AUTORRETRATO

Oscar Capi

¡Shalom!
17 Noviembre 2005
1.871
29
www.cielosnuevosytierranueva.org
AUTO RETRATO

Amados hermanos:

Este tema es diferente, no es como los demás. En el mencionaré brevemente algo de lo que me ha sucedido en los últimos meses. Solo le pido al Espíritu Santo que use mis palabras para compartirle lo que en mi corazón quiero compartirle.

Vayamos justo al momento en que el Señor Jesús esta en el huerto de Getsemaní, momentos antes de ser arrestado, y voy a leer lo que narra Marcos en su Evangelio, y lo encontramos en el capítulo 14 v.32, que seguramente usted como yo nos jactamos con soberbia que ya lo hemos leído más de una vez. (Por eso le pido que lo lea como si nunca antes lo hubiése leído).

Dice ahí Marcos:
"Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro. 33Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse. 34Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad. 35Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. 36Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú. 37Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora? 38Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. 39Otra vez fue y oró, diciendo las mismas palabras. 40Al volver, otra vez los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño; y no sabían qué responderle. 41Vino la tercera vez, y les dijo: Dormid ya, y descansad. Basta, la hora ha venido; he aquí, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores. 42Levantaos, vamos; he aquí, se acerca el que me entrega.
43Luego, hablando él aún, vino Judas, que era uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los escribas y de los ancianos. 44Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle, y llevadle con seguridad. 45Y cuando vino, se acercó luego a él, y le dijo: Maestro, Maestro. Y le besó. 46Entonces ellos le echaron mano, y le prendieron. 47Pero uno de los que estaban allí, sacando la espada, hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole la oreja. 48Y respondiendo Jesús, les dijo: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? 49Cada día estaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis; pero es así, para que se cumplan las Escrituras. 50Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron."



En la película "LA PASION DE CRISTO" (que seguramente casi todos vieron) hay una escena, de entre algunas de las que me impactaron, y esta es cuando el Señor está ahí, en el huerto orando, y Satanás le está provocando tanta opresión, que seguramente fue de las cosas que ni nos imaginamos, y que llevaron al Señor en ese momento a sudar prácticamente gotas de sangre mezcladas con sudor. Y aunque en esa escena Satán le dice a Jesús: ”Renuncia a esto, ningún humano puede resistirlo. Y además..¿quién te va a reconocer lo que vas a hacer? , ¿para qué hacerlo?, simplemente no puedes.”

La Biblia nos dice que Satanás no sabía lo que Jesús iba a hacer, el no conocía el plan redentor de Dios por medio de lo que Jesús iba a hacer en la cruz. Así que más bien creo que lo que Satanás le proponía a Jesús en ese momento, era parecido a lo que le propuso en el desierto. Algo así como: “Mira, si no quieres que te maten....póstrate y adórame en este momento, y te dejo ir”. "¿Para qué tanto sufrimiento?"

Sin embargo, lo que si creo, es que ni siquiera nos imaginamos lo que el Señor estaba sintiendo en ese momento, está fuera de cualquier comprensión humana. Lo que si sé es que el Señor Jesús, pudiendo renunciar a todo, ahí en la película me impactó la escena en la que el Señor se pone de pie, afirma sus pies al suelo, y pisotea en la cabeza a la serpiente. Me puedo imaginar al Señor diciendo: “¡Lo haré........ Nadie me va a hacer dudar.” Por eso el Señor dice: “Nadie me quita mi vida, Yo la pongo de mi”

Quisiera transmitirle lo que estoy tratando de transmitirle. El Señor se puso de pie y dijo: "Lo haré por Oscar, porque lo amo apasionadamente. Nadie me quita mi vida...yo la doy por Oscar." Y quisiera que cada uno de ustedes pusiera su nombre también.

Cuando Jesús está orando, como lo leemos aquí en estos versículos, y él le dice al Padre: “No se haga mi voluntad sino la tuya”, y luego como se ve en la película, se pone de pie y se afirma y aplasta a aquella serpiente, no puedo más que caer de rodillas delante de mi Señor y decirle....Gracias Señor Jesús, por lo que hiciste por mi.

