La fe es la antítesis misma de la razón

emsvmj

2
9 Marzo 2006
28
0
El escritor Krakauer, en su libro Bajo el estandarte del Cielo, en relación con la premisa de que la violencia y el fanatismo se hallan fácilmente en la religión, escribe:

Aunque el territorio lejano de lo extremo puede ejercer una atracción intoxicante en los individuos susceptibles de todas clases, el extremismo parece ser especialmente predominante entre aquéllos inclinados por temperamento o crianza hacia las búsquedas religiosas. La fe es la antítesis misma de la razón; la falta de juicio, un componente crítico de la devoción espiritual. Y cuando el fanatismo religioso suplanta al raciocinio, de pronto no hay límites. Todo puede suceder. Absolutamente todo. El sentido común no se compara con la voz de Dios...

“La fe es la antítesis misma de la razón; la falta de juicio, un componente crítico de la devoción espiritual”. Eso lo dice todo.

http://biblioweb.sindominio.net/s/view.php?CATEGORY2=3&ID=125
 
Re: La fe es la antítesis misma de la razón

Fuente: http://blogs.periodistadigital.com/coradcorloquitur.php/2006/10/01/alas_para_volar

Alas para volar

"Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan en el Señor tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán."
Isaías 40,30-31
“Cualquier otra carga te oprime y te abruma, mas la carga de Cristo te alivia el peso. Cualquiera otra carga tiene peso, pero la de Cristo tiene alas. Si a un pájaro le quitas las alas, parece que le alivias el peso, pero cuanto más le quites este peso, tanto más le atas a la tierra. Ves en el suelo al que quisiste aliviar de un peso; restitúyele el peso de sus alas y verás como vuela”
San Agustín, Serm. 126,12
¿Quién no ha soñado alguna vez con poder volar?, ¿quién no ha admirado el vuelo majestuoso del águila real cuya visión alcanza donde ningún ojo humano puede llegar?. El hombre ha conseguido inventar máquinas que vuelan, incluso algunas que son capaces de llevarle al espacio exterior, pero sigue sin poder levantarse del suelo por sí mismo. Sin embargo, Dios ha dado al hombre dos alas para que su alma y su espíritu vuelen libremente: fe y razón.
Sí, como bien nos recuerda en su carta pastoral de esta semana el Obispo de Huesca y Jaca, Monseñor Jesús Sanz Montes, ofm, el Papa Juan Pablo II empieza su encíclica Fides et Ratio diciendo: "La fe y la razón (Fides et ratio) son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad".
Lástima que haya tantos hombres empeñados en querer volar sin alas o sólo con una. Tanto la fe que prescinde de la razón, como la razón que se niega a ser iluminada por la fe son incapaces de dar siquiera pequeños vuelos como las codornices. Cual pingüino patoso o avestruz que esconde su cabeza debajo de la tierra, el hombre que no aprende a usar las alas que Dios le da, está condenado a quedarse apegado a la tierra, a no poder elevar el vuelo en dirección al Sol de Justicia (Mal 2,4) que nos amaneció para salvarnos de la noche eterna en que el pecado había envuelto la humanidad.
Todo hombre que nace a la fe por medio del bautismo es como un polluelo recién nacido. Apenas puede hacer otra cosa que piar y piar para que sus progenitores le alimenten. Y ahí están nuestro Padre Dios y nuestra Madre la Iglesia para darnos de comer hasta que estamos preparados para dar el primer vuelo. Entonces aparecen los primeros miedos. No es fácil dar el primer salto hacia el vacío por mucho que nuestro instinto espiritual nos empuje a ello. Pero no podemos quedarnos toda la vida en el nido. No podemos ser como aquellos de la epístola a los Hebreos: "...os habéis vuelto tales, que tenéis necesidad de leche en vez de manjar sólido. Pues todo el que se alimenta de leche no es capaz de entender la doctrina de la justicia, porque es aún niño; mas el manjar sólido es para los perfectos, los que, en virtud de la costumbre, tienen los sentidos ejercitados en discernir lo bueno de lo malo." (Heb 5,12b-14). Si aún no has dado el primer vuelo, ¿a qué esperas?. No te preocupes que Dios te sostendrá si empiezas a caer. Si hace falta, enviará a sus ángeles para que no te estrelles (Salmo 91,11-12).
Vuela, vuela para que así puedas contemplar la grandeza de su Reino. No te cansarás jamás de admirarlo pues es eterno. No permitas que nadie te quite las alas que Cristo te ha regalado. No las entierres como aquel necio que metió bajo tierra el talento que su señor le había dado para que diera fruto. Usa el don de la fe y la razón que Dios te ha dado para volar por encima de tus pecados, de tus debilidades, de tus limitaciones. ¿A qué esperas pues?
Luis Fernando Pérez Bustamante
 
