Los hábitos alimenticios de los aztecas

Re: Los hábitos alimenticios de los aztecas

Uy... ahora ya es cosa de los antepasados de uno y los del otro a buen recaudo. ¿De que va el asunto, me explican? La información presentada como sustento del tema inicial ya hemos visto que está plagada de incongruencias y ese es el caso que llama la atención. Todo apunta a que no hayan sido los salvajes paganos, vestidos en sus tercermundistas vestimentas autóctonas los que pudieran haber "celebrado" la masacre, sino que un análisis de la información da pié a pensar que fueron manos blancas las que realizaron la masacre en territorio indígena, o a lo sumo un acto desesperado de presos muertos de hambre dentro de un ghetto pre-clásico tardío.

Lo extraño es que se continúe, Luis, engrandeciendo el asunto con medias verdades históricas y llegando hasta mentar a los antepasados de uno y del otro. ¿Por qué medias verdades? Mira, los documentos no hacen toda la historia. Encontrarás ordenanzas de mil y un reyes, presidentes y quién tú quieras girando hermosas y altruistas órdenes, pero el que esté eso en el papel -como el de Isabel la Católica- no significa que los conquistadores no hayan cometido una barbarie en América. De ser así, gente como Fray Bartolomé de las Casas y otros muchos jamás hubieran interpuesto quejas ante la Corona, por el inhumano maltrato que recibían los pueblos conquistados. Y creeme, no fue cosa del respaldo divino -si bien todo en el mundo sucede según la voluntad de Dios- sino que los 350 Españoles que vencieron en Tenochtitlan, lo lograron aliados a miles y miles de enemigos del Imperio Azteca. Claro, eso no quita el mérito del estratega, y que finalmente "Conquistador" es quien se queda con las tierras y las vidas, no quien pelea la guerra ¿verdad?

Lo importante es anotar a no dar tanto dato impreciso, sobre todo si de fundamentar alguna tésis para-religiosa se refiere. De tal forma, si los Aztecas habían conquistado la mitad de mesoamérica, o si las huestes de Hitler derrotaron a tantos países, o si Bin Laden logra evadir al mas poderoso ejército del mundo... ¿ha sido también porque de lo alto se movían los hilos para ello? (Y no eran millones los guerreros aztecas. Por favor, ¿de dónde salen tantos datos tan extraodinarios? Me gustaría accesar a esas fuentes para escribirme El Código Moctezuma da Vinci)

Saludos.
 
Re: Los hábitos alimenticios de los aztecas

Culturas
29.08.06 @ 00:00:06. Archivado en Fe y sociedad

En la lengua hablada por los pueblos nahuas “Tecuaque” significa “donde se comieron a la gente”. Parece que Hernán Cortés puso ese nombre a una población, cercana a la Ciudad de México, en la que – según recientes investigaciones arqueológicas – guerreros, sacerdotes y señores prehispánicos sacrificaron, desmembraron e ingirieron a más de quinientas personas que viajaban en grupo, con las fuerzas conquistadoras españolas, hacia Tenochtitlán.

El peculiar suceso aconteció, dicen, en 1520. No es el único hallazgo que acredita los peculiares usos inspirados por algunas creencias precolombinas. Pero la historia de la barbarie no se circunscribe a una época ni a un continente. Las huellas de la brutalidad pueden rastrearse en todos los años del mundo –en los nuestros sin duda – y en las diversas áreas de la geografía.

Se percibe, en ocasiones, una suerte de sacralización beata de las “culturas”; sobre todo de aquellas a las que nunca ha llegado el influjo del cristianismo. Conocer las culturas es conocer al hombre; asomarse a sus modos de vida, a sus costumbres, a sus conocimientos, a sus formas de expresarse en el arte, al arcano de su religiosidad, a sus logros y a sus límites. Pero conocer, y valorar, y tratar de comprender, no puede ser lo mismo que cerrar los ojos. Las culturas atestiguan lo que el hombre es; acreditan su grandeza y su miseria; sus capacidades sorprendentes y también su necesidad de redención.

El Evangelio se dirige a todo hombre y, por ello, a toda cultura. Nada se pierde, de lo bueno que hay, por abrirse a Cristo: “La buena nueva de Cristo renueva continuamente la vida y la cultura del hombre caído; combate y elimina los errores y males que brotan de la seducción, siempre amenazadora, del pecado. Purifica y eleva sin cesar las costumbres de los pueblos. Con las riquezas de lo alto fecunda, consolida, completa y restaura en Cristo, como desde dentro, las bellezas y cualidades espirituales de cada pueblo o edad” (Gaudium et spes, 58).

La inculturación de la fe, la inserción del cristianismo en las diversas culturas, es inseparable de la evangelización de las mismas. No sólo los moradores de Tecuaque necesitaban a Cristo. También nosotros, sin Él, terminamos inmolando hombres a los ídolos.

Guillermo Juan Morado.


Fuente: http://blogs.periodistadigital.com/predicareneldesierto.php/2006/08/29/culturas