Ecos de la visita papal en Auschwitz

Tobi

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21 Noviembre 2000
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"El Silencio de Dios" aormenta al papa

Auschwitz nos plantea a todos , cristianos y judíos, a todos los hombres, la misma urgente pregunta: ¿quien nos leberará del mal?...
Benedicto XVI ha dado en el corazón del problema indicando por qué sin la ayuda de Dios no seremos capaces de ganar al verdadero enemigo de la humanidad
Juan Carrón Presidente de la Fraternidad de Cominión y Liberación.


Del infierno de los lager. al Papa le surge reforzada y convencida la invocación de la paz, y en el silencio de Dios él ve también agudamente un desafío a los corazones de los hombres y las mujeres, para que, en la hora de la prueba, no se dejen hundir en el fango del egoismo, del miedo, del oportunismo.
Marco Politi Escritor y vaticanista italiano

Benedicto XVI parece decirnos que, en la hora de los peores crímenes del siglo XX, Dios permaneció silencioso porque demasiados hombres permanecieron silenciosos. Porque demasiados cristianos, incluidos altos responsables de la Iglesia, permanecieron silenciosos.
Guillaume Goubert Editorialista del diario católico francés "La Croix"


Si se hace de Auschwitz un problema teológico, se corre el riesgo de distraer la atención de lo que ocurrió; el problema son los hombres, sus responsabilidades, y en todo caso la cuestiçon está en el uso malvado que el hombre hizo de su libertad renegando de Dios.
Giusppe Laras Presidente de la Asamblea de Rabinos de Italia.

Entre quienes no se expresaron sobre las atrocidades del nazismo, y cayeron así en la culpa metafísica denunciada por Karl Jaspers, muchos historiadores señalan a Pio XII. Entonces, ¿por qué el Papa, en vez de su dramática pregunta sobre el silencio de Dios, no se plantea una más modesta sobre el silencio de su predecesor?
Umberto Galimberto Filósofo italiano

La Vanguardia, pag. 3. Sábado 3 de junio 2006.
 
Re: Ecos de la visita papal en Auschwitz

No se si es conveniente, pero pongo esto:

http://noticiasdeeurabia.wordpress....-las-fuerzas-del-mal-se-han-vuelto-a-desatar/

Benedicto XVI en Auschwizt: Las fuerzas del mal se han vuelto a desatar.
1st June 2006

Según la prensa progre -incluida la progre de centro con lectores de derechas- el papa habría ido a Polonia a pedir perdón y a flagelarse por los errores de la Iglesia. Y nótese que en este caso El Mundo supera a El Pais escondiendo lo importante ("parecen emerger nuevamente en el corazón de los hombres todas las fuerzas oscuras: por una parte, el abuso del nombre de Dios para justificar una violencia ciega contra personas inocentes; de otra, el cinismo que no conoce Dios y escarnece la fe en Él") y añadiendo lo innecesario (durante su adolescencia estuvo enrolado en las Juventudes Hitlerianas, con negrita en el original).
De su discurso en Auschwizt se han quedado con la pregunta retórica –pero ciertamente profunda- sobre el insondable problema del “silencio de Dios”, que ha dado lugar a toda una disciplina filosófica, la Teodicea, la explicación de la existencia de mal en un mundo creado por un Dios bueno y omnipotente:
How many questions arise in this place! Constantly the question comes up: Where was God in those days? Why was he silent? How could he permit this endless slaughter, this triumph of evil?
En algunos casos han ocultado la respuesta que Su Santidad da, a pesar de estar seguida a la pregunta, con el propósito manipulador de mantener la duda:
The words of Psalm 44 come to mind, Israel's lament for its woes: "You have broken us in the haunt of jackals, and covered us with deep darkness … because of you we are being killed all day long, and accounted as sheep for the slaughter. Rouse yourself! Why do you sleep, O Lord? Awake, do not cast us off forever! Why do you hide your face? Why do you forget our affliction and oppression? For we sink down to the dust; our bodies cling to the ground. Rise up, come to our help! Redeem us for the sake of your steadfast love!" (Psalm 44:19,22-26).
Se podría decir por tanto –y literalmente- que estaba escrito en el propio libro sagrado de los judíos (lo que no exime de responsabilidad a los culpables). Pero por si eso pudiera parecer cínico –en ningún caso lo es- Ratzinger se explica:
We cannot peer into God's mysterious plan — we see only piecemeal, and we would be wrong to set ourselves up as judges of God and history. Then we would not be defending man, but only contributing to his downfall. No — when all is said and done, we must continue to cry out humbly yet insistently to God: Rouse yourself! Do not forget mankind, your creature!
Item más. El Papa no se queda en eso, sino que, dejando a un lado lamentaciones jeremíacas extemporáneas, pone el dedo en la llaga:
Let us cry out to God, with all our hearts, at the present hour, when new misfortunes befall us, when all the forces of darkness seem to issue anew from human hearts: whether it is the abuse of God's name as a means of justifying senseless violence against innocent persons, or the cynicism which refuses to acknowledge God and ridicules faith in him.
Y ahí la prensa ha fallado estrepitosamente al distribuir el mensaje. ¿Es que hay duda de cuál es la secta satánica cuyos seguidores llevan las fuerzas del mal en su corazón? ¿Es que hay quien duda de la colusión inmoral y suicida de esa secta con nuestra progresía laicista? ¿Es que no están buscando actualmente la destrucción de Israel? Benedicto XVI nos indica por qué:
If this people, by its very existence, was a witness to the God who spoke to humanity and took us to himself, then that God finally had to die and power had to belong to man alone — to those men, who thought that by force they had made themselves masters of the world. By destroying Israel, they ultimately wanted to tear up the taproot of the Christian faith and to replace it with a faith of their own invention: faith in the rule of man, the rule of the powerful.