Re: La fe es la antítesis misma de la razón

Fuente: http://blogs.periodistadigital.com/coradcorloquitur.php/2006/09/21/los_sabios_y_los_traidores

Los sabios y los traidores

Daniel 11,32-34: "Seducirá con sus halagos a los traidores a la alianza santa, pero el pueblo que conoce a Dios obrará con firmeza, y los sabios entre ellos instruirán a la muchedumbre. Caerán de entre ellos por un tiempo a la espada, al fuego, al cautiverio y al pillaje, y, mientras sucumben, tendrán poco socorro, y muchos se unirán a ellos hipócritamente."

El hombre sabio que el Señor nos ha regalado como Papa dio una clase magistral en la Universidad ("invento católico") de Ratisbona. Son tantos los aspectos que Benedicto XVI trató en dicho discurso, que seguramente el mismo será objeto de estudio sereno una vez despejada la tormenta fundamentalista islámica que nos acecha, la cual, dicho sea de paso, está sirviendo para que el texto alcance una difusión impensable incluso para el Santo Padre.

Benedicto XVI nos avisa de dos peligros que acechan a nuestra civilización. Ambos tienen una cosa en común: parten del error sobre Dios. El primer error es la elevación a los altares del ídolo de la diosa razón, que no es sino la corrupción de ese elemento constitutivo del ser humano que le hace semejante a Dios, y que pretende eliminar al Logos divino, auténtica fuente de la sabiduría, de la esfera del pensamiento humano. La Ilustración que niega a Dios no ilustra sino que ciega el verdadero entendimiento. El segundo error es convertir a Dios y su pretendida revelación en instrumentos de una fe ciega, irracional, que se impone por la fuerza de la espada y que esclaviza tiránicamente a todo aquel que cae en sus redes.
Ambos errores, presuntamente antagónicos entre sí, se unen para intentar derribar la casa que, por más que les duela, no podrá ser destruida porque está construída sobre la roca firme (Lc 6,48) confesada por Pedro (Mt 16,16-19) y ni el Hades podrá con ella. Pero no nos engañemos: aunque sabemos el resultado final la batalla será larga, difícil y, literalmente, sangrienta. Y, como profetizaba Daniel sobre otro contexto histórico, no debemos esperar mucha colaboración de los que voluntariamente están fuera de la casa del Señor. Y si la encontramos será motivada por la hipocresía temporalmente interesada de aquellos traidores a su civilización que hoy adulan al mismo que ayer consideraban como el peor de los inquisidores, y al que mañana no dudarán en arrojar sus piedras afiladas por la ignominia de su odio a esa razón santificada por el Dios de la nación santa, real y sacerdotal que es luz en medio de las tinieblas de este mundo.

