La fe según Benedicto XVI

18 Noviembre 1998
12.218
21
blogs.periodistadigital.com
Homilía de Benedicto XVI durante la celebración eucarística en la Plaza Pilsudski de Varsovia, este viernes pasado.
He quitado las partes en las que habla de Polonia:


«¡Permaneced firmes en la fe!». Acabamos de escuchar las palabras de Jesús: «Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; y yo pediré al Padre y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de la verdad» (Juan 14, 15-17a). Con estas palabras Jesús revela el profundo lazo que existe entre la fe y la profesión de la Verdad Divina, entre la fe y la entrega a Jesucristo en el amor, entre la fe y la práctica de una vida inspirada en los mandamientos. Estas tres dimensiones de la fe son fruto de la acción del Espíritu Santo. Esta acción se manifiesta como fuerza interior que pone en armonía los corazones de los discípulos con el Corazón de Cristo y les hace capaces de amar a los hermanos como Él los ha amado. La fe es un don, pero al mismo tiempo es una tarea.

«Él os dará otro Consolador - el Espíritu de Verdad». La fe, como conocimiento y profesión de la verdad sobre Dios y sobre el hombre, «viene de la predicación, y la predicación, por la Palabra de Cristo», dice san Pablo (Romanos 10, 17). A lo largo de la historia de la Iglesia, los apóstoles han predicado la palabra, preocupándose por entregarla intacta a sus sucesores, quienes a su vez la han transmitido a las generaciones sucesivas, hasta nuestros días. Muchos predicadores del Evangelio han dado la vida precisamente a causa de la fidelidad a la verdad de la palabra de Cristo. De este modo, del cuidado de la verdad ha nacido la Tradición de la Iglesia. Al igual que en los siglos pasados, también hoy hay personas o ambientes que, descuidando esta Tradición de siglos, querrían falsificar la palabra de Cristo y quitar del Evangelio las verdades que, según ellos, son demasiado incómodas para el mundo moderno. Se trata de dar la impresión de que todo es relativo: incluso las verdades de fe dependerían de la situación histórica y del juicio humano. Pero la Iglesia no puede acallar al Espíritu de Verdad. Los sucesores de los apóstoles, junto con el Papa, son los responsables de la verdad del Evangelio, y también todos los cristianos están llamados a compartir esta responsabilidad, aceptando sus indicaciones autorizadas. Todo cristiano está obligado a confrontar continuamente sus propias convicciones con los dictámenes del Evangelio y de la Tradición de la Iglesia en su compromiso por permanecer fiel a la palabra de Cristo, incluso cuando ésta es exigente y humanamente difícil de comprender. No tenemos que caer en la tentación del relativismo o de la interpretación subjetiva y selectiva de las Sagradas Escrituras. Sólo la verdad íntegra nos puede abrir a la adhesión a Cristo, muerto y resucitado por nuestra salvación.

De hecho, Cristo dice: «Si me amáis…». La fe no significa sólo aceptar un cierto número de verdades abstractas sobre los misterios de Dios, del hombre, de la vida y de la muerte, de las realidades futuras. La fe consiste en una relación íntima con Cristo, una relación basada en el amor de Aquél que nos ha amado antes (Cf. 1 Juan 4, 11), hasta la entrega total de sí mismo. «La prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros» (Romanos 5, 8). ¿Qué otra respuesta podemos dar a un amor tan grande, sino un corazón abierto y dispuesto a amar? Pero, ¿qué quiere decir amar a Cristo? Quiere decir fiarse de Él, incluso en la hora de la prueba, seguirle fielmente incluso en el Vía Crucis, con la esperanza de que pronto llegará la mañana de la resurrección. Si confiamos en Él no perdemos nada, sino que ganamos todo. Nuestra vida adquiere en sus manos su verdadero sentido. El amor por Cristo se expresa con la voluntad de poner en sintonía la propia vida con los pensamientos y los sentimientos de su Corazón. Esto se logra mediante la unión interior, basada en la gracia de los Sacramentos, reforzada con la oración continua, con la alabanza, con la acción de gracias y la penitencia. No puede faltar una atenta escucha de las inspiraciones que Él suscita a través de su Palabra, a través de las personas con las que nos encontramos, de las situaciones de vida de todos los días. Amarlo quiere decir permanecer en diálogo con Él, para conocer su voluntad y realizarla prontamente.