Cuando el Señor está colgado de la cruz, y antes de morir, él exclama: “¡Consumado es”!, esta exclamación es la culminación de todo el plan redentor de Dios por medio del sacrificio de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo. ¡Jesús había vencido! Todo el evangelio mismo encuentra su esencia en esta exclamación. Todo el propósito de Dios encuentra su culminación en este momento de la historia. No hay nada más que hacer ni nada más que agregar. ¡Todo está hecho!, ¡todo...absolutamente todo ha sido cumplido, todo ha sido consumado!

El amor incondicional de Dios por la humanidad entera, haya su perfecto propósito y cumplimiento en estas palabras. Volvamos a decirlo....el amor IN-CON-DI-CIO-NAL de Dios por la humanidad entera.

En Cristo está la resurrección y la vida. El es el camino, la verdad y la vida, y nadie vuelve al Padre si no es por él. Nadie es resucitado de entre los muertos, si no cree que esa exclamación es la que le ha resucitado...”¡TODO HA SIDO CONSUMADO!”

Sin embargo, me he dado cuenta de que trágicamente he seguido creyendo en leyes y reglamentos que me llevan a negar esta declaración. He seguido añadiendo leyes y requisitos, y la salvación por gracia de Dios para mi, la he puesto a la altura de un requisito más, entre muchos otros. Yo he sido el primero en hacer esto.

Y seguía creyendo que el amor de Dios para mi era condicional, que Dios me amaba según las condiciones en las que me encontraba. Seguía creyendo que si me había portado mal, Dios se enojaba conmigo, que estaba decepcionado de mi. Y que cuando me “portaba bien”, Él sonreía un poco. A esa altura ponía lo que mi Señor Jesucristo había hecho en la cruz, pues creía en un sacrificio condicional.
Y que todo lo que el había padecido, era solamente algo entre muchas otras cosas más.

Pero de pronto cuando leía los evangelios, y cuando veía en aquella película que venía aquella multitud a arrestar al Señor, me refleje en sus discípulos. Ellos despavoridos huyeron de aquel lugar. O aún cuando Pedro desenvaina su espada y atemorizado y arrebatadamente corta la oreja de uno de los soldados. Y ni aún así, en ese momento el Señor escatimó su amor y misericordia, cuando levanta aquella oreja sangrante del suelo, y la pone en su lugar, sanando a aquel hombre, que seguramente fue impactado por el Señor.

Y dice ahí el v.50, que "Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron despavoridos." Y no puedo evitar verme aquí reflejado, huyendo sin rumbo. Dejando solo al maestro.

Sigo corriendo...., pero de pronto me detengo, como si de repente me entrara una valentonía religiosa que quien sabe de donde vino, de esas que seguido me entran.
Y no...., no dije valentía, dije valentonía, porque normalmente soy velentón ( más que valiente). Y es que entre valiente y valentón hay un mundo de diferencia. Aunque debo aclarar que el concepto de valiente no es el que el mundo maneja. El Señor fue valiente, yo fui un valentón.

Porque valentón es aquel que se las da de valiente, pero a las primeras de cambio, huye, y fue justo lo que hice, deje al maestro solo. A pesar de que minutos antes, como lo narra Juan 18, cuando venían a prender a Jesús, el sale a su encuentro (como dice el v.2) y les pregunta: ¿A quién buscan? Y aquellos hombres embravecidos le responden “A Jesús nazareno”, cuando en verdad a quien debían de haber prendido es a mi, y a cada uno de nosotros. Yo debía de haber sido apresado y debía haber sufrido todo lo que el Señor sufrió, sin embargo el les vuelve a preguntar: “¿A quien buscan?” y cuando le vuelven a decir: “A Jesús nazareno”, el Señor les dice: "Yo soy, dejen ir a estos”

¿Podemos entender?......el Señor se interpuso entre aquellos quienes venían por mi y por usted, y les dice: “Aquí estoy yo, déjenlos ir a ellos, ” en otras palabras, el Señor les dice: Arréstenme a mi, en su lugar”.