Benedicto XVI propone el diálogo en vez de la confrontación. Sabe muy bien que la fe cristiana no puede ni debe caer en errores pasados, acudiendo a la violencia para defenderse de los violentos. Sabe muy bien que la fortaleza del cristianismo está basada en la persona y obra de su fundador. Sabe muy bien que el Evangelio puede y debe impregnar el pensamiento moderno para renovarlo y dirigirlo hacie el bien de toda la humanidad. Sabe muy bien que los fundamentalismos islámico y laicista no resistirán el empuje de una renovada cristiandad que, repitiéndose la historia de su papel en la civilización greco-romana, sea semilla de verdad en todas las civilizaciones desparramadas por el mundo en que vivimos. Benedicto XVI sabe muy bien cuál es la verdad que nos libera. Y por eso la predica siguiendo el modelo de San Pablo, como maestro en el Agora de esa Atenas vieja y descreída en que se ha convertido Europa, y con la evangelización de todo el orbe en el horizonte.

Dios le asista en esa tarea y nos dé fuerzas para ser fieles a semejante pastor.

Luis Fernando Pérez Bustamante
 
Re: La fe es la antítesis misma de la razón

http://findesemana.libertaddigital.com/articulo.php/1276232436

NUEVO LIBRO DEL DIRECTOR DE LA LINTERNA

El talón de Aquiles

Por César Vidal

La mitología griega nos ha transmitido la sorprendente historia de un guerrero que se llamaba Aquiles. Invencible en el combate, admirado por los hombres y deseado por las mujeres, Aquiles sólo tenía un punto vulnerable, su talón. Nadie podía causarle la muerte, y así había quedado de manifiesto en multitud de enfrentamientos personales. Nadie salvo el que, sabedor de su secreto, consiguiera dañar su talón. Este rasgo de nacimiento, al fin y a la postre, acabó determinando su muerte, causada por una herida en esa parte concreta de su anatomía.


Desde hace casi un cuarto de siglo me he dedicado a la investigación histórica en áreas diversas. Una de las lecciones derivadas de ese trabajo (que se ha manifestado con el paso de los años) es que el factor humano resulta esencial para comprender la Historia.

Por supuesto, soy consciente de que otros autores consideran más relevante el precio de los garbanzos durante el gobierno de Espartero o lo que podían escribir ateneístas a los que nadie leía. Es una postura respetable, pero radicalmente errónea. No sólo eso. Distorsiona gravemente el estudio de la Historia hasta convertirlo en algo muy distante de la realidad.

El peso de las individualidades ha sido –siempre lo será– decisivo. Fue un individuo llamado Miguel Ángel el que pintó genialmente la Capilla Sixtina, no una masa popular en tensión con la burguesía. Fue un individuo llamado Lenin el que creó un sistema represivo sin antecedentes en la Historia universal, no el campesinado ruso hambriento de tierras, campesinado, por cierto, especialmente castigado por el régimen soviético. Fue un individuo llamado Cervantes el que escribió una novela extraordinaria sobre un hidalgo manchego, no la nobleza en pugna o colaboración con la Inquisición española. Todo esto es tan obvio como que el sol sale por las mañanas, pero las anteojeras ideológicas y la dictadura de lo políticamente correcto se empeñan en no verlo. Allá ellos.

Y es que, de la misma manera que los individuos han marcado la Historia, no es menos cierto que no han sido pocos los personajes que han padecido también un talón de Aquiles. Ese talón de Aquiles abrió camino al sufrimiento e incluso al terrible fracaso. Propio y ajeno, todo hay que decirlo. En virtud de ese talón de Aquiles, seres dotado de talento, conquistadores del éxito o compañeros de la fortuna se vieron impedidos de alcanzar sus metas finales, o lo consiguieron a un coste verdaderamente dañino y perverso.

Desde la esterilidad de María Tudor al desprecio por el ser humano de Lenin; desde la admiración por los grandes de Pedro III al nacionalismo de Hitler; desde la ludopatía de Dostoievski al alcoholismo de Edgar Allan Poe, desde la homosexualidad de Oscar Wilde a la enfermedad mental de Juana la Loca, la existencia de un talón de Aquiles –de varios– arroja su sombra sobre la Historia del género humano.

[...]

