A SU EXCELENCIA BOURGET, OBISPO DE MONTREAL

17 Agosto 2006
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A SU EXCELENCIA BOURGET, OBISPO DE MONTREAL.

"SEÑOR:

"Puesto que Dios, en su infinita misericordia, se ha complacido en mostrarnos los errores de Roma, y nos ha dado la fuerza para abandonarlos para seguir a Cristo, consideramos nuestro deber decir unas palabras sobre las abominaciones del confesionario. Usted bien sabe que estas abominaciones son de una naturaleza tal, que es imposible para una mujer hablar de ellas sin sonrojarse. ¿Cómo es que entre hombres cristianos civilizados, algunos han olvidado tanto la regla de la decencia normal, como para forzar a mujeres a revelar a hombres solteros, bajo pena de eterna perdición, sus pensamientos más secretos, sus deseos más pecaminosos, y sus acciones más privadas?

"¿Cómo, a menos que haya una máscara de metal sobre los rostros de los sacerdotes, osan ellos salir al mundo habiendo oído los relatos de miseria que no pueden sino contaminar al portador, y que la mujer no puede contar sin haber puesto a un lado la modestia, y todo sentido de vergüenza? El perjuicio no sería tan grande si la Iglesia hubiera permitido que nadie excepto la mujer se acusara a sí misma. ¿Pero qué diremos de las abominables preguntas que se hacen y que deben contestarse?

"Aquí, las leyes de la decencia común nos prohiben estrictamente que entremos en detalles. Es suficiente decir, que si los maridos supieran una décima parte de lo que está sucediendo entre el confesor y sus esposas, ellos preferirían verlas muertas que degradadas hasta tal punto.

"En cuanto a nosotras, las hijas y esposas de Montreal, que hemos conocido por experiencia la suciedad del confesionario, no podemos bendecir suficientemente a Dios por habernos mostrado el error de nuestros caminos al enseñarnos que no debemos buscar la salvación a los pies de un hombre tan débil y pecador como nosotras, sino a los pies de Cristo solo."

JULIEN HERBERT, MARIE ROGERS,

J. ROCHON. LOUISE PICARD,

FRANCOISE DIRINGER, EUGENIE MARTIN,

Y otras cuarenta y tres.
 
Re: A SU EXCELENCIA BOURGET, OBISPO DE MONTREAL

Con todo, para que tu esfuerzo en pos de la virtud no tenga menos estímulo, para que no te precipites en la desesperación.... escucha ahora cuántas son las remisiones de los pecados que se contienen en el Evangelio.

En primer lugar está aquella por la que somos bautizados para la remisión de los pecados.
La segunda remisión está en sufrir el martirio.
La tercera se obtiene mediante la limosna, pues el Señor dijo: «Dad de lo que tenéis, y todo será puro para vosotros» (Lc 11, 41).
La cuarta se obtiene precisamente cuando perdonamos las ofensas a nuestros hermanos.
La quinta cuando uno rescata de su error a un pecador, pues la Escritura dice: «Aquel que recobra a un pecador de su error salva su alma de la muerte y cubre la multitud de los pecados» (Sant 5, 20).
La sexta se cumple por la abundancia de la caridad, según la palabra del Señor: «Sus pecados le son perdonados, porque ha amado mucho» (Lc 7, 47).
Hay todavía una séptima, áspera y penosa, que se cumple por la penitencia, cuando el pecador baña su lecho con lágrimas y no tiene vergüenza en confesar su pecado al sacerdote del Señor, pidiéndole curación.


(Orígenes (185-253), Comentario sobre Levítico II, 4)

Que curioso. Mientras el autor de la carta da gracias a Dios por salir de Roma, yo al mismo tiempo doy gracias a Dios por pertenecer a la misma Iglesia que Orígenes, una Iglesia donde los cristianos confiesan sus pecados al sacerdote del Señor, pidiendole curación.

Lo que el autor de esta carta llama "abominación", para los cristianos del siglo III significaba la remisión de los pecados.
 
