¿Qué pretendemos exactamente?

Bart

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24 Enero 2001
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CÉSAR VIDAL MANZANARES

<CENTER>¿Qué pretendemos exactamente?</CENTER>


Comienza el nuevo curso político y, como tantas otras veces, se plantea la cuestión de las relaciones entre las iglesias evangélicas y la administración.


Confieso que tras décadas de vaivenes y de que casi nada varíe yo casi me conformaría con que existiera una postura uniforme y coherente... porque la verdad es que temo que brilla por su ausencia.

Quizá no sea ahora el momento para recapitular sobre la historia de la FEREDE. Con todo, ese día tendrá - necesariamente - que llegar y estoy convencido de que a partir de ese momento podremos abordar con posibilidades de éxito problemas de no escasa envergadura.

Sin embargo, a la espera de tan gozoso amanecer, podemos descender sobre algunas cuestiones prácticas. La primera de ellas es que, al cabo de los años, existe una generalizada insatisfacción con los acuerdos que, en su día, se firmaron con el Estado. Las razones para ese malestar son diversas pero, desde luego, innegables. Tampoco debería dolernos reconocer que no han faltado los errores en estos años.

La segunda cuestión - no menos importante - es que no se percibe una visión unánime, clara, concreta y sin fisuras de la manera en que tiene que salirse del atolladero.

Personalmente, no puedo evitar la sensación de que las posturas son diversas -en ocasiones incompatibles- y que, desde luego, distan mucho de constituir la plataforma adecuada para trazar las futuras relaciones con el Estado.

Sin embargo, a pesar de todo, creo que esta situación, marcada por el descontento y la desorientación, no es irreversible y que incluso se ofrecen ante nosotros distintas posibilidades a las que me referiré en artículos siguientes. La cuestión fundamental es saber si el pueblo evangélico tiene las cosas claras.


<CENTER>Hemos puesto el carro antes del caballo
¿Qué pretendemos exactamente? (II)
</CENTER>

Las opciones para abordar la relación con el Estado no son muy numerosas pero tampoco se reducen a un único camino. Fundamentalmente, se circunscriben a la de mantener la doctrina favorable a los pactos o, por el contrario, defender su abandono y su sustitución por una alternativa de separación total.

La tesis favorable a los pactos con el Estado nunca ha disfrutado entre los evangélicos de un asentimiento absoluto
. Acostumbrados a vivir en un estado confesional en el que además sufrían una clara discriminación – no necesariamente tiene que ser así y, de hecho, no faltan ejemplos de ello en la Historia – las iglesias evangélicas parecían hasta 1975 más inclinadas a una separación total de la iglesia y del Estado.

Sin embargo, esa postura desapareció de manera sorprendentemente rápida durante la Transición. A ello contribuyeron varias circunstancias. En primer lugar, la desaparición de la Comisión de defensa evangélica y su sustitución por la FEREDE; en segundo, la articulación de ésta como una organización fundamentalmente destinada a concluir los acuerdos con el Estado y en tercero, la creencia – bastante ingenua, dicho sea de paso – de que la firma de unos acuerdos igualaría a todas las confesiones.

El resultado de esta visión, como ya adelantamos en la entrega anterior, ha sido muy decepcionante y, hoy por hoy, existe un sentimiento muy extendido de que los acuerdos han tenido poco – o ningún – reflejo práctico. De hecho, de mantener hoy esta línea sería imperativo realizar algunas modificaciones profundas.

La primera, sin duda, sería establecer lo que se desea
sin caer en declaraciones poco concretas del tipo de “ser como la iglesia católica” o “salir en TV tanto como los católicos”. Si lo que se desea es alterar el contenido de los pactos resulta imperativo saber qué se desea cambiar. ¿Se pretende contar con salarios estatales para los pastores como en algunos países del norte de Europa? ¿Se desea ser objeto de exenciones fiscales aunque, lógicamente, a cambio las iglesias y organizaciones para-eclesiales se expondrán a un verdadero control de Hacienda? ¿Se desea la creación de una facultad de teología evangélica aún a riesgo de que buena parte de los profesores que ahora enseñan en los seminarios queden fuera de los claustros por la sencilla razón de que no poseen un título homologado para impartir ese tipo de docencia?