Y fue tal el poder que salió de la boca del Señor en ese momento, que cuando les dijo: “Yo soy a quien buscan”, dice el v. 6 que aquellos hombres retrocedieron y cayeron a tierra. ¿Puede imaginarse esta escena?
No puedo evitar que se me salgan las lágrimas. ¡¡¡Ese es mi Señor, él es mi héroe!!!
¡Venían por mi, y el se entregó en mi lugar!.... ¡El si es un valiente!

Sin embargo, como decía, muchas veces me entra la valentonía, y cuando veo aquí que salí corriendo despavorido, de pronto me detengo y digo: “Noooo, ¿qué estoy haciendo?, yo no puedo dejar sufrir al maestro. Yo no seré como los demás que huyeron despavoridos. Yo regresaré y lo defenderé. Luchare contra esos soldados. Les cortaré sus orejas a todos con mi espada. No permitiré que lo crucifiquen. Yo le ayudaré.”

Y esta actitud es la que tomo muchas veces al querer ser un valentón, minimizo lo que el Señor hizo en la cruz con mis actitudes valentonas. O cuando me pongo a cumplir con aquellas valentonías de otros. O cuando me pongo a las ordenes de otros valentones, que como yo, buscan ayudar al Señor, y se ponen a hacerlo por medio de sus ministerios, creyendo convencidos de que con ello ayudamos al Señor.

Entonces regreso al huerto, me paro frente a los soldados que lo llevan preso y le digo: “Señor, déjame ayudarte. Déjame ir contigo para que también me azoten. Déjame ir contigo a la cruz para que no sufras. Déjame ayudarte a salvar a los demás. Déjame ayudarte a evangelizar a las almas perdidas que no te conocen. Déjame ayudarte a ministrar con mi canto y ayudar a los hermanos a entrar ante la presencia del Padre. Permíteme ayudarte a sanar a los quebrantados de corazón. Y déjame ayudarte a sanar a los enfermos por medio de mi ministerio de sanidad.”

Ahora le invito a que vuelva al pasaje de Marcos 14, a uno versículos que seguramente usted, como yo, nunca había descubierto que estaban ahí, perdidos entre los demás. Pero en estos versículos el Señor me evidenció, y expuso la verdadera intención de mi corazón, cuando quise ser ese valentón, dejándome desnudo ante su presencia.

Estos son los vs.51 y 52, y ahí leemos:
"Pero cierto joven le seguía, cubierto el cuerpo con una sábana; y le prendieron; mas él, dejando la sábana, huyó desnudo."

Descubrí que me veo reflejado nítidamente en ese cierto joven, cubriendo mi cuerpo con una sábana, que bien representa esa túnica de falsa espiritualidad con la que me visto, cuando he querido “ayudar” al Señor en aquello que él hizo. Pero que cuando me prenden aquellos soldados, no me queda más remedio que quitarme aquella túnica, y salir corriendo huyendo desnudo de aquel lugar.

Entonces me di cuenta que todo lo que yo quiera hacer es una absurda y total tontería, que todo lo que yo creía que tenía que hacer, era solo una religiosidad absurda, que yo podía ayudarle, que lo único que esto me provocaba era temor y condenación. Que todas aquellas leyes y reglamentos solo eran inventos nuestros. Que solo Él es mi pastor y que nada me faltara. Que solo Él es mi cobertura y que bajo sus alas estaré siempre seguro. Y que solo el Señor pudo hacer lo que hizo y lo que ha hecho desde siempre.

Que Dios el Padre ve en mi a su Hijo, y sobre mi no lo que hago o dejo de hacer, sino que ve la sangre preciosa que él derramó por mi en la cruz, y que delante de sus ojos es única y suficiente. Que Dios el Padre huele en mi ese olor fragante que desprende la presencia de su Espíritu Santo morando en mi, por lo que Jesús hizo, y no el olor de aquellas mis buenas ofrendas y holocaustos que yo le he dado y le daría.

