Por otro lado han sacado a colación Juan 3, 13:
Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.
Bueno, este texto no sirve para atacar la Asunción de María, por dos razones:
1. Enoc y Elías sí fueron llevados al cielo, entonces Jesús no se puede referir a eso literalmente.
2. Incluso si uno lo tomara literalmente, aparece otro inconveniente: Jesús ocupa tiempo pretérito: nadie SUBIÓ al cielo. No habla del futuro. Si hablara del futuro (algo asi como "nadie subirá al cielo") sería imposible pues Jesús subió al Cielo luego de resucitar. Entonces, "nadie subió" no significa que nadie subirá, pues él mismo iba a romper esa regla subiendo al Cielo.
Entonces queda claro que Jesús no se refiere a que literalmente nadie ha sido llevado al Cielo, puesto que Elís y Enoc sí fueron llevados al Cielo, y además Jesús pensaba subier al Cielo tambien.
El sentido de Juan 3, 13 queda claro al comparar con Dt 30, 11-14:
Porque este mandamiento que yo te ordeno hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos. No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá y nos lo hará oír para que lo cumplamos? Ni está al otro lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros el mar, para que nos lo traiga y nos lo haga oír, a fin de que lo cumplamos? Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas.
Y copiemos el parrafo completo de Juan 3:
Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?
De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio. Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?
Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Jn 3: 9-15)
En Deuteronomio leemos que cuando un madamiento parece muy complicado o dificil de seguir, se ocupa una expresión: que alguien debe "subir al cielo para traerlo" como diciendo que es un precepto muy elevado, que está "por lo cielos".
Nicodemo no comprende cómo una persona puede nacer de nuevo, y Jesús le responde afirmando su autoridad: debemos creerle, él habla de lo que ha visto, y nadie "ha subido al cielo" para traer estas enseñanzas sino que Jesús la trae del cielo porque él viene del Cielo. Jesús dice que el único que tiene autoridad para dar esa enseñanza es él, puesto que viene del Cielo. Esto no tiene nada que ver con que Dios lleve al Cielo a las creaturas despues de morir. Jesús no se refiere a eso. Se refiere a que Jesús trae "doctrina" del cielo que nadie más puede traer.
Este sentido se aclara aún más si leemos Romanos 10:
Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo); o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos).
Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. (Rom 10: 6-9)
Queda muy claro: "subir al cielo" significa trae alguna doctrina que se diga divina. Por eso dice Pablo que si alguien dice que trae doctrina divina, o sea que ha "subido al cielo" y la trae de allá, está bajando a Cristo, porque le trata de quitar su autoridad como "venido del cielo". En el texto, "subir al cielo" o "bajar a los abismos" significa traer desde lugares lejanos enseñanzas divinas muy elevadas. Eso es quitarle el lugar a Jesús. Por eso el texto insiste: tener fe en Jesús, que es el auténtico mesías venido del Cielo. Que nos baste con saber que Jesús es Dios encarnado para creer todo lo que enseña.