Benedicto XVI llega por primera vez a España para defender a la familia
Valencia (este) recibió el sábado al papa Benedicto XVI, que llegó por primera vez a España para defender la unidad de la familia tradicional, respaldar a los obispos en "tiempos de rápida secularización" y reunirse por primera vez con Rodríguez Zapatero.
"Mi deseo es proponer el papel central, para la Iglesia y la sociedad, que tiene la familia fundada en el matrimonio", afirmó Benedicto XVI en su primer discurso pronunciado en español en el aeropuerto valenciano de Manises, al que llegó procedente de Roma hacia a las 11H30 locales (09H30 GMT), en una mañana soleada y calurosa.
Directo al grano y al leit motiv del V Encuentro Mundial de las Familias (EMF), al que asisten miles de fieles de diversos rincones del mundo y que clausurará entre el sábado y domingo, el Papa sostuvo que la familia "es una institución insustituible según los planes de Dios".
En un mensaje entregado a los obispos reunidos en la Catedral valenciana poco después, el sumo pontífice los instó a mantener su "impulso" y su actividad pastoral "en un tiempo de rápida secularización", antes de destacar la "profunda raigambre cristiana de España".
"Conozco y aliento el impulso que estáis dando a la acción pastoral, en un tiempo de rápida secularización (...). Seguid pues, proclamando sin desánimo que prescindir de Dios, actuar como si no existiera o relegar la fe al ámbito meramente privado, socava la verdad del hombre e hipoteca el futuro de la cultura y de la sociedad", subrayó horas antes de mantener su primer encuentro cara a cara con el presidente del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
Ese encuentro, previsto a las 18H30 locales (16H30 GMT) en el Palacio Arzobispal, será la primera reunión entre Benedicto XVI y Zapatero, cuyo gobierno ha sido blanco de duras y reiteradas críticas del episcopado español y del Vaticano en los últimos dos años por haber impulsado una ley que autoriza desde julio de 2005 el matrimonio entre personas del mismo sexo.
"Creo que la visita contribuirá a suavizar esas tensiones. Confío en que los encuentros personales sirvan para que la relación sea más fluida", aseguraba el presidente del episcopado español, monseñor Ricardo Blázquez, en una entrevista publicada el sábado por el diario ABC (derecha).
En la sexta visita de un Papa a España, pero la primera de Benedicto XVI, éste quiso reunirse expresamente con la vicepresidenta primera del gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, interlocutora del ejecutivo socialista ante el Vaticano en dos ocasiones, aunque en ninguna pudo verse con el Santo Padre.
Los reyes de España, Juan Carlos y Sofía -a quienes visitará por la tarde-, el presidente del gobierno español y su esposa, Sonsoles Espinosa, el jefe del gobierno regional de Valencia, Francisco Camps y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá -ambos del opositor Partido Popular (PP, derecha), junto a los máximos responsables del episcopado español, recibieron al Papa.
Con un cerrado aplauso y vítores, miles de peregrinos procedentes de diversos rincones del mundo que ondeaban banderitas blancas y amarillas, los colores del Vaticano, saludaron la máxima autoridad eclesiástica cuando apareció en la escalerilla del avión, mientras otros miles lo aguardaron frente a la Catedral o al paso del "Papamóvil" por las principales calles de la ciudad.
La primera actividad del Papa en Valencia fue dirigirse del aeropuerto a la estación de metro de Jesús donde el descarrilamiento de un tren subterráneo el pasado lunes provocó la muerte de 42 personas, entre éstas cuatro latinoamericanos.
Frente a la entrada de esa estación, hizo una breve oración en memoria de las víctimas acompañado por los Príncipes de Asturias, antes de continuar rumbo a la Catedral donde lo esperaban los obispos y a la Basílica de la Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia, donde se reunió con familiares de las víctimas de la tragedia del metro.
Aunque los organizadores insistían en que 1,5 millones de fieles estarán en Valencia este fin de semana, no son pocos los valencianos que creen, de buena fe, que quizá sólo se acerque al millón, y que no superará las cifras quienes en marzo vienen a la ciudad para las Fallas o las fiestas de San José.
Joseph Ratzinger, de 79 años, el primer Papa alemán de la historia moderna, permanecerá en Valencia unas 26 horas, durante las cuales asistirá a un encuentro festivo y testimonial y presidirá una misa dominical en la que el gobierno estará representado por el canciller Miguel Angel Moratinos.
Ese será el broche de oro del V encuentro familiar que en 1994 impulsó su predecesor y difunto papa Juan Pablo II.
