Bendiciones en Cristo.
"Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son tuyos... y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí...Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos... Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros." (Juan 17, 9.23.26; 15, 9)
Les propongo algunos puntos sobre los que me interesan sus opiniones. En estos versos Jesús dice que el Padre ama a los suyos. No me interesa tanto la diferencia de si Dios ama a los elegidos y a los réprobos no, sino si a los que ama ¿los ama a todos por igual?.
Note que en dos ocasiones Jesús afirma que el Padre ama a los suyos con el amor que lo ama a Él. Esta afirmación durante mucho tiempo ha sido de enorme e indescriptible consuelo para mi corazón: saber que soy amado por el Padre sin diferencias a como es amado Jesús. Para un católico esto tiene unas implicaciones profundísimas pues nosotros creemos que la persona del Espíritu Santo procede del amor que el Padre y el Hijo se tienen; ese amor mutuo entre las dos personas Divinas es tan hondo, profundo, intenso e inefable que de él procede la persona del Espíritu Santo; por lo que creer que un humano es objeto del amor del Padre (Juan 17, 23) y del Hijo (Juan 15, 9) de la misma manera que el Padre y el Hijo se aman entre sí es algo agradable, sorprendentemente misterioso y de repercusiones incalculables, pero... ¿es lícito deducir de estos pasajes que Dios a todos nos ama por igual?
La respuesta de que Dios no hace acepción de personas no resuelve esta pregunta, pues de la misma manera se comprueba que Dios elige a unos desde la eternidad y a otros no sin tener como condición para ello los méritos o buenas obras de los que elige.
De otro lado, si toda dádiva buena y todo don perfecto viene de lo alto (Santiago 1, 17) y si todo lo que tenemos lo hemos recibido y sólo Dios como dador es quien distingue a uno de otro (1 Corintios 4, 7) ¿cómo entender que Dios nos ame igual a todos? ¿el hecho de que uno reciba más y distintos "bienes" que otros significa que Dios ama distintamente al uno del otro?
Por otro lado, ¿no atenta contra la perfección divina el hecho de que Dios tenga "grados" distintos de amor?
Ojo, por favor, no me interesa hacer de esto un debate, ni tengo una agenda preparada, sólo quiero leer sus opiniones desenfadadamente, así que con toda libertad opine sin restricción alguna lo que cree.
Si usted cree que no tiene sentido preguntarse esto o indagar al respecto, pues usted, sí, por favor, absténgase de participar y absténgase de hacernos saber su opinión.
En el Amor de Jesús.
Gabaon.
"Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son tuyos... y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí...Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos... Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros." (Juan 17, 9.23.26; 15, 9)
Les propongo algunos puntos sobre los que me interesan sus opiniones. En estos versos Jesús dice que el Padre ama a los suyos. No me interesa tanto la diferencia de si Dios ama a los elegidos y a los réprobos no, sino si a los que ama ¿los ama a todos por igual?.
Note que en dos ocasiones Jesús afirma que el Padre ama a los suyos con el amor que lo ama a Él. Esta afirmación durante mucho tiempo ha sido de enorme e indescriptible consuelo para mi corazón: saber que soy amado por el Padre sin diferencias a como es amado Jesús. Para un católico esto tiene unas implicaciones profundísimas pues nosotros creemos que la persona del Espíritu Santo procede del amor que el Padre y el Hijo se tienen; ese amor mutuo entre las dos personas Divinas es tan hondo, profundo, intenso e inefable que de él procede la persona del Espíritu Santo; por lo que creer que un humano es objeto del amor del Padre (Juan 17, 23) y del Hijo (Juan 15, 9) de la misma manera que el Padre y el Hijo se aman entre sí es algo agradable, sorprendentemente misterioso y de repercusiones incalculables, pero... ¿es lícito deducir de estos pasajes que Dios a todos nos ama por igual?
La respuesta de que Dios no hace acepción de personas no resuelve esta pregunta, pues de la misma manera se comprueba que Dios elige a unos desde la eternidad y a otros no sin tener como condición para ello los méritos o buenas obras de los que elige.
De otro lado, si toda dádiva buena y todo don perfecto viene de lo alto (Santiago 1, 17) y si todo lo que tenemos lo hemos recibido y sólo Dios como dador es quien distingue a uno de otro (1 Corintios 4, 7) ¿cómo entender que Dios nos ame igual a todos? ¿el hecho de que uno reciba más y distintos "bienes" que otros significa que Dios ama distintamente al uno del otro?
Por otro lado, ¿no atenta contra la perfección divina el hecho de que Dios tenga "grados" distintos de amor?
Ojo, por favor, no me interesa hacer de esto un debate, ni tengo una agenda preparada, sólo quiero leer sus opiniones desenfadadamente, así que con toda libertad opine sin restricción alguna lo que cree.
Si usted cree que no tiene sentido preguntarse esto o indagar al respecto, pues usted, sí, por favor, absténgase de participar y absténgase de hacernos saber su opinión.
En el Amor de Jesús.
Gabaon.