De la vida real
Ernesto Carrasquillo era un pastor joven en Puerto Rico, y líder de una iglesia abundante en jóvenes varones. Había cerca otra iglesia pastoreada por Fernanda, con muchos jóvenes, pero la mayoría muchachas. Como Ernesto era soltero y oraba por conseguir esposa, planeó invitar a la reverenda Fernanda y sus muchachas a compartir un culto, mientras oraba pidiendo una señal a Dios: la que se sentara en una silla que él había puesto a su lado sería su esposa. El culto estaba en su mejor momento y las jóvenes danzaban, pero nadie se sentaba en la referida silla hasta que en un momento Ernesto abrió los ojos y vio a la pastora invitada sentada en la silla en cuestión. Fernanda era soltera, pero 20 años mayor que él, por lo que el clérigo lanzó una oración flecha: “Señor, no juegues conmigo, reprende al diablo”. Sin embargo, según pasaron los días, Dios confirmó que esa era la mujer que tenia para él. Finalmente, Carrasquillo se armó de valor y declaró su amor: “El Señor me dice que usted será mi esposa”, a lo que la mujer le respondió: “Mire, usted está loco, ¿no se ha dado cuenta de que yo puedo ser su mamá?, tengo 40 años y usted tiene 20, ¡vaya bañarse y reprenda la carne!”. Pese a todo y con el paso del tiempo el noviazgo se confirmó y la pareja se casó, convivieron 30 años hasta el día en que Ernesto falleció a los 50 años de edad. Su mujer lo sobrevivió y continuó predicando y pastoreando una gran congregación que aún existe en Santurce, Puerto Rico. Fernanda murió con más de 70 años de edad.
Tomado de http://centrocristiano-laverdad.com/
Ernesto Carrasquillo era un pastor joven en Puerto Rico, y líder de una iglesia abundante en jóvenes varones. Había cerca otra iglesia pastoreada por Fernanda, con muchos jóvenes, pero la mayoría muchachas. Como Ernesto era soltero y oraba por conseguir esposa, planeó invitar a la reverenda Fernanda y sus muchachas a compartir un culto, mientras oraba pidiendo una señal a Dios: la que se sentara en una silla que él había puesto a su lado sería su esposa. El culto estaba en su mejor momento y las jóvenes danzaban, pero nadie se sentaba en la referida silla hasta que en un momento Ernesto abrió los ojos y vio a la pastora invitada sentada en la silla en cuestión. Fernanda era soltera, pero 20 años mayor que él, por lo que el clérigo lanzó una oración flecha: “Señor, no juegues conmigo, reprende al diablo”. Sin embargo, según pasaron los días, Dios confirmó que esa era la mujer que tenia para él. Finalmente, Carrasquillo se armó de valor y declaró su amor: “El Señor me dice que usted será mi esposa”, a lo que la mujer le respondió: “Mire, usted está loco, ¿no se ha dado cuenta de que yo puedo ser su mamá?, tengo 40 años y usted tiene 20, ¡vaya bañarse y reprenda la carne!”. Pese a todo y con el paso del tiempo el noviazgo se confirmó y la pareja se casó, convivieron 30 años hasta el día en que Ernesto falleció a los 50 años de edad. Su mujer lo sobrevivió y continuó predicando y pastoreando una gran congregación que aún existe en Santurce, Puerto Rico. Fernanda murió con más de 70 años de edad.
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