Entonces cuando le veo en la cruz, le pregunto (como lo hizo también aquel ladrón): “¿Por qué Señor?...¿por qué si eres Hijo de Dios, por qué no bajas de esa cruz?

Y en ese momento puedo ver al Señor volteando a verme, con su rostro deforme y ensangrentado, pero con una mirada de amor indescriptible, mirando a los ojos a este joven que hacía unas horas había huido desnudo, y me dice: “Estoy aquí por ti..., por que te amo.”
En ese momento comprendí que todo...absolutamente todo ha sido consumado ya, y que lo único que yo debo hacer es decirle....¡Gracias Señor, por todo lo que has hecho por mi....Gracias!

Ahora puedo alzar mi rostro y decir ¡Abba Padre...te amo mi Señor! Y ahora puedo disfrutar de todo lo que el Señor Jesucristo hizo por mi en la cruz.



Este es el motivo por el cual decidí llamarle a este epígrafe “autorretrato”, por todo en lo que me he visto reflejado.

Que Dios les bendiga!
 
Re: AUTORRETRATO

Amado hermano y amigo; Te aseguro que no eres el unico, que se ve reflejado en este evangelio, yo, y talvez muchos que lo lean habran sentido lo mismo que tu y yo sentimos ahora.
Recibe del altisimo Dios las bendiciones y de mi un humilde abrazo fraterno. Jose:pcheers3: :pcheers3:
 
Re: AUTORRETRATO

AUTO RETRATO

Amados hermanos:

Este tema es diferente, no es como los demás. En el mencionaré brevemente algo de lo que me ha sucedido en los últimos meses. Solo le pido al Espíritu Santo que use mis palabras para compartirle lo que en mi corazón quiero compartirle.

Vayamos justo al momento en que el Señor Jesús esta en el huerto de Getsemaní, momentos antes de ser arrestado, y voy a leer lo que narra Marcos en su Evangelio, y lo encontramos en el capítulo 14 v.32, que seguramente usted como yo nos jactamos con soberbia que ya lo hemos leído más de una vez. (Por eso le pido que lo lea como si nunca antes lo hubiése leído).

Dice ahí Marcos:
"Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro. 33Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse. 34Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad. 35Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. 36Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú. 37Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora? 38Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. 39Otra vez fue y oró, diciendo las mismas palabras. 40Al volver, otra vez los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño; y no sabían qué responderle. 41Vino la tercera vez, y les dijo: Dormid ya, y descansad. Basta, la hora ha venido; he aquí, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores. 42Levantaos, vamos; he aquí, se acerca el que me entrega.
43Luego, hablando él aún, vino Judas, que era uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los escribas y de los ancianos. 44Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle, y llevadle con seguridad. 45Y cuando vino, se acercó luego a él, y le dijo: Maestro, Maestro. Y le besó. 46Entonces ellos le echaron mano, y le prendieron. 47Pero uno de los que estaban allí, sacando la espada, hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole la oreja. 48Y respondiendo Jesús, les dijo: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? 49Cada día estaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis; pero es así, para que se cumplan las Escrituras. 50Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron."



En la película "LA PASION DE CRISTO" (que seguramente casi todos vieron) hay una escena, de entre algunas de las que me impactaron, y esta es cuando el Señor está ahí, en el huerto orando, y Satanás le está provocando tanta opresión, que seguramente fue de las cosas que ni nos imaginamos, y que llevaron al Señor en ese momento a sudar prácticamente gotas de sangre mezcladas con sudor. Y aunque en esa escena Satán le dice a Jesús: ”Renuncia a esto, ningún humano puede resistirlo. Y además..¿quién te va a reconocer lo que vas a hacer? , ¿para qué hacerlo?, simplemente no puedes.”

La Biblia nos dice que Satanás no sabía lo que Jesús iba a hacer, el no conocía el plan redentor de Dios por medio de lo que Jesús iba a hacer en la cruz. Así que más bien creo que lo que Satanás le proponía a Jesús en ese momento, era parecido a lo que le propuso en el desierto. Algo así como: “Mira, si no quieres que te maten....póstrate y adórame en este momento, y te dejo ir”. "¿Para qué tanto sufrimiento?"