Re: A SU EXCELENCIA BOURGET, OBISPO DE MONTREAL

Orígenes, no es palabra de Dios inspirada, esto sí:

Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho. Santiago 5:16

¿Dónde está en la palabra de Dios escrito que debemos confesarnos a un sacerdote?

¿Cuándo un sacerdote se confiesa a un feligrés, cumpliendo lo escrito por Santiago?
 
Re: A SU EXCELENCIA BOURGET, OBISPO DE MONTREAL

Orígenes, no es palabra de Dios inspirada, esto sí:
No entiendo para qué escribes frases triviales, cuando no estamos discutiendo la inspiración divina de Orígenes.

He traido a Orígenes para mostrar lo que creen los cristianos del año 200. Si quieres contra-argumentar, tienes que mostrar que los cristianos del año 200 no creen en la confesión sacramental a un sacerdote. Mientras no tengas modo de mostrar eso, no sacas nada con decir que Orígenes no es inspirado o que Madrid es la capital de España porque son frases que no aportan nada. No estamos discutiendo la inspiración de Orígenes.

Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho. Santiago 5:16

¿Dónde está en la palabra de Dios escrito que debemos confesarnos a un sacerdote?
En Juan 20, 22-24.

¿Cuándo un sacerdote se confiesa a un feligrés, cumpliendo lo escrito por Santiago?
Que malo el argumento. La Biblia no dice "confiesense todos con todos" sino que dice "unos a otros". Pues bien, los sacerdotes se confiesan con otros sacerdotes. Cumplido el mandato divino. ¿Por qué tiene que ser específicamente a un feligrés? ¿Dónde dice eso la Biblia?

El sacerdote debe confesar sus pecados "a otro", no "a todos" los cristianos.
 
Re: A SU EXCELENCIA BOURGET, OBISPO DE MONTREAL

En Juan 20, 22-24


Esas palabras son dirigidas a los discípulos, no a los sacerdotes católicos. Además, todos los creyentes somos sacerdotes.

Si quieres contra-argumentar, tienes que mostrar que los cristianos del año 200 no creen en la confesión sacramental a un sacerdote

Eres tú quien tienes que demostrar que la confesión auricular existía y se practicaba en los tiempos de Jesús; además, indicarnos algún ejemplo bíblico de confesión auricular a los discípulos.

Que malo el argumento. La Biblia no dice "confiesense todos con todos" sino que dice "unos a otros". Pues bien, los sacerdotes se confiesan con otros sacerdotes. Cumplido el mandato divino. ¿Por qué tiene que ser específicamente a un feligrés? ¿Dónde dice eso la Biblia?

La Biblia no dice: los sacerdotes unicamente a los sacerdotes, y no con los feligreses; unos a otros es una generalización incluyente para todos, sin distinción entre castas sacerdotales y feligresía.
 
Re: A SU EXCELENCIA BOURGET, OBISPO DE MONTREAL

Petrino, el versículo 14 da la clave del asunto, tanto si lo quieren ver como si no. Y desde luego siempre ha sido doctrina de la Iglesia que la misma tiene autoridad para perdonar o retener pecados. Basta leer lo que escribían al respecto los cristianos de los primeros siglos. Pero eso también les da igual a los que creen que el cristianismo desapareció del mapa durante siglos y se reinventó en el siglo XVI
 
Re: A SU EXCELENCIA BOURGET, OBISPO DE MONTREAL

Respecto al confesionario y la confesión auricular, se adoptó como medida pastoral pues antes las confesiones debían de hacerse públicas, estando el obispo presente (aunque podía delegar en presbíteros). Eso suponía un problema muy grave para muchos pues sus pecados pasaban a ser de dominio público. Por ejemplo, imaginaos el caso de un adúltero teniendo que confesar su adulterio en la asamblea.... estando su mujer presente.
Por eso se pasó al sistema de confesión privada ante el obispo o los presbíteros en comunión con el obispo.
 