http://212.77.1.245/news_services/press/vis/dinamiche/c2_sp.htm

DIOS NO VUELVA A PERMITIR OTRO AUSCHWITZ

CIUDAD DEL VATICANO, 28 MAY 2006 (VIS).-Benedicto XVI dejó esta tarde el Palacio Arzobispal de Cracovia para trasladarse al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, la última etapa de su viaje apostólico.

El Papa atravesó a pie la puerta de Auschwitz donde campean las palabras que acogían a los deportados "Arbeit macht frei"(El trabajo hace libres) y fue recibido por el director del museo de Auschwitz y otras autoridades civiles y religiosas. Después se dirigió al Patio de la Muerte, donde le esperaban algunos ex-prisioneros y más tarde a la celda donde murió san Maximilian Kolbe, en el sótano del bloque 11.

A continuación se desplazó en automóvil al Centro de Diálogo y Oración, una institución católica creada cerca del campo de concentración, donde bendijo las instalaciones. Finalizada la visita recorrió en coche los tres kilómetros que llevan al campo de Birkenau. Una vez llegado allí, el Papa se detuvo en primer lugar ante el monumento con las 22 lápidas, símbolo del Holocausto, que recuerdan a todas las víctimas de los campos de Auschwitz-Birkenau, y departió unos momentos con los representantes de otras religiones y un grupo de supervivientes al exterminio de diversas nacionalidades.

El Papa rezó por las víctimas y escuchó el kaddish de duelo, antes de pronunciar su discurso.

"Tomar la palabra en este lugar de horror, de crímenes acumulados contra Dios y contra el hombre sin parangón en la historia, es casi imposible, y es particularmente difícil y angustioso para un cristiano, para un Papa que procede de Alemania", dijo Benedicto XVI.

"En un lugar como éste faltan las palabras; en el fondo sólo hay espacio para un silencio desamparado, un silencio que es un grito interior hacia Dios: Señor por qué callaste? Por qué has podido tolerar todo esto? En esta actitud de silencio, nos inclinamos profundamente (...) ante la inmensa multitud de cuantos aquí sufrieron y fueron sentenciados a muerte; sin embargo, este silencio se transforma en una petición en voz alta de perdón y de reconciliación, un grito al Dios vivo para que no permita jamás algo similar".

El Papa recordó la visita de Juan Pablo II, "como hijo de aquel pueblo que junto al pueblo judío sufrió tanto en estos lugares y en el curso de la guerra". "Seis millones de polacos perdieron la vida durante la segunda guerra mundial, la quinta parte de la población", recordó entonces Juan Pablo II, y desde aquí "lanzó el solemne llamamiento al respeto de los derechos del ser humano y de las naciones".

"Juan Pablo II estuvo aquí como hijo del pueblo polaco", dijo Benedicto XVI. "Yo estoy hoy aquí como hijo del pueblo alemán, y precisamente por este motivo debo decir y puedo decir como él: No podía dejar de venir aquí. Tenía que venir. Era y es un deber ante la verdad y ante el derecho de quienes sufrieron, un deber ante Dios, el venir aquí como sucesor de Juan Pablo II y como hijo del pueblo alemán, hijo de ese pueblo sobre el que tomó el poder un grupo de criminales con promesas engañosas, en nombre de perspectivas de grandeza, de recuperación del honor de la nación y su importancia, con expectativas de bienestar e incluso con la fuerza del terror y la intimidación, de forma que de nuestro pueblo se pudiera usar y abusar como instrumento de su delirio de destrucción y dominio".

"Cuántas preguntas surgen en estos lugares!", exclamó el Papa. "De nuevo nos preguntamos: Dónde estaba Dios en esos días? Cómo pudo tolerar (...) este triunfo del mal? (...) Vienen a nuestra mente las palabras del Salmo 44; (...) ese grito de angustia que el Israel que sufre eleva a Dios en los períodos de angustia extrema, y que es al mismo tiempo el grito de ayuda de todos aquellos que en el curso de la historia (...) sufren por amor de Dios, por amor de la verdad y del bien".

"No podemos escrutar el secreto de Dios, sólo vemos fragmentos y nos equivocamos cuando nos queremos convertir en jueces de Dios y de la historia. (...) No, en definitiva debemos seguir con nuestro humilde e insistente grito hacia El: Despierta! No te olvides de tu criatura, el ser humano!".

"Gritemos a Dios en este momento cuando parecen surgir nuevamente en los corazones de los hombres todas las fuerzas oscuras: por una parte, el abuso del nombre de Dios para justificar una violencia ciega contra personas inocentes; y por otra, el cinismo que no reconoce a Dios y que escarnece la fe en Èl".

"El lugar donde nos encontramos es un lugar de la memoria, es el lugar de la Shoah. El pasado no es nunca pasado. Nos indica los caminos que debemos y los que no debemos tomar. (...) Algunas lápidas nos invitan a una conmemoración particular. (...) Hay una en lengua judía. Los potentes del Tercer Reich querían aplastar al pueblo judío en su totalidad, eliminarlo del número de los pueblos de la tierra. (...) Si este pueblo con su existencia constituye un testimonio del Dios que habla al ser humano y se hace cargo de él, entonces ese Dios debía finalmente morir y su dominio pertenecer sólo al ser humano, a aquellos que creían ser fuertes y que habían sabido hacerse dueños del mundo".

"También está la lápida en lengua polaca: en una primera fase se quería eliminar la élite cultural y cancelar así al pueblo como sujeto histórico autónomo para rebajarlo en la medida en que seguía existiendo, a un pueblo de esclavos. Otra lápida es (...) la escrita en la lengua de los sinti y rom. Aquí se quería hacer desaparecer a todo un pueblo, (...) incluido entre los elementos inútiles de la historia universal, mediante una ideología en la que contaba solamente la utilidad que se puede medir. (...) La lápida en ruso, que evoca el inmenso número de vidas sacrificadas entre los soldados rusos durante el enfrentamiento con el régimen del terror nacionalsocialista, nos hace reflexionar también sobre el doble significado trágico de su misión: liberar a los pueblos de una dictadura, debía servir para someter a aquellos pueblos a otra dictadura, la de (..) la ideología comunista. (...) Las lápidas en alemán (...) nos recuerdan que los alemanes que venían a Auschwitz-Birkenau eran considerados las heces de la nación".

"Sí -concluyó el Papa-, tras estas lápidas se esconde el destino de innumerables seres humanos que sacuden nuestra memoria y nuestro corazón. No quieren provocar nuestro odio: al contrario nos demuestran lo terrible que es la acción del odio. Quieren llevar a la razón a reconocer el mal como mal y a rechazarlo; quieren suscitar en nosotros el valor del bien, de la resistencia contra el mal. Quieren llevarnos a los sentimientos que se manifiestan en las palabras que Sófocles pone en los labios de Antígona frente al horror que la circunda: "Estoy aquí no para odiar junto a ti sino para amar junto a ti".
PV-POLONIA/.../AUSCHWITZ-BIRKENAU...VIS 060529 (1100)
 
Re: Ecos de la visita papal en Auschwitz

Y yo me pregunto:
¿Cual es la diferencia entre el exterminio de los judios por parte de lo nazis y el del los Cátaros, abigenses, hugonotes, reformados españoles y demás?

La unica diferencia es que los nazis usaron una tecnología distinta, pero con los mismos resultados.

Pero tampoco hubo en aquellos casos "silencio de Dios" La voz de Dios fué el clamor de las victimas. Lo que ocurre es que los hay que no han deseado, ni desean, oirla.
 
Re: Ecos de la visita papal en Auschwitz

Si claro, seguro, Dios tuvo la culpa por quedarse callado, los muchachos de la juventud nazi eran blancas palomitas.

Para mi son ganas de deshacerse de su imagen negativa
 
Re: Ecos de la visita papal en Auschwitz

igorcb dijo:
Si claro, seguro, Dios tuvo la culpa por quedarse callado, los muchachos de la juventud nazi eran blancas palomitas.

Para mi son ganas de deshacerse de su imagen negativa

Digan lo que digan, la imagen negativa permanece y es totalmente innegable.
No hay la menor duda de que Pio XII estaba en la misma línea que Pío IX y su famoso Syllabus y en este panfleto condenó al sistema político que conocemos por democracia. Luego los sistemas totalitarios nazi fascistas estan en conformidad con el pensar de ambos papas.
Precisamente el Concilio Vaticano II fué un vano intento de maquillar la realidad político religiosa del Vaticano I. Lo malo para ellos es que para conseguirlo debían haber anulado el decreto de la Infalibilidad papal.
No lo hicieron y el maquillaje se les derrite en sus propios rostros y su aspecto te lo puede imaginar, igorb.

(Reitero mi felicitación por el nacimiento de tu hijita. Un abrazo)
 
Re: Ecos de la visita papal en Auschwitz

Tobi dijo:
Y yo me pregunto:
¿Cual es la diferencia entre el exterminio de los judios por parte de lo nazis y el del los Cátaros, abigenses, hugonotes, reformados españoles y demás?

La unica diferencia es que los nazis usaron una tecnología distinta, pero con los mismos resultados.

Pero tampoco hubo en aquellos casos "silencio de Dios" La voz de Dios fué el clamor de las victimas. Lo que ocurre es que los hay que no han deseado, ni desean, oirla.

Yo no buscaría las diferencias, mas bien las similitudes...

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