Sin embargo, lo que si creo, es que ni siquiera nos imaginamos lo que el Señor estaba sintiendo en ese momento, está fuera de cualquier comprensión humana. Lo que si sé es que el Señor Jesús, pudiendo renunciar a todo, ahí en la película me impactó la escena en la que el Señor se pone de pie, afirma sus pies al suelo, y pisotea en la cabeza a la serpiente. Me puedo imaginar al Señor diciendo: “¡Lo haré........ Nadie me va a hacer dudar.” Por eso el Señor dice: “Nadie me quita mi vida, Yo la pongo de mi”

Quisiera transmitirle lo que estoy tratando de transmitirle. El Señor se puso de pie y dijo: "Lo haré por Oscar, porque lo amo apasionadamente. Nadie me quita mi vida...yo la doy por Oscar." Y quisiera que cada uno de ustedes pusiera su nombre también.

Cuando Jesús está orando, como lo leemos aquí en estos versículos, y él le dice al Padre: “No se haga mi voluntad sino la tuya”, y luego como se ve en la película, se pone de pie y se afirma y aplasta a aquella serpiente, no puedo más que caer de rodillas delante de mi Señor y decirle....Gracias Señor Jesús, por lo que hiciste por mi.

Cuando el Señor está colgado de la cruz, y antes de morir, él exclama: “¡Consumado es”!, esta exclamación es la culminación de todo el plan redentor de Dios por medio del sacrificio de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo. ¡Jesús había vencido! Todo el evangelio mismo encuentra su esencia en esta exclamación. Todo el propósito de Dios encuentra su culminación en este momento de la historia. No hay nada más que hacer ni nada más que agregar. ¡Todo está hecho!, ¡todo...absolutamente todo ha sido cumplido, todo ha sido consumado!

El amor incondicional de Dios por la humanidad entera, haya su perfecto propósito y cumplimiento en estas palabras. Volvamos a decirlo....el amor IN-CON-DI-CIO-NAL de Dios por la humanidad entera.

En Cristo está la resurrección y la vida. El es el camino, la verdad y la vida, y nadie vuelve al Padre si no es por él. Nadie es resucitado de entre los muertos, si no cree que esa exclamación es la que le ha resucitado...”¡TODO HA SIDO CONSUMADO!”

Sin embargo, me he dado cuenta de que trágicamente he seguido creyendo en leyes y reglamentos que me llevan a negar esta declaración. He seguido añadiendo leyes y requisitos, y la salvación por gracia de Dios para mi, la he puesto a la altura de un requisito más, entre muchos otros. Yo he sido el primero en hacer esto.

Y seguía creyendo que el amor de Dios para mi era condicional, que Dios me amaba según las condiciones en las que me encontraba. Seguía creyendo que si me había portado mal, Dios se enojaba conmigo, que estaba decepcionado de mi. Y que cuando me “portaba bien”, Él sonreía un poco. A esa altura ponía lo que mi Señor Jesucristo había hecho en la cruz, pues creía en un sacrificio condicional.
Y que todo lo que el había padecido, era solamente algo entre muchas otras cosas más.

Pero de pronto cuando leía los evangelios, y cuando veía en aquella película que venía aquella multitud a arrestar al Señor, me refleje en sus discípulos. Ellos despavoridos huyeron de aquel lugar. O aún cuando Pedro desenvaina su espada y atemorizado y arrebatadamente corta la oreja de uno de los soldados. Y ni aún así, en ese momento el Señor escatimó su amor y misericordia, cuando levanta aquella oreja sangrante del suelo, y la pone en su lugar, sanando a aquel hombre, que seguramente fue impactado por el Señor.

Y dice ahí el v.50, que "Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron despavoridos." Y no puedo evitar verme aquí reflejado, huyendo sin rumbo. Dejando solo al maestro.