Re: A SU EXCELENCIA BOURGET, OBISPO DE MONTREAL

Petrino, el versículo 14 da la clave del asunto, tanto si lo quieren ver como si no. Y desde luego siempre ha sido doctrina de la Iglesia que la misma tiene autoridad para perdonar o retener pecados. Basta leer lo que escribían al respecto los cristianos de los primeros siglos. Pero eso también les da igual a los que creen que el cristianismo desapareció del mapa durante siglos y se reinventó en el siglo XVI


¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico)..Marcos 2:7-10
 
Re: A SU EXCELENCIA BOURGET, OBISPO DE MONTREAL

Respecto al confesionario y la confesión auricular, se adoptó como medida pastoral pues antes las confesiones debían de hacerse públicas, estando el obispo presente (aunque podía delegar en presbíteros). Eso suponía un problema muy grave para muchos pues sus pecados pasaban a ser de dominio público. Por ejemplo, imaginaos el caso de un adúltero teniendo que confesar su adulterio en la asamblea.... estando su mujer presente.
Por eso se pasó al sistema de confesión privada ante el obispo o los presbíteros en comunión con el obispo.

Las confesiones, se hacían en forma pública en la iglesia incipiente, ¿quién estaba autorizado a cambiar el modo en el que enseñaron a hacerlo los apóstoles? ¿O es que los miembros se corrompieron tanto, o no habían nacido de nuevo y el pecado se había convertido en una práctica habitual? El que es nacido de Dios, no practica el pecado.1 Juan 3:9

Por ejemplo, imaginaos el caso de un adúltero teniendo que confesar su adulterio en la asamblea.... estando su mujer presente.

Confesáos los unos a los otros ¿excluye la confesión de un adúltero estando la mujer presente? :terco:

Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:
“Este pueblo de labios me honra,
mas su corazón está lejos de mí,
pues en vano me honran,
enseñando como doctrinas mandamientos de hombres
”. (Mateo 15:7-9)
 
Re: A SU EXCELENCIA BOURGET, OBISPO DE MONTREAL

Oye, Caminante, me parece muy bien que tú mantenga la misma actitud de aquellos judíos que se escandalizaban porque pensaban que sólo Dios perdonaba pecados. Pero da la casualidad de que el Hijo del hombre dio autoridad a otros hombres, sus apóstoles, para perdonar pecados.
Y si Él así lo dispuso, ni tú ni todos los millones de protestantes que hay en el mundo podéis hacer nada contra esa voluntad explícita de nuestro Señor, que fue aceptada unánimemente por la Iglesia de Cristo a lo largo de todos los siglos
 
Re: A SU EXCELENCIA BOURGET, OBISPO DE MONTREAL

Sepas amigo Luis Fernando, que tú puedes perdonar los pecados que yo haya cometido contra tí, y yo puedo perdonarte los que tu hayas cometido contra mí. Pero sólo Dios puede perdonar los pecados cometidos contra Él. ¿O no disciernes la diferencia entre pecados cometidos contra los hombres y contra Dios?. Es evidente que cualquier pecado contra otro ser humano, también lo es contra Dios, pero para obtener el perdón, hay que confesarlo a Dios y al ofendido.
 
Re: A SU EXCELENCIA BOURGET, OBISPO DE MONTREAL

Estimados foristas. Saludos.

Alguien escribió lo siguiente:

"El hecho de que la iglesia [ICAR] asevere tener el derecho de perdonar pecados induce a los romanistas a sentirse libres para pecar; y el mandamiento de la confesión, sin la cual ella no otorga su perdón, tiende ademá a dar bríos al mal. El que se arrodilla ante un hombre caído y le expone en la confesión los pensamientos y deseos secretos de su corazón, rebaja su dignidad y degrada todos los nobles instintos de su alma. Al descubrir los pecados de su alma a un sacerdoteb-mortal desviado y pecador, y demasiado a menudo, corrompido por el vino y la impureza - el hombre rebaja el nivel de su carácter y consecuentemente se corrompe. La idea que tenía de Dios resulta envilecida a semejanza de la humanidad caída, pues el sacerdote hace el papel de representante de Dios. Esta confesión degradante de hombre a hombre es la fuente secreta de la cual ha brotado gran parte del mal que está corrompiendo al mundo y lo está preparando para la destrucción final. Sin embargo, para todo aquel a quien le agrada satisfacer sus malas tendencias, es más fácil confesarse con un pobre mortal que abrir su alma a Dios. Es más grato a la naturaleza humana hacer penitencia que renunciar al pecado; es más fácil mortificar la carne usando cilicios, ortigas y cadenas desgarradoras que renunciar a los deseos carnales. Harto pesado es el yugo que el corazón carnal está dispuesto a cargar antes de doblegarse al yugo de Cristo"