A la hora de descender a cuestiones prácticas se percibe con facilidad que los riesgos no son escasos. Con todo, en principio, cualquiera de esas posiciones es discutible pero habría que decidir cuáles se van a abrazar y cuáles a rechazar.

En segundo lugar, habría que asumir de una vez por todas que la importancia de una confesión en una sociedad no puede venir establecida por la ley sino que deriva de su peso demográfico y social. En otras palabras, si la administración optara por un principio proporcional para tratarnos en relación con la iglesia católica simplemente desapareceríamos de la TV por años y no recibiríamos un céntimo para nuestros colegios o la restauración de algunos lugares de culto tanta es la diferencia numérica en que nos hallamos.

De hecho, el número de católicos que va a misa a diario prácticamente es diez veces mayor que el de todos los evangélicos españoles. Esta circunstancia debería impulsarnos a una reflexión clara, la de que la administración no puede darnos lo que, previamente, las iglesias evangélicas no han conseguido.

Es obvio, por el contrario, que si el crecimiento de las iglesias evangélicas hubiera sido como en otros países sería la propia administración la que las buscaría. En otras palabras, nuestra insignificancia numérica y nuestro escasísimo peso social no van a ser corregidos porque la administración decida tener una partida para pastores. Pero una evangelización entregada que diera frutos sí que provocaría el efecto contrario.

Con verdadera contrición de corazón deberíamos reconocer que hemos puesto el carro antes del caballo.

Clamamos para que la administración nos conceda mejores condiciones para propagar el Evangelio. En realidad, deberíamos propagar el Evangelio en cualquier condición y, al recoger los frutos, sería la administración la que clamaría – no siempre con buenas intenciones, todo hay que decirlo – para tenernos cerca.

En resumen, buscando el Reino y su justicia lo demás vendría por añadidura. Buscando la añadidura, es fácil perder de vista el Reino y su justicia. Pero sobre esto abundaremos en la próxima entrega.


César Vidal Manzanares es un conocido escritor, historiador y teólogo.
© Libertad Digital, C. Vidal (ProtestanteDigital 2004, España).




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Re: ¿Qué pretendemos exactamente?

Se puede decir más alto. Más claro, no.
 
Re: ¿Qué pretendemos exactamente?

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CÉSAR VIDAL MANZANARES

<CENTER>Ser sal y luz

¿Qué pretendemos exactamente? (III)</CENTER>

La continuación del sistema de pactos – que ha sido defendido institucionalmente durante muchos años – plantea además un reto importante que debe recibir una respuesta clara y enérgica.

El mismo gira en torno a la portavocía – y representación - del mundo evangélico ¿Debe ésta limitarse a llevar a cabo las gestiones conducentes a mejorar la aplicación de los pactos o su posible reforma o, por el contrario, debe implicar también la publicación de posiciones concretas relacionadas con cuestiones éticas que afectan a la sociedad en la que vivimos?

Dicho de otra manera, ¿ha de limitarse a pelear con la administración por los minutos de TV y los dineros públicos o además ha de plantear de manera clara la posición bíblica en temas como el aborto, la eutanasia o el matrimonio de homosexuales?

En principio, no necesariamente ambas funciones tienen que estar vinculadas. Cabría ciertamente que los representantes ante la administración se limitaran a discutir sobre emolumentos y prebendas, y no hicieran la menor mención a aspectos morales esenciales.

Pero se opte por ese camino o por el contrario, de lo que no cabe duda es de que hay un principio que debería salvaguardarse. Éste no es otro que el de que no se puede renunciar a nuestra misión profética por nada.

Si el camino para mejorar los pactos es no decir una palabra sobre el matrimonio de homosexuales, la eutanasia o el aborto, sinceramente lo mejor sería olvidarse de los pactos.