Pero vivir la propia fe como relación de amor con Cristo significa estar dispuestos a renunciar a todo lo que constituye la negación de su amor. Por este motivo, Jesús ha dicho a los apóstoles: «Si me amáis guardaréis mis mandamientos». Pero, ¿cuáles son los mandamientos de Cristo? Cuando el Señor Jesús enseñaba a las muchedumbres, no dejó de confirmar la ley que el Creador había inscrito en el corazón del hombre y que había formulado en las tablas de los Diez Mandamientos. « No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una "i" o una tilde de la Ley sin que todo suceda» (Mateo 5, 17-18). Ahora bien, Jesús nos mostró con nueva claridad el centro unificador de las leyes divinas reveladas en el Sinaí, es decir, el amor a Dios y al prójimo: «amar [a Dios] con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios» (Marcos 12, 33). Es más, Jesús en su vida y en su misterio pascual ha llevado a cumplimiento toda la ley. Uniéndose a nosotros a través del don del Espíritu Santo, lleva con nosotros y en nosotros el «yugo» de la ley, y de este modo se convierte en una «carga ligera» (Mateo 11, 30). Con este espíritu, Jesús formuló la lista de las actitudes interiores de quienes tratan de vivir profundamente la fe: Bienaventurados los pobres de espíritu, los que lloran, los mansos, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los que trabajan por la paz, los perseguidos por causa de la justicia… (Cf. Mateo 5,3-12)

Queridos hermanos y hermanas, la fe en cuanto adhesión a Cristo se revela como amor que impulsa a promover el bien que el Creador ha inscrito en la naturaleza de cada uno y cada una de nosotros, en la personalidad de todo ser humano y en todo lo que existe en el mundo. Quien cree y ama se convierte de este modo en constructor de la verdadera «civilización del amor», en la que Cristo es el centro.
 
Re: La fe según Benedicto XVI

Luis Fernando dijo:
Homilía de Benedicto XVI durante la celebración eucarística en la Plaza Pilsudski de Varsovia, este viernes pasado.
He quitado las partes en las que habla de Polonia:


«¡Permaneced firmes en la fe!». Acabamos de escuchar las palabras de Jesús: «Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; y yo pediré al Padre y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de la verdad» (Juan 14, 15-17a). Con estas palabras Jesús revela el profundo lazo que existe entre la fe y la profesión de la Verdad Divina, entre la fe y la entrega a Jesucristo en el amor, entre la fe y la práctica de una vida inspirada en los mandamientos. Estas tres dimensiones de la fe son fruto de la acción del Espíritu Santo. Esta acción se manifiesta como fuerza interior que pone en armonía los corazones de los discípulos con el Corazón de Cristo y les hace capaces de amar a los hermanos como Él los ha amado. La fe es un don, pero al mismo tiempo es una tarea.

«Él os dará otro Consolador - el Espíritu de Verdad». La fe, como conocimiento y profesión de la verdad sobre Dios y sobre el hombre, «viene de la predicación, y la predicación, por la Palabra de Cristo», dice san Pablo (Romanos 10, 17). A lo largo de la historia de la Iglesia, los apóstoles han predicado la palabra, preocupándose por entregarla intacta a sus sucesores, quienes a su vez la han transmitido a las generaciones sucesivas, hasta nuestros días. Muchos predicadores del Evangelio han dado la vida precisamente a causa de la fidelidad a la verdad de la palabra de Cristo. De este modo, del cuidado de la verdad ha nacido la Tradición de la Iglesia. Al igual que en los siglos pasados, también hoy hay personas o ambientes que, descuidando esta Tradición de siglos, querrían falsificar la palabra de Cristo y quitar del Evangelio las verdades que, según ellos, son demasiado incómodas para el mundo moderno. Se trata de dar la impresión de que todo es relativo: incluso las verdades de fe dependerían de la situación histórica y del juicio humano. Pero la Iglesia no puede acallar al Espíritu de Verdad. Los sucesores de los apóstoles, junto con el Papa, son los responsables de la verdad del Evangelio, y también todos los cristianos están llamados a compartir esta responsabilidad, aceptando sus indicaciones autorizadas. Todo cristiano está obligado a confrontar continuamente sus propias convicciones con los dictámenes del Evangelio y de la Tradición de la Iglesia en su compromiso por permanecer fiel a la palabra de Cristo, incluso cuando ésta es exigente y humanamente difícil de comprender. No tenemos que caer en la tentación del relativismo o de la interpretación subjetiva y selectiva de las Sagradas Escrituras. Sólo la verdad íntegra nos puede abrir a la adhesión a Cristo, muerto y resucitado por nuestra salvación.