Sigo corriendo...., pero de pronto me detengo, como si de repente me entrara una valentonía religiosa que quien sabe de donde vino, de esas que seguido me entran.
Y no...., no dije valentía, dije valentonía, porque normalmente soy velentón ( más que valiente). Y es que entre valiente y valentón hay un mundo de diferencia. Aunque debo aclarar que el concepto de valiente no es el que el mundo maneja. El Señor fue valiente, yo fui un valentón.

Porque valentón es aquel que se las da de valiente, pero a las primeras de cambio, huye, y fue justo lo que hice, deje al maestro solo. A pesar de que minutos antes, como lo narra Juan 18, cuando venían a prender a Jesús, el sale a su encuentro (como dice el v.2) y les pregunta: ¿A quién buscan? Y aquellos hombres embravecidos le responden “A Jesús nazareno”, cuando en verdad a quien debían de haber prendido es a mi, y a cada uno de nosotros. Yo debía de haber sido apresado y debía haber sufrido todo lo que el Señor sufrió, sin embargo el les vuelve a preguntar: “¿A quien buscan?” y cuando le vuelven a decir: “A Jesús nazareno”, el Señor les dice: "Yo soy, dejen ir a estos”

¿Podemos entender?......el Señor se interpuso entre aquellos quienes venían por mi y por usted, y les dice: “Aquí estoy yo, déjenlos ir a ellos, ” en otras palabras, el Señor les dice: Arréstenme a mi, en su lugar”.

Y fue tal el poder que salió de la boca del Señor en ese momento, que cuando les dijo: “Yo soy a quien buscan”, dice el v. 6 que aquellos hombres retrocedieron y cayeron a tierra. ¿Puede imaginarse esta escena?
No puedo evitar que se me salgan las lágrimas. ¡¡¡Ese es mi Señor, él es mi héroe!!!
¡Venían por mi, y el se entregó en mi lugar!.... ¡El si es un valiente!

Sin embargo, como decía, muchas veces me entra la valentonía, y cuando veo aquí que salí corriendo despavorido, de pronto me detengo y digo: “Noooo, ¿qué estoy haciendo?, yo no puedo dejar sufrir al maestro. Yo no seré como los demás que huyeron despavoridos. Yo regresaré y lo defenderé. Luchare contra esos soldados. Les cortaré sus orejas a todos con mi espada. No permitiré que lo crucifiquen. Yo le ayudaré.”

Y esta actitud es la que tomo muchas veces al querer ser un valentón, minimizo lo que el Señor hizo en la cruz con mis actitudes valentonas. O cuando me pongo a cumplir con aquellas valentonías de otros. O cuando me pongo a las ordenes de otros valentones, que como yo, buscan ayudar al Señor, y se ponen a hacerlo por medio de sus ministerios, creyendo convencidos de que con ello ayudamos al Señor.

Entonces regreso al huerto, me paro frente a los soldados que lo llevan preso y le digo: “Señor, déjame ayudarte. Déjame ir contigo para que también me azoten. Déjame ir contigo a la cruz para que no sufras. Déjame ayudarte a salvar a los demás. Déjame ayudarte a evangelizar a las almas perdidas que no te conocen. Déjame ayudarte a ministrar con mi canto y ayudar a los hermanos a entrar ante la presencia del Padre. Permíteme ayudarte a sanar a los quebrantados de corazón. Y déjame ayudarte a sanar a los enfermos por medio de mi ministerio de sanidad.”

Ahora le invito a que vuelva al pasaje de Marcos 14, a uno versículos que seguramente usted, como yo, nunca había descubierto que estaban ahí, perdidos entre los demás. Pero en estos versículos el Señor me evidenció, y expuso la verdadera intención de mi corazón, cuando quise ser ese valentón, dejándome desnudo ante su presencia.

Estos son los vs.51 y 52, y ahí leemos:
"Pero cierto joven le seguía, cubierto el cuerpo con una sábana; y le prendieron; mas él, dejando la sábana, huyó desnudo."