________________________________________

Ya han llegado ustedes al final de este recorrido. Creo que habrán podido percatarse de una realidad obvia, la de que hasta los seres más dotados de talento, de inteligencia, de poder también tienen su talón de Aquiles. Personalmente, estoy convencido de que resulta algo propio de la condición humana. No sólo eso. Creo que ese examen nos transporta a un principio ya contemplado en la Biblia, aquel que afirma que somos una especie caída como consecuencia del mal.

No se trata de que el género humano no pueda realizar cosas hermosas. Las muestras abundan, y en no pocas ocasiones han llegado al grado de lo sublime. Sin embargo, nuestra tendencia al mal –individual y colectiva– es innegable. No sólo es innegable, es que tiene consecuencias obvias.

Es precisamente esa circunstancia la que explica, por ejemplo, que determinados sistemas políticos hayan fracaso o, por el contrario, hayan obtenido el éxito, por más que éste –como todo lo humano– resulte limitado y no exento de fracasos. Es triste reconocerlo, pero las cosmovisiones utópicas y optimistas siempre han terminado en terribles matanzas. Es el caso innegable del socialismo y de los nacionalismos. Lo es también de la masonería. Convencidos de que las masas –entendidas como tales las que siguen las consignas de izquierdas– o las naciones –reales o supuestas– tienen algo incomparablemente bueno en su interior, estas visiones ideológicas han terminado produciendo experimentos extraordinariamente cruentos, como los impulsados por Lenin, Stalin, Mao o Hitler.

Al fin y a la postre, ni las masas ni las naciones se comportaban según ese patrón de lo bueno y acababan siendo objeto de castigos ejemplares por negarse a actuar de acuerdo con su supuesta esencia. El Gulag, Auschwitz, la guillotina durante el Terror de la Revolución Francesa, los campos de concentración de Castro, las acciones de Pol Pot o la revolución cultural de Mao son sólo episodios que demuestran cómo el optimismo antropológico y la utopía han causado más muertes y sufrimiento que cualquier otra cosmovisión.

Sin embargo, existe otra manera de abordar la existencia del talón de Aquiles desde una perspectiva política. Es la forma en que lo hicieron los puritanos o los padres fundadores de Estados Unidos. Para ellos resultaba obvio que, partiendo de las enseñanzas de la Biblia, el hombre está inclinado hacia el mal. Tiene también inclinaciones buenas y puede realizar acciones hermosas, pero ninguna de esas circunstancias puede ocultar la realidad que descubrimos con sólo mirar a nuestro alrededor.

Precisamente por ello, para protegernos de nosotros mismos, el poder político debía estar dividido, asentarse en sólidos principios morales y contar con una justicia independiente. Un poder así podía incurrir (de hecho, incurre) en abusos, pero el hecho de que no sea absoluto y total permite la configuración de mecanismos de control y castigo. La independencia de los jueces faculta además a la sociedad para someter al imperio de la ley a los transgresores, aunque sean hombres poderosos o políticos influyentes.

Finalmente, la existencia de fuertes cimientos morales evita que la sociedad acabe aceptando como bueno y ético lo que sólo es fruto de una mayoría electoral o de un pacto político y puede llevarla a su propia disolución. Como se suele recordar frecuentemente, y es lógico que así sea, Hitler llegó al poder a través de las urnas.

Y es que, como supieron ver los trágicos griegos, existen leyes trascendentales que están por encima de las leyes humanas. Seguramente todo esto explica que Estados Unidos sea una de las pocas naciones en las que nunca ha habido una dictadura comunista o fascista. En cualquier caso, muestra que para enfrentarnos con nuestros problemas la solución no es nunca negarlos, sino afrontarlos de manera resuelta y sincera, y procurar darles una solución efectiva y realista.

Un Estado que apelando a supuestas utopías y futuros ideales pretende controlar toda la vida, desde el ocio a la enseñanza, desde el trabajo a la cultura, desde la educación a la lengua, desde los medios a la economía, en un Estado despótico que acabará tiranizando a sus administrados y que, tarde o temprano, intentará perpetuarse mediante el derramamiento de sangre. La mejor respuesta frente a él es una sociedad formada por ciudadanos que asuman valores de libertad, de autonomía individual, de defensa de esferas de libertad en áreas como la educación, la familia y la conciencia.