Elena G. de White. Conflicto de los Siglos

Paz en Cristo
 
Re: A SU EXCELENCIA BOURGET, OBISPO DE MONTREAL

Con todo, para que tu esfuerzo en pos de la virtud no tenga menos estímulo, para que no te precipites en la desesperación.... escucha ahora cuántas son las remisiones de los pecados que se contienen en el Evangelio.

En primer lugar está aquella por la que somos bautizados para la remisión de los pecados.
La segunda remisión está en sufrir el martirio.
La tercera se obtiene mediante la limosna, pues el Señor dijo: «Dad de lo que tenéis, y todo será puro para vosotros» (Lc 11, 41).
La cuarta se obtiene precisamente cuando perdonamos las ofensas a nuestros hermanos.
La quinta cuando uno rescata de su error a un pecador, pues la Escritura dice: «Aquel que recobra a un pecador de su error salva su alma de la muerte y cubre la multitud de los pecados» (Sant 5, 20).
La sexta se cumple por la abundancia de la caridad, según la palabra del Señor: «Sus pecados le son perdonados, porque ha amado mucho» (Lc 7, 47).
Hay todavía una séptima, áspera y penosa, que se cumple por la penitencia, cuando el pecador baña su lecho con lágrimas y no tiene vergüenza en confesar su pecado al sacerdote del Señor, pidiéndole curación.


(Orígenes (185-253), Comentario sobre Levítico II, 4)

Que curioso. Mientras el autor de la carta da gracias a Dios por salir de Roma, yo al mismo tiempo doy gracias a Dios por pertenecer a la misma Iglesia que Orígenes, una Iglesia donde los cristianos confiesan sus pecados al sacerdote del Señor, pidiendole curación.

Lo que el autor de esta carta llama "abominación", para los cristianos del siglo III significaba la remisión de los pecados.

¿Pertenecer a la misma iglesia que Orígenes?
Si Orígenes viviese actualmente huiría de esta iglesia mucho más rápidamente de los que han huido esta mujeres que abrieron este epígrafe.
La Iglesia en Roma que conoció Origenes no tiene ningun parecido (excepto en el nombre) con la actual Institución romanista.
No conoció la confesión auricular.
(Para las chicas que manifiestan su asco y verguenza que nuestro amigo Petrino trata de justificar citando inapropiadamente textos de la Escritura)
No se si alguna de vosotras ha visto la película llamada "El Septimo Sello"
Se trata de un caballero cruzado que vuelva de las cruzadas a su nativa Suecia. Al llegar y en la playa se le presenta la muerte y el caballero le propone jugar una partida de ajedrez, la cual juegan por etapas. Llegado el caballero a una población decide ir a confesarse. Le cuenta al confesor que esta jugando dicha partida y el confesor le pregunta si piensa ganarle la partida a la muerte. Entonces el caballero contesta: Tengo preparada una combinación de alfiles y caballos que me permitiran matar a su reina.
En aquel momento se gira el confesor que no es otro que la misma muerte y le contesta. "Gracias lo tendré en cuenta" El caballero le acusa de usar la traición. Pero la pregunta que se debe hacer el espectador de la película es: ¿Por que la muerte esta en el confesionario? Pues porque es su lugar. En las Escrituras se aconseja el no tener "comunión" (comunicación) con el pecado, puesto que este engendra a la muerte. ¿Y que es lo que se hace en el confesionario sino cimunicación de pecados?
Jesus aconseja: Venid a mi los cansados y trabajados y yo os hare descansar.
Vosotras habeis ido a aquel que si perdona vuestros pecados. Cargo con ellos en la cruz y venció a la muerte, al límite que Pablo pregunta en 1 Cor 15: "¿Donde esta, oh muerte, tu aguijón? Sorbida es la muerte con victoria"
El ganó para nosotros la partida que jugó con la muerte.
Eso lo sabía Orígenes. Pero no lo sabe, ni le interesa a los defensores de la confesiópn auricular. Mediante ella la muerte siempre sale victoriosa.