Fundamentalmente, es así porque si callamos no cumpliríamos con nuestra misión de ser sal y luz, porque aceptaríamos no advertir a esta sociedad del juicio de Dios que se está acarreando, y, porque daríamos testimonio de que lo único que nos interesa – como a la ONG más abyecta – es recibir una parte del presupuesto por encima de cualquier principio moral. Intentar compensar semejante desgracia con unos minutos más en TV o con subvenciones para determinados organismos evangélicos sería un sarcasmo vergonzoso.

No sólo eso. Si callamos, tendremos que contemplar con vergüenza como hablan las piedras. Pero, a fin de cuentas, hay más alternativas.

César Vidal Manzanares es un conocido escritor, historiador y teólogo.
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Re: ¿Qué pretendemos exactamente?

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CÉSAR VIDAL MANZANARES

<center>Iglesia-Estado: relación sin pactos
¿Qué pretendemos exactamente? (IV)</center>

En las tres entregas anteriores he intentado realizar un acercamiento a una de las posibilidades de relaciones con el Estado. Se trataría de la modalidad que podríamos denominar “pactista” en la medida en que, fundamentalmente, intenta reproducir el sistema de pactos que la iglesia católica mantiene con la administración, aunque, en la práctica, las diferencias no sean escasas. Como indicaba, tal sistema no ha dado resultados notables hasta ahora – más bien existe una sensación generalizada de insatisfacción – pero eso, en si, no significa que no sea asumible. De hecho, puede resultar incluso muy aceptable sobre la base de que no nos imponga el silencio en cuestiones morales, de que tengamos claro que lo que nos dará una repercusión en la sociedad nunca será el Estado sino la predicación del Evangelio y de que persiga unos objetivos concretos y no difusos. Con todo, no es la única alternativa. Otra sería la de una separación completa y efectiva de la iglesia y del Estado. La misma implicaría que frente a la cuestión ofrecemos una visión propia e independiente, que no pretende reproducir otros modelos y que asume que, al fin y a la postre, el crecimiento deriva de razones que no son meramente humanas.


Asumir una separación total implicaría, por ejemplo, que estaríamos dispuestos a renunciar a las ayudas estatales – bien reducidas dado nuestro escaso número – en áreas como la enseñanza, la TV o los profesionales del culto. Así, no nos importaría el mayor o menor espacio en TV o en la radio porque nosotros – como en otros países – costearíamos esos lugares de difusión. Significaría que tampoco tendríamos un especial interés en la creación de facultades de teología, porque no andaríamos a la busca de reconocimientos humanos o de títulos, sino, simplemente, deseando dar una formación a nuestros obreros, pastores y hermanos; o que crearíamos nuestro propio sistema de mutualidad para asegurar la jubilación de los que se dedican a la obra.

Implicaría incluso que si asumimos la enseñanza de la religión evangélica en los colegios – cuestión que para nosotros no resulta tan importante en la medida en que se supone que cubrimos esa necesidad en las escuelas dominicales – también nosotros la pagaríamos. Por último, tendría como consecuencia que las obras evangélicas cumplirían con sus obligaciones fiscales y sólo podrían aspirar a subvenciones, ayudas o exenciones en la medida en que realicen una obra social y no meramente espiritual.

El sistema de separación total tiene lógicamente inconvenientes.

De entrada, implica un mayor compromiso económico y de salida, supone la supresión de infinidad de lugares desde los que alimentar la vanidad. También lleva anejo el vértigo que deriva de saber si podremos salir adelante en un ambiente no favorable. Sin embargo, y eso resulta difícil de negar, equivale realmente a reproducir el modelo que encontramos en el Nuevo Testamento donde Pablo podía advertir a un alto funcionario romano de la que le esperaba por vivir de determinada manera, pero jamás se le hubiera pasado por la cabeza solicitar un trato de igualdad con el culto a Júpiter o a Apolo.

En no escasa medida, también significaría repetir la situación de separación absoluta previa a 1978, aunque ahora - y no es poco – con libertad absoluta para predicar lo que deseamos y asumir las consecuencias de ello.