Sin embargo, las conclusiones derivadas de la existencia del talón de Aquiles en personas de enorme relevancia a lo largo de la Historia no deben ser única y exclusivamente políticas. Tienen que llevarnos a reflexionar sobre las limitaciones que, como seres humanos, penden sobre nosotros. El hecho de que un literato ilustre no pueda vencer el alcohol, de que una mujer no consiga perpetuarse en el trono por la esterilidad, de que el nacionalismo ciegue a un pequeño burgués o de que la utopía socialista o nacionalista hunda una democracia nos muestra –deseemos o no verlo– que la solución a nuestros problemas y el análisis correcto de los mismos se hallan más allá de la mera condición humana.

Tenemos el derecho, por citar a un clásico, a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad. Cualquier otro derecho es inferior a los ya enunciados. Sin embargo, como afirmó el autor hebreo que escribió el Eclesiastés, todo lo que hay debajo del sol es, en mayor o menor medida, vanidad. Incluso vanidad de vanidades. Así resulta, salvo que lo reconozcamos y encontremos las respuestas situadas por encima del sol, aquellas a las que apunta el mismo Eclesiastés, aquellas que, por ejemplo, salvaron a Dostoievski de su talón de Aquiles. De no ser así, nuestra vida no sólo puede quedar malograda por nuestros respectivos talones de Aquiles. Además carecerá de sentido.


Este texto ha sido conformado con un fragmento de la introducción y con la conclusión de EL TALÓN DE AQUILES, el más reciente libro de CÉSAR VIDAL, que acaba de publicar la editorial Martínez Roca.

Fuente:
http://www.libertaddigital.com/





:Food2:
 
Re: La fe es la antítesis misma de la razón

El escritor Krakauer, en su libro Bajo el estandarte del Cielo, en relación con la premisa de que la violencia y el fanatismo se hallan fácilmente en la religión, escribe:

Aunque el territorio lejano de lo extremo puede ejercer una atracción intoxicante en los individuos susceptibles de todas clases, el extremismo parece ser especialmente predominante entre aquéllos inclinados por temperamento o crianza hacia las búsquedas religiosas. La fe es la antítesis misma de la razón; la falta de juicio, un componente crítico de la devoción espiritual. Y cuando el fanatismo religioso suplanta al raciocinio, de pronto no hay límites. Todo puede suceder. Absolutamente todo. El sentido común no se compara con la voz de Dios...

“La fe es la antítesis misma de la razón; la falta de juicio, un componente crítico de la devoción espiritual”. Eso lo dice todo.

http://biblioweb.sindominio.net/s/view.php?CATEGORY2=3&ID=125


Muy buena y muy actual tu punto a debate mi amigo "emsvmj".

Permiteme compartir mi opinion.

Yo creo que la fe que no es Fe es la antitesis de la Fe, ya que la Fe es la continuacion de la razon.

La Fe como valor y fundamentalmente como valor espiritual, esta basada en el amor. Y como tu sabes tanto la Fe como el amor para los cristianos son dones espirituales, regalitos del Senor porque Dios es amor.

En ese sentido la Fe es un paso hacia el abismo empujados por un solo elemento. Cual es?
Es un valor, es el amor que proviene del Senor en paquetito y un lacito que dice TE AMO HIJO.
Y siguiendo con el sentido. El anhelo profundo de la razon humana de justicia y felicidad concuerda con la de su Creador.
El odio, la muerte, la destruccion..etc, son elementos extranos a la naturaleza divina.

Dios te bendiga.
 