Un abrazo a todas en Cristo Vencedor.
 
Re: A SU EXCELENCIA BOURGET, OBISPO DE MONTREAL

Sepas amigo Luis Fernando, que tú puedes perdonar los pecados que yo haya cometido contra tí, y yo puedo perdonarte los que tu hayas cometido contra mí. Pero sólo Dios puede perdonar los pecados cometidos contra Él. ¿O no disciernes la diferencia entre pecados cometidos contra los hombres y contra Dios?. Es evidente que cualquier pecado contra otro ser humano, también lo es contra Dios, pero para obtener el perdón, hay que confesarlo a Dios y al ofendido.

Cuando Cristo dio autoridad a sus apóstoles para perdonar pecados no distinguió entre pecados cometidos a personas y pecados contra Dios.
Es más, en Santiago 5,14-15, descripción perfecta del sacramento de la unción de enfermos, queda muy claro que la acción de los presbíteros sirve para el perdón de todos sus pecados sin distinción.
No queda ahí solo la cosa. El caso de inmoralidad sexual juzgado y condenado por San Pablo y la iglesia de Corinto en 1 Cor 5 aparece luego como perdonado en 2ª Cor 2.
En definitiva, la Iglesia tiene autoridad para perdonar pecados. Y quien niegue eso, niega la voluntad del Señor. Lo cual, dicho sea de paso, es pecado
 
Re: A SU EXCELENCIA BOURGET, OBISPO DE MONTREAL

El caso de inmoralidad sexual juzgado y condenado por San Pablo y la iglesia de Corinto en 1 Cor 5 aparece luego como perdonado en 2ª Cor 2


Y conocido por toda la iglesia.La epístola es a toda la iglesia en Corinto.

Al que vosotros perdonáis, yo también, porque también yo, lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, para que Satanás no saque ventaja alguna sobre nosotros, pues no ignoramos sus maquinaciones.2ª Corintios 2


Y perdonado por toda la iglesia.La epístola es a toda la iglesia en Corinto.

En definitiva, la Iglesia tiene autoridad para perdonar pecados


Correcto, toda la iglesia, no los sacerdotes en forma exclusiva.Todos los miembros somos Iglesia, hemos de confesarnos los unos a los otros, y perdonarnos los unos a los otros (si el pecado es contra nosotros).

No había sacerdotes, ni confesión auricular en la iglesia naciente. Gracias por demostrarlo con tus propias palabras y con las cítas que has aportado.
 
Re: A SU EXCELENCIA BOURGET, OBISPO DE MONTREAL

Amados hermanos y amigos: que triste es ver este tipo de controversias, que no edifican y por el contrario llenan de mas duda el corazon de muchos.
Todos sabemos la clase de ritos que se llevan en la "icar"y la hipocresia de sus sacerdotes, quienes en otro tiempo usaron el confesionario como instrumento de investigacion para sus negros propositos, en la inquisicion. (seran capaces de negarlo?)
Tambien sabemos y conocemos que ellos nunca entenderan que la historia esta ahi acusandolos con dedo de fuego por tantisimas injusticias cometidas en nombre de Dios,los crimenes en contra de lesa humanidad,el saqueo impune de riquezas de aquellos paises que por desgracia cayeron bajo la ferula espanola.
Es de conocimiento publico que la "icar" posee el clero mas vil, mentiroso, hipocrita, inflado de orgullo y antibiblico que se conozca (seguro me excomulgan y me cae la inquisicion, pero ni modo)Que el famoso "papa'' carece de amor para con la masa catolica del mundo y que digan lo que digan, en nada se parece al carpintero judio que no tenia "donde recostar su cabeza" este hasta guardia personales lleva a todos lados incluso al bano.

