Yo pensaba que el mundo me pertenecía:los bienes, el oro y la gente, la tierra y el mar. Dondequiera que andaba bajo el cielo de Dios, mi palabra era "YO".
Pasaron los años. Mi sendero se iluminó en el fragmento de una visión querida. La palabra YO ya no era suficiente, de modo que decía : Yo y Crísto . Pero, mientras más lo he contemplado, su gloria ha ido en aumento y la mía ha ido mengüando. Me sentía tan pequeñó y Él tan grande, que sólo me atrevía a decir:"Cristo y yo"
Muchos años más permaneció allí la visión y me miró a la cara yyo hablé en el tono más humilde; "Cristo..."
Humildad es perfecta quietud del corazón. Consiste en no tener problemas. El humilde no se enoja, no se irrita, no se resiente ni se desengaña; no espera nada, no se extraña del daño que se le causa, ni tiene sentimientos malos contra el causante. Cuando se le calumnia e insulta permanece sereno. Tiene un bendito hogar donde mora el Señor, y donde puede acudir, cerrar la puerta y arrodillarse delante del Padre en secreto. Está en paz, como el profundo mar permanece calmo cuando la superficie está en tempestad.
Nosotros caminamos por el sendero superior de la vida si caminamos humildemente con Dios.
Sed sumisos unos a otros, revestíos de humildad, porque Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes. 1Pedro 5:5

Pasaron los años. Mi sendero se iluminó en el fragmento de una visión querida. La palabra YO ya no era suficiente, de modo que decía : Yo y Crísto . Pero, mientras más lo he contemplado, su gloria ha ido en aumento y la mía ha ido mengüando. Me sentía tan pequeñó y Él tan grande, que sólo me atrevía a decir:"Cristo y yo"
Muchos años más permaneció allí la visión y me miró a la cara yyo hablé en el tono más humilde; "Cristo..."
Humildad es perfecta quietud del corazón. Consiste en no tener problemas. El humilde no se enoja, no se irrita, no se resiente ni se desengaña; no espera nada, no se extraña del daño que se le causa, ni tiene sentimientos malos contra el causante. Cuando se le calumnia e insulta permanece sereno. Tiene un bendito hogar donde mora el Señor, y donde puede acudir, cerrar la puerta y arrodillarse delante del Padre en secreto. Está en paz, como el profundo mar permanece calmo cuando la superficie está en tempestad.
Nosotros caminamos por el sendero superior de la vida si caminamos humildemente con Dios.
Sed sumisos unos a otros, revestíos de humildad, porque Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes. 1Pedro 5:5