De hecho, Cristo dice: «Si me amáis…». La fe no significa sólo aceptar un cierto número de verdades abstractas sobre los misterios de Dios, del hombre, de la vida y de la muerte, de las realidades futuras. La fe consiste en una relación íntima con Cristo, una relación basada en el amor de Aquél que nos ha amado antes (Cf. 1 Juan 4, 11), hasta la entrega total de sí mismo. «La prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros» (Romanos 5, 8). ¿Qué otra respuesta podemos dar a un amor tan grande, sino un corazón abierto y dispuesto a amar? Pero, ¿qué quiere decir amar a Cristo? Quiere decir fiarse de Él, incluso en la hora de la prueba, seguirle fielmente incluso en el Vía Crucis, con la esperanza de que pronto llegará la mañana de la resurrección. Si confiamos en Él no perdemos nada, sino que ganamos todo. Nuestra vida adquiere en sus manos su verdadero sentido. El amor por Cristo se expresa con la voluntad de poner en sintonía la propia vida con los pensamientos y los sentimientos de su Corazón. Esto se logra mediante la unión interior, basada en la gracia de los Sacramentos, reforzada con la oración continua, con la alabanza, con la acción de gracias y la penitencia. No puede faltar una atenta escucha de las inspiraciones que Él suscita a través de su Palabra, a través de las personas con las que nos encontramos, de las situaciones de vida de todos los días. Amarlo quiere decir permanecer en diálogo con Él, para conocer su voluntad y realizarla prontamente.

Pero vivir la propia fe como relación de amor con Cristo significa estar dispuestos a renunciar a todo lo que constituye la negación de su amor. Por este motivo, Jesús ha dicho a los apóstoles: «Si me amáis guardaréis mis mandamientos». Pero, ¿cuáles son los mandamientos de Cristo? Cuando el Señor Jesús enseñaba a las muchedumbres, no dejó de confirmar la ley que el Creador había inscrito en el corazón del hombre y que había formulado en las tablas de los Diez Mandamientos. « No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una "i" o una tilde de la Ley sin que todo suceda» (Mateo 5, 17-18). Ahora bien, Jesús nos mostró con nueva claridad el centro unificador de las leyes divinas reveladas en el Sinaí, es decir, el amor a Dios y al prójimo: «amar [a Dios] con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios» (Marcos 12, 33). Es más, Jesús en su vida y en su misterio pascual ha llevado a cumplimiento toda la ley. Uniéndose a nosotros a través del don del Espíritu Santo, lleva con nosotros y en nosotros el «yugo» de la ley, y de este modo se convierte en una «carga ligera» (Mateo 11, 30). Con este espíritu, Jesús formuló la lista de las actitudes interiores de quienes tratan de vivir profundamente la fe: Bienaventurados los pobres de espíritu, los que lloran, los mansos, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los que trabajan por la paz, los perseguidos por causa de la justicia… (Cf. Mateo 5,3-12)

Queridos hermanos y hermanas, la fe en cuanto adhesión a Cristo se revela como amor que impulsa a promover el bien que el Creador ha inscrito en la naturaleza de cada uno y cada una de nosotros, en la personalidad de todo ser humano y en todo lo que existe en el mundo. Quien cree y ama se convierte de este modo en constructor de la verdadera «civilización del amor», en la que Cristo es el centro.