Pero;Quienes somos los evangelicos o mal llamados cristianos para juzgarlos?
De que merito gozamos, (si somos espejo de lo que juzgamos) si ante el mundo damos una cara y cuando volteamos somos iguales o peores que ellos ???
Que meritos nos da El altisimo para juzgar acusar y condenar a nadie?Todos vemos la paja en el ojo ajeno, pero nos negamos a reconocer que tenemos una gran viga en el nuestro
No amados, con atacar a nuestros amigos y hermanos de la "icar"nada ganamos, solo nos ponemos en el mismo lugar que ellos, porque tambien habra quien este maquinando mal para nosostros.
Que hacer?????? dejarle todo el juicio a Dios, lo mismo que su debida recompensa, y nosotros los que ya comprendemos, que nos hemos dado cuenta,que conocemos y podemos jactarnos de algo (ser mejores) sigamos el ejemplo del maestro, cuando pregunto ala mujer adultera, -Donde estan los que te acusaban? ella respondio, se han ido senor, yo tampoco te condeno, vete y no peques mas. Hagamos proselitismo con nuestro ejemplo, no con nuestras palabras, hagamos este mundo mejor amemos a nuestro projimo, y no juzguen para que no seamos juzgados.Demos el ejemplo,y simplemente abandonemos lo que no nos gusta,y oremos por aquellos que nos ofenden para que Dios vea nuestra buena conciencia y podamos decir somos mejores.
Reciban la bendicion de Dios y de mi un Abrazo fraterno.:terco: :terco:
 
Re: A SU EXCELENCIA BOURGET, OBISPO DE MONTREAL

Sólo Dios perdona los pecados (cf Mc 2,7). Porque Jesús es el Hijo de Dios, dice de sí mismo: "El Hijo del hombre tiene poder de perdonar los pecados en la tierra" (Mc 2,10) y ejerce ese poder divino: "Tus pecados están perdonados" (Mc 2,5; Lc 7,48). Más aún, en virtud de su autoridad divina, Jesús confiere este poder a los hombres (cf Jn 20,21-23) para que lo ejerzan en su nombre.

Cristo quiso que toda su Iglesia, tanto en su oración como en su vida y su obra, fuera el signo y el instrumento del perdón y de la reconciliación que nos adquirió al precio de su sangre. Sin embargo, confió el ejercicio del poder de absolución al ministerio apostólico, que está encargado del "ministerio de la reconciliación" (2 Cor 5,18). El apóstol es enviado "en nombre de Cristo", y "es Dios mismo" quien, a través de él, exhorta y suplica: "Dejaos reconciliar con Dios" (2 Co 5,20).
 
Re: A SU EXCELENCIA BOURGET, OBISPO DE MONTREAL

¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico)..Marcos 2:7-10

Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa.
Entonces él se levantó y se fue a su casa.
Y la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.
(Mt 9: 6-8)

Dios ha dado a los hombres potestad para perdonar los pecados. En particular, este ministerio fue dado por Cristo a los apóstoles.

En general, todos los oficios que Cristo poseía se los traspasó a los apóstoles. Los apóstoles son continuadores de Cristo en la Tierra: enseñar, gobernar y santificar.
 
Re: A SU EXCELENCIA BOURGET, OBISPO DE MONTREAL

Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa.
Entonces él se levantó y se fue a su casa.
Y la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.
(Mt 9: 6-8)

Dios ha dado a los hombres potestad para perdonar los pecados. En particular, este ministerio fue dado por Cristo a los apóstoles.

En general, todos los oficios que Cristo poseía se los traspasó a los apóstoles. Los apóstoles son continuadores de Cristo en la Tierra: enseñar, gobernar y santificar.


Todos podemos perdonar los pecados de quienes nos ofenden, pero sólo Dios puede perdonar en el sentido más amplio; un sacerdote no puede perdonar las ofensas a Dios por el pecado. Si un hombre pudiese perdonar, el sacrificio de Cristo en la cruz es en vano.