Finalmente, permitiría poder hablar con verdadera legitimidad de las ayudas que reciben otras confesiones, algo que con un sistema pactado es imposible salvo para decir que nos gustaría ser como los que no somos. Es verdad que en lugar de comités, conferencias, zarandajas y zarabandas, el pueblo evangélico se encontraría con la noche y con la mañana, y su fe sola en Dios para salir adelante en medio de una sociedad inmoral y frente a un gobierno incalificable que lo mismo apoya al islam que legaliza las adopciones de niños por homosexuales. No se me ocurriría negarlo y sé muy bien que no es fácil. Sin embargo, de peores – mucho peores – hemos salido hasta ahora.

Se trata, por lo tanto, de una opción que debería ser calibrada con oración y reflexión ante la Palabra. Pero sobre eso hablaré en la próxima entrega.


César Vidal Manzanares es un conocido escritor, historiador y teólogo.
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Re: ¿Qué pretendemos exactamente?

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CÉSAR VIDAL MANZANARES

<CENTER>Deben decidir las iglesias locales
¿Qué pretendemos exactamente? (V)</CENTER>

Como señalaba en la última entrega, finalmente, las opciones legítimas que tenemos en nuestras relaciones con el Estado se reducen a dos: mantener el sistema de pactos pero dejando claro que nunca van a significar nuestro silencio en temas morales; y la segunda romper con esa línea seguida en los últimos años y optar por una separación total.


La primera mencionada sería mantener el sistema de pactos, pero dejando claro que nunca van a significar nuestro silencio en temas morales como el matrimonio de homosexuales, el aborto o la eutanasia y, sobre todo, existiendo una clara resolución sobre la que se desea; y la segunda sería romper con esa línea seguida – por cierto, de manera muy insatisfactoria – en los últimos años y optar por una separación total del Estado en los términos que describí.

Quisiera insistir por si no lo he hecho suficientemente en que ambas opciones con los matices señalados me parecen respetables. La cuestión, sin embargo, es cómo tomar una decisión al respecto y aquí está la clave del asunto.

A mi juicio, esa decisión sólo pueden tomarla las iglesias locales una por una y no los organismos que las representan en mayor o menor medida y eso por la sencilla razón de que la iglesia local tiene una existencia obvia en el Nuevo Testamento, pero el resto de organismos – por muy bien que lo hagan – no pasan de ser creaciones humanas.

Son esas iglesias las que deben sopesar ambos caminos, las que deben orar y reflexionar sobre ellos, las que deben establecer lo que consideran pertinente y las que, de manera conjunta y no sustituible por otra instancia, han de tomar una decisión unánime.

Se trata de volver al espíritu del concilio de Jerusalén del que habla el capítulo 15 de los Hechos, un espíritu que, lamentablemente, no ha estado presente en las últimas décadas y que, quizá, es el responsable de que todo se haya desenvuelto como se ha desenvuelto.

Regresemos a ese punto de inicio – nunca intentado por otra parte – busquemos la dirección del Señor y humildemente sigamos lo que nos muestra.

Lo demás, con toda seguridad, no nos va a llevar por buen camino.

César Vidal Manzanares es un conocido escritor, historiador y teólogo.

© Libertad Digital, C. Vidal (ProtestanteDigital 2004, España).
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Re: ¿Qué pretendemos exactamente?

Hola, Bart, un abrazo.
He leido todas las aportaciones de Cesar Vidal puesto que las recibo de la misma fuente que citas. La mayoría las suscribo. Pero en la última hay unas frases que me han hecho reflexionar.
Cito.
Quisiera insistir por si no lo he hecho suficientemente en que ambas opciones con los matices señalados me parecen respetables. La cuestión, sin embargo, es cómo tomar una decisión al respecto y aquí está la clave del asunto.

A mi juicio, esa decisión sólo pueden tomarla las iglesias locales una por una y no los organismos que las representan en mayor o menor medida y eso por la sencilla razón de que la iglesia local tiene una existencia obvia en el Nuevo Testamento, pero el resto de organismos – por muy bien que lo hagan – no pasan de ser creaciones humanas.
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Tobi
Aquí la pregunta clave es: ¿Quien las escuchará? ¿Quienes gobiernan el Estado?
Si ahora y mediante "organismos" FEREDE no son escuchados... El PP cerró ambos oidos y los de ahora se han puesto un tampon en la oreja derecha y medio en la izquierda. Si todos juntos a "trancas y barrancas" no somo escuchados, y lo pretendemos mediante cada iglesia local. Lo tenemos claro.