Valencia (este) recibió el sábado al papa Benedicto XVI, que llegó por primera vez a España para defender la unidad de la familia tradicional, respaldar a los obispos en "tiempos de rápida secularización" y reunirse por primera vez con Rodríguez Zapatero.
"Mi deseo es proponer el papel central, para la Iglesia y la sociedad, que tiene la familia fundada en el matrimonio", afirmó Benedicto XVI en su primer discurso pronunciado en español en el aeropuerto valenciano de Manises, al que llegó procedente de Roma hacia a las 11H30 locales (09H30 GMT), en una mañana soleada y calurosa.
Directo al grano y al leit motiv del V Encuentro Mundial de las Familias (EMF), al que asisten miles de fieles de diversos rincones del mundo y que clausurará entre el sábado y domingo, el Papa sostuvo que la familia "es una institución insustituible según los planes de Dios".
En un mensaje entregado a los obispos reunidos en la Catedral valenciana poco después, el sumo pontífice los instó a mantener su "impulso" y su actividad pastoral "en un tiempo de rápida secularización", antes de destacar la "profunda raigambre cristiana de España".
"Conozco y aliento el impulso que estáis dando a la acción pastoral, en un tiempo de rápida secularización (...). Seguid pues, proclamando sin desánimo que prescindir de Dios, actuar como si no existiera o relegar la fe al ámbito meramente privado, socava la verdad del hombre e hipoteca el futuro de la cultura y de la sociedad", subrayó horas antes de mantener su primer encuentro cara a cara con el presidente del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
Ese encuentro, previsto a las 18H30 locales (16H30 GMT) en el Palacio Arzobispal, será la primera reunión entre Benedicto XVI y Zapatero, cuyo gobierno ha sido blanco de duras y reiteradas críticas del episcopado español y del Vaticano en los últimos dos años por haber impulsado una ley que autoriza desde julio de 2005 el matrimonio entre personas del mismo sexo.
"Creo que la visita contribuirá a suavizar esas tensiones. Confío en que los encuentros personales sirvan para que la relación sea más fluida", aseguraba el presidente del episcopado español, monseñor Ricardo Blázquez, en una entrevista publicada el sábado por el diario ABC (derecha).
En la sexta visita de un Papa a España, pero la primera de Benedicto XVI, éste quiso reunirse expresamente con la vicepresidenta primera del gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, interlocutora del ejecutivo socialista ante el Vaticano en dos ocasiones, aunque en ninguna pudo verse con el Santo Padre.
Los reyes de España, Juan Carlos y Sofía -a quienes visitará por la tarde-, el presidente del gobierno español y su esposa, Sonsoles Espinosa, el jefe del gobierno regional de Valencia, Francisco Camps y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá -ambos del opositor Partido Popular (PP, derecha), junto a los máximos responsables del episcopado español, recibieron al Papa.
Con un cerrado aplauso y vítores, miles de peregrinos procedentes de diversos rincones del mundo que ondeaban banderitas blancas y amarillas, los colores del Vaticano, saludaron la máxima autoridad eclesiástica cuando apareció en la escalerilla del avión, mientras otros miles lo aguardaron frente a la Catedral o al paso del "Papamóvil" por las principales calles de la ciudad.
La primera actividad del Papa en Valencia fue dirigirse del aeropuerto a la estación de metro de Jesús donde el descarrilamiento de un tren subterráneo el pasado lunes provocó la muerte de 42 personas, entre éstas cuatro latinoamericanos.
Frente a la entrada de esa estación, hizo una breve oración en memoria de las víctimas acompañado por los Príncipes de Asturias, antes de continuar rumbo a la Catedral donde lo esperaban los obispos y a la Basílica de la Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia, donde se reunió con familiares de las víctimas de la tragedia del metro.
Aunque los organizadores insistían en que 1,5 millones de fieles estarán en Valencia este fin de semana, no son pocos los valencianos que creen, de buena fe, que quizá sólo se acerque al millón, y que no superará las cifras quienes en marzo vienen a la ciudad para las Fallas o las fiestas de San José.
Joseph Ratzinger, de 79 años, el primer Papa alemán de la historia moderna, permanecerá en Valencia unas 26 horas, durante las cuales asistirá a un encuentro festivo y testimonial y presidirá una misa dominical en la que el gobierno estará representado por el canciller Miguel Angel Moratinos.
Ese será el broche de oro del V encuentro familiar que en 1994 impulsó su predecesor y difunto papa Juan Pablo II.