Re: La fe es la antítesis misma de la razón

La religión está detrás de muchas de las principales tragedias de la humanidad. Un nuevo libro de Jon Krakauer se titula Under the Banner of Heaven: A Story of Violent Faith («Bajo el estandarte del Cielo: una historia de fe violenta»). La actual percepción del Islam como una religión particularmente militante (oficialmente impulsada y hermoseada para justificar nuestra presencia en Irak, en mi opinión) invoca horrendos recuerdos del fiasco del culto davidiano y del ataque de gas nervioso de Aum Shrinricko en el subterráneo de Tokio hace unos pocos años, y del suicidio «del fin del mundo» de los fieles en la secta «People's Temple» de Jim Jones. Esas son sólo unas pocas instancias dramáticas de los efectos del celo religioso que hizo que los creyentes más conservadores recularan, e incluso dudaran (por unos instantes) de la sabiduría de su fe.

No hubieran debido ser necesarios tales eventos de alto perfil, repentinos y sangrientos, para llamar nuestra atención sobre este problema. Otras situaciones más penetrantes que están desarrollándose, a las cuales parece que nos acostumbramos debido a su presencia constante en nuestras vidas, deberían producir la misma alarma. La tragedia israelí-palestina, la guerra católico-protestante en Irlanda del Norte, la guerra étnica tamil-sinhalesa y las atrocidades hindú-musulmanas que diariamente cobran vidas y traen terror y agonía a tantos, son sólo continuaciones de antiguas confrontaciones entre variantes de ilusiones religiosas. Los esfuerzos desesperados para sostener (por cualquier medio) el gobierno y poder de los sistemas religiosos vigentes que insisten en que poseen El Camino a la salvación y la vida eterna, tal como tan bien demostró la sangrienta Inquisición Católica que nos liberó no hace tanto tiempo, ilustran igualmente bien que una porción demasiado grande de nuestro conflicto es un resultado directo de la presencia de la religión. Y, en eventos tan menores como las elecciones locales, se puede jugar y de hecho se juega la carta de la religión, con gran éxito. Atesoramos nuestros errores, y los defendemos. Con frecuencia hasta la muerte.
 
Re: La fe es la antítesis misma de la razón

Amado hermano emsvmj. Recibe mis saludos, mi amor y mis bendiciones.



El escritor Krakauer, en su libro Bajo el estandarte del Cielo, en relación con la premisa de que la violencia y el fanatismo se hallan fácilmente en la religión, escribe:

Aunque el territorio lejano de lo extremo puede ejercer una atracción intoxicante en los individuos susceptibles de todas clases, el extremismo parece ser especialmente predominante entre aquéllos inclinados por temperamento o crianza hacia las búsquedas religiosas. La fe es la antítesis misma de la razón; la falta de juicio, un componente crítico de la devoción espiritual. Y cuando el fanatismo religioso suplanta al raciocinio, de pronto no hay límites. Todo puede suceder. Absolutamente todo. El sentido común no se compara con la voz de Dios...

“La fe es la antítesis misma de la razón; la falta de juicio, un componente crítico de la devoción espiritual”. Eso lo dice todo.

http://biblioweb.sindominio.net/s/view.php?CATEGORY2=3&ID=125


Amado hermano, creo que el tema que has puesto es muy bueno pero está equivocado, totalmente equivocado.

La fe no es la antítesis de la razón. Nada tiene que ver una con otra.

No hay que confundir el fanatismo (sentimiento que lleva a la pasión sin límites, a la ceguera y al odio) con la fe.

El ejercicio de la razón debe servir para alimentar la fe, robustecerla por el producto del razocinio que es el discernimiento.

A medida que el hombre va tomando conocimiento de la verdad y de Dios, su fe se va fortaleciendo y esta debe llevarlo a actuar en plena facultad de la razón.

El actuar sin razón, lleva al individuo al fanatismo y este le conducirá a acciones desbocadas como mencioné anteriormente.


Con amor:Junegofe.



YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA.
 
Re: La fe es la antítesis misma de la razón

“La fe es la antítesis misma de la razón; la falta de juicio, un componente crítico de la devoción espiritual”. Eso lo dice todo.

http://biblioweb.sindominio.net/s/view.php?CATEGORY2=3&ID=125

Me parece el autor confunde la fe con la locura.