_____________________________

Son esas iglesias las que deben sopesar ambos caminos, las que deben orar y reflexionar sobre ellos, las que deben establecer lo que consideran pertinente y las que, de manera conjunta y no sustituible por otra instancia, han de tomar una decisión unánime.

¿Una decisión unánime?
¿Es que Cesar cree en utopías?
Seguro que no.
Luego la pregunta surge inevitablemente:
¿Que es lo que pretende?
 
Re: ¿Qué pretendemos exactamente?

Bart dijo:
Fundamentalmente, es así porque si callamos no cumpliríamos con nuestra misión de ser sal y luz, porque aceptaríamos no advertir a esta sociedad del juicio de Dios que se está acarreando, y, porque daríamos testimonio de que lo único que nos interesa – como a la ONG más abyecta – es recibir una parte del presupuesto por encima de cualquier principio moral. Intentar compensar semejante desgracia con unos minutos más en TV o con subvenciones para determinados organismos evangélicos sería un sarcasmo vergonzoso.

No sólo eso. Si callamos, tendremos que contemplar con vergüenza como hablan las piedras. Pero, a fin de cuentas, hay más alternativas.
:--DeepThi TIENE MUCHA RAZON!!:101010:
 
Re: ¿Qué pretendemos exactamente?


Bueno Tobi, Yo creo que lo que pretende es que no se nos imponga una jerarquía, que se arrogue una representación que no tiene y tome decisiones y firme acuerdos de espaldas a las iglesias, a cambio de unas monedas. No es tan difícil que las iglesias se reúnan en asambleas locales y se las consulte, convocamos reuniones para cosas menos importantes, y que la FEREDE sea portavoz del sentir mayoritario de las iglesias. De no ser así cada vez tendremos menos que echar en cara a Roma, porque estaremos siguiendo sus pasos, creando nuestra propia conferencia episcopal y recibiendo dinero del bolsillo de todos los españoles.

Estoy de acuerdo contigo que el PP cerró sus oídos pero el PSOE pretende cerrar nuestras bocas con dinero. Y en nombre del laicismo (sin eufemismos ateismo) están atacando sin cuartel los principios morales del judeocristianismo, te invito a que oigas los medios de difusión del Estado especialmente Radio Nacional 1, y Radio Nacional 5, y verás los ataques y burlas al Cristianismo, y digo Cristianismo, no van sólo a por los Católicos, todos los medios del gobierno se han transformado en medios de propaganda anticristiana hasta llegar a lo inaudito y lo absurdo. No es en este espacio, donde contarte todo lo que he oído por la radio, pero créeme en toda mi vida nunca he visto algo así. Eso nunca lo ha hecho ni el PP ni nadie.

Recibe un fuerte abrazo

Bart
 
Re: ¿Qué pretendemos exactamente?

¿Y por que no va a pretender lo que dice pretender?

A mi parece pleno de cordura, de sentido y de verdad todo lo que dice nuestro hermano Cesar Vidal.

Y si bien es cierto que si miramos con nuestros ojos no vemos "unidad", lo que si creemos todos es que tenemos un Dios que es capaz de poner el vinculo perfecto del amor en todos nosotros, El no pide que nosotros, por nosotros mismos tengamos "unidad", nos pide que le busquemos "unanimes" (¿eso si lo podremos hacer?¿No?), que busquemos su direccion con un mismo clamor, como un solo hombre, entonces El nos mirara, y nos "reconocera"... como en Egipto.

Los cristianos creemos en algo mejor que "utopias", creemos que lo que es imposible para nosotros es posible para Dios.
Por ultimo creo que la "buena mano de Dios, nos ha traido hasta aqui", no ha sido precisamente las ayudas estatales, yo creo que en la sociedad en la que vivimos, y mas como se esta "poniendo el patio" cuanto menos tengamos que ver y depender del estado muchissiiisiiimo mejor, gracias al Señor si ahora nos amenazan con suprimirnos las ayudas estatales nos puede entrar un ataque de risa. Mejor que siga asi, incluso como dice Cesar Vidal, llevandolo a sus ultimas consecuencias.
Bendiciones hermanos.
 
