecho de comer los que sirven al tabernáculo. (Heb 13, 10)
Se refiere a los judíos, que no pueden comer del altar de los cristianos. Si el texto se refiriese al altar del Cielo, no tiene sentido hablar de "comer del altar". En el cielo no se come. Fíjate como se asemeja esto a las palabras de Ignacio de Antioquía: el que se aleja del altar, se priva del pan de Dios. La idea es la misma: comer del altar. Y es obvio: Ignacio de Antioquía aprendió la fe escuchando a los apóstoles en persona. Es la misma doctrina.
Ahora compara con este texto de Justino mártir (150 DC):
Y este alimento es llamado entre nosotros Eucaristía, y a nadie es lícito participar del mismo, sino al que crea que son verdaderas las cosas que enseñamos...
( san Justino, 150 DC, 1º Apología III, 66)
La carta a los Hebreos y Justino afirman lo mismo: a la Eucaristía solo son admitidos los cristianos. Y Pablo lo dice de una manera sugestiva: solo los cristianos tienen derecho a comer de nuestro altar.
Me parece que es demasiado claro que los primeros cristianos usaban un altar para la celebración Eucarística.