Corrupción consentida y encubrimiento

20 Junio 2006
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cregogalego.da.ru

Les recomiendo a los católicos que visiten esta página y que nos den su
opinión sobre estos casos de corrupción totalmente consentida por su
jerarquía, denunciados una y mil veces por todos los medios, desde cartas
al obispo, audiencias personales, cartas a la prensa, innumerables protestas
de sacerdotes y laicos, etc.

http://cregogalego.da.ru

¿Cómo se pueden explicar estos hechos en pleno siglo XXI?
 
Re: Corrupción consentida y encubrimiento

¿Y para defender el celibato en la ICAR te pones Lutero1988?
 
Corrupción consentida y encubrimiento


La vida sexual del clero
Pepe Rodríguez
Ediciones B., Barcelona, 1995.


Este libro, partiendo desde la psicología, la teología y el periodismo de
investigación, presenta un estudio muy riguroso y de muy graves
conclusiones.

En suma, muestra cómo la mayoría del clero actual mantiene relaciones
sexuales; señala la absoluta falta de legitimidad evangélica del celibato
obligatorio; y analiza los intereses que llevan a la jerarquía católica a
forzar hábitos sexuales patológicos y/o delictivos entre el clero.

El autor defiende el derecho del clero al matrimonio y a una vida
afectivo-sexual digna, pero también denuncia, con nombres propios y casos
documentados, a muchos sacerdotes actuales protagonistas de atropellos
sexuales —sobre menores y adultos— y a los obispos que fomentan y
encubren hipócritamente tales abusos.
 
Corrupción consentida y encubrimiento


"Las conductas de abuso sexual a menores por parte de clérigos, así como el patrón de conducta encubridor por parte de las autoridades eclesiásticas, contradicen el Evangelio, vulneran la dignidad y los derechos fundamentales de la persona, y cuestionan la naturaleza misma de la misión de la Iglesia en el mundo y el papel de sus autoridades."

Padre Alberto Athié
 
Re: Corrupción consentida y encubrimiento

Hola a todos.
Lutero 1988, leí el enlace que haces, y, como católica, me parece una situación dolorosísima de escándalo, con la que por supuesto, no estoy en absoluto de acuerdo. Incluso ya conocía un poco la historia aunque no al protagonista.
De todos modos, me gustaría comentarte algunos puntos.

Primero. se nota, a las claras que el sacerdote en cuestión tiene cero relación con las enseñanzas de la Iglesia y las cuestiona descaradamente. Por lo tanto, no podríamos considerarlo como un miembro de la I. Católica propiamente tal. Siendo que ha traicionado de tal manera tanto en las ideas como en los hechos, lo que se supone se le enseñó en su formación sacerdotal.

Segundo, que el celibato no tiene una relación directa con estos hechos, puesto, que tanto en las relaciones de tipo adulteras, las infidelidades, las destrucciones de familias, etc. E incluso, los casos de perversiones como pedofilia u otras, los hechores en su mayoría tienen esposa, o "pareja" y una vida sexual activa al momento de cometer esos actos. Más aún, en el caso de las perversiones incluso criminales (violaciones y asesinatos) los culpables no viven ningún tipo de celibato, sino todo lo contrario.

Tercero, que debemos discriminar entre situaciones incorrectas e inmorales, y situaciones criminales. No es lo mismo una situación de adulterio en que ambos adúlteros comparten la culpa al haber entrado libremente en esa situación, que un caso, por ejemplo de violación o pedofilia, que es abiertamente criminal. (por supuesto, no significa esto que lo primero sea moralmente aceptable, sino sólo que la culpa es de los dos)

Cuarto, que es completamente cierto que uno espera una reacción enérgica de la jerarquía, y al escándalo del hecho, se suma el escándalo del silencio y la falta de reacción. Estoy completamente de acuerdo con eso.

Quinto. que es bueno documentarse, pero ojalá sean cosas de primera fuente. Pepe Rodríguez no ha demostrado mucha credibilidad en sus investigaciones. se ha dado el caso de que para fundamentar sus afirmaciones, cita autores que sacan su información del propio Pepe Rodríguez. Y se niega a justificar sus aseveraciones cuando se le hace ver. Eso no es de un investigador serio. Más parece que ese autor ha encontrado buenos resultados, sobretodo económicos en escribir de escándalos eclesiales, pero es mejor ir a testigos reales que no estén interesados en ganar fama y dinero. Son más creíbles e imparciales.