De hecho la definción que el autor le da a su idea onírica de lo que es la fe, es literalmente la definición de la locura.

En el libro "estudio de la enagenación del alma o locura" puedes leer prácticamente la misma idea.

Un saludo
 
Re: La fe es la antítesis misma de la razón

FE DE ERRATAS

Donde dice

En el libro "estudio de la enagenación del alma o locura" puedes leer prácticamente la misma idea.

deberá decir

En el libro "estudio de la enagenación del alma o manía" puedes leer prácticamente la misma idea.


Gracias
 
Re: La fe es la antítesis misma de la razón

La religiosidad divide

San Mateo (10, 34-39) San Lucas (12, 49-53) "Jesús dijo: Penseis que vine a traer paz al mundo?. NO vine a traer paz, sino espada. Porque vine a separar al hombre de su padre, a la hija de su madre, a la nuera de su suegra. Los enemigos del hombre, seran los mismos de su casa. Porque el que ama a su padre o a su madre más que amí, no es digno de mi; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mi, NO es digno de mi. El que quiera salvar su vida, la perderá y el que la pierde por mí, la encontrará".
San Lucas 12, 49-50. Jesus dijo: “Vine a traer fuego a la tierra, ¡y cuando deseo ya que arda!.
 
Re: La fe es la antítesis misma de la razón

La religiosidad divide

San Mateo (10, 34-39) San Lucas (12, 49-53) "Jesús dijo: Penseis que vine a traer paz al mundo?. NO vine a traer paz, sino espada. Porque vine a separar al hombre de su padre, a la hija de su madre, a la nuera de su suegra. Los enemigos del hombre, seran los mismos de su casa. Porque el que ama a su padre o a su madre más que amí, no es digno de mi; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mi, NO es digno de mi. El que quiera salvar su vida, la perderá y el que la pierde por mí, la encontrará".
San Lucas 12, 49-50. Jesus dijo: “Vine a traer fuego a la tierra, ¡y cuando deseo ya que arda!.


No amiguito. Estos versiculos claramente indican en virtud de quien toda estas personas son divididas.

Quien hace la división entre lo cierto y lo falso es Jesús; El es causa de división efectivamente.

Los que estan con El y los que están contra de El.

Nada que ver con "religiosidad", la "religiosidadE no es al causa, sino una mala consecuencia de quienes estan en el error; asunto muy distinto.

Presta mas atención con lo que lees.

Un saludo
 
La fe es la antítesis misma de la razón

El escritor Krakauer, en su libro Bajo el estandarte del Cielo, en relación con la premisa de que la violencia y el fanatismo se hallan fácilmente en la religión, escribe:

Aunque el territorio lejano de lo extremo puede ejercer una atracción intoxicante en los individuos susceptibles de todas clases, el extremismo parece ser especialmente predominante entre aquéllos inclinados por temperamento o crianza hacia las búsquedas religiosas. La fe es la antítesis misma de la razón; la falta de juicio, un componente crítico de la devoción espiritual. Y cuando el fanatismo religioso suplanta al raciocinio, de pronto no hay límites. Todo puede suceder. Absolutamente todo. El sentido común no se compara con la voz de Dios...

“La fe es la antítesis misma de la razón; la falta de juicio, un componente crítico de la devoción espiritual”. Eso lo dice todo.

http://biblioweb.sindominio.net/s/view.php?CATEGORY2=3&ID=125

No estoy de acuerdo. Precisamente la base de toda la teología Benedicto XVI está en la complementaridad entre fe y razón. Una fe sin razón, como el islam, degenera en fanatismo. Pero una razón sin fe, degenera en racionalismo e ideologías deshumanizantes que pueden llegar a ser muy destructivas, como se ha demostrado de sobra a lo largo del siglo XX, aunque las cosas empezaron a torcerse en el XVIII, sobre todo a partir de la Revolución Francesa.

Bendiciones.

+++