Hermanos:
Creo que los cristianos damos por hecho muchas cosas. Y no cabe duda que muchas veces nos “acostumbramos” a oír y a usar ciertos lenguajes.
-“¿Hay alguien que quiera pasar al frente a repetir esta oración junto conmigo, para aceptar a Jesucristo como su Salvador?”, -fue la invitación que el pastor hizo a la congregación, al terminar su predicación el domingo.
-“¡En la reunión del domingo pasado se convirtieron 25 personas a Cristo!”, dijo otro pastor, conmovido. -¿Ycómo lo sabe? Se le cuestionó. “¡Porque 25 personas repitieron la oración para aceptar a Jesucristo como su Salvador!”, contestó el pastor.
-“¡Cada día se convierten a Cristo 15,000 personas en toda la República Mexicana!”, -proclama pomposamente un boletín publicado hace 10 años atrás, de una congregación del norte de México.
Palabras como estas son muy comunes en el “ambiente cristiano.” Tan comunes que, como dijimos, ya nos hemos “acostumbrado” a escucharlas. Y lo peor de todo es que, al oírlas, creemos y damos por hecho que efectivamente 25 personas son “nuevas criaturas” tan solo porque repitieron la ya famosa “oración para aceptar a Cristo como Salvador.”
Si fuera cierto que diariamente se convierten al verdadero cristianismo 15,000 personas en todo el país, eso significaría que en menos de 13 años México sería orgullosamente cristiano, y por consecuencia, ¡sería un México radicalmente transformado!
Pero con suma tristeza nos damos cuenta de que esto no es así, que algo está pasando con esas “estadísticas cristianas.” Que si estas estadísticas se están basando en el conteo de manos que se levantan durante algún evento, cuando se pregunta ¿quién repitió la oración-fórmula para ser salvo?, con todo respeto, pero eso es un falacia. Resulta completamente absurdo publicar este tipo de estadísticas, pero lamantablemente todo eso va de la mano con ese “evangelio rápido", que hoy en día se está predicando (al menos en mi país, no me consta si en otros también).
“Oraciones-fórmula”, como las que se usan hoy en día para convertir a los incrédulos, son algo terriblemente trágico, pues presentan un evangelio de “repite esta fórmula mágica”, ¡y listo!, tu vida es transformada como por arte de mágia, y ya te puedes morir tranquilo.
En una ocasión, a algunos de estos “nuevos salvos”, que repitieron la “oración”, se les preguntó por qué habían pasado al frente.
He aquí las respuestas de tres entrevistados:
La primera:
-Disculpe, ¿por qué pasó usted al frente?
R= “Porque nos hicieron una invitación a pasar al frente.”
-¿Y por qué aceptó usted la invitación?
R= “Pues porque nos dijo el señor que estaba parado al frente que si queríamos recibir a Dios en nuestro corazón, y yo acepté.”
-¿Qué aceptó?
R= “A Dios”
-¿Repitió la oración?
R= “Si, toda”
-¿Y para quién cree usted que fue esa oración?
R= “Pues, para Dios, ¿no?”
-¿Y si fue para Dios, qué fue lo que usted le dijo a Dios?
R= “Pues, lo que el señor dijo que dijera. Creo que...., mmhhh...., mire la verdad ya no me acuerdo. Pero si, si la repetí toda, completita, tal y como nos dijo el señor de enfrente.”
La segunda:
-Disculpe, ¿por qué pasó usted al frente?
R= “Para que oraran por mi.”
-¿Oraron por usted?
R= “Si, el pastor oró y dijo que repitiéramos lo que él dijo.”
-¿Y que fue lo que el pastor oró?
R= “Pues dijo que una oración para aceptar a Cristo como nuestro Salvador.”
-¿Y usted repitió la oración?
R= Sí
-¿Y por qué la repitió?
R= Pues nos dijo que teníamos que arrepentirnos y así Dios nos perdonaría.
-¿Y sabe de qué tiene que arrepentirse?
R= Pues, de mis pecados, ¿o no?