Me quedo con:

"La fe segun "el Evangelio de Cristo"!!

Luis Alberto42
 
Re: La fe según Benedicto XVI

Luis Alberto42 dijo:
Me quedo con:

"La fe segun "el Evangelio de Cristo"!!

Luis Alberto42

Debes tener presente que LFP ha aprobado la fe del Papa, luego esta es auténtica. El que más sabe lo ha dicho y eso es definitivo.
 
Re: La fe según Benedicto XVI

Tobi dijo:
Debes tener presente que LFP ha aprobado la fe del Papa, luego esta es auténtica. El que más sabe lo ha dicho y eso es definitivo.



Leistes bien??

Dije: YO me quedo con Cristo!

Uds. pueden hacer lo que deseen!..Estan libres!

Luis Alberto42
 
Re: La fe según Benedicto XVI

Luis Fernando:
Pero vivir la propia fe como relación de amor con Cristo significa estar dispuestos a renunciar a todo lo que constituye la negación de su amor. Por este motivo, Jesús ha dicho a los apóstoles: «Si me amáis guardaréis mis mandamientos». Pero, ¿cuáles son los mandamientos de Cristo? Cuando el Señor Jesús enseñaba a las muchedumbres, no dejó de confirmar la ley que el Creador había inscrito en el corazón del hombre y que había formulado en las tablas de los Diez Mandamientos. « No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una "i" o una tilde de la Ley sin que todo suceda» (Mateo 5, 17-18). Ahora bien, Jesús nos mostró con nueva claridad el centro unificador de las leyes divinas reveladas en el Sinaí, es decir, el amor a Dios y al prójimo: «amar [a Dios] con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios» (Marcos 12, 33). Es más, Jesús en su vida y en su misterio pascual ha llevado a cumplimiento toda la ley. Uniéndose a nosotros a través del don del Espíritu Santo, lleva con nosotros y en nosotros el «yugo» de la ley, y de este modo se convierte en una «carga ligera» (Mateo 11, 30). Con este espíritu, Jesús formuló la lista de las actitudes interiores de quienes tratan de vivir profundamente la fe: Bienaventurados los pobres de espíritu, los que lloran, los mansos, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los que trabajan por la paz, los perseguidos por causa de la justicia… (Cf. Mateo 5,3-12)
(subrayado mio)
¡¡¡No me digas que ya restauraron y unificaron el segundo mandamiento, se acordaron que cambiaron el cuarto y que al décimo lo habían dividido en dos!!!
En este caso tomo la actitud de Tomás el incrédulo, ver para creer.

Saludos.
 
Re: La fe según Benedicto XVI

Miguel Loayza F dijo:
Luis Fernando:

(subrayado mio)
¡¡¡No me digas que ya restauraron y unificaron el segundo mandamiento, se acordaron que cambiaron el cuarto y que al décimo lo habían dividido en dos!!!
En este caso tomo la actitud de Tomás el incrédulo, ver para creer.

Saludos.

Yo sigo mi fé en Jesús en una Iglesia Pentecostal Evangelica, pero tu ya conoces el Poder de Dios, y espero que sea la voluntad de Dios que cambien todo lo que considere no correcto en lo que profesa su la fé de -corazón por que el corazon del hombre solo lo conoce Dios-
 
Re: La fe según Benedicto XVI

Miguel Loayza F dijo:
Luis Fernando:

(subrayado mio)
¡¡¡No me digas que ya restauraron y unificaron el segundo mandamiento, se acordaron que cambiaron el cuarto y que al décimo lo habían dividido en dos!!!
En este caso tomo la actitud de Tomás el incrédulo, ver para creer.

Saludos.