Descubrí que me veo reflejado nítidamente en ese cierto joven, cubriendo mi cuerpo con una sábana, que bien representa esa túnica de falsa espiritualidad con la que me visto, cuando he querido “ayudar” al Señor en aquello que él hizo. Pero que cuando me prenden aquellos soldados, no me queda más remedio que quitarme aquella túnica, y salir corriendo huyendo desnudo de aquel lugar.

Entonces me di cuenta que todo lo que yo quiera hacer es una absurda y total tontería, que todo lo que yo creía que tenía que hacer, era solo una religiosidad absurda, que yo podía ayudarle, que lo único que esto me provocaba era temor y condenación. Que todas aquellas leyes y reglamentos solo eran inventos nuestros. Que solo Él es mi pastor y que nada me faltara. Que solo Él es mi cobertura y que bajo sus alas estaré siempre seguro. Y que solo el Señor pudo hacer lo que hizo y lo que ha hecho desde siempre.

Que Dios el Padre ve en mi a su Hijo, y sobre mi no lo que hago o dejo de hacer, sino que ve la sangre preciosa que él derramó por mi en la cruz, y que delante de sus ojos es única y suficiente. Que Dios el Padre huele en mi ese olor fragante que desprende la presencia de su Espíritu Santo morando en mi, por lo que Jesús hizo, y no el olor de aquellas mis buenas ofrendas y holocaustos que yo le he dado y le daría.

Entonces cuando le veo en la cruz, le pregunto (como lo hizo también aquel ladrón): “¿Por qué Señor?...¿por qué si eres Hijo de Dios, por qué no bajas de esa cruz?

Y en ese momento puedo ver al Señor volteando a verme, con su rostro deforme y ensangrentado, pero con una mirada de amor indescriptible, mirando a los ojos a este joven que hacía unas horas había huido desnudo, y me dice: “Estoy aquí por ti..., por que te amo.”
En ese momento comprendí que todo...absolutamente todo ha sido consumado ya, y que lo único que yo debo hacer es decirle....¡Gracias Señor, por todo lo que has hecho por mi....Gracias!

Ahora puedo alzar mi rostro y decir ¡Abba Padre...te amo mi Señor! Y ahora puedo disfrutar de todo lo que el Señor Jesucristo hizo por mi en la cruz.



Este es el motivo por el cual decidí llamarle a este epígrafe “autorretrato”, por todo en lo que me he visto reflejado.

Que Dios les bendiga!

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Como me ha gustado leerte y como me alegro por ti y la obra que Dios esta realizando en ti. Dios quisiera que todos los cristianos tuviesen la revelacion del misterio de la cruz.

¿Que cual es este misterio, os preguntais?, es un misterio que hay que morir a uno mismo para resucitar en Cristo Jesus, y hay que entregar la vida voluntariamente y sin reservas. No se puede tener un pie en Dios y el otro en el mundo. El fruto de verdad, el que glorifica a Dios, viene despues de la santificacion, cuando Dios es el dueño de verdad y no de boquilla y esto tambien es obra de Dios para que nadie se gloríe en su presencia.

San Juan 12:24

De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no
cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva
mucho fruto.


Ezequiel 36:33

Así ha dicho Jehová el Señor: El día que os limpie de
todas vuestras iniquidades, haré también que sean
habitadas las ciudades, y las ruinas serán reedificadas.


Ezequiel 36:34

Y la tierra asolada será labrada, en lugar de haber
permanecido asolada a ojos de todos los que pasaron
.

Ezequiel 36:35

Y dirán: Esta tierra que era asolada ha venido a ser como
huerto del Edén; y estas ciudades que eran desiertas y
asoladas y arruinadas, están fortificadas y habitadas.


Ezequiel 36:36

Y las naciones que queden en vuestros alrededores sabrán
que yo reedifiqué lo que estaba derribado, y planté lo que
estaba desolado
; yo Jehová he hablado, y lo haré.


Que Dios nos haga amarle sobre todas las cosas y adorale en espiritu y verdad.

Que Dios les bendiga

Paz