Bueno! Sabemos que a la hora de morir, me refiero a la hora de que nuestro cuerpo mortal muera, nuestro espíritu vuelve a Dios que fue el que lo dio. (Eclesiastés), el cuerpo vuelve a la tierra y nuestra alma, si hemos aceptado la redensión de nuestros pecados, por medio del derramamiento de la sangre de Jesús en la cruz, se va a morar con Jesús ("...voy pues a prepararos lugar para que donde yo esté vosotros tambien esteis").
La palabra me enseña que la carne está condenada a muerte, porque es en ella donde mora el pecado y la paga del pecado es muerte. Esto implica que es imposible evitar que la carne peque, porque si lográramos que esto sucediera, entonces redimiríamos a la carne de la muerte y ésta juntamente con el alma, podría estar con Jesús. Definitivamente eso es imposible, de hecho la biblia me dice que para que nuestra alma pueda volver a tener un cuerpo, este debe ser un cuerpo totalmente nuevo y glorioso, el cual nos será dado por Jesús en el moemnto en que nos unamos a él en el cielo. (Maravilloso).
Pero...¿Como hago para que mi cuerpo (pecador) no contamine mi alma ( redimida) y esto me haga sentir condenado.? ("Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.") Ahora, tenemos que entender que lo que nos libra de la condenación es andar conforme al Espíritu Santo y no conforme a la carne. Esto es entendible aunque algo confuso. ¿Porqué? Porque a pesar de que evitamos la condenación al andar conforme al Espíritu, aún así, la carne sigue siendo pecadora y el pecado sigue morando en ella. No importa cuan guiado por el Espíritu andemos, siempre nos acompañará este cuerpo de muerte, del cual no nos podremos librar hasta el día que este cuerpo vuelva a la tierra de donde fue tomado. ¿entonces? ¿quien peca, Yo o mi cuerpo? Bueno yo no puedo pecar, porque ya he sido redimido del pecado, y de la muerte, y es en esto que se basa mi fe, y esa es mi esperanza.
"Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.".
Definitivamente es mi carne la que peca, y ¿que tiene que ver conmigo lo que haga mi carne? Bueno ese problema tenía tambine Pablo y pedía ser liberado de su cuerpo de muerte.
"Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. !!Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.".
Jamás lograremos que nuestra carne se sujete a nosotros, porque es presisamente por ser insujeta, que ha sido condenada a morir, condenación que no puede ser rebocada.
¿Interfiere en algo en la salvación de mi alma el que mi carne se condene por pecar? De ninguna manera, la sangre preciosa de Jesus fue dada por Dios para salvación de nuestra alma y no de nuestro cuerpo. Yo creo que he sido redimido del pecado y de la muerte, y del yo que estoy hablando ese ese yo que dejó de vivir en la carne y que considera su existencia como la de Cristo, por lo que da por un hecho el que un día, a pesar de lo pecadora que sea su carne, disfrutará de la salvación de su alma, con un cuerpo glorioso dado tambien por Jesús. ¿Si no tengo esta esperanza, entonces que es lo que creo?. No puedo considera espiritual el tratar de espiritualizar la carne, con el sentido de santificarla porque ¿Quien hará limpio lo inmundo?. La carne suya y la mia siempre será pecadora, esto es inevitable, tenemos que vivir con eso, hasta la redención gloriosa de nuestra alma, la cual una vez redimida del pecado y de la muerte, no puede volver a pecar haciendo vana la cruz de Jesús.
Dios los bendice!
Greivin.
La palabra me enseña que la carne está condenada a muerte, porque es en ella donde mora el pecado y la paga del pecado es muerte. Esto implica que es imposible evitar que la carne peque, porque si lográramos que esto sucediera, entonces redimiríamos a la carne de la muerte y ésta juntamente con el alma, podría estar con Jesús. Definitivamente eso es imposible, de hecho la biblia me dice que para que nuestra alma pueda volver a tener un cuerpo, este debe ser un cuerpo totalmente nuevo y glorioso, el cual nos será dado por Jesús en el moemnto en que nos unamos a él en el cielo. (Maravilloso).
Pero...¿Como hago para que mi cuerpo (pecador) no contamine mi alma ( redimida) y esto me haga sentir condenado.? ("Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.") Ahora, tenemos que entender que lo que nos libra de la condenación es andar conforme al Espíritu Santo y no conforme a la carne. Esto es entendible aunque algo confuso. ¿Porqué? Porque a pesar de que evitamos la condenación al andar conforme al Espíritu, aún así, la carne sigue siendo pecadora y el pecado sigue morando en ella. No importa cuan guiado por el Espíritu andemos, siempre nos acompañará este cuerpo de muerte, del cual no nos podremos librar hasta el día que este cuerpo vuelva a la tierra de donde fue tomado. ¿entonces? ¿quien peca, Yo o mi cuerpo? Bueno yo no puedo pecar, porque ya he sido redimido del pecado, y de la muerte, y es en esto que se basa mi fe, y esa es mi esperanza.
"Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.".
Definitivamente es mi carne la que peca, y ¿que tiene que ver conmigo lo que haga mi carne? Bueno ese problema tenía tambine Pablo y pedía ser liberado de su cuerpo de muerte.
"Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. !!Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.".
Jamás lograremos que nuestra carne se sujete a nosotros, porque es presisamente por ser insujeta, que ha sido condenada a morir, condenación que no puede ser rebocada.
¿Interfiere en algo en la salvación de mi alma el que mi carne se condene por pecar? De ninguna manera, la sangre preciosa de Jesus fue dada por Dios para salvación de nuestra alma y no de nuestro cuerpo. Yo creo que he sido redimido del pecado y de la muerte, y del yo que estoy hablando ese ese yo que dejó de vivir en la carne y que considera su existencia como la de Cristo, por lo que da por un hecho el que un día, a pesar de lo pecadora que sea su carne, disfrutará de la salvación de su alma, con un cuerpo glorioso dado tambien por Jesús. ¿Si no tengo esta esperanza, entonces que es lo que creo?. No puedo considera espiritual el tratar de espiritualizar la carne, con el sentido de santificarla porque ¿Quien hará limpio lo inmundo?. La carne suya y la mia siempre será pecadora, esto es inevitable, tenemos que vivir con eso, hasta la redención gloriosa de nuestra alma, la cual una vez redimida del pecado y de la muerte, no puede volver a pecar haciendo vana la cruz de Jesús.
Dios los bendice!
Greivin.