Re: ¿ QUIÉN ES DIOS ?
Amigo mío, hasta el amor es un compendio de compuestos químicos que interaccionan en el cerebro; hormonas, cationes, aniones, sinapsis. ¡Qué pena! Ya lo sé, pero es así. Dios es, meramente una sugestión humana... ¿Qué es lamentable que piense así? Pues es posible, pero, no puedo sino ser honesto conmigo mismo al afirmar estas palabras. Siempre pensé que la Ciencia era soberbia, y los científicos altaneros; pero la Ciencia existe en el género humano a pesar de éste; aunque neguemos el teorema de Pitágoras, aunque cerremos los ojos a su planteamiento, éste existe y se establece una y otra vez. Ya sé que Dios se diluye ante cualquier ponderación, eso le salva, ¿no creen? ¡menudo parapeto! Sin embargo yo creo que Dios es la propia Ciencia, pues ésta es su lenguaje, y las matemáticas su orden primordial, ancestral, que armoniza el Cosmos desde el momento justo en que éstas doblegaron la energía primigenia y comenzó la Gran Causa hacia donde ahora nos encontramos: el triunfo de la conciecia sobre la materia, el insuflamiento de la divinidad en forma de nuestra mente, nuestra Razón. Pero este planteamiento de Dios (que es mi verdad, privada por supuesto, pero no menos privada que la de ustedes, aunque sean muchos los que la proclaman) se aleja del que se preconiza en las escrituras. No hay mandatos, no hay enjuiciamientos, no hay leyes morales... Dios se materializa en cada uno de nosotros a través de su obra, hasta llegar a lo que somos, Él nos ha escrito su legado, y es competencia nuestra descifrarlo y llegar a entenderlo; ésa es la auténtica revelación, y no la de las Escrituras.
Ustedes creen que soy ateo porque presento cuestiones perturbadoras, pero se equivocan. Yo, al contrario que ustedes vengo del camino en el que ahora están ustedes. Resulta que mi credo era el Evangelio, pero las cuestiones no las puede saldar el evangelio, lo siento, pero es así.
Y el alma, ¿qué me dicen del alma? ¿Realmente el alma esta en un estadio independiente del cuerpo o, por el contrario, se encuentra indisolublemente asociada a él? Quiero decir: sin cerebro, no hay alma. No habría nada más emocionante para mí que de alguna manera pudiera saber la primera certeza, pero, pesa mucho la otra. Si me gusta conversar con personas creyentes es porque aprendo de ellas, siempre que se dé el respeto mutuo y el interés de debatir, claro. Pero, como ya les dije, estuve muchos años entre religiosos, por eso conozco todos los argumentos que ustedes blanden a base de citas, citas que yo mismo repetí una y otra vez como un loro enfervorecido. Yo no es que fuera uno de ellos, pero, es ímpetu por no dejarse cuestionar fue lo que me puso en guardia, lo demás ha llegado por añadidura. Y sigo en la brecha, buscando entre todo aquello que se proclama, intentando atisbar más allá de la caverna.
Y sí, sí que me gustaría -sería un honor- que me hablara de esos testimonios que son tan importantes para usted, que le llevan a la más férrea de las convicciones acerca de esa presencia de Dios.
Un abrazo a todos.
Amigo mío, hasta el amor es un compendio de compuestos químicos que interaccionan en el cerebro; hormonas, cationes, aniones, sinapsis. ¡Qué pena! Ya lo sé, pero es así. Dios es, meramente una sugestión humana... ¿Qué es lamentable que piense así? Pues es posible, pero, no puedo sino ser honesto conmigo mismo al afirmar estas palabras. Siempre pensé que la Ciencia era soberbia, y los científicos altaneros; pero la Ciencia existe en el género humano a pesar de éste; aunque neguemos el teorema de Pitágoras, aunque cerremos los ojos a su planteamiento, éste existe y se establece una y otra vez. Ya sé que Dios se diluye ante cualquier ponderación, eso le salva, ¿no creen? ¡menudo parapeto! Sin embargo yo creo que Dios es la propia Ciencia, pues ésta es su lenguaje, y las matemáticas su orden primordial, ancestral, que armoniza el Cosmos desde el momento justo en que éstas doblegaron la energía primigenia y comenzó la Gran Causa hacia donde ahora nos encontramos: el triunfo de la conciecia sobre la materia, el insuflamiento de la divinidad en forma de nuestra mente, nuestra Razón. Pero este planteamiento de Dios (que es mi verdad, privada por supuesto, pero no menos privada que la de ustedes, aunque sean muchos los que la proclaman) se aleja del que se preconiza en las escrituras. No hay mandatos, no hay enjuiciamientos, no hay leyes morales... Dios se materializa en cada uno de nosotros a través de su obra, hasta llegar a lo que somos, Él nos ha escrito su legado, y es competencia nuestra descifrarlo y llegar a entenderlo; ésa es la auténtica revelación, y no la de las Escrituras.
Ustedes creen que soy ateo porque presento cuestiones perturbadoras, pero se equivocan. Yo, al contrario que ustedes vengo del camino en el que ahora están ustedes. Resulta que mi credo era el Evangelio, pero las cuestiones no las puede saldar el evangelio, lo siento, pero es así.
Y el alma, ¿qué me dicen del alma? ¿Realmente el alma esta en un estadio independiente del cuerpo o, por el contrario, se encuentra indisolublemente asociada a él? Quiero decir: sin cerebro, no hay alma. No habría nada más emocionante para mí que de alguna manera pudiera saber la primera certeza, pero, pesa mucho la otra. Si me gusta conversar con personas creyentes es porque aprendo de ellas, siempre que se dé el respeto mutuo y el interés de debatir, claro. Pero, como ya les dije, estuve muchos años entre religiosos, por eso conozco todos los argumentos que ustedes blanden a base de citas, citas que yo mismo repetí una y otra vez como un loro enfervorecido. Yo no es que fuera uno de ellos, pero, es ímpetu por no dejarse cuestionar fue lo que me puso en guardia, lo demás ha llegado por añadidura. Y sigo en la brecha, buscando entre todo aquello que se proclama, intentando atisbar más allá de la caverna.
Y sí, sí que me gustaría -sería un honor- que me hablara de esos testimonios que son tan importantes para usted, que le llevan a la más férrea de las convicciones acerca de esa presencia de Dios.
Un abrazo a todos.