Reitero que como católica la situación me parece terrible. Pero aún más terrible que la conducta pecaminosa del sacerdote, me parece terrible el ambiente de relajación moral y cuestionamiento doctrinal que está detrás de esto. Curas pecadores existen desde Judas, pero la diferencia está en que antes se reconocía como algo malo. Pero ahora se pregona como algo bueno.
Y cuidado!! Esto empieza a afectar a la I. Católica, pero ninguna iglesia está libre de tener miembros traidores entre sus filas, quienes no sólo se comporten mal sino que intenten pervertir la doctrina de Cristo como parte de una supuesta "renovación desde las bases"

Oremos para que Dios tenga misericordia de nosotros.
 
Re: Corrupción consentida y encubrimiento

Los protestantes no nos salvamos de casos de corrupción. He sabido de pastores "manoseadores" que se aprovechan de su condición para intimar con las hermanas jóvenes de la iglesia. Y qué de aquellos pastores, casi todos del tipo independiente, que se lucran por medio de una falsa teología de la prosperidad.

Creo que las iglesias deben juzgarse más bien por lo que predican comparándolas con la Biblia. Si existió un Judas al lado de Crtisto, ¿podemos esperar menos ahora?

Conozco bien la ICAR, y no puede ni se debe generalizar de esta forma-
 
Corrupción consentida y encubrimiento


Mucho antes de que monaguillos y misioneras se convirtiesen en el principal objeto de deseo, la vida sexual del clero giraba principalmente alrededor del sacramento de la confesión. La Catholic Encyclopaedia define la solicitación (o “solicitatio ad turpia”) como la incitación (verbal o por gestos, imagínense cuáles) a cometer pecado carnal por parte del cura inmediatamente antes, después o durante el sacramento de la confesión. Términos como «incitar» y «solicitar» deben ser entendidos en sentido eufemístico, ya que en el 99% de los casos estas relaciones tenían de consentidas lo que yo de gimnasta húngara.

La práctica común era negar la absolución a la confesada hasta que ésta aceptara participar en los juegos eróticos del confesor. Puesta entre la pared del infierno y la espada del clérigo, la penitente, generalmente mujer de baja extracción social, inculta y joven -«a veces casi niñas», según García Cárcel (Inquisición. Historia crítica p. 302)-, acababa aceptando, a menudo convencida de que el sugerido por el cura era el único camino para salvar su alma. Otra variante era la desviación de la conversación durante la celebración del sacramento hacia temas íntimos: el confesor -seguramente con el brazo derecho en velocidad 5- preguntaba a su fiel por el tamaño de sus pechos, su vagina, la cantidad de pelos que la rodeaba y otras lindezas. Javier Pérez Escohotado en Sexo e Inquisición en España cita el ejemplo de un Fray Matías Rodríguez, de Aranda del Duero, que le proponía a sus penitentes cuestiones como «¿Tú ya tendrás pelos en tus partes? ¿Tienes pocos o muchos?» (p. 44). Estos diálogos ginecológicos se prolongaban por un espacio de tiempo que concluía con una relación sexual completa o bien con besos, sobeteos varios, azotes, flagelación, onanismo…etc.
 
Re: Corrupción consentida y encubrimiento

GabrielaSyme dijo:
Hola a todos.
Lutero 1988, leí el enlace que haces, y, como católica, me parece una situación dolorosísima de escándalo, con la que por supuesto, no estoy en absoluto de acuerdo. Incluso ya conocía un poco la historia aunque no al protagonista.
De todos modos, me gustaría comentarte algunos puntos.

Primero. se nota, a las claras que el sacerdote en cuestión tiene cero relación con las enseñanzas de la Iglesia y las cuestiona descaradamente. Por lo tanto, no podríamos considerarlo como un miembro de la I. Católica propiamente tal. Siendo que ha traicionado de tal manera tanto en las ideas como en los hechos, lo que se supone se le enseñó en su formación sacerdotal.

Me alegra tu opinión Gabriela, pero si no se puede cconsiderar a este sacerdote como miembro de la iglesia católica me puedes explicar porque Monseñor Gea Escolano enterado del caso y ahora MOnseñor Sanchez Monge informado también no está haciendo nada, siendo este un caso de dominio público en toda la diócesis, tanto entre seglares como en el clero.
Te recomiendo que leas la carta a Monseñor Sanchez Monge que está en el enlace: http://clerosexo.da.ru
 
Corrupción consentida y encubrimiento

Advy dijo:
Los protestantes no nos salvamos de casos de corrupción. He sabido de pastores "manoseadores" que se aprovechan de su condición para intimar con las hermanas jóvenes de la iglesia. Y qué de aquellos pastores, casi todos del tipo independiente, que se lucran por medio de una falsa teología de la prosperidad. Creo que las iglesias deben juzgarse más bien por lo que predican comparándolas con la Biblia. Si existió un Judas al lado de Crtisto, ¿podemos esperar menos ahora? Conozco bien la ICAR, y no puede ni se debe generalizar de esta forma.

Hay dos cosas en la ICAR que facilitan el que se den estos casos:
1º La confesión auricular, que algunos sacerdotes aprovechan como fuente de contactos sexuales.
2º El celibato obligatorio.
3º No es generalizar, los obispos tienen datos sobre la corrupción interna que no dan ni darán a conocer nunca porque sería catastrófico para la ICAR.
 
Corrupción consentida y encubrimiento


El confesionario


Como señala Henry Charles Lea en su History of the Inquisition in Spain, entre la fijación del deber de confesarse una vez al año durante el Concilio de Letrán (siglo XIII) y la introducción del confesionario en las iglesias, la relación confesor-penitente era completamente distinta a como la entendemos hoy. Éste último normalmente le declaraba sus flaquezas al cura sentado a su lado o arrodillado frontalmente, con la cara a la altura de la entrepierna clerical. A menudo se daba el caso de confesores que sentaban a las fieles en sus rodillas para proceder al sacramento, e incluso algunos que las trasladaban a su casa para darles allí confesión, como el que se lleva curro atrasado de la oficina. Éstas prácticas eran, es justicia reconocerlo, desaconsejadas por los manuales de confesores, y el publicado en 1556 por Martín Azpilcueta recordaba al cura la obligación de colocar al confesante con ambas rodillas hincadas en la tierra y la cara vuelta hacia un lado, de forma que fuera la oreja -y no la boca, ni el canalillo- lo que pusiera a prueba la templanza del confesor.

En 1565 se prescribe el uso del mueble confesionario por primera vez en Valencia y Milán respectivamente, y en 1625 se prohíbe de forma explícita a los párrocos confesar en sus casas. Las autoridades eclesiásticas tan sólo habían comenzado una lucha que chocó frontalmente con la voluntad de los rangos inferiores del clero. Contrariamente a lo que se nos hace creer, la «resistencia pasiva» que ofrece hoy en día la Iglesia frente a temas como el matrimonio homosexual o los anticonceptivos no es algo nuevo: en 1781, más de un siglo después de las ordenanzas que pretendían deserotizar la confesión, un nuevo edicto recordaba por enésima vez a los curas que las mujeres debían recibir el sacramento en confesionarios habilitados para tal propósito, en una parte visible y bien iluminada de la Iglesia, y que ésta debía situarse tras la rejilla. En 1797, además, el obispo de Osma reconocía que el crimen de solicitación había crecido considerablemente y seguía en aumento, a pesar de los esfuerzos de la cúpula de la iglesia en sentido contrario.

El clero no se rindió y siguió confesando como siempre lo había hecho, e incluso tras aceptar la introducción del inoportuno mueble logró sacarle partido al invento, convirtiéndolo en un auténtico nido de amor. Otro caso citado por Pérez Escohotado es el de Leonor de Mendoza: un día de 1570 fue a confesarse y el cura, jesuita, le propuso que hiciera una copia de la llave de la rejilla que separaba a ambos. La señora sigue sus órdenes extrañada y -según consta en el proceso-, una vez hecha la copia, «avrió la dicha reja, e allí ovo entre ambos palabras amorosas y tocamientos torpes y deshonestos de una parte a otra … y Gil Salcedo [el jesuita en cuestión] tomó las manos de esta testigo y las puso en parte deshonesta … y que entendió de él que vino en polución» (p. 34). Éste último detalle es de gran importancia, y normalmente el cura acusado de «solicitar» era interrogado acerca de si había llegado a eyacular en la iglesia -suelo sagrado- ya que en ese caso, y según la ley canónica, habría sido necesario reconciliar o purificar el recinto.
 
Re: Corrupción consentida y encubrimiento

Querido hermano, ¡¡¡que la paz de Dios sea contigo !!!

Creo que debemos comenzar por reconocer que tanto sacerdotes como pastores pueden pecar....... y a veces pecan.

Si tu iglesia está libre de este pecado hermano, entoces tira la primera piedra !

¡Un abrazo fraternal cristiano!
 
Re: Corrupción consentida y encubrimiento

Veleros dijo:
Querido hermano, ¡¡¡que la paz de Dios sea contigo !!!

Creo que debemos comenzar por reconocer que tanto sacerdotes como pastores pueden pecar....... y a veces pecan.

Si tu iglesia está libre de este pecado hermano, entoces tira la primera piedra !

¡Un abrazo fraternal cristiano!
Una cosa es un pequeño desliz y otra cosa es un caso de corrupción consentido desde hace 12 años por la jerarquía eclesial.
Recomiendo mirar la página del enlace debajo de la firma
 
Corrupción consentida y encubrimiento


El libro "Votos de castidad", que pronto será puesto en circulación por la editorial Grijalbo, está escrito por cinco especialistas, el texto se basa principalmente en datos del Vaticano y del Archivo General de la Nación.
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El sacramento de la penitencia, con las disposiciones adoptadas por la Iglesia Católica durante el siglo XIII y por la importancia que esta institución empezó a concederle al acto de la confesión auricular, al ser definido como la «tabla de salvación del hombre», con el transcurrir de los años se convirtió en uno de los vehículos más favorecidos para que algunos clérigos accedieran a una sexualidad vedada.
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En investigaciones que realicé en el Archivo Arzobispal de Lima, Perú, en el ramo de Asuntos Civiles —el estudio estaba centrado en la cultura y la vida pública del siglo XVII— pude encontrar centenares de hijos de sacerdotes diocesanos, pidiendo mediante la declaración de dos testigos que el obispo les diera dinero para la dote matrimonial, la cual estaba estipulada en 400 pesos fuertes, una cifra considerable para la época.
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Los expedientes del Archivo General de la Nación de alrededor de ochocientos curas solicitantes de la época colonial mexicana que ha revisado durante décadas el historiador y especialista en el tema, Jorge René González Marmolejo, contienen un mundo de detallada información poco accesible hasta ahora al público. En Votos de castidad revela que la norma era la transgresión heterosexual, pero documenta también la homosexual.
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En Votos de castidad, el antropólogo Marcos Duarte nos lleva de la mano por los recovecos del juicio al padre Gaspar de Villarias, acusado de herejía por utilizar el sacramento de la penitencia para seducir a sus hijas espirituales.
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El contexto es el sacramento de la penitencia y el espacio físico más común, el confesionario mismo o sus alrededores. El estudio se extiende más atrás que otros, hasta el siglo XVI. El término de curas solicitantes, como sabemos, se refiere a aquellos sacerdotes que usaban el confesionario para inquirir vulnerabilidades y obtener gratificación sexual de sus asiduas feligresas.

Ciudad de México, agosto de 2005
 
Re: Corrupción consentida y encubrimiento

Lutero1988 dijo:

Les recomiendo a los católicos que visiten esta página y que nos den su
opinión sobre estos casos de corrupción totalmente consentida por su
jerarquía, denunciados una y mil veces por todos los medios, desde cartas
al obispo, audiencias personales, cartas a la prensa, innumerables protestas
de sacerdotes y laicos, etc.

http://cregogalego.da.ru

¿Cómo se pueden explicar estos hechos en pleno siglo XXI?


pero es la iglesia catolica..............son tapaderas y dogmaticos de corazon


ups........talvez gravin se enoje y me tenga misericordia!!!! ajajjaja
 
Re: Corrupción consentida y encubrimiento

Veleros dijo:
Querido hermano, ¡¡¡que la paz de Dios sea contigo !!!

Creo que debemos comenzar por reconocer que tanto sacerdotes como pastores pueden pecar....... y a veces pecan.

Si tu iglesia está libre de este pecado hermano, entoces tira la primera piedra !

¡Un abrazo fraternal cristiano!


que se puede esperar de este forista que le parece que los homosexuales no pecan.........bueno almenos no con el pensamiento!....
 
Corrupción consentida y encubrimiento


La conducta sexual del clero católico
Pepe Rodríguez*


Hábitos afectivo-sexuales:

Entre los sacerdotes actualmente en activo, un 95% de ellos se masturba, un 60% mantiene relaciones sexuales, un 26% soba a menores, un 20% realiza prácticas de carácter homosexual, un 12% es exclusivamente homosexual, y un 7% comete abusos sexuales graves con menores. A estos porcentajes de práctica afectivo-sexual, sólo referidos a los sacerdotes, actualmente en activo dentro de la Iglesia Católica, habrá que añadir el notable 20% de sacerdotes ordenados que se han secularizado y casado, o viven amancebados sin más.

Preferencias sexuales:

A partir de una muestra de 354 sacerdotes en activo que mantienen relaciones sexuales, puede dibujarse el perfil de las preferencias sexuales del clero analizado con el siguiente resultado: el 53% mantiene relaciones sexuales con mujeres adultas, el 21% lo hace con varones adultos, el 14% con menores varones y el 12% con menores mujeres. Se observa, por tanto, que un 74% de ellos se relaciona sexualmente con adultos, mientras que el 26% restante lo hace con menores; y que domina la práctica heterosexual en el 65% de los casos, frente al 35% que tienen orientación homosexual.

Edad de inicio de las relaciones sexuales:

Valorando los datos conocidos de los 354 sacerdotes en activo, que constan en el archivo de este autor, como sujetos con actividad heterosexual u homosexual habitual, se llega a la conclusión de que el 36% de ellos comenzó a mantener relaciones sexuales antes de los 40 años, mientras que el 64% restante lo hizo durante el perííodo comprendido entre sus 40 y 55 años. El elevadísimo porcentaje de sacerdotes, que mantienen relaciones sexuales tiene su origen en diferentes causas, que iremos viendo a lo largo de este libro. Uno de los primeros motivos a valorar es el sentimiento de crisis estructural y de falta de sentido vocacional que se ha instalado progresivamente entre los clérigos durante la segunda mitad de este siglo, y que se ha ido agravando a medida que su inmersión en medio de una sociedad de libertades les ha acentuado la realidad larvada de sus profundos problemas afectivo-sexuales.

*Investigador, periodista, autor del libro La vida sexual del clero católico. Ediciones B, Barcelona, España (1995)
 
Re: Corrupción consentida y encubrimiento

El Celibato Obligatorio

...y sus tristes consecuencias

(documentación periodística)



No dudo de la verdadera vocación de servir a Dios de la mayoría de los sacerdotes católico romanos que, para tal fin, consideran adecuado enrolarse como ministros de la Institución Iglesia Católica Apostólica Romana. No obstante al inicio mismo de comenzar a caminar la vocación, el postulante se encuentra con una irrenunciable directiva: deberá permanecer célibe (total abstención de toda relación sexual) por el resto de su vida...

"Los consejos evangélicos están propuestos en su multiplicidad a todos los discípulos de Cristo. La perfección de la caridad a la cual son llamados todos los fieles implica, para quienes asumen libremente el llamamiento a la vida consagrada, la obligación de practicar la castidad en el celibato por el Reino, la pobreza y la obediencia. La profesión de estos consejos en un estado de vida estable reconocido por la Iglesia es lo que caracteriza la "vida consagrada" a Dios (cf. LG 42-43; PC 1)." (Catecismo 915)

Dicho de otra manera, la Institución OBLIGA a estos hombres a permanecer célibes a perpetuidad, confundiendo y mezclando grave y peligrosamente lo que es puramente VOCACIÓN humana (servir a Dios) con el DON Divino de abstinencia y celibato, reservado y adjudicado de manera específica según la Autoridad Soberana de Dios, y no por el mero ejercicio de la vocación canalizado a través de la inscripción en un seminario.

Escrito está:

"En cuanto a las cosas que me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar mujer; pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido. El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido... No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia. Mas esto digo por vía de concesión, no por mandamiento. Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro. Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo; pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando." (1ra. Corintios 7:1-9)