Yo sigo mi fé en Jesús en una Iglesia Evangélica, pero tu ya conoces el Poder de Dios, y espero que sea la voluntad de Dios que cambien todo lo que el quiera y donde desee cambiarlo para los que profesa la fé en Jesús y obran según la palabran por medio del Espíritu- El corazon del hombre solo lo conoce Dios
 
Re: La fe según Benedicto XVI

anayris dijo:
Yo sigo mi fé en Jesús en una Iglesia Evangélica, pero tu ya conoces el Poder de Dios, y espero que sea la voluntad de Dios que cambien todo lo que el quiera y donde desee cambiarlo para los que profesa la fé en Jesús y obran según la palabran por medio del Espíritu- El corazon del hombre solo lo conoce Dios
.
Esperemos que así sea; lo que pasa es que la voluntad de Dios está expresada en la Biblia y no en tradiciones humanas. Como individuo cualquier católico puede someterse a la voluntad de Dios revelada, pero como institución tengo mis dudas; Apocalipsis dice que no cambiará, por eso dice "salid de ella pueblo mio".

Saludos
 
Re: La fe según Benedicto XVI

Miguel Loayza F dijo:
.
Esperemos que así sea; lo que pasa es que la voluntad de Dios está expresada en la Biblia y no en tradiciones humanas. Como individuo cualquier católico puede someterse a la voluntad de Dios revelada, pero como institución tengo mis dudas; Apocalipsis dice que no cambiará, por eso dice "salid de ella pueblo mio".

Saludos

Perdona mi ignorancia, ¿En que parte de apocalipsis?
 
Re: La fe según Benedicto XVI

Y yo sigo con la fe de Jesucristo, expresada en los evangelios, donde se nos muestra que el es el hijo único de Dios y próximo a regresar por los suyos.

.
 
Re: La fe según Benedicto XVI

anayris dijo:
Perdona mi ignorancia, ¿En que parte de apocalipsis?
Ni las plagas consiguen cambiarla


Apo 16:10 El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas,c y mordían de dolor sus lenguas, 11 y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras.

Apo 17:4Y la mujer (iglesia, institución) estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de orod lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; 5y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA. 6Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos (inquisición por ejemplo), y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro.

Por eso el pedido de salir de ahí al pueblo de Dios.
 
Re: La fe según Benedicto XVI

DanielO dijo:
Y yo sigo con la fe de Jesucristo, expresada en los evangelios, donde se nos muestra que el es el hijo único de Dios y próximo a regresar por los suyos.

.
Una cosa te falta decir: Apo 14:12 Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
 
Re: La fe según Benedicto XVI

Luis Fernando:

Cita:
Pero vivir la propia fe como relación de amor con Cristo significa estar dispuestos a renunciar a todo lo que constituye la negación de su amor. Por este motivo, Jesús ha dicho a los apóstoles: «Si me amáis guardaréis mis mandamientos». Pero, ¿cuáles son los mandamientos de Cristo? Cuando el Señor Jesús enseñaba a las muchedumbres, no dejó de confirmar la ley que el Creador había inscrito en el corazón del hombre y que había formulado en las tablas de los Diez Mandamientos. « No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una "i" o una tilde de la Ley sin que todo suceda» (Mateo 5, 17-18). Ahora bien, Jesús nos mostró con nueva claridad el centro unificador de las leyes divinas reveladas en el Sinaí, es decir, el amor a Dios y al prójimo: «amar [a Dios] con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios» (Marcos 12, 33). Es más, Jesús en su vida y en su misterio pascual ha llevado a cumplimiento toda la ley. Uniéndose a nosotros a través del don del Espíritu Santo, lleva con nosotros y en nosotros el «yugo» de la ley, y de este modo se convierte en una «carga ligera» (Mateo 11, 30). Con este espíritu, Jesús formuló la lista de las actitudes interiores de quienes tratan de vivir profundamente la fe: Bienaventurados los pobres de espíritu, los que lloran, los mansos, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los que trabajan por la paz, los perseguidos por causa de la justicia… (Cf. Mateo 5,3-12)

(subrayado mio)
¡¡¡No me digas que ya restauraron y unificaron el segundo mandamiento, se acordaron que cambiaron el cuarto y que al décimo lo habían dividido en dos!!!
En este caso tomo la actitud de Tomás el incrédulo, ver para creer.

Abren un tema y desaparecen por cuanto pegan los mismos sin leerlos y posiblemento sin entender que ya no estamos en la oscuridad medieval; al descubrir su error o contradicción por parte de otro forista no contestan.
 
