Perdón inmerecido (Amish)

Joxan

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24 Enero 2004
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"No había pupitre ni mesa en todo el aula que no estuviera salpicada de sangre o cristales. Había agujeros de bala por todas partes, por todas partes". Esta descripción es de Janice Ballenger, oficial en funciones para crímenes violentos del condado de Lancaster County, en Pennsylvania. Fue de las primeras en entrar en el colegio amish West Nickel Mines después de que Charles Roberts asesinara a cinco niñas e hiriera de gravedad a otras cinco hace unos días. Uno de los cadáveres que examinó era de Naomi Rose Ebersol, una niña de siete años que había sido alcanzada más de veinte veces. "Arrodillarse junto al cadáver y contar todos los agujeros de bala", relataba una agitada Ballinger, "fue la peor parte".

¿Cómo reaccionan los seres humanos civilizados ante tal atrocidad? ¿Con horror? ¿Rabia? ¿Odio? Los amish no. Preguntada por un reportero si la comunidad estaba furiosa por los asesinatos, una abuela amish, Lizzie Fisher, se mostraba impávida. "Oh, no, no, definitivamente no", decía. "La gente no siente eso por aquí. Simplemente no".

Roberts planeó su ataque meticulosamente, haciendo un inventario de los suministros que necesitaría y después comprándolos gradualmente a lo largo de un período de seis días. Sólo con leer el inventario se te pone la piel de gallina: clavos, tornillos, llaves inglesas, balas, armas, cascos, planchas de madera, cuerda. Roberts llevó lazos de plástico para atar los pies de sus víctimas, cadenas y cepos para sujeción, y tubos de K-Y Jelly, un lubricante sexual. Tenía una muda, papel de baño y un cubo. Aparentemente "planeaba atrincherarse durante un largo asedio", dedujo un oficial de la policía estatal de Pennsylvania, y "pretendía convertir a estos niños en víctimas en muchos sentidos antes de ejecutarlos". En lugar de eso, intimidado quizá por la llegada de la policía, Roberts abrió fuego sobre sus jóvenes rehenes.

Confrontada por una perversidad tan premeditada, ¿qué persona decente no herviría de furia y repulsión? ¿Qué padre o abuelo no clasificaría tal masacre no sólo como inenarrable, sino más allá de lo perdonable? Los amish no.

"No creo que haya alguien aquí que quiera hacer algo aparte de perdonar", dijo un residente del condado de Lancaster. "No necesitamos pensar en juicios; necesitamos pensar en el perdón y seguir adelante". Muchos lugareños le comunicaron su perdón directamente a la esposa e hijos de Roberts.

En la CNN, un pastor local recordada cómo el abuelo de Marian Fisher, una de las niñas asesinadas, instaba a los parientes más jóvenes a no odiar a Roberts por matarla. "Mientras estábamos junto al cadáver de esta niña de 13 años, el abuelo instruía a los jóvenes. Estaba diciendo a la familia: 'no debemos desear el mal a este hombre''", dijo el reverendo Robert Schenck. "Fue una de las cosas más conmovedoras que he visto en veinticinco años de servicio cristiano".

No puedo negar que es profundamente inspirador ver lo seriamente que los amish se esfuerzan por cumplir la advertencia de Jesús de devolver bien a cambio de mal y poner la otra mejilla. Para muchos cristianos, la determinación de los amish de perdonar al asesino de sus hijas quita el aliento. En su blog Beliefnet, el siempre elocuente Rod Dreher se maravilla de la noticia de la CNN del abuelo amish. "¿Podría usted hacer eso?", escribió. "¿Podría usted estar junto al cadáver de una hija muerta y decir a los jóvenes que no odien a su asesino? Yo no podría. Por favor, Dios, conviérteme en el tipo de hombre que podría."

Pero el odio no siempre está mal, y el perdón no siempre se merece. Admiro la resolución de los aldeanos amish por cumplir sus ideales cristianos incluso en mitad de un trauma semejante pero, ¿cuántos de nosotros querríamos vivir en una sociedad en la que nadie se enfada cuando son masacrados niños? ¿En la que incluso los actos más horribles de crueldad siempre fueran perdonados instantáneamente? Hay un tiempo para amar y un tiempo para odiar, enseña el Eclesiastés. Si algo merece odiarse, ciertamente es el asesinato de inocentes sin piedad.

Perdonar voluntariamente a aquellos que te han herido es bonito y digno de elogio. Es lo que Jesús hizo en la cruz, lo que hacen los cristianos al rezar el Padrenuestro, lo que hacen los judíos cuando recitan el Kriat Sh'ma antes de dormir. ¿Pero perdonar a aquellos que han herido, que han asesinado, a otros? No puedo ver de qué modo el mundo se convierte en un lugar mejor asegurando a quienes son capaces de hacer cosas terribles que después serán perdonado solícitamente, incluso si no muestran arrepentimiento.

Hay indicios de que el asesino de este caso puede haber sido presa de la depresión o las alucinaciones. Dejó notas de suicidio que hablaban de la pena incesante por la muerte de su hija pequeña y del tormento de sus sueños de abusar de niñas. Quizá fue la locura más que el mal lo que le empujó a cometer este horror, en cuyo caso el perdón es más comprensible.

Pero los amish dejan claro que su reacción sería la misma de cualquier manera. No les deseo nada malo, pero no me gustaría ser como ellos y reaccionar a crímenes terribles con perdón y desinterés. "Que aquellos que aman al Señor odien el mal", rezan los salmos. El asesinato de las niñas amish fue un mal profundamente odioso. No hay nada divino en simular que no lo fue.

Jeff Jacoby, columnista de fe judía del Boston Globe. Sus artículos pueden consultarse en su página web.
 
Re: Perdón inmerecido (Amish)

Bueno, no creo que los Amish sean partidarios de perdonar a los asesinos de forma que ni siquiera vayan a la cárcel. Y respecto al asesinato de niños inocentes conviene recordar lo que dijo Cristo sobre una piedra de molino atada al cuello. Es más, yo puedo perdonar el daño que me hagan a mí pero no el daño que han hecho a un muerto, que ya no puede levantarse para perdonar.
Dicho eso, es obvio que el perdón es liberador. La mejor forma que los amish tienen de salir de ese drama es perdonando. No se les puede reprochar nada por ello.
 
Re: Perdón inmerecido (Amish)

Lois Amish perdonan mientras los musulmanes odian y se vengan.

Los Amish han encomendado su causa al Rey de reyes y Señor de Señores y creen que El y no ellos harán jsuticia divina.

Los Amish han perdonado espiritualmente a su enemigo pero saben que hay tambien un ajsuticia humana que ha sido puesta por Dios y que castigar{ia de estar vivo al infractor. Peor no vive, por tanto solo queda el odio el rencor, la venganza al mas duro estilo musulman, la recancha y la rabia o el perdón divino que viene de Dios

Y esta es la fuerza del cristiano, desde el primer martir Esteban a quien mientra le apedreaban perdonaba e interced{ia por sus matadores hasta esta comunidad.

Lo smusulmane snos definen como miedosos, cuando eon ellos los que lloran de rabia cuando matan a uno de los suyos, mientras el cristiano medita, perdona y recuerda que no es psouibe temer a quien mata al cuerpo sino que tememos a quien puede meternos en el infierno.

El musulman confunde el perdon con debiliad. L a falta de revancha con tibieza y la ausencia de rabia con temor.

Los Amish le estan diciendo al mundo muy especialmente al mundo musulmán que su fe es mas fuerte que cualquier intento de rebancha y que no estamos bajo la ley de ojo por ojo, sino que encomendamos nuestra causa.

Es absurdo que un musulman diga "que los cristianos tienen miedo" cuando los gritos de horror de sus mujeres suenan por todo el mundo cuando uno de los suyos es asesinado.

Porque ¿como tendremos miedo a la muerte los cristianos si estamos muertos. Si estamos crucificados juntamente con Cristo en la cruz del Calvario y vivimos al mismo tiempo en los lugares celestiales?

La repsuesta Amish es una respuesta cristiana al mundo incr{edulo pero muy en especial al mundo musulman tan lleno de rencor, odio, sed de venganza y demas muestras de su debilidad espiritual.

Un saludo.
 
Re: Perdón inmerecido (Amish)

El mundo musulmán probablemente no sepa nada de este asunto pues dudo mucho que los medios televisivos de los países musulmanes cuenten lo del perdón de los amish.
 
Re: Perdón inmerecido (Amish)

Pienso que como cristianos hemos de encontrar un equilibrio entre nuestra sed de justicia y nuestro deber de perdonar, recordando que hemos sido perdonados de nuestros pecados (que no son más que crímenes contra Dios y nuestros prójimos).

Por otra parte, tampoco olvidemos ue Dios es un Dios de justicia, que ya sea en esta vida o en la sgte obrará deacuerdo a Sus atributos.

¿Donde buscar el equilibrio? Pues en Jesucristo, la suma de todas las virtudes y perfecciónes, nuestro Maestro y Hermano mayor:

"Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen..." Lucas 23:34

Jesús, el Hijo de Dios, estando clavado en la cruz con heridas que no merecía ni tenía que sufrir, cargando los pecados de muchos que no lo merecian, pudo haber llamado a huestes angelicáles, o en una demostración de poder y gloria divína derramar Su justa íra sobre aquellos que injústamente lo humillaban; sin embargo, para dejarnos ejemplo, prefirió perdonar...me pregunto si yo haría lo mismo...en ese clamor de Jesús podemos escuchar nuestros nombres tambien. Estoy seguro que ese clamor también hiba dirijido a muchos de los que en ese momento le humillaban, muchos que veremos arriba cuando Dios venga por Su pueblo...

Pero Jesús nos dejó también una gran enseñanza que encontramos en las Espístolas de Pedro, y en donde podemos encontrar también el equilibrio que buscamos:

"Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente..." 1 Pedro 2:21-23

¿Dejamos nuestros rencores y las injusticias que nos hacen en el trono de Aquel que juzga justamente? ¿Confiamos en que hará según Su voluntad con justicia? ¿O preferimos emitir nosotros juicios y maldiciones que, aunque merecidas, no muestran el carácter de Jesús? Aqui esta el equilibrio que buscamos, en descargar nuestras penas en Dios, confiando que Él hará justicia siempre:

"No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor." Romanos 12:19

En esencia, nuestro deber es perdonar las ofenzas que se hagan contra nosotros, encomendando a Dios nuestras causas y confiando en que Dios hará justicia al respecto, ¿Y porqué no? misericordia tambien.

Que Dios nos de esta virtud en el Nombre de Su Hijo Jesucristo, Amén...