-¿Y qué le perdona Dios?
R= Pues, mis pecados, ¿o no?, que soy malo, pecador.
-¿Y por qué cree usted que debemos aceptar a Jesucristo como nuestro Salvador? ¿De qué nos salva?
R= ¡Hijole, ora si me agarró en curva. La verdad no sabría decirle. Yo creo que de mi maldad, ¿o no?
La tercera:
-Disculpe, ¿por qué pasó usted al frente?
R= Pus mire, ando buscando quién me ayude con mis broncas, y mi vecina me dijo que aquí me podían ayudar. Y pus..., ayer fui con una Doña que dizque me dijeron que hace limpias, y pus hoy....aver si aquí me resulta hoy. Ya repetí el rezo... , a ver cual es el bueno.”
-(ya no hubo más preguntas, creo que quedo claro).
Estos tres casos (como ejemplos), representan a una tercera parte de los entrevistados. ¿Arrepentimiento?, ¿Salvador?, ¿De qué tenemos que arrepentirnos?, ¿y por qué necesitamos un Salvador? Si no podemos responder a estas preguntas, es por demás que repitamos como merolicos estas “oraciones para ser salvos.”
Un día en una reunión de jovenes (y además "cristianos") en la iglesia, les pregunté ¿de qué se habían arrepentido? Quedé sorprendido de algunas de sus respuestas.
Se nos ha olvidado que el primer paso para la salvación, es el ARREPENTIMIENTO, pero.... ¿de qué debemos arrepentirnos?
Y como buenos cristianos (que ya sabemos esto, y todo lo demás que debe saber un cristiano), quisiera preguntarles....Ustedes que opinan, ¿de qué nos arrepentimos?
Espero sus opiniones.
P.D. Antes de escandalizarse y contestar como "buenos cristianos" (dando por defoult la respuesta, y diciendo: "¡¿Cómo es posible que un cristiano no sepa de qué debemos arrepentirnos?!"), quisiera que de verdad pensaran en el sentido de mi pregunta.

Creo que los cristianos damos por hecho muchas cosas. Y no cabe duda que muchas veces nos “acostumbramos” a oír y a usar ciertos lenguajes.
-“¿Hay alguien que quiera pasar al frente a repetir esta oración junto conmigo, para aceptar a Jesucristo como su Salvador?”, -fue la invitación que el pastor hizo a la congregación, al terminar su predicación el domingo.
-“¡En la reunión del domingo pasado se convirtieron 25 personas a Cristo!”, dijo otro pastor, conmovido. -¿Ycómo lo sabe? Se le cuestionó. “¡Porque 25 personas repitieron la oración para aceptar a Jesucristo como su Salvador!”, contestó el pastor.
-“¡Cada día se convierten a Cristo 15,000 personas en toda la República Mexicana!”, -proclama pomposamente un boletín publicado hace 10 años atrás, de una congregación del norte de México.
Palabras como estas son muy comunes en el “ambiente cristiano.” Tan comunes que, como dijimos, ya nos hemos “acostumbrado” a escucharlas. Y lo peor de todo es que, al oírlas, creemos y damos por hecho que efectivamente 25 personas son “nuevas criaturas” tan solo porque repitieron la ya famosa “oración para aceptar a Cristo como Salvador.”
Si fuera cierto que diariamente se convierten al verdadero cristianismo 15,000 personas en todo el país, eso significaría que en menos de 13 años México sería orgullosamente cristiano, y por consecuencia, ¡sería un México radicalmente transformado!
Pero con suma tristeza nos damos cuenta de que esto no es así, que algo está pasando con esas “estadísticas cristianas.” Que si estas estadísticas se están basando en el conteo de manos que se levantan durante algún evento, cuando se pregunta ¿quién repitió la oración-fórmula para ser salvo?, con todo respeto, pero eso es un falacia. Resulta completamente absurdo publicar este tipo de estadísticas, pero lamantablemente todo eso va de la mano con ese “evangelio rápido", que hoy en día se está predicando (al menos en mi país, no me consta si en otros también).
“Oraciones-fórmula”, como las que se usan hoy en día para convertir a los incrédulos, son algo terriblemente trágico, pues presentan un evangelio de “repite esta fórmula mágica”, ¡y listo!, tu vida es transformada como por arte de mágia, y ya te puedes morir tranquilo.
En una ocasión, a algunos de estos “nuevos salvos”, que repitieron la “oración”, se les preguntó por qué habían pasado al frente.
He aquí las respuestas de tres entrevistados:
La primera:
-Disculpe, ¿por qué pasó usted al frente?
R= “Porque nos hicieron una invitación a pasar al frente.”
-¿Y por qué aceptó usted la invitación?
R= “Pues porque nos dijo el señor que estaba parado al frente que si queríamos recibir a Dios en nuestro corazón, y yo acepté.”
-¿Qué aceptó?
R= “A Dios”
-¿Repitió la oración?
R= “Si, toda”
-¿Y para quién cree usted que fue esa oración?
R= “Pues, para Dios, ¿no?”
-¿Y si fue para Dios, qué fue lo que usted le dijo a Dios?
R= “Pues, lo que el señor dijo que dijera. Creo que...., mmhhh...., mire la verdad ya no me acuerdo. Pero si, si la repetí toda, completita, tal y como nos dijo el señor de enfrente.”
La segunda:
-Disculpe, ¿por qué pasó usted al frente?
R= “Para que oraran por mi.”
-¿Oraron por usted?
R= “Si, el pastor oró y dijo que repitiéramos lo que él dijo.”
-¿Y que fue lo que el pastor oró?
R= “Pues dijo que una oración para aceptar a Cristo como nuestro Salvador.”
-¿Y usted repitió la oración?
R= Sí
-¿Y por qué la repitió?
R= Pues nos dijo que teníamos que arrepentirnos y así Dios nos perdonaría.
-¿Y sabe de qué tiene que arrepentirse?
R= Pues, de mis pecados, ¿o no?
-¿Y qué le perdona Dios?
R= Pues, mis pecados, ¿o no?, que soy malo, pecador.
-¿Y por qué cree usted que debemos aceptar a Jesucristo como nuestro Salvador? ¿De qué nos salva?
R= ¡Hijole, ora si me agarró en curva. La verdad no sabría decirle. Yo creo que de mi maldad, ¿o no?
La tercera:
-Disculpe, ¿por qué pasó usted al frente?
R= Pus mire, ando buscando quién me ayude con mis broncas, y mi vecina me dijo que aquí me podían ayudar. Y pus..., ayer fui con una Doña que dizque me dijeron que hace limpias, y pus hoy....aver si aquí me resulta hoy. Ya repetí el rezo... , a ver cual es el bueno.”
-(ya no hubo más preguntas, creo que quedo claro).
Estos tres casos (como ejemplos), representan a una tercera parte de los entrevistados. ¿Arrepentimiento?, ¿Salvador?, ¿De qué tenemos que arrepentirnos?, ¿y por qué necesitamos un Salvador? Si no podemos responder a estas preguntas, es por demás que repitamos como merolicos estas “oraciones para ser salvos.”
Un día en una reunión de jovenes (y además "cristianos") en la iglesia, les pregunté ¿de qué se habían arrepentido? Quedé sorprendido de algunas de sus respuestas.
Se nos ha olvidado que el primer paso para la salvación, es el ARREPENTIMIENTO, pero.... ¿de qué debemos arrepentirnos?
Y como buenos cristianos (que ya sabemos esto, y todo lo demás que debe saber un cristiano), quisiera preguntarles....Ustedes que opinan, ¿de qué nos arrepentimos?
Espero sus opiniones.
P.D. Antes de escandalizarse y contestar como "buenos cristianos" (dando por defoult la respuesta, y diciendo: "¡¿Cómo es posible que un cristiano no sepa de qué debemos arrepentirnos?!"), quisiera que de verdad pensaran en el sentido de mi pregunta.