Re: La fe según Benedicto XVI

salid de ella pueblo mio..¿¿¿a quien se refiere???

Miguel Loayza F dijo:
Ni las plagas consiguen cambiarla


Apo 16:10 El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas,c y mordían de dolor sus lenguas, 11 y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras.

de nuevo....¿a quien se refiere????

Apo 17:4Y la mujer (iglesia, institución) estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de orod lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; 5y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA. 6Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos (inquisición por ejemplo), y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro.

¿¿la mujer una institucion???¿¿¿¿de donde sacas eso ???? del pastor que te enseño eso??? revisa por tu cuenta......

Por eso el pedido de salir de ahí al pueblo de Dios.

todo lo que has dicho es una especulacion gratuita sin base biblica....
has interpretado pesimamente mal estos versos que no tienen nada que ver con la iglesia catolica romana(y no soy catolico eh...)

alicantino
 
Re: La fe según Benedicto XVI

alicantino dijo:
salid de ella pueblo mio..¿¿¿a quien se refiere???



todo lo que has dicho es una especulacion gratuita sin base biblica....
has interpretado pesimamente mal estos versos que no tienen nada que ver con la iglesia catolica romana(y no soy catolico eh...)

alicantino
alicantino, cuando pongas en un remarcado (Quote) a mis intervenciones, no incluyas NADA dentro de ese Quote que yo no haya dicho, para eso está el espacio que te corresponde. Puede haber confusión, característica ésta de la Babilonia bíblica de Apocalipsis, la cual mezcla la verdad con la mentira.

Lo que está demás en lo que tu dices que yo digo es lo siguiente:

*de nuevo....¿a quien se refiere????
*¿¿la mujer una institución???¿¿¿¿de donde sacas eso????del pastor que te enseño eso???revisa por tu cuenta.....

Dices que no eres católico, es tu derecho.

Como tu verás en mi contestación a Luis Fernando subrayo una frase sobre las leyes del Sinaí. Cuando comparo esas leyes con las que enseña la IC en sus catecismos (de paso a los 12 años acolité misa) me doy cuenta que no corresponden. Noto que hay cambios substanciales, que unos mandamientos son correctos y otros alterados o cambiados, es decir, hay una mezcla de verdad y mentira.

De la gran ramera se dice que tiene un cadiz con abominaciones, que da a beber un vino adulterado, que es sanguinaria y perseguidora (ejemplo: Roma civil y luego su continuación, la Roma papal).....No se diga purgatorio, limbo (ya retirado), misa, rosario, confesión a hombres, honra de imágenes, indulgencias.....es larga la lista, ninguna de ellas con base bíblica.

Tanto el preterismo como el futurismo son iniciativas de la IC, estas pretenden distraer la atención de lo que de la IC se descubre en la Biblia, y créeme ha conseguido muchos adeptos.

Saludos
 
Re: La fe según Benedicto XVI

miguel: el preterismo actual no tiene nada que ver con la iglesia catolica,ni siquiera es una organizacion ,es simplemente una linea de estudio biblico
te decia lo de la mujer ,porque no se si sabras que originalmente la biblia se escribio por hebreos y para hebreos,que despues hayamos entrado los gentiles en el aro esta muy bien....pero no tomes simbolos hebreos como tuyos............
MUJER en la biblia expresa a ISRAEL....eso cualquier hebreo te lo dira
la gran ramera en apocalipsis es ISRAEL del siglo 1...eso cualquier hebreo instruido tambien te lo aceptara...y si tienes dudas revisa el ant. testam. y veras todas las referencias que pone de RAMERA a israel
incluso apocalipsis...dice que esa RAMERA mato a los profetas,,,,compara con el ant. testam. que dice LOS HIJOS DE ISRAEL HAN MATADO A TODOS TUS PROFETAS....SOLO YO HE QUEDADO Y ME BUSCAN PARA MATARME(ELIAS)
en lo demas no defiendo para nada a la iglesia catolica...pero lo que no es verdad no se lo achaca a ella....
LA GRAN CIUDAD (titulo aplicado en apocal.) ES ISRAEL(apocal.11 v 8...apocal.21 o 22 v 10...estoy de memoria)
saludos
alicantino
 