Re: ¿Qué pretendemos exactamente?

http://www.protestantedigital.com/new/leernoticiaCiu.php?3978

La 54 Convención Bautista Española aprueba solicitar subvenciones al Estado para sus proyectos no religiosos

VALENCIA, 29/10/2006 (UEBE/ACPress.net)
Con el lema "Que mi pueblo marche" (Éxodo 14:15) y con la asistencia de 210 delegados y algo más de 200 visitantes, se celebró del 20 al 22 de Octubre la 54 Convención de la Unión Evangélica Bautista Española en el Hotel Oasis Palace de la Playa de Gandía (Valencia).


Los mensajes estuvieron a cargo de Roberto Velert (Apertura) y David Dixon (Clausura). Los devocionales fueron presentados por Israel Sanz (Pastor en Córdoba) y Esther Martínez (Pastora en Granada), y las conferencias las desarrollaron Julio Díaz Piñeiro (La Biblia, Única regla de fe y práctica e Interpretación Privada de las Escrituras) y Samuel Escobar (Autonomía e Interdependencia de las Iglesias).

Dos nuevas Iglesias fueron admitidas en la Unión: Vigo y Manlleu. Otro de los momentos emotivos fue el reconocimiento a la trayectoria pastoral de Julio Marañón, juntamente con su esposa Sara López, así como la celebración de la Cena del Señor en la sesión final de la Convención.

SUBVENCIÓN DEL ESTADO
Uno de los puntos fuertes era el Panel sobre las diferentes posturas en relación a la Fundación Pluralismo y Convivencia. El debate entre los Ponentes y algunas intervenciones de los asistentes mantuvo un elevado nivel, “marcando un estilo y un respeto mutuo a tener en cuenta para otros posibles temas a considerar en el futuro” refiere Manuel Sarrias, Secretario general de la UEBE. La votación final fue de 104 votos favorables, 83 No y 14 en blanco. Por lo tanto, la UEBE a través de sus Ministerios (Jóvenes, Mujeres, Obra Social, Educación y Producciones….) podrá presentar proyectos ante la Fundación, recordando que está excluido el sostenimiento de los Ministros, el Culto y la Evangelización.

Hasta ahora la UEBE era la única denominación de la Comisión Permanente de FEREDE que no ha solicitado ni aceptado ningún Fondo de la citada Fundación. Las Iglesias locales, de acuerdo con el Principio de Autonomía, en todo momento han tenido y tienen plena libertad para llevar a cabo lo que cada congregación estime oportuno en este tema.

ELECCIÓN CARGOS
Julio Díaz Piñeiro fue reelegido por otros 4 años Director del Seminario en Alcobendas. Precisamente la Ofrenda Especial que se levantó el último día y que ascendió a 2.430 euros está destinada a diversos arreglos y reparaciones del edificio en Alcobendas, donde se alberga el Seminario. También fueron ratificados 3 Vocales Regionales: Stella – Maris Merlo por Andalucía, Jorge Pastor por la Comunidad Valenciana y Julio Reyes por la zona Norte.

Fuente: UEBE. Redacción: ACPress.net

http://www.protestantedigital.com
 
Re: ¿Qué pretendemos exactamente?

¿Y por que no va a pretender lo que dice pretender?

A mi parece pleno de cordura, de sentido y de verdad todo lo que dice nuestro hermano Cesar Vidal.

Y si bien es cierto que si miramos con nuestros ojos no vemos "unidad", lo que si creemos todos es que tenemos un Dios que es capaz de poner el vinculo perfecto del amor en todos nosotros, El no pide que nosotros, por nosotros mismos tengamos "unidad", nos pide que le busquemos "unanimes" (¿eso si lo podremos hacer?¿No?), que busquemos su direccion con un mismo clamor, como un solo hombre, entonces El nos mirara, y nos "reconocera"... como en Egipto.

Los cristianos creemos en algo mejor que "utopias", creemos que lo que es imposible para nosotros es posible para Dios.
Por ultimo creo que la "buena mano de Dios, nos ha traido hasta aqui", no ha sido precisamente las ayudas estatales, yo creo que en la sociedad en la que vivimos, y mas como se esta "poniendo el patio" cuanto menos tengamos que ver y depender del estado muchissiiisiiimo mejor, gracias al Señor si ahora nos amenazan con suprimirnos las ayudas estatales nos puede entrar un ataque de risa. Mejor que siga asi, incluso como dice Cesar Vidal, llevandolo a sus ultimas consecuencias.
Bendiciones hermanos.

El aceptar ayuda del estado para toda denominación suena democrático y justo. Talvez esta sea una forma de lograr la "unidad" que anhelan muchas iglesias sin importar su denominación, pero sería unidad direccionada por el hombre.
El Estado, una vez que logre meter su ayuda en la iglesia, meterá luego la cabeza, es decir, se creerá con el derecho a regir a la iglesia. Esto, de ser así, sería algo lamentable. Pero el asunto no queda ahí. La iglesia bien podría, luego, manejar al estado y por lo tanto, ¡imponer la tan anhelada "unidad"!

Existe la posibilidad de que sea algún grupo cristiano el que favorezca esta unidad y solapadamente quiera utilizar al estado como un medio para lograr sus fines. "No hay nada nuevo bajo el sol".

Al César lo que le pertenece

A Dios igual.
 
Re: ¿Qué pretendemos exactamente?

Bart;187534]
Bueno Tobi, Yo creo que lo que pretende es que no se nos imponga una jerarquía, que se arrogue una representación que no tiene y tome decisiones y firme acuerdos de espaldas a las iglesias, a cambio de unas monedas. No es tan difícil que las iglesias se reúnan en asambleas locales y se las consulte, convocamos reuniones para cosas menos importantes, y que la FEREDE sea portavoz del sentir mayoritario de las iglesias. De no ser así cada vez tendremos menos que echar en cara a Roma, porque estaremos siguiendo sus pasos, creando nuestra propia conferencia episcopal y recibiendo dinero del bolsillo de todos los españoles.

Estoy de acuerdo contigo que el PP cerró sus oídos pero el PSOE pretende cerrar nuestras bocas con dinero. Y en nombre del laicismo (sin eufemismos ateismo) están atacando sin cuartel los principios morales del judeocristianismo, te invito a que oigas los medios de difusión del Estado especialmente Radio Nacional 1, y Radio Nacional 5, y verás los ataques y burlas al Cristianismo, y digo Cristianismo, no van sólo a por los Católicos, todos los medios del gobierno se han transformado en medios de propaganda anticristiana hasta llegar a lo inaudito y lo absurdo. No es en este espacio, donde contarte todo lo que he oído por la radio, pero créeme en toda mi vida nunca he visto algo así. Eso nunca lo ha hecho ni el PP ni nadie.

Recibe un fuerte abrazo

Bart


Ay, hermano.
En esta frase está el quid de la cuestión:
Bueno Tobi, Yo creo que lo que pretende es que no se nos imponga una jerarquía, que se arrogue una representación que no tiene y tome decisiones y firme acuerdos de espaldas a las iglesias, a cambio de unas monedas.

El sacrosanto poder de las moneditas...

Correspondo a tu abrazo.
 
Re: ¿Qué pretendemos exactamente?

Je....
 
Re: ¿Qué pretendemos exactamente?


¿Asi que, je?
¿Es que vuestra Institución no vive de las moneditas del Estado? Si el Estado deja de enviaros moneditas vuestros sacerdotes tendrán que buscarse otro empleo.
Asi, que, Jeeeeeeeeeeeeeeeeeee
 
Re: ¿Qué pretendemos exactamente?

De Bart
El debate entre los Ponentes y algunas intervenciones de los asistentes mantuvo un elevado nivel, “marcando un estilo y un respeto mutuo a tener en cuenta para otros posibles temas a considerar en el futuro” refiere Manuel Sarrias, Secretario general de la UEBE. La votación final fue de 104 votos favorables, 83 No y 14 en blanco. Por lo tanto, la UEBE a través de sus Ministerios (Jóvenes, Mujeres, Obra Social, Educación y Producciones….) podrá presentar proyectos ante la Fundación, recordando que está excluido el sostenimiento de los Ministros, el Culto y la Evangelización.

El Sr Sarrias siempre se opuso a recibir nada del Estado, fué un opositor a esto en la FEREDE y sin haber recibido la opinión de las iglesias. Ahora ha cambiado porque ve peligrar su sueldo más los gastos de la Secretaría. La mayoría de iglesias de esta denominación se preguntan el para que sirve la UEBE. Se han dado cuenta que el plan cooperativo se lo come la secretaría. Aquí tienes el cambio de actitud. El secretario no es ministro de culto.
¿Lo vas entendiendo Bart?
A los ministros de culto (y más si son jubilados) que los zurzan
 
Re: ¿Qué pretendemos exactamente?

¿Asi que, je?
¿Es que vuestra Institución no vive de las moneditas del Estado? Si el Estado deja de enviaros moneditas vuestros sacerdotes tendrán que buscarse otro empleo.
Asi, que, Jeeeeeeeeeeeeeeeeeee

No, mira, te lo voy a explicar. A partir del año que viene, mi Iglesia vivirá únicamente de lo que recaude ella sola.
Hasta ahora, el Estado aportaba un complemento para llegar a donde no llegaba la famosa casilla de la declaración de la renta. Pero eso ya es historia.

Por cierto, tú que los conoces bien, ¿cuántos de los pastores y pastores jubilados allá participantes son "modernistas" que, en mayor o menor medida, niegan que Cristo hiciera milagros y también niegan la inerrancia de las Escrituras?
Lo pregunto porque supongo que por ahí siguen los Andaver, Máximo García, Manuel Rodríguez y cía.
 
Re: ¿Qué pretendemos exactamente?

No, mira, te lo voy a explicar. A partir del año que viene, mi Iglesia vivirá únicamente de lo que recaude ella sola.
Hasta ahora, el Estado aportaba un complemento para llegar a donde no llegaba la famosa casilla de la declaración de la renta. Pero eso ya es historia.

Por cierto, tú que los conoces bien, ¿cuántos de los pastores y pastores jubilados allá participantes son "modernistas" que, en mayor o menor medida, niegan que Cristo hiciera milagros y también niegan la inerrancia de las Escrituras?
Lo pregunto porque supongo que por ahí siguen los Andaver, Máximo García, Manuel Rodríguez y cía.

Lo cual es mucho suponer
De nuevo te permites juicios sin conocimiento de causa.
Jamás he seguido juicios y opiniones ajenas a lo que enseña la Escritura.

No soy romanista y no me permito, ni necesito, comparaciones con que justificar posturas.

En cuanto a lo primero... ya veremos que pasa. Por varios conductos vuestra Institución recibe milies de millones.
¿Que haría sin ellos?
 
Re: ¿Qué pretendemos exactamente?

Lo cual es mucho suponer
De nuevo te permites juicios sin conocimiento de causa.
Jamás he seguido juicios y opiniones ajenas a lo que enseña la Escritura.

No soy romanista y no me permito, ni necesito, comparaciones con que justificar posturas.

En cuanto a lo primero... ya veremos que pasa. Por varios conductos vuestra Institución recibe milies de millones.
¿Que haría sin ellos?

Bueno, siento decirte que en este caso sí que tengo "conocimiento de causa".

Explícame eso de los conductos.... ¿cuál de ellos es vía Estado?

De hecho, respóndeme a esta pregunta: ¿tienes idea de lo que pasaría en España si mañana la Iglesia Católica, por falta de financiación, decidiera cerrar todos sus colegios, todos sus hospitales, residencias, hospicios, obras sociales, etc, etc?
¿Podría el Estado asumir el gasto social que hoy es ofrecido por la Iglesia Católica?

Ya te lo digo yo: no, no podría.