Re: Israel y Libano
les pongo aqui un escrito ue me envio un sacerdote amigo mio sobre esta situacion que me ha parecido muy pertinente y muy muy interesante.
El engreimiento del fanatismo judío
El gobierno de Israel sigue masacrando al pueblo libanés y palestino
mientras que Estados Unidos les protege, les bendice, les da dinero y
armamentos de guerra. En este proceso socio-histórico ambos saldrán
por lana y volverán trasquilados.
Me parece que dos realidades deben de ser denunciadas inmediatamente
en todo este espectáculo político guerreador. Una es la parcialidad de
los medios de comunicación aquí en Estados Unidos en donde se
criminalizan y se demonizan todas las acciones de grupos de
resistencia como Hezbolá o Hamás, tildándolos de terroristas y a la
misma vez proyectan a Israel como la víctima que tiene derecho a
defenderse. La otra realidad es que cada vez que alguien critica las
acciones criminales del gobierno de Israel, inmediatamente se le acusa
de ser antisemita, o sea, de ser anti-judío. De esta última acusación
yo he sido víctima y luego de este escrito lo seré de nuevo. Ahora
bien, dicho esto permítanme poner seis puntos sobre el tapete.
El primer punto es que el problema en todo este conflicto no se llama
Hezbolá o Hamas eso es muy simplista. El problema se llama territorios
ocupados, o sea, colonialismo el mismo que comenzó en el 1936 con la
primera ocupación judía en territorios árabes y palestinos y en donde
luego en el año 1948, después de acciones terroristas, l@s judí@s
sacaron a mas de 8000,000 palestinos y árabes que existían en esas
tierras, fundando desde ese momento el estado de Israel. Todo esto con
la ayuda de las Naciones Unidas. Lo que vemos en la actualidad son más
síntomas del problema colonial.
El segundo punto es que las acciones tanto de Hezbolá contra
poblaciones civiles israelitas y del gobierno de Israel contra las
poblaciones civiles libanesas son acciones terroristas. Las mismas
deben de ser catalogadas como crímenes de guerra. No se justifica, en
un proceso de liberación nacional, el ponerse al mismo nivel que el
opresor está. Esto es un retroceso revolucionario.
El tercer punto es que el gobierno de Israel es un estado
fundamentalista controlado por un grupo de judíos fanáticos los cuales
no representan la diversidad del pueblo israelita quienes también son
gente cristiana, musulmana, budistas, ate@s, etc. ¿Por qué no se nos
permite escuchar las voces del Partido Comunista de Israel, de l@s
israelitas que no son judíos o de los judíos anti-sionistas? En este
fanatismo fundamentalista judío es que se mercadea la agenda racista
del sionismo.
El cuarto punto es que la guerra genocida que actualmente el gobierno
fundamentalista de Israel lleva a cabo contra el pueblo libanés es
parte del proyecto colonialista e imperialista que Estados Unidos en
su agenda militarista sigue librando por conquistar al mundo. Para
estas guerras coloniales, Estados Unidos ha convertido,
extraoficialmente, a Israel en una base militar y en el estado 51. De
aquí este asunto de no querer dar explicaciones sobre los $3 billones
de dólares que anualmente Washington le regala: $1.2 billones en ayuda
económica “social” y unos $1.8 billones en ayuda militar.
El quinto punto es concerniente al mito ideológico político que
presenta a Israel, dentro de la teocracia cristiana fundamentalista de
Estados Unidos, como el pueblo de Dios. Este disparate teológico se
utiliza para lograr mantener una coalición-cristiana-sionista
fundamentalista la cual demanda una defensa fanática de todo lo que el
gobierno de Israelí quiera hacer. Es necesario tener claro que Israel
no es el pueblo de Dios, lo que si podemos decir es que es parte del
pueblo de Dios. De la misma manera el pueblo libanés, palestino,
iraquí, etc., son también parte del pueblo de nuestra Diosa. Esta
privatización de la experiencia que llamamos Dios es parte del
proyecto capitalista que se protege detrás de la expresión
etnocentrista y racista de: God bless America. El mensaje debe de ser
que Dios bendiga al mundo entero.
El último punto está relacionado con la penosa realidad en donde
organizaciones y personas progresistas aquí en Estados Unidos han
decidido ponerse boca abajo y no condenar la política genocida del
gobierno de Israel contra el pueblo libanés, palestino e iraquí, etc.,
para no ofender dizque a la comunidad judía que reside aquí en Estados
Unidos. Si de ofender se trata eso no lo vamos a tolerar, de aquí el
que promovamos el respeto y el amor. Ahora bien, quiero recordarles
que este asunto es uno de justicia y quien está mal hay que criticarle
y esto me incluye a mí. Decirle la verdad a alguien no es ofenderle,
por lo tanto, al diablo con estas ñoñerías políticas que solo
refuerzan el engreimiento de un grupúsculo de judíos quienes por un
lado no representan a la comunidad judía que cree en la justicia de
Yahvé y quienes a la misma vez se creen superiores y han convertido al
holocausto judío en un medio de vivir que pretende justificar sus
holocaustos. Ya nos lo dijo ese gran poeta salvadoreño, Roque Dalton,
cuando nos expresó que en asuntos de declaración de principios quien
escribe poemas –y yo le añado quien escribe o denuncia con su voz-
esta persona para la burguesía puede ser una de tres realidades:
sirviente, payaso o enemigo. Yo no quiero ser ni sirviente ni mucho
menos payaso de un@s fundamentalistas judí@s que están muy lejos de la
justicia de Dios.
Quiero finalizar dejando claro que las acciones del gobierno de Israel
deberían de ser analizadas desde la perspectiva de la seguridad
nacional de Estados Unidos. O sea, en vez de seguir promoviendo una
xenofobia y tratar de construir una muralla en la frontera con México
dizque para proteger la nación del terrorismo de l@s inmigrantes,
deberíamos evaluar seriamente la manera en que el gobierno de Israel
no hace más vulnerable a ser víctimas de acciones terroristas. Paz
con justicia.
P. Luis Barrios
Iglesia San Romero de Las Américas
New York, New York
27 de julio de 2006
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