Re: La fe según Benedicto XVI

alicantino dijo:
miguel: el preterismo actual no tiene nada que ver con la iglesia catolica,ni siquiera es una organizacion ,es simplemente una linea de estudio biblico
te decia lo de la mujer ,porque no se si sabras que originalmente la biblia se escribio por hebreos y para hebreos,que despues hayamos entrado los gentiles en el aro esta muy bien....pero no tomes simbolos hebreos como tuyos............
MUJER en la biblia expresa a ISRAEL....eso cualquier hebreo te lo dira
la gran ramera en apocalipsis es ISRAEL del siglo 1...eso cualquier hebreo instruido tambien te lo aceptara...y si tienes dudas revisa el ant. testam. y veras todas las referencias que pone de RAMERA a israel
incluso apocalipsis...dice que esa RAMERA mato a los profetas,,,,compara con el ant. testam. que dice LOS HIJOS DE ISRAEL HAN MATADO A TODOS TUS PROFETAS....SOLO YO HE QUEDADO Y ME BUSCAN PARA MATARME(ELIAS)
en lo demas no defiendo para nada a la iglesia catolica...pero lo que no es verdad no se lo achaca a ella....
LA GRAN CIUDAD (titulo aplicado en apocal.) ES ISRAEL(apocal.11 v 8...apocal.21 o 22 v 10...estoy de memoria)
saludos
alicantino
Desde luego que se aplica MUJER a ISRAEL, pero resulta que como pueblo, no como individuos, Israel fue desechado porque a su vez "los suyos no lo recibieron". La portadora de las verdades de Dios es ahora la iglesia, la cual está compuesta inicialmente por hebreos o israelitas (mas no como nación), a los cuales nos injertamos los de otras razas. Este constituye el nuevo israel.

Es evidente que el Apocalipsis es un libro dirigido a la iglesia (s), pero el hecho que tome la gran mayoría de sus símbolos del AT no quiere decir que la gran ramera sea el israel histórico. El nuevo israel de Dios, la iglesia, también ha incurrido en el mismo "adulterio" de su par antigua.

Muchas profecías le calzan mejor a la iglesia que a israel, la historia D.C. así lo confirma y esta es la IC. Toma en cuenta desde cuando existe la IC (largo tiempo como israel) y sus enseñanzas erróneas como también la persecusión a los cristianos (así como lo hizo israel con los profetas). La lista enorme de intermediarios a quienes veneran, dice claramente que es una ramera espiritual, son los ídolos de la antigua israel.
Miguel.
 
Re: La fe según Benedicto XVI

:bah: --__Haber realidad de poderse manifestar en 'verdad' de lo que escribe: «¡Permaneced firmes en la fe de 'la verdád' enseñada por el Hijo para ser 'eternos'!». Acabamos de escuchar las palabras de Jesús: «Si me amáis, guardaréis mis mandamientos 'de enseñanza'; y yo pediré al Padre y os dará otro Consolador, cual Sabía que el otro Consolador 'dé la verdád' sería él mismo en Cuerpo Presente, para que esté con vosotros para siempre el Espíritu de la verdad en Cada Uno» /Por la enseñanza realizada/(Juan 14, 15-17a). Con estas palabras Jesús revela el profundo lazo que existe entre la fe y la profesión de la Verdad Divina dé Su Pádre, entre la fe y la entrega a Jesucristo en el amor, entre la fe y la práctica de una vida inspirada en los mandamientos y dé enseñanza cumplirlos. Estas tres dimensiones de la fe son fruto de la acción del Espíritu Santo de y pór Cada Uno definirlo en Si. Esta acción se manifiesta como fuerza interior que pone en armonía los corazones de los discípulos con el Corazón de Cristo y les hace capaces de amar a los hermanos como Él los ha amado cón 'la verdad' enseñada. La fe es un don, pero al mismo tiempo es una tarea 'sencilla definirsela':cuadrado: por Cada Uno Matrimonialmente, como lo irían ha Ser Adán y Eva. :cuadrado: